domingo, 8 de noviembre de 2020

ALABAR.

Salmos 148 1-9.

¡Alaben a Yahweh desde los cielos! ¡Alábenlo en las alturas! ¡Alábenlo todos sus ángeles! ¡Alábenlo todas sus huestes! ¡Alábenlo el sol y la luna! ¡Alábenlo todas las estrellas y la luz! ¡Alábenlo los cielos de los cielos, y las aguas que están sobre los cielos! Alaben el nombre de Yahweh, porque Él habló y llegaron a ser, Él lo ordenó y fueron creados; los estableció por siempre y para siempre; les puso ley que no pasará. Alaben a Yahweh desde la Tierra los dragones y todos los abismos. El fuego y el granizo, la nieve y el hielo, los vientos y las tempestades son obra de su palabra; para ejecutar en ellos la sentencia escrita, y dar esplendor a todos sus justos.

A.VERBOS.

halal, «alabar, celebrar, glorificar, cantar, alardear». El sentido de «alabar» es, en efecto, la acepción de la forma intensiva del verbo hebreo halal, que en su modalidad activa simple significa «alardear». Este último sentido se encuentra en las formas cognadas del acádico antiguo, cuyos dialectos son las lenguas de Babilonia y de Asiria. En ugarítico, el vocablo tiene la acepción de «gritos» y tal vez de «júbilo». Encontramos halal más de 160 veces en el Antiguo Testamento y por primera vez en Génesis 12:15, en donde se indica que, debido a la gran belleza de Sara, los príncipes del faraón la «alabaron» («la ponderaron») delante de él.

Aunque halal se usa a menudo solo para indicar la «alabanza» que se hace a personas, incluyendo al rey (2 Crónicas 23:12) o la belleza de Absalón (2 Samuel 14:25), el término se usa mayormente para «alabar» a Dios. Es más, a todo ser viviente y todas las cosas creadas, incluyendo el sol y la luna, se les llaman a «alabar» a Dios (Salmos 148:2–5, 13; 150:1).

Típicamente, tal «alabanza» se expresa en el santuario, sobre todo durante las grandes fiestas (Isaías 62:9).

El nombre hebreo para el libro de Salmos es sencillamente el equivalente del vocablo «alabanzas». Tiene un sentido más apropiado que «Salmos», lo cual proviene del griego y tiene que ver con cánticos acompañados por algún instrumento de cuerda. No es de extrañarse que el libro de Salmos contenga más de la mitad de los casos de halal en sus varias modalidades. A los Salmos 113—118 se les denomina tradicionalmente los «Salmos Hallel», pues tienen que ver con la alabanza a Dios por la liberación de la esclavitud egipcia bajo Moisés. Por esta razón, estos salmos forman una parte importante del culto tradicional de la Pascua. No cabe duda que se tratan de los himnos que Jesús y sus discípulos cantaron en la noche en que instituyó la Cena del Señor (Mateo 26:30).

De la palabra halal proviene «Aleluya» (aleluya), una expresión hebrea de «alabanza» a Dios que se ha incorporado a casi todos los idiomas del mundo. El término hebreo se traduce más exactamente como «Alabemos a Jah» (o «Ya»), la forma abreviada de «Yahveh» (Jehová), el nombre particular israelita de Dios. El término «Jah» se encuentra en la traducción rvr de Salmos 68:4, fiel al texto hebreo y la bj lo traduce «Yahveh» (Salmos 68:5). [La mayoría de las versiones siguen la traducción tradicional de «Señor», según la práctica que comenzó en el judaísmo antes del Nuevo Testamento. El término hebreo «Señor» se sustituía por «Yahveh» (Jehová), que probablemente significaba «El que hace ser».] La transliteración de aleluya en griego se encuentra 4 veces en el Nuevo Testamento en forma de «Alleluia» (Apocalipsis 19:1, 3–4, 6). Sin duda, los himnos cristianos quedarían muy empobrecidos si se quitara de repente el término «Aleluya» de nuestro lenguaje de alabanza.

yadah, «dar gracias, loor y alabanza». Este es un vocablo hebreo muy común a todos los períodos y un término muy importante en el lenguaje de la alabanza. Yadah se encuentra casi 120 veces en la Biblia hebraica. El primero de estos casos lo encontramos en la historia del nacimiento de Judá, el hijo de Jacob y Lea: «Concibió otra vez y dio a luz un hijo, y dijo: Esta vez alabaré a Jehová; por esto llamó su nombre Judá» (Génesis 29:35).

