martes, 23 de octubre de 2018

Lección 9i—Las siete trompetas


Apocalipsis 8.2–11.18

Parecería que el séptimo sello en realidad contiene los juicios de las siete trompetas que llaman al arrepentimiento a un mundo en espera. Difieren de lo que precede en lo siguiente.

• Los sellos revelan los juicios globales que Dios envía;

• las trompetas revelan los juicios controladores, cuya extensión Dios la restringe; y

• las copas revelan los juicios del clímax, que vierten la ira de Dios con rapidez.


La adoración y la intercesión parecen ser las dos fuerzas espirituales que liberan los juicios de las siete trompetas (Ap 8.1–5). En respuesta a «las oraciones de todos los santos» (Ap 8.3), Dios permite que las fuerzas diabólicas hagan impacto fuera y dentro del mundo. «Las primeras cuatro trompetas son similares a algunas de las plagas en Egipto (Ex 7–10) y se relacionan esencialmente a la contaminación o deterioración ambiental y ecológica. Las últimas tres trompetas crean tormento sicológico (Ap 9.5–6) e involucran destrucción física (Ap 9.18)».

Primera trompeta: desastre en la vegetación Apocalipsis 8.7

¿Qué se nos dice que lloverá del cielo en juicio?

¿Cuánto daño hará?

Segunda trompeta: desastre en los mares Apocalipsis 8.8–9

¿Qué se arrojará al mar? (Ap 8.8)

¿Qué representa esta acción (si acaso simbólica)?

¿Cuánto daño hace?

Tercera trompeta: desastre en las aguas Apocalipsis 8.10–13

¿Cómo se describe este juicio?

¿Qué piensa que significa esto?

¿Podría ser el resultado de la radiación producto de una explosión nuclear?

¿Cuál es el nombre de la estrella?

¿Cómo usó Dios el ajenjo en el pasado? (Véanse Lm 3.15; Jer 9.13–15; y 23.15.)

Cuarta trompeta: desastre en los cielos Apocalipsis 8.12–13

¿Podría esto ser el resultado de la capa de hollín que reduce la luz del sol producida por los juicios de las tres primeras trompetas?

¿Qué significan los «ayes» del versículo 13?

Quinta trompeta: las langostas del pozo del abismo Apocalipsis 9.1–12

Hasta aquí los juicios de estas trompetas no han tocado directamente a la humanidad. Sin embargo, las dos plagas siguientes caen sobre la gente misma y para describirlas Juan dedica más del doble del espacio que empleó para las cuatro trompetas anteriores.

El relato empieza con una estrella que cae del cielo a la tierra (Ap 9.1). Los pronombres y actos personales atribuidos a la estrella indican que es más que un meteoro.

¿Qué se le da a esta estrella en el versículo uno?

¿Qué hizo la «estrella» con eso?

¿Qué ocurrió cuando «el pozo del abismo» se abrió al caer esta estrella? (Ap 9.2–3)

¿Cuáles son los nombres griego y hebreo que se da en Apocalipsis 9.11 a este «ángel del abismo», que es también el rey de las criaturas semejantes a langostas?

Abadón significa «destrucción» (véase Job 26.6), que en griego es Apolión, que significa «exterminador» o «destructor» (véase 1 Co 10.10). Estos son nombres de Satanás, siendo él mismo un ángel caído (véanse Ap 12.7–12; Is 14.12–14; Ez 28.11–17).

Las criaturas que parecen caballos y escorpiones con caras y cabellos humanos simbolizan a seres demoníacos (véanse Ex 10.12–15; Jl 1.1–2.11). En lugar de despojar la vegetación, estas criaturas atacan y atormentan sólo a ciertos seres humanos por un período de cinco meses.

¿Quiénes son estas víctimas seleccionadas?

Algunos han tratado de explicar que las criaturas en esta visión son helicópteros rociando sustancias químicas. Otros sugieren que se trata de «abejas asesinas». ¿Qué piensa usted? ¿Por qué?

