sábado, 10 de noviembre de 2018

B2- Intimidad con Dios



En el hogar de mi infancia había un viejo baúl del ejército colocado al pie de la cama, que servía como depósito de juguetes para mi hermana, mi hermano y yo. Lo recuerdo muy bien porque seguramente habré pasado mucho tiempo explorando su contenido o buscando a alguien que me ayudara a conseguir algún juguete que «tenía que encontrar». Ningún otro podía reemplazarlo; tenía que ser «ese» juguete.

A1- Descubra la oración




«Ven aquí, Jennifer; es hora de que te acuestes y hagas tus oraciones».
«Jessica, te toca el turno de dar gracias por la comida».

No todos nos habremos criado en hogares donde se decían estas cosas, pero el cuadro de una criatura con las manos unidas en oración y la cabeza inclinada es comprensible en cualquier parte. Aun en muchas casas donde se considera a Jesús como una mera figura histórica y Dios es apenas un concepto discutible, se dicen oraciones. Pregúntele a cualquiera, y la mayoría le dirá que en algún momento ora. Puede tratarse de «un deseo que se eleva al que está allá arriba», o una apasionada súplica a «Dios, si es que estás allí», o un simple recitar frases aprendidas de memoria, pero todos oramos.

N- De la tumba a la gloria



Juan (18.1–21.25)

Pregúnteles a algunos inconversos el porqué los cristianos creen en la vida después de la muerte, y preste atención a sus respuestas. Aunque sus convicciones de la existencia después de la muerte varíen desde la incredulidad declarada hasta la certeza absoluta, lo que creen acerca de esa vida, y el porqué lo creen lo dejará pasmado.

M- La oración de toda la vida



Juan (17.1–26)

Pedir es algo muy simple. Empieza con una necesidad o un deseo de algo que no podemos satisfacer o preferimos no hacerlo. Luego, buscamos la persona o personas que lo pueden hacer realidad, y nos acercamos a ella con el requerimiento. Este acto puede realizarse de muchas maneras: una cena a la luz de las velas, un paseo en automóvil bajo la luna, una reunión de trabajo, una pesquería, una excursión por la montaña, un juego de azar o de fuerza física. Después de decidir el lugar y el método, se hace la petición.

L- El Ayudador divino



Juan (14.15–16.33)

• «Ni me imagino cómo hacer este problema de matemática. Mamá, ¿podrías ayudarme?»

• «Si mi jefe me ofende una sola vez más, voy a renunciar. No necesito sus críticas, sino su ayuda».

• «Mi esposo no es como muchos otros esposos que conozco. Realmente comparte la carga del hogar. Si no lo hiciera, creo que provocaría una gran tensión a nuestro matrimonio, pues los dos trabajamos fuera».

K- El poder del Siervo



Juan (13.114.14)

Todos conocemos personas que tienen poder: presidentes, legisladores, empleadores, pastores, maestros, magnates comerciales, empresarios, inventores, padres y hasta algunos niños. La mayoría de las personas poderosas que nos rodean aman su poder; se encaprichan con la influencia que ejercen sobre otras personas, políticas, teorías, propiedades… cualquiera que sea lo que luchan por controlar.

J- Dar vida y predecir la muerte



Juan (10.4012.50)

Para ganar es preciso perder.
Para gobernar es preciso servir.
Para recibir es preciso pedir.
Para aprender obediencia es preciso sufrir.
Para vivir es preciso morir.
Para morir es preciso elegir la vida.

I- Cuando los ciegos ven y los que ven están ciegos



Juan (9.1–10.39)

Es algo asombroso. Se le puede explicar a un niño pequeño por qué no debe cruzar una calle muy transitada o tocar una estufa caliente, y aunque incluso dé muestras de haber comprendido, hará lo que le advirtieron que no hiciera. Luego, cuando le pregunte por qué lo hizo, responderá: «No sé», en un tono que uno duda si le entendió cuando se lo dijo.

H- A la defensiva



Juan (7.1–8.59)

Hubo una vez un escritor que creó todo un mundo en su imaginación. El paisaje, los colores, olores, espectáculos…, absolutamente todo en este mundo imaginario llevaba la marca de sus huellas digitales. Incluso los seres vivos que lo habitaban, grandes y pequeños, lo reflejaban de alguna manera.

G- (Grandes señales, palabras duras 6.1–71)



• Gran maestro de moral
• Defensor de la paz
• Profeta
• Rey sin corona
• Líder de los derechos civiles
• Sanador
• Rebelde
• Fanático
• Lunático
• Mago
• Engañador
• Hijo de Dios

F- Como el Padre, así es el Hijo



Juan (5.147)

Dios nos creó a su imagen. La Biblia es clara en esto (Gn 1.27; 9.6; Stg 3.9). O sea, nos parecemos y representamos a nuestro Creador. Al igual que El, podemos pensar, sentir, elegir, actuar, abstenemos de actuar, desarrollar relaciones con otros, amar y crear. De ese modo nos parecemos a El. También lo representamos de muchas maneras. El nos ha dado la administración de la tierra, la autoridad para hacer pactos entre nosotros y con El, la responsabilidad de ejercer la justicia, gobernar y servir, y el privilegio de ser embajadores al mundo para proclamar el evangelio de Cristo a través del poder de su Espíritu Santo, y para hacer discípulos.

