Mateo
1:20.
20. Y mientras él pensaba en esto, se le apareció en sueños un ángel de Yahweh, diciéndole: José, hijo de David, no temas recibir a Mariam tu esposa, porque el que ha sido engendrado en ella es del Espíritu Santo.
“Sueño:
Fantasías que se experimentan mientras uno está dormido”
Los
sueños han llamado poderosamente la atención de todos los pueblos desde la
antigüedad. Los hebreos los consideraban como medio de manifestación de la
voluntad divina con respecto a los hombres y como predicción de hechos futuros,
siendo así una vía de comunicación entre Dios y su pueblo. No obstante, dentro
del plan de la revelación divina, los sueños no se emplean en la Biblia para
manifestar verdades de la fe o teológicas fundamentales, sino que más bien
tienen el carácter de advertencias personales o de anuncios de sucesos de significación
política o económica.
Algunos sueños
importantes en la Biblia son:
1. Los de Jacob, como
el de la escalera que unía al cielo con la tierra (Génesis 28:12) y el de los
carneros listados y manchados (Génesis 31:10)
Gn.
28:12-13.
12.
Y soñó: y he aquí una escalera que estaba apoyada en tierra, y su extremo
tocaba en el cielo; y he aquí ángeles de Dios que subían y descendían por ella.
13. Y he aquí, Jehová estaba en lo alto de ella, el cual dijo: Yo soy Jehová, el Dios
de Abraham tu padre, y el Dios de Isaac; la tierra en que estás acostado te la
daré a ti y a tu descendencia.
Gn.
31:10.
10.
Y sucedió que al tiempo que las ovejas estaban en celo, alcé yo mis ojos y vi
en sueños, y he aquí los machos que cubrían a las hembras eran listados,
pintados y abigarrados.
2. El de Labán cuando
perseguía a Jacob (Génesis 3:24).
24.
Y vino Dios a Labán arameo en sueños aquella noche, y le dijo: Guárdate que no hables
a Jacob descomedidamente.
3. Los de José en que
las gavillas y los astros se inclinaban ante él (Génesis 37:5–9).
5.
Y soñó José un sueño, y lo contó a sus hermanos; y ellos llegaron a aborrecerle
más todavía. 6. Y él les dijo: Oigan ahora este sueño que he soñado: 7. He aquí
que atábamos manojos en medio del campo, y he aquí que mi manojo se levantaba y
estaba derecho, y que vuestros manojos estaban alrededor y se inclinaban al
mío. 8. Le respondieron sus hermanos: ¿Reinarás tú sobre nosotros, o señorearás
sobre nosotros? Y le aborrecieron aún más a causa de sus sueños y sus palabras.
9. Soñó aun otro sueño, y lo contó a sus hermanos, diciendo: He aquí que he
soñado otro sueño, y he aquí que el sol y la luna y once estrellas se
inclinaban a mí.
4. Los del copero y del panadero del faraón de
Egipto (Génesis 40:5–20)
5.
Y ambos, el copero y el panadero del rey de Egipto, que estaban arrestados en
la prisión, tuvieron un sueño, cada uno su propio sueño en una misma noche,
cada uno con su propio significado. 6. Vino a ellos José por la mañana, y los
miró, y he aquí que estaban tristes. 7. Y él preguntó a aquellos oficiales de
Faraón, que estaban con él en la prisión de la casa de su señor, diciendo: ¿Por
qué parecen hoy mal sus semblantes? 8. Ellos le dijeron: Hemos tenido un sueño,
y no hay quien lo interprete. Entonces les dijo José: ¿No son de Dios las interpretaciones?
Cuéntenmelo ahora. 9. Entonces el jefe de los coperos contó su sueño a José, y
le dijo: Yo soñaba que veía una vid delante de mí, 10. y en la vid tres
sarmientos; y ella como que brotaba, y arrojaba su flor, viniendo a madurar sus
racimos de uvas. 11. Y que la copa de Faraón estaba en mi mano, y tomaba yo las
uvas y las exprimía en la copa de Faraón, y daba yo la copa en mano de Faraón. 12.
Y le dijo José: Esta es su interpretación: los tres sarmientos son tres días. 13.
Al cabo de tres días levantará Faraón tu cabeza, y te restituirá a tu puesto, y
darás la copa a Faraón en su mano, como solías hacerlo cuando eras su copero. 14.
Acuérdate, pues, de mí cuando tengas ese bien, y te ruego que uses conmigo de
misericordia, y hagas mención de mí a Faraón, y me saques de esta casa. 15.
Porque fui hurtado de la tierra de los hebreos; y tampoco he hecho aquí por qué
me pusiesen en la cárcel. 16. Viendo el jefe de los panaderos que había
interpretado para bien, dijo a José: También yo soñé que veía tres canastillos
blancos sobre mi cabeza. 17. En el canastillo más alto había de toda clase de
manjares de pastelería para Faraón; y las aves las comían del canastillo de
sobre mi cabeza. 18. Entonces respondió José, y dijo: Esta es su
interpretación: Los tres canastillos tres días son. 19. Al cabo de tres días
quitará Faraón tu cabeza de sobre ti, y te hará colgar en la horca, y las aves
comerán tu carne de sobre ti. 20. Al tercer día, que era el día del cumpleaños
de Faraón, el rey hizo banquete a todos sus sirvientes; y alzó la cabeza del
jefe de los coperos, y la cabeza del jefe de los panaderos, entre sus
servidores.
