El 30 de marzo de 1991, Emily Dayis Mobley y otros
cincuenta y cinco entusiastas exploradores entraron en la Cueva Lechugilla en
el Parque Nacional Carlsbad Cavems en una expedición cartográfica. Lechuguilla
había sido descubierta en 1986 y, bajo la estricta supervisión del Servicio de
Parques Nacionales, a la fecha ya se había cartografiado alrededor de noventa
kilómetros de pasajes que llegaban a una profundidad de quinientos metros. Sólo
espeleólogos como Emily, veterana de veinte y dos años de experiencia, podían
tener acceso a la cueva.
El domingo Emily estaba cartografiando la profundidad
de un barranco a varios kilómetros de la entrada y a cientos de metros bajo la
superficie, cuando un peñasco se desprendió de uno de los costados de un
paredón y cayó destrozándole la pierna izquierda. Entre Emily y el mundo
exterior había un empinado y escabroso ascenso entre obstáculos de barreras, de
más de treinta metros de altura, y tramos de pasajes tan estrechos que los
exploradores tenían que arrastrarse para recorrerlos. Emily no podía ni
moverse.
Los preparativos de emergencia es parte de toda buena
expedición para explorar cavernas, de modo que el rescate estaba en marcha
incluso antes de que el polvo se asentara. Un médico de la expedición
inmovilizó la destrozada pierna y ató a Emily a una camilla. De todas partes de
los Estados Unidos amigos de Emily acudieron para formar cuadrillas de rescate
que se turnaban cada pocas horas para cargarla, arrastrarla y sacarla segura.
En ocasiones, colgaba verticalmente en sogas mientras
que su peso oprimía su pierna lesionada. Otras veces tuvieron que pasarla
arrastrándola por pasajes estrechos sobre las espaldas de los ayudantes en
cuclillas o arrodillados. Otras, tuvieron que empujarla por hectáreas de
gigantescos peñascos.
Antes del amanecer del jueves, noventa y seis horas de
labor de rescate, el equipo le dijo a Emily que se acercaban a la boca de la
cueva. El peligro había pasado. A pesar del dolor de su lesión y de la
frustración de haber estado inmovilizada por días, ella empezó a cantar «¿Han
salido las estrellas esta noche?»
Las estrellas habían salido para recibir a Emily en
esa madrugada en el desierto. Más tarde los médicos en el Centro Médico
Guadalupe de Carlsbad, Nuevo México, le pusieron un perno en la parte superior
de su pantorrilla. Emily había regresado de las profundidades.
Cuando los salmistas clamaron a Dios pidiendo
liberación, ellos, también, clamaron desde las profundidades del peligro, la
desesperación o la culpa. Creyeron que la salvación que Dios daba en respuesta
a sus ruegos no era menos espectacular que lo que el rescate de Emily nos
parece.
Cantos de peligro
Entre los salmos que usted estudiará y que celebran la
liberación que Dios provee hay dos que se concentran en la necesidad de
salvación. Los salmistas acudían al Señor debido al peligro físico que
representaban sus enemigos, o la enfermedad, o debido al peligro espiritual que
representaban el pecado.
Salmo 69
¿Qué expresan las imágenes de los versículos 1–3 respecto a los problemas que David estaba
enfrentando?
IMAGEN
Agua hasta el cuello
Cieno profundo
Inundación
Garganta seca
Ojos desfallecidos
¿Qué representan la inundación y las corrientes de
aguas? (v. 4)
¿Qué pedía David además de la liberación de sus
enemigos?
v.5
v.6
¿De cuáles actividades espirituales de David se
burlaban sus enemigos? (vv. 7–12)
¿En qué forma los pecados de David (v. 5) le expusieron a él y a otros a la burla? (vv. 6–12)
¿Cómo amplió David el principio de su oración por
liberación? (vv. 13–21)
¿Qué pidió David respecto a sus enemigos que estaban
mofándose de Dios? (vv. 22–28)
Diecisiete de los salmos contienen oraciones que
expresan aborrecimiento contra los enemigos del salmista y petición de juicio
de Dios sobre ellos. Se les llama salmos imprecatorios, debido a que
imprecación es una palabra elegante para «suplicar venganza».
