martes, 30 de octubre de 2018

Est. 4—Sorprendido por la santidad



(Ef 4.17–5.21)

Todo el mundo ha notado que no hay muchos programas o películas positivas en la televisión. ¿Es debido a que nadie ve ese tipo de programas? No. El Show de Cosby fue el programa de televisión más popular en la década de los ochenta, y Home Improvement [Mejoras hogareñas] ha repetido esa hazaña al principio de los noventa. La gente se aglomera en los teatros para ver Chariots of Fire [Carros de fuego], Driving Miss Daisy [Conduciendo a la señorita Daisy], y Trip to Bountiful [Viaje a la abundancia].

Es difícil concebir personajes complejos, creíbles, que ostenten altos valores morales y que tomen buenas decisiones después de luchar con alternativas egoístas, a menos que el escritor se proponga presentar un pesado drama psicológica. La mayoría del entretenimiento escapista contemporáneo se basa en el crimen, las situaciones sexuales y la frivolidad que raya incluso más cerca del cinismo. Es mucho más fácil escribir de eso.

Actores y actrices regularmente expresan su preferencia de interpretar papeles de villanos y antihéroes porque esas partes son más retadoras e interesantes. Los intérpretes tanto como los escritores parecen imaginarse que la justicia y la rectitud son aburridas, que sólo los conformistas escogen hacer lo que es correcto al enfrentarse a los conflictos de la vida. Además, la tendencia es presentar a las personas «buenas» como jueces excéntricos en contraste con los pecadores tolerantes y de buen corazón.

Felizmente, en la vida real, cuando conocemos a un santo, alguien a quien Dios ha forjado en la encrucijada de la vida para que responda a su Palabra y Espíritu, encontramos a un hombre o mujer interesante, gozoso. Jamás crea que las personas santas son aburridas o sin imaginación, o que están llenas de odio o son de mente estrecha. Hallar a un santo real entre gente ordinaria es comparable a hallar a un árbol gigantesco de secoya en un pinar. Sin embargo, Dios nos desafía a cada uno de nosotros, mediante el gentil aguijonazo de su Espíritu Santo, a que le permitamos que nos haga personas santas y luces en medio de una edad oscura.

Una nueva manera de vestir

Pablo habla primero de la santidad comparando el requerido cambio previo de manera de pensar con el despojarse de un vestido sucio o gastado de viejo, y vestir un traje nuevo, costoso y bien confeccionado. Antes de que la conducta cambie de modo significativo, la perspectiva completa que la persona tiene respecto a la vida debe cambiar.

En base a Efesios 4.17–19, describa qué andaba mal en cuanto a la forma en que los efesios veían la vida como gentiles no regenerados.

Sus entendimientos
Sus emociones (corazones)
Sus conciencias
Sus acciones

Vanidad, matalotes. El entendimiento sin regeneración se caracteriza por la futilidad o vanidad. El término griego es similar en significado al hebreo en Eclesiastés que se usa en la frase «vanidad de vanidades, todo es vanidad» (Ec 1.2; 12.8). El significado básico de ambos términos es «vacío». Pablo estaba diciendo que el entendimiento de una persona sin la salvación de Cristo estaba desprovisto de la capacidad de percibir y razonar respecto a los asuntos del mundo espiritual invisible. «Cinco aspectos de la vida en el mundo se resumen en la frase vanidad de su mente (vacío, falta de propósito): entendimiento oscurecido, alienación de la vida de Dios, ignorancia de los caminos divinos, corazones endurecidos y pérdida de sensibilidad».

¿Por qué todo lo mencionado en Efesios 4.17–19 es incongruente con el conocimiento de Cristo? (Ef 4.20, 21)

¿Qué se descarta cuando se desechan las viejas ropas del hombre viejo? (v. 22)
¿Qué corrompe la conducta del viejo hombre? (v. 22)

¿Qué hay respecto a los deseos y anhelos personales que pueden engañar y distorsionar la manera de ver la realidad al punto que nuestro pensamiento llegue a ser vano? (v. 22; véanse también vv. 17–19)

Hay que despojarse del viejo hombre en la esfera de la conducta (v. 22). ¿Cuál esfera de la vida incluye el nuevo hombre? (v. 23)

De las dos acciones: despojarse del viejo hombre y vestirse del nuevo hombre (vv. 22, 24), ¿cuál es activa; es decir, algo que hago por mí mismo?

¿Cuál acción es pasiva; es decir, algo que Dios debe hacer por mí a través de su Santo Espíritu?