Dios estableció una fuerza «restrictiva» en el mundo para coartar el efecto total de la maldad (2 Ts 2.6–7). En algún momento de esta terrible tribulación, Dios quitará este ministerio de su gracia y el diluvio diabólico será irrestringible.
Sexta trompeta: los ángeles del éufrates Apocalipsis 9.13–21

Este juicio es tan severo que, cuatro ángeles extremadamente malos y poderosos, atados y reservados para este gran día de juicio, matarán a «una tercera parte de los hombres». (Véase Jud 6.) Son desatados por la orden de Dios.

¿Cuántos millones se unen en un ejército para cumplir con esta terrible tarea?

¿Qué clase de ejército se quiere indicar: humano literal, de demonios o…?

Si lo que se quiere indicar es un ejército humano literal, ¡considere el desafío logístico que sería reunir, armar y transportar un ejército humano para destruir una tercera parte de la humanidad!

¿Cuál era el propósito de las plagas resultantes de los efectos de la guerra?

¿Cómo se relaciona esta destrucción masiva por fuego a la comprensión de Pedro de los hechos de los postreros días? (Véase 2 P 3.7–9.)

El ángel fuerte con el librito Apocalipsis 10.1–11

Antes de sonar la séptima y final trompeta, hay algunas cosas importantes que se tratan durante un segundo interludio. Este período sigue el mismo patrón de los sellos, donde la información adicional prepara al lector para los sucesos que siguen.

El apóstol vio un ángel fuerte (a lo mejor Miguel, «el gran príncipe» [Dn 12.1]). Resuma la deslumbrante descripción de este ángel (vv. 1–6):

En su mano el ángel tenía un rollo pequeño (Ap 10.2). Es diferente a los rollos de Apocalipsis 5–7. Podría estar relacionado con el rollo simbólico de Ezequiel (Ez 2.9–3.3; véase también Jer 15.15–17).

¿Qué se le dice al profeta que haga con el librito?

Note que cuando a Juan se le dio el libro, también se le dice que lo coma (Ap 10.9–10). Esta acción simboliza la asimilación de la Palabra de Dios en nuestro ser de modo que pueda obedecerse y proclamarse con confianza.

De la inmensa figura angélica se dice que tiene un pie en el mar y el otro en la tierra. Esto simboliza que el mensaje profético es para todo el mundo. Juan entendió su mensaje, que le pareció como el resonar de truenos, pero se le instruyó que no lo escribiera, sino más bien que lo sellara.

Otras cosas se han mantenido guardadas, sin revelarse a la humanidad por ahora. Descubra estas cosas en los siguientes pasajes:

Daniel 8.26

Daniel 12.4, 9

2 Corintios 12.4

El ángel sostiene el libro en su mano izquierda, y levanta su diestra al cielo y destaca la importancia de este mensaje tan largamente esperado al jurar por su verdad. Esta acción es similar a la de un testigo que ante una corte jura decir la verdad.

¿Cuál es el mensaje y su significado? (Ap 10.6)

¿Qué misterio se revelará o completará? (Ap 10.7) (Véase 2 Co 15.50–52.)

Como ya se mencionó antes, comer el libro tiene que ver con la asimilación del mensaje que contiene. El contenido del mensaje que Juan debe «comer» es incierto, pero el efecto es a la vez amargo y dulce. Los juicios son dulces porque traen un apropiado fin al mal. Por otro lado, también son amargos porque proclaman la ira de Dios sobre los impenitentes que la reciben, lo cual es una experiencia desagradable.

Los dos testigos Apocalipsis 11.1–14

Al continuar la visión de Juan se le da una «caña» para usar como vara para medir «el templo de Dios, y el altar, y a los que adoran en él».

