Todo el mundo ha oído hablar de La letra escarlata,
pero pocos la leen ya. Esto es muy malo, porque explora las preguntas cruciales
de lo que es el pecado y cómo se debe tratar con Dios, con la comunidad y con
uno mismo.
La historia se ubica en la Nueva Inglaterra puritana.
Los hechos son que Hester Prynne cometió adulterio durante la prolongada
ausencia de su esposo, tuvo un hijo, y fue sentenciada por la comunidad a
llevar por siempre la letra A como emblema de su pecado. La historia real
consiste en lo que pasa en los corazones y espíritus de Hester, el reverendo
Arthur Dimmesdale, que cometió adulterio con ella pero lo ocultó, y el esposo
de Hester, que regresa bajo el nombre de Roger Chillingworth para descubrir por
sí mismo al adúltero y vengarse.
La teología de Hawthorne no era ortodoxa por completo,
pero en esencia Hester pudo recibir perdón de Dios, aun cuando no de parte de
sus conciudadanos. Ella recibió alivio en su corazón de su culpa y vergüenza
aun cuando eran sus constantes compañeras en su sociedad. Al reverendo
Dimmesdale la gente de su iglesia lo consideraba un santo porque parecía muy
consciente de su indignidad. La verdad espiritual era que mientras predicaba y
ministraba al pueblo semana tras semana, lo consumía la hipocresía, la
vergüenza y la culpa debido a que no estaba perdonado. Sabía que su confesión a
Dios era incompleta e insincera mientras no aceptara públicamente la
responsabilidad por su pecado.
Roger Chillingworth se convirtió en un tipo del poder
destructivo de la venganza y de las razones espirituales para dejarle sólo a
Dios la rectificación de los males. Dimmesdale se derrumbó y murió por los
efectos debilitantes de su culpa, pero Chillingworth continuó vivo, muerto en
su alma, asesinado por su ponzoñosa idea de que cualquier cosa que hiciera una
persona ofendida para vengarse está bien.
Al final de la historia, sólo Hester Prynne queda
libre y perdonada. La A en la pechera de su vestido, no significa nada, porque
el perdón de Dios estaba en su corazón. Si Hester hubiera entonado un canto de
arrepentimiento hubiera sido, como los de los Salmos, un canto más triste pero
más sabio, que halló un gozo permanente en el Dios que nos da lo que jamás
merecemos: perdón.
Un canto de culpa
La iglesia primitiva identificó los siete salmos que
usted estudiará en esta lección como salmos penitenciales, para cantarse y
leerse durante los cultos del miércoles de ceniza en preparación para la
cuaresma.1 Cinco de ellos son salmos davídicos, y tres se
refieren al conflicto espiritual de David después de su adulterio con Betsabé.
El Salmo 38 nos habla de la culpa que David cargó antes de
confesar su pecado, el Salmo 51 registra su confesión y liberación de la culpa, y el Salmo 52 celebra la bendición del perdón. El tema de estos
salmos forma las tres divisiones de esta lección.
Salmo 38
¿Por qué oraba David? (vv. 1, 2) ¿Pedía él escapar de todas las consecuencias de su
pecado?
¿Cuáles eran los síntomas físicos y emocionales de la
aflicción de David causada por su pecado? (vv. 3–10)
¿Cuáles fueron las respuestas de algunos de los que
rodeaban a David a la aflicción que sufría debido a su pecado? (vv. 11, 12)
¿Cuál fue la afligida respuesta de David a sus
oponentes? (vv. 13, 14)
¿Cuál era la esperanza de David en medio de su
aflicción por sus pecados? (vv. 15, 16)
¿Cómo resumió David, al hablar con el Señor, la
situación que enfrentaba? (vv. 17–22)
Salmos 6 y 102
Usted ya ha estudiado, en la lección 4, los Salmos 6 y 102 como cantos de tristeza. La aflicción de estos poemas
brota de una pesada carga de pecado sin confesar. Nótese la similitud entre el Salmo 6.1 y el Salmo 38.1.
¿Por qué una persona cargada con pecado oculto es
susceptible de desarrollar enfermedades o síntomas físicos?
¿Qué hay respecto a la angustia de la culpa que le
hace pensar a una persona acerca de la muerte?
¿Por qué el culpable a menudo no puede dormir?
¿Por qué la preocupación por la culpa hace a una
persona estar consciente de sus enemigos y vulnerable a ellos?
Un canto de confesión
David no fue capaz de confesar y dejar a Dios su
pecado de adulterio con Betsabé durante el tiempo cuando trataba de ocultarlo (2 S 11.6–27). Después de que Dios envió al profeta Natán a David
para que le expusiera su pecado (2 S 12.1–15), este quedó libre para poner en el Señor la
aplastante carga de su culpa.
Salmo 51
¿Qué quería David de Dios, y en qué se basaba para pedirlo?
(vv. 1, 2)
¿Qué hechos admitió David en su confesión? (vv. 3, 6)
¿Qué cosas pidió David como pasos para restaurar su
relación, rota por el pecado, con Dios? (vv. 7–11)
¿Qué le había ocurrido al rey Saúl, el predecesor de
David, cuando Dios retiró de él su Espíritu? (1 S 16.14–23)
¿Qué cosas prometió David al Señor en respuesta al
perdón del pecado? (vv. 12–17)
La ley no hacía provisión para sacrificio por el pecado
intencional de David. ¿Cuál fue el único sacrificio significativo que podía
ofrecerle a Dios? (vv. 16–17)
Cuando completó su confesión, ¿qué clase de oración
pudo ofrecer David a Dios? (vv. 18, 19)
Salmo 143
Este salmo de David refuerza la expectación confiada
de perdón que expresó en el Salmo 51. También mira al Espíritu Santo como el que capacita
para una vida de servicio renovado.
