Eclesiastés
9:5.
Porque los que viven saben que han de morir, pero los muertos nada saben y no volverán a tener recompensa, pues su memoria ha sido borrada…
1 JUAN 2:27. Y SI LA UNCIÓN QUE HAN RECIBIDO DE ÉL PERMANECE EN USTEDES, NO NECESITAN QUE NINGUNO LOS INSTRUYA, SINO QUE COMO LA UNCIÓN ES DE DIOS, Y ES VERDADERA Y NO HAY FALSEDAD EN ELLA. Y TAL COMO LOS HA INSTRUIDO, PERMANEZCAN EN ÉL.
Eclesiastés
9:5.
Porque los que viven saben que han de morir, pero los muertos nada saben y no volverán a tener recompensa, pues su memoria ha sido borrada…
Mateo
16:13-17.
La
confesión de Pedro.
13. Al llegar Jesús a la región de Cesarea de Filipo, preguntó a sus discípulos, diciendo: ¿Qué dicen los hombres acerca de mí? ¿Que soy hijo de Hombre? 14. Ellos respondieron: Unos dicen que eres Juan el Bautista, otros, que eres Elías, y otros, que eres Jeremías o uno de los profetas. 15. Él les insistió: Pero ustedes, ¿quién dicen que soy yo? 16. Contestando Simón Pedro, dijo: Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios viviente. 17. Entonces Jesús, contestando, le dijo: Dichoso eres, Simón, hijo de Jonás, porque esto no te lo reveló carne ni sangre, sino mi padre que está en el Cielo. 18. Yo te digo que tú eres Pedro, y sobre esta Roca edificaré mi Iglesia, y las puertas del Seol no la vencerán, 19. y yo te daré las llaves del reino del Cielo, y todo lo que ates en la Tierra, será atado en el Cielo, y lo que desates en la Tierra, será desatado en el Cielo. 20. Luego dio órdenes a sus discípulos de que no dijeran a nadie que Él era el Mesías.
Salmos
148 1-9.
¡Alaben a Yahweh desde los cielos! ¡Alábenlo en las alturas! ¡Alábenlo todos sus ángeles! ¡Alábenlo todas sus huestes! ¡Alábenlo el sol y la luna! ¡Alábenlo todas las estrellas y la luz! ¡Alábenlo los cielos de los cielos, y las aguas que están sobre los cielos! Alaben el nombre de Yahweh, porque Él habló y llegaron a ser, Él lo ordenó y fueron creados; los estableció por siempre y para siempre; les puso ley que no pasará. Alaben a Yahweh desde la Tierra los dragones y todos los abismos. El fuego y el granizo, la nieve y el hielo, los vientos y las tempestades son obra de su palabra; para ejecutar en ellos la sentencia escrita, y dar esplendor a todos sus justos.
Salmos de suprema alabanza.
Salmos 150:1-6.
¡Alaben a Yahweh por su santidad! ¡Alábenlo por su poderoso firmamento! ¡ Alábenlo por su poderío! ¡Alábenlo por su inmensa majestad! ¡Alábenlo con sonido de trompeta! ¡Alábenlo con salterio y arpas! ¡Alábenlo con panderos y tamboriles! ¡Alábenlo con dulces instrumentos de cuerda! ¡Alábenlo con címbalos resonantes! ¡Alábenlo con voz y aplausos! ¡Con toda el alma alaben a Yahweh!