viernes, 26 de octubre de 2018

Lección 8.8—La sanidad y el don espiritual



El poder del Espíritu Santo es infinito, inconmensurable e inagotable. La manifestación del poder del Espíritu Santo en la Iglesia durante la era cristiana supera nuestros cálculos. Los pecadores redimidos y transformados desde el día de Pentecostés por el poder del Espíritu no pueden contarse. Sería imposible saber la dimensión de los ministerios evangélicos ungidos por el Espíritu. Ningún equipo podría medir el poder del Espíritu que carga de energía a incontables oraciones. ¿Cómo calcularíamos la energía aplicada del Espíritu para restaurar las promesas preciosas de Dios, o para darnos la revelación divina en su totalidad, o para inspirar a los autores humanos de las Sagradas Escrituras, o para dar curso a cada acto creativo o fuerza de sustento de Dios en todo el universo? A pesar de la manifestación del Espíritu, su potencial inusitado es un caudal mayor que el de todos los Niágaras del mundo.

Lección 7.7—La sanidad divina y la voluntad de Dios



La voluntad de Dios para sanar dolencias físicas

Al determinar si Dios tiene voluntad para sanar enfermedad y dolencia, tenemos tres luces como guía. La primera gran luz es la necesidad, la segunda es la fe personal y la tercera y la más importante es la enseñanza de la Escritura.

Lección 6.6—La sanidad divina y la cruz



No existe ningún parecido en la tierra a la maravillosa propiciación de Cristo por nosotros; de la obra completa que Jesús llevó a cabo por nosotros cuando murió en la cruz. Desde antes de la fundación del mundo Él se propuso proveer una cobertura total para todo aquel que crea (1 P 2.24). Sabiendo de antemano que el hombre caería y que su caída traería sobre sí la maldición de miseria, aflicción y muerte, Cristo decidió cargar sobre El la maldición para dar libertad a todo aquel que crea. Esta «cobertura total» de nuestros pecados y la provisión de todos los beneficios de nuestra salvación, se denomina con frecuencia «expiación». Se refiere a las lecciones y figuras del Antiguo Testamento acerca del Salvador que vendría (Lv 17.11).

miércoles, 24 de octubre de 2018

Lección 5.5—La sanidad y la obediencia



El propósito de este capítulo es señalar la relación y la importancia de la obediencia a la sanidad divina así como también al resto de las bendiciones del Señor.

El autor de Hebreos escribió lo siguiente acerca del ejemplo de Jesús en cuanto a la obediencia al Padre: «Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia; y habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de eterna salvación para todos lo que le obedecen» (Heb 5.8–9). Este pasaje hace referencia a la convicción crucial interna de Jesús en Getsemaní: «Si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú» (Mt 26.39). Si la obediencia incondicional a la voluntad del Padre era esencial para la obra redentora de Cristo, ¡cuánto más importante es la obediencia al Señor de los que buscan sus bendiciones!

Lección 4.4—La sanidad y la oración de fe



En la biografía de Hudson Taylor hay un pasaje revelador. En una carta escrita a un amigo, fechada el 18 de noviembre de 1870, Taylor cuenta esta historia. Él había estado leyendo el Nuevo Testamento en el griego original. Leía el Evangelio de Marcos cuando, súbitamente y de manera extraña, captó su atención una oración breve de tres palabras. Se volvió a su versión del Nuevo Testamento en inglés y leyó las palabras tan familiares: «Tened fe en Dios», pero en griego existía un pensamiento, una enseñanza profunda, que la otra versión no había logrado traducir. Pues así lo leyó Taylor: «Aférrate a la fidelidad de Dios». Este descubrimiento, dijo, arrojó luz a muchos lugares oscuros de su pensamiento. Le animó mucho. Así debe ser, pues esta es la base de la fe verdadera.

Lección 3.3—Sanidad y arrepentimiento



¿Qué es el arrepentimiento?


Generalmente pensamos en el arrepentimiento como aquello que ocurre con los pecadores que vienen a Cristo por primera vez. Después del sermón de Pedro en el día de Pentecostés, la gente respondió bajo gran convicción de pecado: «Varones hermanos, ¿qué haremos? Pedro les dijo: Arrepentíos y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo» (Hch 2.38). Algunos días más tarde Pedro, respondiendo a un grupo de pecadores, dijo: «Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados» (Hch 3.19). Cuando Jesús vino predicando el evangelio del reino, decía: «El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos. y creed en el evangelio» (Mc 1.15).

Lección 2.2—La sanidad y la cruz



La cruz de Cristo, junto con la resurrección, es el corazón de la fe cristiana; es la médula del mensaje del evangelio. En la cruz, al pecado y a la enfermedad se les despojaron de su aguijón. Cuando miramos hacia la cruz, vemos a Jesús con las manos, los pies y el costado heridos; un segundo vistazo revela una tumba abierta y sabemos que la redención de la maldición del pecado tan largamente tipificada se ha «hecho»; nuestra esperanza surge por encima de las nubes cuando vemos a Jesús exaltado por nosotros. «Por su llaga fuimos nosotros curados» (Is 53.5).

