En el
hogar de mi infancia había un viejo baúl del ejército colocado al pie de la
cama, que servía como depósito de juguetes para mi hermana, mi hermano y yo. Lo
recuerdo muy bien porque seguramente habré pasado mucho tiempo explorando su
contenido o buscando a alguien que me ayudara a conseguir algún juguete que
«tenía que encontrar». Ningún otro podía reemplazarlo; tenía que ser «ese»
juguete.
1 JUAN 2:27. Y SI LA UNCIÓN QUE HAN RECIBIDO DE ÉL PERMANECE EN USTEDES, NO NECESITAN QUE NINGUNO LOS INSTRUYA, SINO QUE COMO LA UNCIÓN ES DE DIOS, Y ES VERDADERA Y NO HAY FALSEDAD EN ELLA. Y TAL COMO LOS HA INSTRUIDO, PERMANEZCAN EN ÉL.
sábado, 10 de noviembre de 2018
A1- Descubra la oración
«Ven aquí, Jennifer; es hora de que te acuestes y
hagas tus oraciones».
«Jessica, te toca el turno de dar gracias por la
comida».
No todos nos habremos criado en hogares donde se
decían estas cosas, pero el cuadro de una criatura con las manos unidas en oración
y la cabeza inclinada es comprensible en cualquier parte. Aun en muchas casas
donde se considera a Jesús como una mera figura histórica y Dios es apenas un
concepto discutible, se dicen oraciones. Pregúntele a cualquiera, y la mayoría
le dirá que en algún momento ora. Puede tratarse de «un deseo que se eleva al
que está allá arriba», o una apasionada súplica a «Dios, si es que estás allí»,
o un simple recitar frases aprendidas de memoria, pero todos oramos.
N- De la tumba a la gloria
Juan (18.1–21.25)
Pregúnteles
a algunos inconversos el porqué los cristianos creen en la vida después de la
muerte, y preste atención a sus respuestas. Aunque sus convicciones de la
existencia después de la muerte varíen desde la incredulidad declarada hasta la
certeza absoluta, lo que creen acerca de esa vida, y el porqué lo creen lo
dejará pasmado.
M- La oración de toda la vida
Juan (17.1–26)
Pedir es algo muy simple. Empieza con una necesidad o
un deseo de algo que no podemos satisfacer o preferimos no hacerlo. Luego,
buscamos la persona o personas que lo pueden hacer realidad, y nos acercamos a
ella con el requerimiento. Este acto puede realizarse de muchas maneras: una
cena a la luz de las velas, un paseo en automóvil bajo la luna, una reunión de
trabajo, una pesquería, una excursión por la montaña, un juego de azar o de
fuerza física. Después de decidir el lugar y el método, se hace la petición.
L- El Ayudador divino
Juan (14.15–16.33)
• «Ni me imagino cómo hacer este problema de
matemática. Mamá, ¿podrías ayudarme?»
• «Si mi jefe me ofende una sola vez más, voy a
renunciar. No necesito sus críticas, sino su ayuda».
• «Mi esposo no es como muchos otros esposos que
conozco. Realmente comparte la carga del hogar. Si no lo hiciera, creo que
provocaría una gran tensión a nuestro matrimonio, pues los dos trabajamos
fuera».
K- El poder del Siervo
Juan (13.1–14.14)
Todos conocemos personas que tienen poder:
presidentes, legisladores, empleadores, pastores, maestros, magnates
comerciales, empresarios, inventores, padres y hasta algunos niños. La mayoría
de las personas poderosas que nos rodean aman su poder; se encaprichan con la
influencia que ejercen sobre otras personas, políticas, teorías, propiedades…
cualquiera que sea lo que luchan por controlar.
J- Dar vida y predecir la muerte
Juan (10.40–12.50)
Para ganar es preciso perder.
Para gobernar es preciso servir.
Para recibir es preciso pedir.
Para aprender obediencia es preciso sufrir.
Para vivir es preciso morir.
Para morir es preciso elegir la vida.
I- Cuando los ciegos ven y los que ven están ciegos
Juan (9.1–10.39)
Es algo asombroso. Se le puede explicar a un niño
pequeño por qué no debe cruzar una calle muy transitada o tocar una estufa
caliente, y aunque incluso dé muestras de haber comprendido, hará lo que le
advirtieron que no hiciera. Luego, cuando le pregunte por qué lo hizo,
responderá: «No sé», en un tono que uno duda si le entendió cuando se lo dijo.
H- A la defensiva
Juan (7.1–8.59)
Hubo una vez un escritor que creó todo un mundo en su
imaginación. El paisaje, los colores, olores, espectáculos…, absolutamente todo
en este mundo imaginario llevaba la marca de sus huellas digitales. Incluso los
seres vivos que lo habitaban, grandes y pequeños, lo reflejaban de alguna
manera.
