Daniel 10.1–12.13
Daniel 10–12 posee una gran unidad de profecía revelando de
antemano la historia mundial. Dos años antes de esta visión final dada a Daniel
en el 538 a.C., el rey persa Ciro dictó el decreto que le permitía a algunos de
los judíos en el exilio volver a Jerusalén para reconstruir la casa de Dios (2 Cr 36.22–23; Esd 1; Is 44.28). Ahora, después de este breve tiempo, a Daniel o
bien se le ha dicho, o percibe en su espíritu, la oposición y resistencia que
su pueblo enfrentaba en la reconstrucción del templo en Jerusalén.
Visiones de un varón extraordinario Daniel 10.1–9
Daniel 10.2–3 revela la abstinencia temporal del profeta de ciertos
alimentos, lo cual muestra lo que algunos llaman el «ayuno de Daniel». No tomó manjares delicados, ni carne, ni vino,
como disciplina para expresar su aflicción espiritual. Algunos han sugerido que
este ayuno de tres semanas ocurrió durante el período de la fiesta de la
Pascua.
Durante este ayuno Daniel vio una visión de un varón (Dn 10.5). ¿Cómo lo describe?
Compare la descripción que da Daniel con la
descripción de Jesús en Apocalipsis 1.12–16.
¿Cómo reaccionó Daniel a esta visión? (Dn 10.5–6). ¿Cómo es esto similar a otros que se hallaron en la
presencia de Dios? (Véanse Is 6.1–5; Lc 5.8.)
Al parecer, Daniel 10.10 presenta un personaje adicional en la visión. ¿A qué
se debe su presencia?
¿Qué dificultad encontró el mensajero angélico para
llegar a Daniel? (Dn 10.13)
¿Quién impidió que Miguel llegara a Daniel? (y. 13)
¿Qué nos dicen los versículos 12 y 13 respecto al conflicto espiritual en el campo
invisible?
¿Cómo explican estos dos pasajes de las Escrituras el
porqué, en ciertos casos, hay demoras en la respuesta a nuestras oraciones?
Una vez que comprendemos la realidad del conflicto
espiritual en las regiones invisibles, ¿cuál debe ser nuestro papel como
intercesores y guerreros de oración al asociarnos con el Espíritu Santo para
ganar victorias para Jesucristo?
¿Qué papel ocupa la oración perseverante en el conflicto
espiritual?
Daniel 10.13 provee «uno de los ejemplos más claros en el AT de
que ejércitos de demonios se oponen a los propósitos de Dios, que las luchas
terrenales a veces reflejan las que tienen lugar en los cielos, y que el ayuno
y la oración pueden influir en su resultado. El príncipe… de Persia sería la
cabeza de las fuerzas espirituales que comandarían a la pecadora Persia,
especialmente en sus relaciones con el pueblo de Dios. Miguel es un antiguo
ángel. No se explica la exacta naturaleza del conflicto ni por qué el mensajero
no pudo derrotar al príncipe».
Parecería que el mundo demoníaco es sumamente activo
en los asuntos de las naciones y cuestiones nacionales. El conflicto es en el
campo espiritual, sin embargo se expresa a través de los campos político,
militar y otros.
¿Cómo debería una comprensión espiritualmente clara de
este hecho afectar nuestras oraciones por los líderes gubernamentales? (Véanse Dn 10.20–21 y 1 Ti 2.1–4 antes de contestar.)
Hay un constante conflicto en el mundo espiritual en
cuanto al control de las vidas de las personas. ¿Cómo indican los siguientes
versículos que podemos atar las obras y poderes del enemigos y librar la
batalla del lado de Dios?
Mateo 16.19
2 Corintios 10.4
Efesios 6.12
¿Cuál es nuestra responsabilidad como intercesores y
guerreros de oración al ejercer esta autoridad del Reino?
¿Qué puede ocurrir si no asumimos nuestro papel como
intercesores?
Profecías concernientes a Persia y Grecia Daniel 11.2–35
Al parecer, Daniel 11 profetiza la aflicción de los judíos y el sufrimiento
que soportarán en los siglos venideros. Continuarán en peligro durante toda la
historia moderna y hasta el fin de la Gran Tribulación.
