En
el Antiguo Testamento el término maestro puede referirse a menudo a un
artesano, experto en su especialidad (por ejemplo, Éx 36.4; 2 Cr 2.7), pero en
el Nuevo Testamento es un título que por lo general indica uno que enseña, o
sea, un instructor. En tiempos del pos-cautiverio las Escuelas solían reunirse
en las Sinagogas, y los maestros eran frecuentemente Escribas o «doctores de la Ley» (cf. Lc 2.42; Hch 5.34).
Tanto los discípulos de Jesucristo como sus enemigos casi siempre le llamaban «Maestro» o «Rabí», que significa lo mismo (por ejemplo, Mt 12.38; Mc 5.35;
etc.). De ahí se considera como maestro uno que sirva de guía, inclusive Pablo
llama la Ley el «ayo», o maestro, que
conduce al conocimiento del Cristo (Gl 3.24).
1.
didaskalos, maestro (de didasko, enseñar).
Se traduce siempre «Maestro» en los
cuatro Evangelios, excepto en Lc 2.46, «doctores»,
y se usa muy frecuentemente como título para dirigirse al Cristo (p.ej., Mt
8.19; Mc 4.38; Lc 3.12; Jn 1.38, donde es interpretación de Rabí; 20.16, donde
es interpretación de Raboni). El Cristo lo usa de sí mismo en Mt 23.8 (véase Nº
4) y en Jn 13.13,14; por otros acerca de Él (Mt 17.24; 26.18; Mc 5.35; 14.14;
Lc 8.49; 22.11; Jn 11.28). En Jn 3.10 el Señor lo usa para dirigirse a
Nicodemo, donde el artículo no especifica a un maestro en particular, sino que
designa a un miembro de una clase. Con respecto a la clase, véase Lc 2.46: «los doctores». Se usa de la relación de
un discípulo para con su maestro (Mt 10.24,25; Lc 6.40); de maestros de verdad
en las iglesias (Hch 13.1; 1 Co 12.28,29; Ef 5.11; Heb 5.22; Stg 3.1); por
Pablo de su obra entre las iglesias (1 Ti 2.7; 2 Ti 1.11); de maestros, mal
escogidos por aquellos que tienen «comezón
de oír».
2.
Rabbei, era un término arameo que significaba «mi maestro», título respetuoso para dirigirse a maestros judíos.
«El
término arameo rabbei, transliterado al griego, es explícitamente reconocido
como la fórmula común para dirigirse al Cristo (Mt 26.25; cf., sin embargo, el
v. 22, kurios; 26.49; Mc 9.5, pero Mt 17.4: kurios». Dalman: The Words of
Jesus).
Nota:
La fórmula Rabbounei (Raboni), en Mc 10.51, la retiene la rvr77 en el texto, en
lugar de «Maestro» (rv, rvr); en Jn
20.16 aparece sin traducir, tanto en rv y rvr como en rvr77: «Rabboni», rv;
«Raboni», rvr; «Rabuní», rvr77. Se afirma que este título es distintivamente
galileo; por ello, sería natural en boca de una mujer de Magdala. No difiere
materialmente de Rabí.
3.
Epistates, denota jefe, comandante, supervisor. Lo usan los discípulos para
dirigirse al Señor, más en reconocimiento de su autoridad que de su instrucción
(Nº 1 y 4). Aparece solo en Lc 5.5; 8.24,45; 9.33,49; 17.13. En la lxx, 2 R
25.19; 2 Cr 31.12; Jer 36.26; 52.25.
Nota:
«La forma epistata… junto con el término más frecuente didaskale es… un
sinónimo griego de este último, y ambos deben ser relacionados con el término
arameo rabbei». El Cristo prohibió a sus discípulos que permitieran que se les
llamase rabbi, «en base a que sólo Él era el Maestro de ellos (Mt 23.8). Con
referencia a sí mismo, la designación era expresiva de la verdadera relación
existente entre ellos. Sin embargo, rehusó permitir la fórmula ‹Maestro bueno›
(Mc 10.17,18) … que en la boca del que la usaba era meramente una insolente
adulación … el Señor no estaba dispuesto a que nadie usara tal calificativo de
forma irreflexiva; y aquí, como siempre, su primera consideración era el honor
debido al Padre.
La
comunidad antigua nunca se atrevió a llamar a Jesús ‹Nuestro Maestro› después
de que había sido exaltado al trono de Dios. El título rabbi, que expresa la
relación del discípulo con el maestro, desapareció del uso; solo quedó la
designación maran, el reconocimiento apropiado de su Señor por parte del
siervo» (Dalman).
4.
kathegetes, propiamente un guía (relacionado con kathegeomai, ir delante,
conducir; kata, abajo; jegeomai, conducir), denota maestro (Mt 23.10, dos
veces); algunos mss. Lo tienen en el v. 8 (tr), donde los más comúnmente
aceptados tienen el Nº 1.
5.
kalodidaskalos, (de kalos, bueno, y Nº 1), «maestras del bien» (rv: «maestras
de honestidad»; vm: «maestras de cosas buenas»), aparece en Tit 2.3.
6.
pseudodidaskalos, falso maestro. Aparece en plural en 2 P 2.1.
Maestro divino, Éxodo
4.15; Deuteronomio 4.36; Salmos 25.12; 32.8; Isaías 28.26; 48.17.
Comisionado para enseñar,
Levítico 10.11.
Necesidad de maestro,
2 Crónicas 15.3.
Maestros itinerantes,
2 Crónicas 17.7–9.
Autoridad de maestro,
Salmo 94.10.
Hablar con
excelencia, Proverbios 8.6.
Predicador sabio,
Eclesiastés 12.9–10.
Falsos maestros,
Jeremías 8.8.
Corrección de
maestro, Jeremías 32.33.
Enseña la verdad,
Malaquías 2.6.
Asombro ante
enseñanzas de Jesús, Marcos 1.22.
De tal maestro, tal
alumno, Lucas 6.40.
Promesa de
Consolador, Juan 14.16–17, 26; 16.5–14.
Necesidad de maestro,
Hechos 8.30–31.
Maestros de primeros
cristianos, Hechos 11.26.
Abundancia de
maestros, Hechos 15.35.
No olvidar lo
aprendido, 1 Corintios 11.2.
Llamamiento divino,
Efesios 4.11.
El Maestro, Efesios
4.20.
Enseñanza directa de
Dios, 1 Tesalonicenses 4.9.
Maestros que no
entienden las enseñanzas, 1 Timoteo 1.7.
Necesidad de enseñar
a maestros, Hebreos 5.12.
Responsabilidad para
enseñar, Santiago 3.1.
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