¿Qué hace al nuevo hombre tan eficaz al percibir la realidad y poner en práctica la voluntad de Dios? (v. 24)

El hombre viejo y el hombre nuevo no deben entenderse como personalidades que deben intercambiarse en el proceso de la santificación. El hombre viejo y el hombre nuevo son expresiones favoritas de Pablo para indicar dos maneras de pensar y comportarse (véanse Ro 6.4, 6; Col 3.9, 10). El hombre viejo y el nuevo hombre contrastan «entre el anterior estilo de vida, dominado por el espíritu de la desobediencia (2.1–3), y la nueva capacidad del creyente para adoptar un nuevo Sorprendido por la santidad estilo de vida, de obediencia a Dios, gracias al poder del Espíritu Santo (2.10; 3.16)».

Los verbos «despojarse» y «vestirse» están en formas que sugieren acciones decisivas antes que procesos continuos. Por medio de Pablo el Espíritu Santo ordenó a los cristianos efesios y a toda generación de creyentes desde entonces que cambien sus vestidos espirituales.

¿Ha experimentado la engañosa y truculenta naturaleza de sus deseos en relación a otras personas, a hábitos, a posesiones, y cosas por el estilo?

¿Qué modelos de pensamiento ha transformado el Espíritu Santo en su vida desde que se convirtió en cristiano?

Una nueva manera de hablar

Si Pablo le sorprendió al basar la santidad en una mente renovada tal vez le deje perplejo al enfatizar el habla, por sobre el resto de la conducta, como lo que el Espíritu Santo debe controlar. ¿Cuál es la primera característica del hablar santo que se ordena en Efesios? (4.25) ¿Cuál es la razón que se da para este mandamiento? (v. 25)

En Efesios 4.25 Pablo citó a Zacarías 8.16 como base bíblica para su enseñanza. Lea todo el capítulo ocho de Zacarías que se refiere al reino futuro del Señor sobre su pueblo. ¿Cuán importante es para el futuro reino del Señor un hablar veraz entre su pueblo?

Después de la falta de veracidad, ¿cuál es la siguiente amenaza a un hablar santo que Pablo identificó? (vv. 26, 27)

En Efesios 4.26 Pablo citó el Salmo 4.4, el cual dedicó el salmista David a «los hijos de los hombres» (v. 2) que deseaban hacerle daño. Vea el Salmo 4.4, que es un llamado a estos enemigos a que se arrepientan de sus planes perversos. ¿Qué aconsejó David, a sus oponentes, que hicieran para prevenir que la ira resultara en acciones pecaminosas?

En concordancia con el Salmo 4.4, ¿qué es lo que Pablo esperaba que hiciera el cristiano antes que se pusiera el sol para evitar que su ira produjera palabras pecaminosas? (v. 26)

¿Cómo es que el albergar la ira se torna en palabras pecaminosas y se le da «lugar al diablo»? (v. 27)

«La palabra lugar en griego (topos) subraya la posibilidad de que los creyentes permitan al diablo controlar sus vidas. Esta es una advertencia contra las suposiciones teológicas que niegan la eventualidad de que tenga éxito cualquier intento demoníaco de perturbar o dominar a los cristianos. Pero las recomendaciones que acompañan esta afirmación equilibran la situación (v. 17–5.4), dejando sentado que los cristianos responsables no pueden culpar a la ligera al diablo por pecados a los que han cedido obedeciendo las inclinaciones de la carne».

En Efesios 4.28 Pablo dejó momentáneamente el tema del habla para mencionar el robo. ¿Por qué la mentira y las palabras coléricas le recordarían a Pablo el robo? ¿Qué le roban la falta de veracidad y la ira a las personas involucradas?

¿Acerca de qué mienten los ladrones y acerca de qué están coléricos?
De acuerdo a Pablo, ¿cuál es la cura para el robo? (v. 28)

¿Por qué piensa que Pablo exigía donativos de caridad, además de trabajar para sus propias necesidades, al que robaba como prueba de que se había transformado? (v. 28)

En Efesios 4.29, ¿cómo se muestra en forma paralela el pasar de «palabras corrompidas» (palabras que destrozan a las personas) a palabras de edificación con el paso, según el versículo 28, de robar a ofrendar por caridad?

¿En qué manera sigue Efesios 4.31, 32 el mismo modelo lógico de los versículos 28 y 29?