Desde el punto de vista del siglo veinte, toda la
profecía en Daniel hasta 11.35 puede estar relacionada a acontecimientos bien conocidos de la historia
antigua. Por ejemplo, los sueños que Daniel interpretó en los capítulos 2, 7 y 8 se superponen en significado y se relacionan a las
características de los imperios mundiales de Babilonia, Media-Persia, Grecia y
Roma.
Daniel
11.2–4 describe de nuevo el ascenso de Alejandro y la futura
división de su imperio entre sus cuatro generales (Tolomeo, Seleuco 1, Casandro
y Lisímaco) después de su muerte a los treinta y tres años, en la flor de su
vida. Daniel 11.5–20 predice la intriga y luchas entre Egipto y Siria
exactamente hasta el tiempo de Antíoco Epífanes (c. 175–164 a.C.). Daniel 11.21–35 describe las abominables acciones de Antíoco y por
último las del verdadero enemigo del pueblo de Dios, el anticristo.
Las blasfemias y conquistas del rey del norte Daniel 11.36–45
Los versículos que restan de Daniel 11 revelan rasgos del «tiempo determinado» (y. 35) y «al cabo del tiempo» (y. 40).
¿Qué nos sugiere que el anticristo se obsesionará con
la fuerza militar? Compare esto con Ezequiel 38.8, 9, 11 y 16.
Feroz cómo será el anticristo, no prevalecerá contra
el verdadero Cristo, el Ungido de Dios. ¿Cómo será su fin a la larga? (Véase Ap 19.11–21.)
Profecía sobre el tiempo del fin Daniel 12.1–13
Tan severos, sin embargo, serán los días agonizantes
de la ira de Dios, como se predice en Daniel 9.27 y revelada adicionalmente en Apocalipsis 16, que excepto por la obra de freno del arcángel Miguel
(Dn 12.1), el ángel guardián de Israel, la raza humana
enfrentaría la aniquilación (Mt 24.22).
¿Cómo luchan Miguel y sus ángeles contra Satanás y sus
ángeles? (Véase Ap 12.7–9.)
Daniel distingue dos fases de una resurrección futura
de los muertos (Dn 12.2). Algunos resucitarán para vida eterna y otros a vergüenza y confusión
perpetua. Lo más probable es que la primera se refiera a la resurrección en
«los postreros días» del remanente de los mártires judíos (Ap 6.9; Mt 10.22–23), que precede al juicio ante el gran trono blanco
después del milenio.
¿Cómo se separan estos acontecimientos en Apocalipsis 20.4–6?
¿Qué dice Daniel para referirse a estos mártires
fieles? (Dn 12.3)
A Daniel se le ordena que oculte y cierre el libro
hasta «el tiempo del fin» (Dn 12.4, 9). Cuando llegue el tiempo del fin, la Iglesia tendrá
una perspectiva histórica mayor para comprender la Iglesia tendrá una
perspectiva histórica mayor para comprender la profecía. Según la opinión de
muchos, desde que Israel recuperó el control de su territorio (1948) y la
ciudad de Jerusalén (1967), tenemos una perspectiva mucho más clara de la
profecía debido a que el tiempo del fin está significativamente más cerca que antes.
A través de toda la historia de la Iglesia, muchos
cristianos se han dejado consumir por las realidades futuras que han descuidado
sus responsabilidades presentes. Por ejemplo, durante el siglo primero d.C. los
creyentes en Tesalónica oyeron que Cristo ya había venido y establecido su
Reino sobre la tierra (2 Ts 2.2). Algunos usaron estas noticias para excusarse de trabajar y darse al
chisme (2 Ts 3.11–12). Después de lanzar un reto a su respuesta a este
mensaje infundado (y. 14–15), el apóstol Pablo enmendó su teología, recordándoles lo que les había
enseñado acerca de los postreros días (2 Ts 2.3–12).
¿Cómo está ordenando sus prioridades hasta el tiempo
del fin?
Con la perspectiva de que estas terribles aflicciones
y circunstancias desafiantes acercan «el tiempo del fin», ¿cómo debe responder
el sabio y el justo? (2
Ts 1.10)
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