Mateo
6:16-18.
Jesús
y el ayuno.
16. Cuando ayunen, no se pongan apesadumbrados como los hipócritas, que ponen cara de aflicción para que vean los hombres que están ayunando. De cierto les digo que ya recibieron su recompensa. 17. Pero cuando tú ayunes, lava tu rostro y unge tu cabeza, 18. para no hacer notorio a los hombres que ayunas, sino a tu Padre que está en lo secreto, y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará.
Ejercicio
espiritual en el que un individuo o una comunidad se abstienen de comida.
Aunque la práctica bíblica era que durara generalmente un día (hasta el
anochecer), la Biblia cita ayunos de tres días, siete días, tres semanas y
cuarenta días.
Las
personas ayunaban por diversas razones. Lo hacían, por ejemplo, para prepararse
antes de recibir un mensaje de Dios y antes de ir a cumplir una misión especial
de Dios. Pero lo hacían también con motivo de la muerte de un ser querido o
para conmemorar catástrofes nacionales; y para implorar la ayuda de Dios,
discernimiento o perdón.
EL AYUNO EN EL ANTIGUO TESTAMENTO
La
revisión detallada de textos en el Antiguo Testamento nos ofrece el siguiente
cuadro:
1.
La mayoría de los pasajes del precautiverio presentan el ayuno en un contexto
de luto, tristeza y humillación (Jueces 20:26; 1 Samuel 31:13; 2 Samuel 1:12;
12:16–23).
2.
Hay algunos pasajes que presentan el estado de tristeza y humillación en el
contexto de la penitencia por el pecado (1 Samuel 7:6; 1 Reyes 21:9–27).
3.
En los textos del cautiverio y especialmente en los del poscautiverio (donde se encuentran la mayoría de textos),
el ayuno por lo general se presenta en el contexto de la penitencia y la
humillación y como señal de conversión (Jeremías 14:12; Jonás 3:5; Esdras 8:23;
Nehemías 9:1; 2 Crónicas 20:3; Joel 1:14; 2:12; 2:15; Daniel 9:3; Salmos 35:13;
69:10; 109:24)
4.
En Ester 4:3 la reina pide a sus paisanos que ayunen como un acto de
solidaridad. Así el pueblo haría simbólicamente lo que Ester estaba haciendo
literalmente: exponiendo su vida en favor de su pueblo.
5.
Llama la atención la reinterpretación profética de Isaías 58 y Zacarías 7. En
ambos pasajes, lo que Dios quiere es la justicia social. Mientras que el pueblo
practica el ayuno como obediencia a una exigencia ritual, el profeta coloca el
ayuno en el contexto total de la vida y donde Dios quiere que tenga su contexto
más feliz. En el caso de Zacarías 7 la pregunta que hizo el pueblo está mal
hecha; el asunto no es si se celebra o no el ayuno, sino a qué acción o actitud
del pueblo responde esa práctica.
Isaías
presenta al ayuno como una acción de solidaridad. Con este tipo de ayuno surge
la posibilidad de que las personas acomodadas y solventes experimenten lo que
día a día viven los pobres y hambrientos.
En
el ayuno, sugiere Isaías 58, el que tiene se hace vulnerable y débil y puede
mirar a Dios como fuente de vida y de sustento. En el ayuno, el rico aprende a
ser pobre en espíritu; y el pobre imparte al rico la actitud de humilde espera
delante de Dios. Podríamos decir que toda acción litúrgica o cultual apunta al
bien del ser humano y a la gloria de Dios.
6.
Hay dos casos, semejantes al de Jesús, en los que Moisés (Éxodo 34:28) y Elías
(1 Reyes 19:8) ayunan durante cuarenta días, en el desierto.
EL AYUNO EN EL JUDAÍSMO
La
ley de Moisés específicamente mandó ayunar en el Día de Expiación. Esto llevó a que el día se conociera también como
«día del ayuno» (Jeremías 36:6) o «el ayuno» Hechos 27:9. Después del
cautiverio se establecieron intervalos regulares para la celebración del ayuno.