Lección 1.1—La sanidad y los pactos de Dios



Hace algún tiempo, en una reunión de oración de una iglesia local, uno de los cristianos recién convertidos oró de la manera siguiente: «¡Dios mío! Por favor, has algo; por favor, has algo!» El pastor no interrumpió la oración, pero después de la reunión le aconsejó al joven lo siguiente: «Hijo, no es necesario que te dirijas a Dios de manera tan indefinida. Él es Dios que hace y mantiene el pacto. Puedes pedir y recibir del Señor cualquiera de sus bendiciones y beneficios preciosos revelados en su Santa Palabra. La Biblia contiene cientos de tales promesas».

martes, 23 de octubre de 2018

Lección 13m—Las siete visiones


Apocalipsis 20.4–22.21

En la secuencia de las visiones de Juan, el período milenial de mil años se levanta como un valle pacífico entre las dos grandes batallas mundiales: la batalla del Armagedón (Ap 19.11–21) y la rebelión de Gog y Magog (Ap 20.7–10). En este escenario largamente esperado el Rey consuma su gobierno y reinado sobre la tierra.

Lección 12l—Los siete espectáculos



10Y el diablo que los engañaba fue lanzado en el lago de fuego y azufre, donde estaban la bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos.
(Apocalipsis 20:10)

Apocalipsis 17.1–20.3


Así como se juzgó a la gente impenitente de la tierra debido a su maldad, los mayores perpetradores del mal encontrarán también su apropiada recompensa en el calendario profético de Dios. Con detalles gráficos, Juan relata la demostración dramática de lo demoníaco y Divino al juzgar Dios al anticristo, al falso profeta, a Satanás y a los sistemas que controlan.

Lección 11k—Las siete copas


Apocalipsis 15:5–16.21

Si la primera fase del juicio final (Ap 14.14–16) representa a los creyentes siendo «cosechados» de la tierra y llevados a la presencia del Señor, entonces se puede pensar de Apocalipsis 15 como una recuento detallado de lo que ocurre con ellos en el cielo. De la misma manera, el capítulo 16 detalla lo que transpira en la segunda fase para aquellos que han abrazado el mal en la tierra.

Lección 10j—Las siete señales


Apocalipsis 11.19–15.4

En esta sección la escena pasa de los efectos de la séptima trompeta sobre la tierra a los acontecimientos que ocurren simultáneamente en el cielo y en los lugares celestiales. Sucesos específicos tanto físico como políticos se describen de manera simbólica.

Lección 9i—Las siete trompetas


Apocalipsis 8.2–11.18

Parecería que el séptimo sello en realidad contiene los juicios de las siete trompetas que llaman al arrepentimiento a un mundo en espera. Difieren de lo que precede en lo siguiente.

• Los sellos revelan los juicios globales que Dios envía;

• las trompetas revelan los juicios controladores, cuya extensión Dios la restringe; y

• las copas revelan los juicios del clímax, que vierten la ira de Dios con rapidez.


Lección 8h—Los siete sellos


Apocalipsis 4.1–8.1


En esta sección estudiamos la tercera y cuarta divisiones del Apocalipsis de Juan: los cánticos de preparación y los sellos de juicio. Apocalipsis 4 y 5 describe los asombrosos sucesos que el apóstol vio concerniente a «las cosas que sucederán después de estas» en la historia humana antes de los juicios establecidos para librar al planeta del control del diablo. El corazón de Juan se preparó para los cuadros de juicios aterradores viendo primero una visión de la gloria y del triunfo de Dios. Es importante percibir un principio aquí: la adoración precede a cada juicio.

Lección 7g—Las cartas a las siete iglesias


Apocalipsis 1.1–3.22                     

¿Qué ocurrirá en los años finales de la historia mundial?

Dios es el único que tiene una respuesta para tal pregunta. La humanidad puede conocer lo que le aguarda en el futuro sólo si Dios decide revelar o «quitar el velo» de las respuestas.

lunes, 22 de octubre de 2018

Lección 6f—La historia mundial revelada


Daniel 10.1–12.13

          Daniel 10–12 posee una gran unidad de profecía revelando de antemano la historia mundial. Dos años antes de esta visión final dada a Daniel en el 538 a.C., el rey persa Ciro dictó el decreto que le permitía a algunos de los judíos en el exilio volver a Jerusalén para reconstruir la casa de Dios (2 Cr 36.22–23; Esd 1; Is 44.28). Ahora, después de este breve tiempo, a Daniel o bien se le ha dicho, o percibe en su espíritu, la oposición y resistencia que su pueblo enfrentaba en la reconstrucción del templo en Jerusalén.

Lección 5e—Restauración y recompensa de Israel



Daniel 9.1–27

A todo el mundo le gusta un buen misterio. El estímulo de lo incierto nos mantiene observando o leyendo. ¡Queremos descubrir cómo se resolverá el conflicto, cómo los detalles encajan en su lugar y cómo terminará todo!

Lección 4d—Un panorama de la profecía

Daniel 7.1–8.27

Alguien ha dicho: «¡La profecía es la historia escrita antes de que ocurra!»