G- (Grandes señales, palabras duras 6.1–71)
• Gran maestro de moral
• Defensor de la paz
• Profeta
• Rey sin corona
• Líder de los derechos civiles
• Sanador
• Rebelde
• Fanático
• Lunático
• Mago
• Engañador
• Hijo de Dios
F- Como el Padre, así es el Hijo
Juan (5.1–47)
Dios nos creó a su imagen. La Biblia es clara en esto
(Gn 1.27; 9.6; Stg 3.9). O sea, nos parecemos y representamos a nuestro
Creador. Al igual que El, podemos pensar, sentir, elegir, actuar, abstenemos de
actuar, desarrollar relaciones con otros, amar y crear. De ese modo nos
parecemos a El. También lo representamos de muchas maneras. El nos ha dado la
administración de la tierra, la autoridad para hacer pactos entre nosotros y
con El, la responsabilidad de ejercer la justicia, gobernar y servir, y el privilegio
de ser embajadores al mundo para proclamar el evangelio de Cristo a través del
poder de su Espíritu Santo, y para hacer discípulos.
E- El que apaga la sed para siempre
Juan (4.1–54)
¿Alguna vez se ha detenido a pensar en toda la
variedad de cosas que tenemos al alcance para calmar la sed? Por ejemplo,
veamos los jugos. Naranja, uva, manzana, piña, limón… nombre una fruta, y podrá
tomar el jugo de la misma. ¿Y qué decir de las bebidas artificiales sin
alcohol? Con cafeína, sin cafeína; claras u oscuras; con diez por ciento de
jugo de fruta natural, o sólo químicas; con o sin azúcar. Luego tenemos el té y
el café y las variedades de leche, por no mencionar todas las combinaciones
existentes de bebidas alcohólicas. Incluso el agua se puede comprar
directamente de los manantiales o contaminada, con cloro o flúor, envasado o
directamente del grifo, o en una interminable variedad de preparaciones de
aguas minerales. Nuestras opciones en bebidas son enormes.
D- La vida eterna a un paso del Mesías
Juan-(2.1–3.36)
•
«¡Querida! ¡Conseguí el trabajo de mis sueños! ¡Ya estoy encaminado!»
• «Mi
esposo deseaba un hijo varón. Sé que está desilusionado, pero creo que se va a
adaptar».
• «Se
esforzó mucho para comprar esa granja, pero al no recibir el aumento de sueldo
que esperaba, tuvo que abandonar sus planes».
• «La
cortejó hasta que ganó su corazón. ¡Nunca vi un novio más feliz en el día de su
boda!»
•
«Después de la muerte de su única hija en ese accidente automovilístico, no
perdonó a Dios. “Un Dios bueno jamás habría arrebatado a mi Jessica”, le oí decir.
Murió con esa misma convicción».
C- ¿Quién es usted?
Juan (1.19–2.25)
Imagine un lugar donde las personas tuvieran el mismo
nombre y trabajo. Se vistieran y comportaran de la misma manera. Sus casas
fueran idénticas por dentro y por fuera. Sus automóviles no tuvieran rasgos
diferentes para distinguirlos. Es más, que nada los distinguiera entre sí
excepto su sexo y el espacio que cada una ocupara. Nos parece espantoso,
¿verdad? Nadie querría vivir en un lugar tan horrible.
B- El Dios-Hombre
Juan (1.1–18)
El cristianismo es Cristo. Muchas de las religiones
del mundo creen en un Dios único. Casi todas creen que la humanidad tiene
problemas y que necesita salvarse de alguna manera. Y la mayoría cree que nos
espera al menos un juicio, un juicio basado en lo que hacemos durante nuestro
peregrinaje en la tierra. Pero sólo el cristianismo enseña que Jesucristo es la
llave que abre todas las puertas principales de nuestra vida pasada, presente y
futura. Sólo el cristianismo considera a Jesús como el único mediador entre
Dios y los hombres. Sólo el cristianismo ve a Jesús como la única esperanza
verdadera de salvación.., una salvación basada en la gracia y la misericordia
por medio de la fe, no en el esfuerzo propio, ni en la educación, ni en el
control de la información, ni en la modificación de la conducta, ni en la
comunidad, ni en cualquier otro bien menor.
A- El discípulo amado y su Evangelio
Usted y ella son amigas. Son íntimas amigas. Ella lo
sabe, y usted también. Se cuentan todo. Usted le ha contado que volar la
aterroriza a tal punto que cuando baja se queda sentada en la sala del
aeropuerto hasta recuperar la fuerza de sus piernas. Ella le ha contado su
secreto anhelo de ser una famosa corredora automovilística. Se trata de un
deseo que hace muchos años no se lo ha contado a nadie, porque las personas a
las que se lo dijo antes se rieron de ella. Usted sabe quiénes se burlaron de
sus planes y cuánto le dolió la actitud de ellos. Sabe también dónde ha
comenzado a recibir lecciones de conducción con la intención de convertir en
realidad su sueño. Ella sabe quién fue la primera persona que le dio un beso a
usted, por qué ya no quiere dar un paseo sola a pie, la forma en que su padre
la incomodó en presencia del primer joven con el que salió, cuándo en realidad
consideró la posibilidad de rasurarle la cabeza a su esposo mientras dormía,
para desquitarse por haberse burlado de su cabello. Sabe por qué le es tan
difícil a ella confiar ahora en los hombres, el miedo que le tiene a las
agujas, por qué se deleita disimuladamente cada vez que toma un helado de
chocolate almendrado, y cuál es el verdadero significado que oculta una de sus
frases favoritas. Nada hay que sea tan sagrado que no se lo puedan comunicar.
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