Los salmistas escribieron estas oraciones por
inspiración del Espíritu Santo. Su perspectiva espiritual estaba tan en línea
con Dios en esos momentos que sus oraciones expresan el aborrecimiento justo de
Dios al pecado antes que las vendetas privadas y completamente falibles de los
salmistas.
De estos salmos imprecatorios podemos aprender que
Dios detesta el mal y que juzga a los que hacen mal. Podemos incluso aprender
que El nos oye cuando expresamos nuestra ira y frustración contra las personas
que nos desagradan, pero siempre nos señala el regreso al mandamiento de Jesús
de amar a nuestro prójimo (Mt 5.43–48)
¿Cuál fue el voto de David a Dios en respuesta a la
salvación? (vv. 29–33)
¿A quiénes acude David para que alaben al Señor por su
salvación? (vv. 34–36)
Salmo 71
Este salmo anónimo es un canto de los peligros de la
edad avanzada. Incluso el creyente que ha confiado en el Señor desde su niñez
enfrenta problemas únicos en los años de la ancianidad.
¿Cuál es la confianza del anciano salmista? (vv. 1–3)
¿Por qué el anciano salmista tenía confianza al orar
por libe— ración? (vv. 4–6)
¿De qué tenía temor el salmista? (vv. 7, 9–13)
¿Qué quería el salmista en lugar de sus temores? (vv. 8, 14–18)
¿Qué ventaja le daba al salmista su avanzada edad al
enfrentar los peligros propios de ella? (vv. 19–21)
¿Qué le prometió el anciano salmista al Señor? (vv. 22–24)
Fe viva
¿Cómo podría percatarse mejor de las lecciones de fe
que usted puede aprender de los santos de más edad en su iglesia?
¿Cómo podría su iglesia dar a los santos ancianos más
oportunidades para expresar lo que el Señor ha hecho por ellos, de modo que los
adultos más jóvenes puedan beneficiarse de su sabiduría?
¿Cómo podría estimular la fe de algún santo mayor que
tal vez esté batallando con las limitaciones del envejecimiento?
¿A quiénes podría estimular de esta manera?
¿Cuándo podría ofrecer este estímulo?
Canto de confianza
Los próximos dos cantos de salvación expresan la
confianza en el Señor para librar del tipo de peligros de los que se lamentaban
en la sección previa a esta lección.
Salmo 17
¿Cómo describe David su oración? (v.
1)
¿Por qué David creía que el Señor le vindicaría? (vv. 2–5)
Puesto que es claro en otros salmos que David cometió
pecados serios, ¿cómo puede él, o cualquier otro pecador, aducir lo que afirma
en los versículos 2–5?
En la oración de David pidiendo protección (vv. 6–9), ¿cómo pueden las dos imágenes en el versículo 8 establecer su confianza respecto a la respuesta del
Señor?
¿A qué asemeja David a sus enemigos, y cómo encajan
ellos en esta descripción? (vv. 10–12)
¿Qué destino contrastante desea David para sus
enemigos y para sí mismo? (vv. 13, 15)
El Salmo 17.14 es difícil de traducir e interpretar. Algunos afirman
que el texto hebreo ha sufrido una confusión en su transmisión a través de los
siglos y hacen ligeros ajustes para que el versículo 14 se refiera al justo antes que a tos malos. Si el
texto es correcto, David les recordaba a sus lectores que el malo, incluso bajo
juicio, puede prosperar materialmente, pasar a sus hijos sus ganancias mal
habidas, y estar satisfecho consigo mismo.
Esta vanidosa satisfacción propia es parte del juicio
de Dios. Cualquier persona rica que se cree autosuficiente y segura en su
herencia familiar es necia y se engaña a sí misma. Sólo están a un paso de
distancia de la aniquilación, pero no pueden verlo.1 Véase en el Salmo 49 una discusión completa de este asunto por parte de
los hijos de Coré.