Las palabras para el habla hostil en Efesios 4.21 parecen seguir una progresión de una actitud pecaminosa, pero privada, a palabras muy públicas y horribles. Malicia es el problema fundamental, un sentimiento general de antipatía hacia alguien. La malicia se endurece para ser amargura, un resentimiento contra todo lo que la persona hace. La amargura lleva al enojo, estallidos temperamentales. El enojo se vuelve ira, un estado permanente de agitación emocional. La ira no puede evitar arder y convertirse en gritería, conflictos verbales ocasionales, y la gritería se extenderá a maledicencia habitual. Qué horrible es esta progresión de actitudes y acciones detestables, y sin embargo, cuán fácilmente nos metemos en ella. No es de sorprenderse que entristezca al Espíritu Santo presenciar tal ofensa contra su santidad.

¿Por qué sella el Espíritu Santo a los creyentes en Cristo? (Ef 4.30; véanse 1.13, 14)

¿En qué manera son las palabras pecaminosas una violación del propósito del sello del cristiano por parte del Espíritu Santo?

¿Cómo, en su opinión, entristecen las palabras pecaminosas, a que se refiere Efesios 4.25–32, el carácter del Espíritu Santo?

El apóstol Santiago observó: «Si alguno no ofende en palabra, éste es varón perfecto, capaz también de refrenar todo el cuerpo» (Stg 3.2). En su carta a los Efesios Pablo expresó la misma verdad.

¿Con qué aspecto del habla tiene mayor dificultad para obedecer la enseñanza del Señor en Efesios 4.25–32?

Dé un ejemplo de una ocasión cuando su habla ofendió al Espíritu de Dios que mora en usted.

¿Qué cambio le gustaría que el Señor hiciera en sus hábitos conversacionales en el futuro inmediato para gloria de Él y santificación suya?
Una nueva manera de andar

Después de considerar extensamente la santidad en el pensamiento y en el habla, Pablo dirigió su atención en Efesios a cuestiones que asociamos más típicamente con la santidad: la moralidad, la separación del mundo y la voluntad de Dios. Incluso en esta sección es interesante ver cuán a menudo se introduce el asunto del habla.

          Efesios 5.1, 2 establece una transición del material que se trató en el capítulo 4. ¿Qué actividad del Padre debemos imitar nosotros como hijos suyos? (4.32; 5.1)

El Nuevo Testamento con frecuencia compara la vida diaria al andar. ¿De qué maneras es el andar una buena metáfora para nuestra manera de vivir? (5.2, 8, 15)

Partiendo de Efesios 5.2, 7, explique qué tiene que ver cada una de estas cosas con andar en amor.

Imitar a Cristo
Rechazar la inmoralidad
Rechazar las palabras vulgares

En términos contemporáneos, ¿cuál piensa usted que es el significado de cada clase de palabras deshonestas que se mencionan en Efesios 5.4, que necesita ser reemplazadas con acciones de gracias?

Palabras deshonestas
Necedades
Truhanerías

Si estas clases de palabras necesitan ser reemplazadas con acciones de gracia, deben ser formas de ingratitud. ¿En qué modo son estas formas de vulgaridad evidencia de falta de gratitud hacia Dios?

¿Cómo resume Efesios 5.7 los versículos 3–6?

En base a Efesios 5.8–14, explique lo que piensa que Pablo quería decir con andar «como hijos de luz».

Partiendo de Efesios 5.15–21, explique lo que cree que cada uno de estos temas tienen que ver con andar sabiamente.

Redimir el tiempo
Entender la voluntad de Dios
Ser llenos del Espíritu
Hablar mutuamente en alabanza y animarse los unos a los otros
Dar gracias
Someterse los unos a los otros

Animémonos unos a otros en la alabanza [Efesios 5.18, 19]. Este texto instruye a los creyentes a que alaben a Dios cuando se comuniquen entre sí. Pablo les dice a los efesios que «se hablen unos a otros», usando salmos e himnos y canciones espirituales. Al participar en una reunión de creyentes, aun con una ofrenda pequeña de alabanza, nuestra adoración empieza a ser magnificada. Sus voces nos animan y nosotros los inspiramos a ellos. La separación de la asamblea local priva a una persona de esta relación. Congreguémonos a menudo y alabemos, animándonos así unos a otros en la alabanza.

El viejo hombre naturalmente escogería andar en odio, tinieblas y necedad. El nuevo hombre, con una mente renovada por el Espíritu de Dios, naturalmente escoge andar en amor, luz y sabiduría.

¿Cómo le ha ayudado Dios a ver la vulgaridad del mundo como una ofensa contra su amor?

¿En qué forma le ha ayudado Dios a darse cuenta de la vergüenza de las obras de las tinieblas que una vez no le ofenden?

¿En qué aspecto de su vida cree que el Señor le ha dado la mayor sabiduría? ¿Cómo se expresa esa sabiduría?

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