sábado, 8 de febrero de 2020

JESÚS EL MAESTRO.




En el Antiguo Testamento el término maestro puede referirse a menudo a un artesano, experto en su especialidad (por ejemplo, Éx 36.4; 2 Cr 2.7), pero en el Nuevo Testamento es un título que por lo general indica uno que enseña, o sea, un instructor. En tiempos del pos-cautiverio las Escuelas solían reunirse en las Sinagogas, y los maestros eran frecuentemente Escribas o «doctores de la Ley» (cf. Lc 2.42; Hch 5.34). Tanto los discípulos de Jesucristo como sus enemigos casi siempre le llamaban «Maestro» o «Rabí», que significa lo mismo (por ejemplo, Mt 12.38; Mc 5.35; etc.). De ahí se considera como maestro uno que sirva de guía, inclusive Pablo llama la Ley el «ayo», o maestro, que conduce al conocimiento del Cristo (Gl 3.24).

JUAN, EL DISCÍPULO AMADO.



Las palabras “lea esto primero” han adquirido un importante papel en el empaque de los productos de consumo de hoy día. La mayoría de los consumidores piensa que la vida es demasiado breve para manuales de instrucciones, por lo que los envases dicen claramente: Si no puede leer el manual, por lo menos lea esta parte importante. «Lea esto primero», es por su bien.

1 JUAN Y LA ARROGANCIA DEL HOMBRE



Parte de la arrogancia de la naturaleza humana es pensar que sabemos más que los demás. En esta epístola el apóstol Juan ataca el problema de los falsos maestros que afirmaban tener elevados conocimientos respecto a la deidad y naturaleza de Cristo. Juan contradice sus falsas afirmaciones y recuerda a sus lectores el testimonio ocular relatado por los apóstoles, incluido él mismo. 

viernes, 7 de febrero de 2020

APOCALIPSIS



MIENTRAS LA PERSECUCIÓN CONTRA LOS CRISTIANOS CRECÍA desde afuera, la iglesia del primer siglo también enfrentaba problemas internos. Tenían que luchar con los sufrimientos, la guerra espiritual, la herejía doctrinal y práctica, y la apatía espiritual. Cristo prometió volver, pero ¿cuándo? Y, ¿cómo? ¿Qué haría con los problemas que enfrentaba la iglesia cuando volviera?

DANIEL



En el año 626 a.C., Nabopolasar fue rey de Babilonia y alteró el curso de la historia antigua. Rápidamente echó abajo el dominio de su antiguo rival Asiria y por la época de su muerte en 605 a.C. había eliminado el Imperio Asirio y lo había transformado en lo que se conoció como el Imperio Neo-Babilónico o Imperio Caldeo. 

martes, 4 de febrero de 2020

GÉNESIS



LAS PALABRAS: «EN EL PRINCIPIO CREÓ DIOS LOS CIELOS Y LA TIERRA», han causado un gran debate, pero indiscutiblemente, este es el comienzo de Génesis. En las palabras de uno de los credos históricos: «Creo en Dios Padre todopoderoso, creador del cielo y de la tierra». Estas palabras son únicamente el comienzo de este libro de los comienzos; un prólogo, para el prólogo.

EL GRANDE CONSTANTINO



(c. 285–337)

Primer «emperador cristiano» del Imperio Romano: gobernó del 306 al 337

Pocas personas han cambiado tanto el curso de la historia como Constantino. El Imperio Romano había empleado centurias tratando de apagar la llama del Cristianismo, arrestando y ejecutando a muchos creyentes. Hasta que apareció este hombre que llegaría a ser emperador, se hizo cristiano y el Imperio dio un giro completo.

LUTERO MARTIN


(1483–1546)

Padre de la reforma alemana

Unos pocos años atrás, cuando se confeccionaban listas de las personas más importantes del segundo milenio, Martin Lutero estaba, en la mayoría de ellas, en la cima o cerca de ella. ¿La razón? Cambió el mundo desafiando la corrupción de la Iglesia Romana y lanzando una Reforma espiritual, política y social.

TERTULIANO



(c. 160–225)

Teólogo y moralista latino-africano

Además de lo que se conoce sobre Tertuliano por su residencia de toda la vida en Cartago, hechos personales sobre él pueden trazarse solo muy sucintamente. Gozó de una educación superior incluyendo literatura, retórica y preparación legal además de instrucción en griego y latín. Es probable que en algún tiempo haya practicado leyes. En algún momento de sus últimos treinta años se convirtió en creyente del Cristo. Se casó con una mujer cristiana y después de la muerte de esta se mantuvo viudo. En los años siguientes sirvió en la iglesia de Cartago como profesor.