Según Zacarías 8:19, en el cuarto, en el quinto, en el séptimo y en el décimo
mes habría de observarse otros cuatro ayunos que recordaban desastres en la
historia de los judíos. Y está también el ayuno antes de la celebración del
Purim, que se instituyó en los días de Ester (Ester 9:31).
EL AYUNO EN EL NUEVO TESTAMENTO
El
ayuno se menciona también en el Nuevo Testamento. Los judíos devotos ayunaban
(Hechos 27:9). Algunos ayunaban los lunes y los jueves (Lucas 18:12). Otros,
como Ana, que servía a Dios en el templo con «ayunos y oraciones» (Lucas 2:37), lo hacían más a menudo. Los
discípulos de Juan el Bautista ayunaban. Jesucristo ayunó cuarenta días y
cuarenta noches antes de la tentación (Mateo 3:2). Asimismo, se menciona el
ayuno de Cornelio (Hechos 10:30), de los cristianos de Antioquía (Hechos 13:2–3),
de Pablo y Bernabé (Hechos 14:23), y se registra la recomendación de Pablo a
los matrimonios (1 Corintios 7:5).
Algunos
opinan que pasajes como Mateo 17:21, Hechos 10:30 y 1 Corintios 7:5 no deben
tomarse en cuenta porque no se encuentran en los manuscritos más antiguos, pero
la existencia de estos versículos en muchos manuscritos demuestra por lo menos
que la iglesia primitiva creía en el valor del ayuno.
Jesús no canceló la práctica, pero pidió que sus seguidores lo hicieran con la mirada fija en Dios, no en los hombres (Mateo 6:16–18).
AYUNAR, AYUNO, AYUNAS
A. NOMBRES
Nesteia,
ayuno (de ne, prefijo negativo, y esthio, comer). Se usa: (a) de la abstinencia
voluntaria de comer (Lucas 2:37; Hechos 14:23, algunos mss. tienen esta palabra
en Mateo 17:21); el ayuno se había hecho una práctica común entre los judíos, y
fue continuado por los cristianos; en Hechos 27:9, «el ayuno» se refiere al Día
de la Expiación (Levítico 16:29); aquel tiempo del año sería peligroso para
la navegación; (b) de abstinencia involuntaria (quizá se incluya la voluntaria),
como consecuencia de circunstancias adversas (2 Corintios 6:5; 11:27).
Nestis,
no comer, ayuno. Se usa de la carencia de comida (Mateo 15:32: «en ayunas»; rv: «ayunos»).
Nota: asitia
(Hechos 27:21), significa «sin comida» (no debido a falta de víveres), esto es,
abstinencia de comer.
B. VERBO
Nesteuo,
ayunar, abstenerse de comer (relacionado con A,). Se usa de ayunar
voluntariamente (Mateo 4:2; 5:16-18; 9:14-15; Lucas 5:33, 34-35; 18:12; Hechos
13:2-3). Algunos de estos pasajes muestran que los maestros que tenían un
seguimiento de discípulos les daban instrucciones especiales en cuanto a
ayunar. El Cristo enseñó la necesidad de pureza y de simplicidad de motivos.
Las
respuestas del Cristo a las preguntas de los discípulos de Juan y de los
fariseos revelan todo su propósito y método. Es indudable que Él y sus
seguidores observaban ayunos tales como el del Día de la Expiación, pero Él no impuso además otros ayunos frecuentes.
Lo que enseñó es apropiado al cambio de carácter y de propósito que Él dispuso
para sus discípulos. Su afirmación de ser el esposo (Mateo 9:15), y la
referencia allí a la no práctica del ayuno, implica visualmente la afirmación
de su condición de Mesías (cf. Zacarías 8:19). En algunos mss. aparece este
verbo en Hechos 10:30.
C.
ADJETIVO
Asitos,
sin alimento (a, negativo; sitos, grano, alimento). Se usa en Hechos 27:33, «ayunas». Cf. asita.
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