Cuando el resto de los piratas se rebelaron contra
John Silver en La Isla del Tesoro, señalaron su desagrado con una «Mancha
negra». Era la notificación bucanera de que se había celebrado un concilio y
que se había llegado a un veredicto en contra de Silver. La mancha identificaba
la naturaleza del asunto y la palabra depuesto garabateada debajo de la mancha
anunciaba el veredicto.
La astucia de Silver vio una manera de alejar la
atención de sus compinches de su propósito de reemplazarlo.
—¡Vaya, diantres!, mírenlo ahora. ¡Esto no es suerte!
¡Ustedes lo han hecho y lo han cortado de una Biblia! ¿Quién es el tonto que
corta una Biblia?
—¡Ajá, ajá! —dijo Morgan—. ¡Veamos! ¿Qué diré? Nada
bueno puede resultar de esto, digo yo.
—Pues bien, ahora tienen que arreglárselas entre
ustedes —continuó Silver—. Reconozco que ya lo han hecho ahora. ¿Qué cabeza de
chorlito tenía una Biblia?
—Fue Dick —dijo uno.
—Dick… ¿fue él? Entonces bien puede ponerse a rezar
—dijo Silver—. Él ya ha visto su porción de suerte, la que tenía Dick, y pueden
estar seguros de eso….. Y ahora, compañeros, ¿esta mancha negra? No sirve de
gran cosa, ¿verdad? Dick se gastó su suerte y arruinó su Biblia y eso es todo.
—Todo lo que tengo que hacer es besar el libro, ¿no es
cierto? —grufió Dick, quien evidentemente se sentía intranquilo por la
maldición que había acarreado sobre sí.
—¡Una Biblia con una porción cortada! —replicó Silver
burlonamente—. De nada sirve. Ya no sirve más que cualquier libro de baladas.
La Biblia era un objeto de respeto supersticioso para
John Silver y sus traicioneros compañeros. Sólo una persona insensata tendría
una, pero si estaba allí, merecía un tratamiento especial para tener buena
suerte y evitar la mala fortuna.
David y los otros salmistas se hubieran quedado pasmados,
si no apabullados, por semejante actitud hacia la Biblia. Para ellos las
Escrituras eran la maravillosa Palabra de Dios. Es el libro acerca de la vida y
la bondad; la suerte no entra para nada en el cuadro.
Salmo 19
En este hermoso poema David cantaba acerca de la
revelación que Dios da de sí mismo en la naturaleza y en su Palabra. Su
revelación en la naturaleza es buena; en su Palabra es mejor. Es más, es
perfecta.
¿Qué revelan los cielos acerca de Dios? (v. 1) Compárese con Romanos 1.20.
¿Cuándo revelan los cielos a Dios? (v. 2)
¿A quién revelan los cielos a Dios? (v. 3)
¿En dónde revelan los cielos a Dios? (v. 4)
¿En qué forma es el sol como un novio que sale para su
boda? (v. 5a)
¿En qué manera es el sol como un gigante alistándose
para competir en una carrera? (v. 5b)
¿Qué hace del sol el más grande revelador espacial de
Dios? (vv. 4c–6)
¿Cuál es el resultado de la revelación que Dios da de
sí mismo en los cielos? (Véase Ro 1.18–21.)
El nombre divino asociado con la revelación dada en
los cielos es Dios; el que asocia con la Palabra de Dios es Señor. Vea la Riqueza literaria del Salmo 46 en la lección 7, página 92 y explique por qué David
hizo este cambio en el nombre.
Hay ocho términos principales para la Palabra de Dios
en el Salmo 19 y 119. Se usan como sinónimos a grosso modo, pero cada uno
tiene su propio acepción. Los cinco primeros términos aparecen en el Salmo 19 y todos en el Salmo 119.
Ley tiene el significado básico de instrucción. Su
sentido bíblico es la instrucción dada por Dios acerca de cómo vivir para
agradarle. La ley es la instrucción de Dios respecto a la realidad. No hay nada
arbitrario o caprichoso en cuanto a la ley.
Testimonio es con frecuencia sinónimo de pacto. El
testimonio del Señor es su arreglo con su pueblo, mediante el cual ellos son
aceptables ante Él.
Precepto o estatuto (el mismo término hebreo) se
refiere a la revelación del pacto. Un precepto es algo revelado que debe ser
guardado y obedecido.