¿Qué punto doctrinal acerca del pecado le recordó
David al Señor en el yersículo 2?
¿Qué petición basó en esa verdad doctrinal?
En los versículos 3 y 4, David se refería a su enemigo humano, pero los
enemigos espirituales laboran de la misma manera. ¿Cómo es que Satanás actúa en
esta forma en la yida del cristiano?
¿Qué valor tiene recordar los días pasados de grata
comunión con Dios en tiempos de arrepentimiento y confesión? (vv. 5, 6)
El Salmo 143 concluye con una colección de oraciones que pudieran
basarse en el recuerdo que David tuvo de días mejores en su caminar con el
Señor. ¿Qué cosas le pidió David a Dios? (vv. 7–12)
v. 7
v. 8
v. 9
v. 10
v. 11
v. 12
|
¿Cuál es la relación entre el espíritu del pecado (v. 7) y el Espíritu de Dios (v. 10)?
Un canto de perdón
Después que David confesó su pecado de adulterio con
Betsabé y la subsecuente complicidad en la muerte de su esposo (2 S 11.14–17), experimentó un sentimiento de perdón que fue
positivamente eufórico comparado con la deprimente miseria de su período de
culpa y vergüenza.
Salmo 32
¿Qué describe David como una bendición de Dios sobre
el hombre? (vv. 1, 2)
¿A qué conclusión llegó Pablo de este pasaje en su
epístola a los Romanos? (Ro 4.5–8)
Hay tres términos importantes en el Salmo 32.1 y 2 que expresan cómo trata Dios en su gracia con los
pecados del creyente arrepentido. La primera palabra, que se traduce «perdonar»
es nasa’. Su sentido es «levantar y acarrear». Los pecados así perdonados son
removidos de la consideración de Dios. La segunda palabra, traducida «cubierto»
es casáj que significa «esconder» u «ocultar». Cuando David dejó de esconder su
pecado (Sal 32.5) y lo confesó, entonces Dios lo escondió en su
perdón.
La tercera palabra, que se traduce «imputar» es
jashab. Imputar quiere decir emitir un juicio de que algo, en este caso el
pecado, debe ser acreditado a alguien. En el Salmo 32 los pecados no son imputados. Una persona es
bendecida cuando sus pecados no son cargados a su cuenta.
En contraste con la bendición de una persona cuyos
pecados son perdonados, ¿cuál es la condición de la persona con pecados sin
confesar? (vv. 3, 4)
¿Cómo es el perdón una forma de protección de Dios?
(vv. 6, 7)
¿Qué consejo específico da el Señor acerca de la
confesión y del perdón? ¿Por qué es tan adecuada su comparación con los
animales? (vv. 8, 9)
¿Acerca de qué puede exclamar el hombre perdonado?
(vv. 10, 11)
Salmo 130
Este séptimo salmo penitencial es otro de los cantos
de aflicción estudiados en la lección 4. Allí usted contempló el conflicto interno del
salmista que había sentido como si estuviera ahogándose en un mar de iniquidad.
El tono general de este salmo, sin embargo, no es de desesperación. El talante
queda enunciado por la observación del amanecer en los versículos 5 y 6 y declarado en los versículos 7 y 8.
Cada línea del versículo 7 contiene un paso que se aleja de la desesperación del
pecado. ¿Cuáles son esos pasos, y qué significan?
«Redención» traduce el nombre hebreo pedut. La idea de
rescate yace en la familia de palabras a la que pertenece pedut. Siempre hay un
precio que hay que pagar por el pecado para conseguir perdón. Es parte de la
misericordia de Dios que ya ha provisto el pago.
Fe viva
¿Ha tenido, alguna vez, un encuentro con la verdadera
culpa, como resultado de pensamientos o conducta pecaminosa (no la falsa clase
producida por el perfeccionismo), que le haya causado aflicción emocional o
física? Si es así, descríbalo aquí, no lo converse con nadie; explore su
significado en su vida espiritual.
¿Cómo llegó a darse cuenta, en definitiva, de que
tenía que confesar ese pecado, y cómo lo confesó en privado y/o en público?
Al pensar acerca de la situación, ¿hay algunas partes
de su pecado que jamás ha confesado o que todavía están ocultas pero que
deberían ser reveladas? (La confesión no debe ser más pública que la ofensa.)
Si hay algo más que debe ser confesado respecto a este
pecado, ¿cómo podría hacerlo?
¿Qué acto de confesión de pecado le trajo el mayor
gozo en el Señor? ¿Fue en el momento de su salvación o en alguna ocasión
siguiente a un punto culminante de su vida espiritual? Describa su gozo de
confesión.
El Espíritu Santo mora en los cristianos, pero ¿qué le
hace el pecado a nuestra relación con Él? (Ef 4.30; 1 Ts 5.19)
¿De qué verdades espirituales puede hablar con más
comprensión como consecuencia de haber experimentado el perdón de pecados, por
la gracia de Dios, en el curso de su vida cristiana?
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