5. Los del faraón acerca de las vacas gordas y
flacas, y las espigas llenas y vacías (Génesis 41:1–7)
1.
Aconteció que pasados dos años tuvo Faraón un sueño. Le parecía que estaba
junto al río; 2. y que del río subían siete vacas, hermosas a la vista, y muy
gordas, y pacían en el prado. 3. Y que tras ellas subían del río otras siete
vacas de feo aspecto y enjutas de carne, y se pararon cerca de las vacas
hermosas a la orilla del río; 4. y que las vacas de feo aspecto y enjutas de
carne devoraban a las siete vacas hermosas y muy gordas. Y despertó Faraón. 5.
Se durmió de nuevo, y soñó la segunda vez: Que siete espigas llenas y hermosas
crecían de una sola caña, 6. y que después de ellas salían otras siete espigas
menudas y abatidas del viento solano; 7. y las siete espigas menudas devoraban
a las siete espigas gruesas y llenas. Y despertó Faraón, y he aquí que era
sueño.
6. El del amigo de Gedeón en que se predijo la
victoria de este (Jueces 7:13)
13.
Cuando llegó Gedeón, he aquí que un hombre estaba contando a su compañero un
sueño, diciendo: He aquí yo soñé un sueño: Veía un pan de cebada que rodaba
hasta el campamento de Madián, y llegó a la tienda, y la golpeó de tal manera
que cayó, y la trastornó de arriba abajo, y la tienda cayó.
7. Los de Nabucodonosor de la gran estatua (Daniel
2:31–35) y del árbol frondoso (Daniel 4:10–18).
Dn
2:31-35
31.
Tú, oh rey, veías, y he aquí una gran imagen. Esta imagen, que era muy grande,
y cuya gloria era muy sublime, estaba en pie delante de ti, y su aspecto era
terrible. 32. La cabeza de esta imagen era de oro fino; su pecho y sus brazos,
de plata; su vientre y sus muslos, de bronce; 33. sus piernas, de hierro; sus
pies, en parte de hierro y en parte de barro cocido. 34. Estabas mirando, hasta
que una piedra fue cortada, no con mano, e hirió a la imagen en sus pies de
hierro y de barro cocido, y los desmenuzó. 35. Entonces fueron desmenuzados
también el hierro, el barro cocido, el bronce, la plata y el oro, y fueron como
tamo de las eras del verano, y se los llevó el viento sin que de ellos quedara
rastro alguno. Mas la piedra que hirió a la imagen fue hecha un gran monte que
llenó toda la tierra.
Dn
4:10-18.
10.
Estas fueron las visiones de mi cabeza mientras estaba en mi cama: Me parecía
ver en medio de la tierra un árbol, cuya altura era grande. 11. Crecía este
árbol, y se hacía fuerte, y su copa llegaba hasta el cielo, y se le alcanzaba a
ver desde todos los confines de la tierra.12. Su follaje era hermoso y su fruto
abundante, y había en él alimento para todos. Debajo de él se ponían a la sombra
las bestias del campo, y en sus ramas hacían morada las aves del cielo, y se
mantenía de él toda carne. 13. Vi en las visiones de mi cabeza mientras estaba
en mi cama, que he aquí un vigilante y santo descendía del cielo. 14. Y clamaba
fuertemente y decía así: Derribad el árbol, y cortad sus ramas, quitadle el
follaje, y dispersad su fruto; váyanse las bestias que están debajo de él, y
las aves de sus ramas. 15. Mas la cepa de sus raíces dejaréis en la tierra, con
atadura de hierro y de bronce entre la hierba del campo; sea mojado con el
rocío del cielo, y con las bestias sea su parte entre la hierba de la tierra. 16.
Su corazón de hombre sea cambiado, y le sea dado corazón de bestia, y pasen
sobre él siete tiempos. 17. La sentencia es por decreto de los vigilantes, y
por dicho de los santos la resolución, para que conozcan los vivientes que el
Altísimo gobierna el reino de los hombres, y que a quien él quiere lo da, y
constituye sobre él al más bajo de los hombres. 18. Yo el rey Nabucodonosor he
visto este sueño. Tú, pues, Beltsasar, dirás la interpretación de él, porque
todos los sabios de mi reino no han podido mostrarme su interpretación; mas tú
puedes, porque mora en ti el espíritu de los dioses santos.
En
el Nuevo Testamento se nota el mismo fenómeno, como en el caso de los sueños de
José (Mateo 1:20; 2:13-19s). Es de notar, sin embargo, que la Adivinación, la
Hechicería y la Magia estaban proscritas del pueblo judío (Levítico 19:31; Deuteronomio
18:9–12; Hechos 13:6–12; 16:16–19).
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