Como era de esperarse, esta palabra aparece con mayor frecuencia en el Libro de Salmos (unas 70 veces). Como expresión de gratitud o alabanza, es un elemento natural del culto ritual público, así como de la alabanza personal a Dios (Salmos 30:9, 12; 35:18). Muy a menudo las alabanzas se encaminan en nombre del Señor (Salmos 106:47; 122:4).

Cierta variación en las traducciones puede percibirse en 1 Reyes 8:33: «confesar» (rv, nbe, bla), «alabar» (bj) su nombre.

B. NOMBRES.

tehillah, «gloria; alabanza; canción de loor; acciones loables». Tehillah aparece 57 veces durante todos los períodos de la historia bíblica hebrea.

Primero, el término denota una cualidad o atributo de alguna persona o cosa; significa «gloria» o «loable»: «Él es el objeto de tu alabanza, y Él es tu Dios, que ha hecho contigo estas cosas grandes y terribles que tus ojos han visto» (Deuteronomio 10:21). Israel es la «gloria» de Dios cuando existe en un estado de exaltación y de bendición divina: «Ni le des tregua, hasta que restablezca a Jerusalén, y la ponga por alabanza en la tierra» (Isaías 62:7; cf. Jeremías 13:11).

Segundo, en algunos casos tehillah representa las palabras o la canción en la que a Dios se alaba en público, o mediante las cuales su «gloria» se declara públicamente: «De ti será mi alabanza [es el Mesías que habla] en la gran congregación» (Salmos 22:25). El Salmo 22:22 es aún más claro: «Anunciaré tu nombre a mis hermanos; en medio de la congregación te alabaré».

Tercero, con un matiz particular, tehillah se usa como término técnico musical para una canción (sir) que exalta o alaba a Dios: «Salmo de alabanza de David» (encabezamiento del Salmos 145, que en hebreo es el v. 1). Tal vez Nehemías 11:17 se refiere a un director de coro o alguien que dirige las canciones de «alabanzas»: «Y Matanías… hijo de Asaf, el principal, el que empezaba las alabanzas y acción de gracias al tiempo de la oración [quien al principio dirigía la alabanza a la hora de la oración]».

Por último, tehillah puede representar acciones dignas de «alabanza», o acciones por las que el responsable merece «alabanza y gloria». Esta acepción se encuentra en la primera vez que el vocablo aparece en la Biblia: «¿Quién como tú Jehová entre los dioses? ¿Quién como tú magnífico en santidad, temible en maravillosas hazañas [hechos loables], hacedor de prodigios?» (Éxodo 15:11).

Dos nombres relacionados son mahaalal e hillûlîm. Mahaalal aparece una vez (Proverbios 27:21) y se refiere al grado de intensidad de la «alabanza» o bien su ausencia. Hillûlîm, que aparece 2 veces, significa «jubilación festiva» durante la cosecha del cuarto año (Levítico 19:24; Jueces 9:27).

tôda, «acción de gracias». Esta importante modalidad sustantiva, que se encuentra unas 30 veces en el Antiguo Testamento, se usa con el sentido de «agradecer». El término se ha preservado en el hebreo moderno como la palabra usual para «dar gracias». En el texto hebreo, tôda se usa para señalar «acción de gracias» mediante canciones de adoración (Salmos 26:7; 42:4). A veces el vocablo se usa para referirse a un coro o procesión de alabanza (Nehemías 12:31-38). Una de las ofrendas del sacrificio de paz se denominaba la ofrenda «en acción de gracias» (Levítico 7:12).

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