Salmo 85
Este canto de salvación siguió a un tiempo de
cautividad (v. 1). Quizás uno de los descendiente de Coré escribió
esto después del cautiverio babilónico cuando los sobrevivientes del exilio
veían al Señor para que restaurara a Jerusalén y a Judá a la prominencia
política. Este salmista sabía que había sólo un poder en el cual confiar para
una nación restaurada.
¿Qué había hecho el Señor recientemente que le daba al
salmista la confianza para orar a Él? (vv. 1–3)
Basado en la reciente bendición del Señor, ¿qué pidió
allí mismo el salmista? (vv. 4–7)
¿Qué respuestas a sus oraciones esperaba el salmista
con confianza? (vv. 8, 9)
¿Qué hay respecto al carácter de Dios que garantiza la
vindicación final de su pueblo? (v. 10)
¿Qué ha tenido siempre el pueblo de Dios que mirar
como base para su esperanza? (vv. 11–13)
Canto de victoria
Estos dos salmos celebran la salvación de Dios por la
cual se suplicaba en los cantos de peligro, y se esperaba en los cantos de
confianza. La salvación tratada en estos salmos es la liberación del peligro
físico, pero los Salmos 34 y 118 contienen predicciones mesiánicas que relacionan la salvación física de
Dios con su salvación del pecado. Dios es un Salvador de todo lo que amenaza a
su pueblo.
Salmo 34
El Salmo 34 es el más exuberante de los salmos que David escribió
durante el tiempo en que fue perseguido por el rey Saúl (véase Entre
bastidores, lección 6, p. 85). Es otro salmo alfabético o acróstico (véase Entre bastidores, lección 1, p. 19).
¿Cómo elaboró David su invitación de «bendecir a
Jehová en todo tiempo»? (vv. 1–3)
¿Qué testificó David que ocurre cuando el necesitado
dama al Señor pidiendo liberación? (vv. 4–7)
En los versículos 8–14, ¿qué ideas incluyó David como partes de su temor al
Señor?
¿Por qué puede el justo clamar salvación con
confianza? (vv. 15–17)
¿Qué hay acerca del justo a lo cual el Señor responde?
(vv. 18–22)
Salmo 118
Este canto anónimo de salvación ha sido usado a través
de la historia en la adoración judía, durante la fiesta de la Pascua y el culto
en la Fiesta de los Tabernáculos.
¿Por qué abundante y clara razón pidió el salmista a
sus lectores que den gracias a Dios? (vv. 1–4, 29)
¿Qué efecto logró el salmista por la repetición de sus
llamados a Israel, la casa de Aarón, y todos los que temen al Señor para
agradecer a Dios? (vv. 2–4)
¿Cuáles fueron los resultados de la salvación del
Señor al salmista? (vv. 5–7)
¿A qué conclusión llegó el salmista debido a la
salvación del Señor? (vv. 8, 9)
¿Qué ocurrió a los que atacaron al salmista? (vv. 10–14)
Los versículos 15–29 concluyen el Salmo 118 con un himno de alabanza por la salvación del Señor.
¿En qué cree que contribuyen, cada una de las imágenes siguientes, a la
descripción que el salmista hace de la salvación del Señor?
La diestra de Jehová (vv. 15, 16)
Puertas (vv. 19, 20)
La piedra (v. 22)
Luz (v. 27)
El sacrificio atado al altar (v. 27)
Fe viva
¿Cuándo y cómo le ha librado el Señor de peligros a su
vida física?
¿En qué peligros presentes y eternos se hallaba usted
cuando clamó al Señor pidiendo salvación de sus pecados?
¿Qué acontecimientos y promesas bíblicas le han dado
certeza de que puede confiar en el Señor para liberación diaria y salvación
eterna?
Escoja el versículo de los Salmos 34 y 118 que mejor capte sus actitudes hacia el Señor como su
Salvador, y escríbalo aquí como una expresión de alabanza.
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