Este templo del período de la tribulación es el cuarto mencionado en las Escrituras. El primero, construido por Salomón, Nabucodonosor lo destruyó en el 586 a.C. Antíoco Epífanes, en el 168 a.C., profanó y destruyó el segundo templo, que (re)construyeron Esdras y Nehemías después del exilio. El tercer templo, que Herodes terminó en los días de Jesús, lo destruyó Tito Vespasiano en el 70 d.C. A este cuarto templo, que es el foco de atención durante el período de la gran tribulación, le seguirá un quinto templo durante el milenio (Ez 40–47).

El edificio real que Juan debe medir se llama en griego un naós. La palabra significa «una capilla o santuario central». Es como las áreas sagradas del Lugar Santo y Lugar Santísimo en los templos previos de Jerusalén, a las cuales sólo a los sacerdotes se les permitía entrar. En 2 Tesalonicenses 2.4 se menciona como el trono del hombre de pecado.

De modo que el templo del cual se habla en Apocalipsis 3.12; 7.15; 11.19; 14.15, 17; 15.5–6, 8 y 16.1, 17 podría ser alguna estructura diferente de algún templo reconstruido y ocupando el mismo espacio que la actual «Cúpula de la Roca» musulmán en el monte del templo. Podemos estar seguros que es un lugar de adoración, en algún lugar de Jerusalén, durante este período de tribulación.

A Juan se le instruye que al medir el «templo» no incluya una parte del mismo. ¿Cuál fue la sección y la razón para no hacerlo? (v. 2)

¿Cuánto tiempo hollarán este atrio exterior?

¿Cómo corresponde esto a la septuagésima semana de Daniel? (cf. Dn 9.24–27)
Si los meses son típicamente «meses proféticos» de treinta días cada uno, ¿cómo se correlaciona este marco con el tiempo que se le da a los dos testigos para hablar de Dios sobre la tierra?

Aun cuando no se identifica a los «dos testigos» como individuos, son una reminiscencia de Moisés y Elías, así como de Enoc y Elías. Uno de los más grandes milagros de Moisés fue convertir el agua en sangre y uno de los de Elías fue cerrar el cielo. Sin embargo, se dice que el hombre muere una sola vez y Moisés había muerto y está aún sepultado en el monte Nebo en Jordania. Enoc y Elías son los únicos hombres que el Señor se llevó directamente sin morir (véanse Mal 4.5–6; Mc 9.11–13).

La especulación adicional abunda en cuanto a la identidad de estos dos personajes centrales. Una es que los «dos testigos» son en realidad dos «compañías» que Dios ha designado y que tienen poder de una manera especial durante este tiempo. Por último, algunos sugieren que puesto que el inicio de estos dos versículos es claramente espiritual y simbólico, no hay razón para hacer del resto del pasaje una cosa diferente.

Estos dos testigos, quienesquiera que sean, se les protegerán de manera sobrenatural y se les darán palabras especialmente ungidas para hablar y poderes extraordinarios sobre la naturaleza (Ap 11.5–6). La precisión de la duración de su ministerio sugiere muy bien una de las mitades de la septuagésima semana de Daniel, tal vez la última.

¿Qué ocurre cuando atacan a los dos testigos? (Véanse Ap 11.5; 2 R 1.9–15.)

¿Qué debe ocurrir antes de que la bestia que sube del abismo venza a los testigos? (Véase Ap 11.7.)

¿Cómo responderán a su muerte los habitantes de Jerusalén «donde también nuestro Señor fue crucificado»? (Ap 11.8–10)

¿Cómo es posible que el mundo entero vea los cuerpos de estos dos testigos al mismo tiempo? (Ap 11.9)

Después de tres días y medio «el espíritu de vida enviado por Dios» resucitará a los dos testigos. ¿Cómo reacciona la gente que se alegró?

En Apocalipsis 11.12, una voz habla desde el cielo a los testigos resucitados y les dice: «Subid acá. Y subieron al cielo en una nube».