E- El que apaga la sed para siempre



Juan (4.154)

¿Alguna vez se ha detenido a pensar en toda la variedad de cosas que tenemos al alcance para calmar la sed? Por ejemplo, veamos los jugos. Naranja, uva, manzana, piña, limón… nombre una fruta, y podrá tomar el jugo de la misma. ¿Y qué decir de las bebidas artificiales sin alcohol? Con cafeína, sin cafeína; claras u oscuras; con diez por ciento de jugo de fruta natural, o sólo químicas; con o sin azúcar. Luego tenemos el té y el café y las variedades de leche, por no mencionar todas las combinaciones existentes de bebidas alcohólicas. Incluso el agua se puede comprar directamente de los manantiales o contaminada, con cloro o flúor, envasado o directamente del grifo, o en una interminable variedad de preparaciones de aguas minerales. Nuestras opciones en bebidas son enormes.

D- La vida eterna a un paso del Mesías



Juan-(2.13.36)

• «¡Querida! ¡Conseguí el trabajo de mis sueños! ¡Ya estoy encaminado!»

• «Mi esposo deseaba un hijo varón. Sé que está desilusionado, pero creo que se va a adaptar».

• «Se esforzó mucho para comprar esa granja, pero al no recibir el aumento de sueldo que esperaba, tuvo que abandonar sus planes».

• «La cortejó hasta que ganó su corazón. ¡Nunca vi un novio más feliz en el día de su boda!»

• «Después de la muerte de su única hija en ese accidente automovilístico, no perdonó a Dios. “Un Dios bueno jamás habría arrebatado a mi Jessica, le oí decir. Murió con esa misma convicción».

C- ¿Quién es usted?



Juan (1.192.25)

Imagine un lugar donde las personas tuvieran el mismo nombre y trabajo. Se vistieran y comportaran de la misma manera. Sus casas fueran idénticas por dentro y por fuera. Sus automóviles no tuvieran rasgos diferentes para distinguirlos. Es más, que nada los distinguiera entre sí excepto su sexo y el espacio que cada una ocupara. Nos parece espantoso, ¿verdad? Nadie querría vivir en un lugar tan horrible.

B- El Dios-Hombre



Juan (1.1–18)

El cristianismo es Cristo. Muchas de las religiones del mundo creen en un Dios único. Casi todas creen que la humanidad tiene problemas y que necesita salvarse de alguna manera. Y la mayoría cree que nos espera al menos un juicio, un juicio basado en lo que hacemos durante nuestro peregrinaje en la tierra. Pero sólo el cristianismo enseña que Jesucristo es la llave que abre todas las puertas principales de nuestra vida pasada, presente y futura. Sólo el cristianismo considera a Jesús como el único mediador entre Dios y los hombres. Sólo el cristianismo ve a Jesús como la única esperanza verdadera de salvación.., una salvación basada en la gracia y la misericordia por medio de la fe, no en el esfuerzo propio, ni en la educación, ni en el control de la información, ni en la modificación de la conducta, ni en la comunidad, ni en cualquier otro bien menor.

A- El discípulo amado y su Evangelio


Usted y ella son amigas. Son íntimas amigas. Ella lo sabe, y usted también. Se cuentan todo. Usted le ha contado que volar la aterroriza a tal punto que cuando baja se queda sentada en la sala del aeropuerto hasta recuperar la fuerza de sus piernas. Ella le ha contado su secreto anhelo de ser una famosa corredora automovilística. Se trata de un deseo que hace muchos años no se lo ha contado a nadie, porque las personas a las que se lo dijo antes se rieron de ella. Usted sabe quiénes se burlaron de sus planes y cuánto le dolió la actitud de ellos. Sabe también dónde ha comenzado a recibir lecciones de conducción con la intención de convertir en realidad su sueño. Ella sabe quién fue la primera persona que le dio un beso a usted, por qué ya no quiere dar un paseo sola a pie, la forma en que su padre la incomodó en presencia del primer joven con el que salió, cuándo en realidad consideró la posibilidad de rasurarle la cabeza a su esposo mientras dormía, para desquitarse por haberse burlado de su cabello. Sabe por qué le es tan difícil a ella confiar ahora en los hombres, el miedo que le tiene a las agujas, por qué se deleita disimuladamente cada vez que toma un helado de chocolate almendrado, y cuál es el verdadero significado que oculta una de sus frases favoritas. Nada hay que sea tan sagrado que no se lo puedan comunicar.