Mandamiento designa una orden que debe obedecerse.
Lleva la autoridad del que lo dicta, de modo que los mandamientos de Dios son
los más grandes.
Juicio identifica una decisión de parte de Dios
respecto a cuestiones de la conducta humana. Sus juicios no son emitidos
conforme emerge la mala conducta sino que fueron dictados de antemano.
Estatuto (un término hebreo diferente que el
«estatuto» o «precepto» anterior), denota un decreto dictado por el soberano
Señor. Son mejores que los decretos emitidos por los reyes humanos.
Palabra es un término acerca del lenguaje. La palabra
es lo que procede de la boca de Dios. Es una expresión hablada divina.
Otro término hebreo que se traduce «palabra» tiene el
sentido de promesa. Las palabras o promesas de los hombres no son confiables,
pero las palabras de Dios son seguras.
¿Qué cosas puede hacer la Palabra de Dios que la revelación
en la naturaleza no puede? (vv. 7, 8, 11a)
¿Cuáles son algunas de las características de la
Palabra de Dios? (vv. 9, 10, 11b)
¿Qué comprensión y convicción de pecado puede la
Palabra de Dios dar que no puede dar la revelación en la naturaleza? (vv. 12, 13)
¿Qué transformación personal deseaba David de la
Palabra de Dios? (v. 14)
Un canto de amor y obediencia
Salmo 119
Este salmo es un salmo alfabético o acróstico. Véase
Entre bastidores en la lección 1, Salmo 37, página 19, una consideración de los salmos acrósticos. Hay
veintidós estrofas de ocho versículos en el Salmo 119. Cada uno de los 176 versículos menciona a la Palabra de Dios por medio de
los ocho términos comunes señalados arriba, y una multitud de sinónimos usados
con menos frecuencia.
El formato alfabético de este canto de la Palabra de
Dios impuso una estructura artificial tal que hizo difícil al salmista
desarrollar un flujo de pensamiento. Por consiguiente, el Salmo 119 puede parecer repetitivo y desarticulado.
En el ejercicio que sigue se le da un tema para cada
estrofa del Salmo 119. En los espacios provistos anote las principales lecciones que
encuentre en cada estrofa.
Salmo 119.1–8 BENDITOS LOS OBEDIENTES
Salmo 119.9–16 ESCRITA EN MI CORAZÓN
Salmo 119.17–24 ABRE LOS OJOS
Salmo 119.25–32 VERDAD O ENGAÑO
Salmo 119.33–40 PRESERVA LA VIDA
Salmo 119.41–48 LIBERTADORA
Salmo 119.49–56 CONSUELO PARA EL QUE SUFRE
Salmo 119.57–64 UN VOTO DE OBEDIENCIA
Salmo 119.65–72 SEÑOR, ENSÉÑAME
Salmo 119.73–80 DADORA DE VIDA
Salmo 119.81–88 PREVIENE EL DESMAYO ESPIRITUAL
Salmo 119.89–96 SIN LÍMITES, SIN TIEMPO
Salmo 119.97–104 HACE A UNO MUY SABIO
Salmo 119.105–112 VIDA A MIS PIES
Salmo 119.113–120 EL CAMINO CORRECTO
Salmo 119.121–128 MÁS PRECIOSA QUE ORO
Salmo 119.129–136 DA DIRECCIÓN
Salmo 119.137–144 SUMAMENTE PROBADA
Salmo 119.145–152 ESPERANZA PARA SEGURIDAD
Salmo 119.153–160 SALVACIÓN EN LA PERSECUCIÓN
Salmo 119.161–168 FUENTE DE PAZ
Salmo 119.169–176 TEMA DE MI CANCIÓN
Fe viva
¿Cuál cree que fue el principal punto que David quería
enfatizar acerca de la Palabra de Dios en el Salmo 119?
¿Cómo resumiría la actitud del salmista hacia la
Palabra de Dios en el Salmo 119?
¿Cómo completaría esta declaración? Amo la Palabra de
Dios porque:
Anote alguna de las cosas que la Palabra de Dios le ha
enseñado que no podría haber aprendido si ella no existiera.
Componga una oración de gratitud a Dios por la manera
en que ha transformado su vida con su Palabra. Sea específico en cuanto a los
cambios que la Palabra ha producido.
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