Uno de los elementos emocionantes de la profecía bíblica es que predice con exactitud aspectos del futuro. Sólo Dios es omnisciente y conoce el futuro, pero ha querido revelar a través de los profetas su inmutable plan de redención para la historia humana durante el «tiempo de los gentiles».

Lección 3c—Los sueños perturbadores y sus detalles



Daniel 2.1–6.28

Los sueños siempre tuvieron un lugar prominente en la vida de los pueblos antiguos. Se consideraba que traían mensajes de Dios y con frecuencia se pensaba que eran predicciones en su naturaleza. Debido a eso, las imágenes, pensamientos e impresiones que brotaban durante los sueños siempre se interpretaban y ponderaban, especialmente cuando los experimentaban líderes religiosos y políticos.

Lección 2b—Cuestión de integridad




Daniel 1.1–21

Daniel no es simplemente un libro de visiones y profecías interesantes. Es también un estudio de cómo el carácter piadoso e integridad personal pueden mantenerse en tiempos de tensiones, enfermedad y tentaciones sensuales.

La integridad puede definirse como «solidez»; «adherencia a un código de valores»; «la cualidad o estado de ser completo o indiviso». Las cuestiones de integridad se complican por las circunstancias singulares en las cuales nos hallamos de tiempo en tiempo. Sin embargo, todas son similares debido a que son asuntos del corazón. Atañen a nuestras convicciones y carácter moral.

Lección 1a—Cómo abordar la profecía



Uno no puede comprar víveres en la mayoría de los supermercados sin enfrentarse con profecía popular: las predicciones en los tabloides acerca de lo fantástico, estrafalario y ridículo.

¿Por qué tanta gente compra semejantes tonterías?

Porque la humanidad parece tener un insaciable interés en el futuro y los acontecimientos poco comunes. Por consiguiente, muchos caen como víctimas incautas de charlatanes que difunden verdad y error en proporciones digeribles, atrapando almas crédulas. Es más, engañan a algunas personas deliberada o diabólicamente.

Lección 13—Un canto de testimonio



Pese a la opinión personal respecto al individuo, uno de los rasgos interesantes de la quijotesca candidatura de Ross Perot a la presidencia de los Estados Unidos en 1992 fue su uso de testimonios en sus prolongados documentales publicitarios. Más que presentar declaraciones generales en cuanto a su carácter o cualidades para la posición, el señor Perot presentaba a personas que relataban lo que él había hecho por ellas.

Lección 12—Un canto de salvación



El 30 de marzo de 1991, Emily Dayis Mobley y otros cincuenta y cinco entusiastas exploradores entraron en la Cueva Lechugilla en el Parque Nacional Carlsbad Cavems en una expedición cartográfica. Lechuguilla había sido descubierta en 1986 y, bajo la estricta supervisión del Servicio de Parques Nacionales, a la fecha ya se había cartografiado alrededor de noventa kilómetros de pasajes que llegaban a una profundidad de quinientos metros. Sólo espeleólogos como Emily, veterana de veinte y dos años de experiencia, podían tener acceso a la cueva.

Lección 11—Un canto de arrepentimiento



Todo el mundo ha oído hablar de La letra escarlata, pero pocos la leen ya. Esto es muy malo, porque explora las preguntas cruciales de lo que es el pecado y cómo se debe tratar con Dios, con la comunidad y con uno mismo.

Lección 10—Un canto del Mesías



En el Antiguo Testamento ungir con aceite a un objeto o una persona indicaba su separación, por Dios, para un propósito especial. Los sacerdotes y algunos de los profetas fueron ungidos, pero el Antiguo Testamento enfatiza el ungimiento de los reyes, sobre todo como libertadores de los enemigos.

Lección 9—Un canto de la Palabra de Dios



Cuando el resto de los piratas se rebelaron contra John Silver en La Isla del Tesoro, señalaron su desagrado con una «Mancha negra». Era la notificación bucanera de que se había celebrado un concilio y que se había llegado a un veredicto en contra de Silver. La mancha identificaba la naturaleza del asunto y la palabra depuesto garabateada debajo de la mancha anunciaba el veredicto.

domingo, 21 de octubre de 2018

Lección 8—Un canto de acción de gracias



La señora Pumphrey es uno de los maravillosos personajes que viven en el Valle Yorkshire de la obra All Creatures Great and Small [Todas las criaturas grandes y pequeñas] de James Herriot. La señora Pumphrey, una viuda rica, dirigía una enorme casa con muchos sirvientes. Era inteligente, dedicada a causas de caridad, divertida, y, por lo general, capaz, excepto en un aspecto de su vida, tenía una actitud excéntrica.

Lección 7—Un canto de protección



Un episodio del antiguo programa detectivesco de televisión Remington Steele se titulaba «Acero templado». En él, el Sr. Steele fue contratado para que proveyera seguridad a la Compañía Electrónica Dillon que estaba perdiendo información de sus investigaciones por robo. Ya que él mismo tenía un pasado turbio, Steele decidió contratar la ayuda del mayor ladrón que conocía: un hombre llamado Wallace.