Algunas personas dirían que el versículo 12 describe el Rapto (1 Ts 4.16–17) y es señal de que todos los cristianos van al cielo. Si es así, el Rapto ocurre:

• al final de la segunda mitad de la septuagésima semana de Daniel,

• al final de la gran tribulación, y

• después de la persecución del anticristo.

Algunos que sostienen este período para el Rapto ven una similitud con las «nubes» que reciben a los dos testigos y las «nubes» en las cuales creyentes vivos y muertos serán arrebatados en la venida del Señor (Mt 24.29–30; 1 Ts 4.15–18).

No podemos ser dogmáticos con relación a cuándo ocurrirá el Rapto, ¡pero sí podemos estar seguros de que ocurrirá!

ACONTECIMIENTO DEL RAPTO
Mt 24
1 Co 15
1 Ts 4
Ap 11


ACONTECIMIENTO
DEL RAPTO
Mt
24
1 Co
15
1 Ts
4
Ap
11
El Señor en el aire
X
X
Clamor
X
X
Trompeta
X
X
X
Muertos en Cristo resucitados
X
X
X
X
Creyentes vivos arrebatados*
X
X
X
X
*«Arrebatados» (griego: jarpadzo); atrapar, arrebatar, levantar, ser tomado de súbito por la fuerza.
 ¿Qué desastre natural ocurre en Jerusalén al tiempo de la resurrección y ascensión de los dos testigos? (Véase Ap 11.13.)
Cuáles fueron los resultados y las respuestas?
Séptima trompeta: el Reino proclamado Apocalipsis 11.15–18

Al tocar el séptimo ángel la séptima (y última) trompeta, el triunfo final de Dios y de Cristo se proclama en términos del reinado del Rey Jesús sobre la tierra y toda la eternidad. Hay una transferencia de poder y autoridad al propietario legítimo y verdadero Rey: «Los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo; y El reinará por los siglos de los siglos» (Ap 11.15)

«Dios le dejó saber a Pablo que los muertos serían levantados gracias a una instantánea transformación a la final trompeta. Las trompetas se usaban para congregar al pueblo de Dios (Nm 10.1–10) y en las ceremonias de coronación de los reyes de Israel (1 R 1.34). El Rapto de la Iglesia no sólo nos transforma, sino que da la bienvenida a Cristo que viene como el Rey de la tierra, “al encontrarse con el Señor en las nubes” a su regreso (véase 1 Ts 4.16, 17)».

La recitación de los veinticuatro ancianos (Ap 11.17–18) es una sinopsis de los- capítulos restantes de Apocalipsis. Revisa de antemano los mortíferos juicios de las copas que siguen.

          «El rompimiento del saco amniótico, durante el parto natural, casi siempre testifica que el estado de dilatación se ha completado y ha empezado la fase de la expulsión. De la misma manera, la séptima trompeta anunciará la expulsión de las dos simientes. Primero, proclamará el completamiento de la Iglesia, iniciando su cosecha de la tierra y, por ello, trayendo a los siervos de todas las edades a la presencia de Dios para recibir sus justas recompensas (Ap 11.15–18). Segundo, anunciará el colapso del dominio del pecado sobre la tierra. Esto iniciará la reunión de la cizaña de todas las naciones en Armagedón, para resistir la venida del Señor, y traerá la ira de Dios».

Los lectores de los profetas del Antiguo Testamento (así como las epístolas de Pablo) tenían que comprender el asunto de «la trompeta final» sin ningún conocimiento del libro de Apocalipsis. ¿Qué conexión habrían hecho entre el Día del Señor y el sonar de la trompeta?

Joel 2.1
Sofonías 1.14–16
1 Corintios 15.51–52
1 Tesalonicenses 4.16–17

Vuelva a leer Apocalipsis 11.17 y haga suya la oración:

«Te damos gracias, Señor Dios Todopoderoso, el que eres y que eras y que has de venir, porque has tomado tu gran poder, y has reinado».

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