miércoles, 26 de octubre de 2016

CRISTO EL MILAGRO


Aquí esta una de las declaraciones más maravillosas de la Biblia: Jesucristo es el mismo ayer, hoy y por siempre. Hebreos 13:8.

Este es el Jesús que caminaba en las playas de Galilea, sanaba a los enfermos, curaba a los leprosos y resucitaba a los muertos.



Es el mismo que perdonaba a los pecadores y aliviaba a los oprimidos. El es el Hijo de Dios que vino al mundo para salvar a los pecadores. (1Timoteo 1:15; Lucas 19:10).
Este Jesús es hoy el mismo que era en el tiempo de la Biblia. Su poder es hoy el mismo que tenía entonces. Su ministerio no es diferente ahora de aquel ministerio. Cuando usted lea los evangelios del Señor Jesucristo, recuerde esto: Dios quiere que usted crea que todo lo que Cristo hizo por su pueblo en aquel entonces, Él lo hará por usted hoy. Cristo, el que caminó por las calles de Galilea, está justo a su lado en este preciso momento.

Él está allí para sanarle si usted está enfermo. Salvarle si usted es un pecador, aliviarle si está oprimido, ayudarle si esta en necesidad. Jesús, quien sanó a los enfermos y dio vista a los ciegos, todavía tiene compasión por los que sufren en la actualidad. Él, que bendijo a los pobres y perdonó a los pecadores en aquel tiempo remoto, es todavía el Salvador.

GENTE DE ENTONCES, GENTE DE HOY.

Si la gente pudo ir a Él y recibir su misericordia en el tiempo de la Biblia, usted o yo también podemos acercarnos a él y conocer su misericordia. Si las promesas de Dios eran buenas en la época Bíblica, lo son igualmente para hoy. Si el leproso pudo postrarse delante de Jesús y recibir sanidad entonces (Marcos 1:40-42) un leproso puede inclinarse ante Él y ser milagrosamente sanado ahora. Si los paralíticos pudieron levantarse cuando él les mandó hacerlo, (Marcos 2:9-12) los paralíticos de hoy pueden ser instantaneamente sanados a través de su palabra. Si los incrédulos podían ser salvos, perdonados de sus pecados y renacidos a una nueva vida en aquel tiempo, (Juan 3:3-7; 2Corintios 5:17; Efesios 2:8-9; Tito 3:5-6) también pueden ser cambiados por su poder hoy. ¡Cuán feliz soy de saber que Jesucristo, el Hijo de Dios, no ha cambiado.

Nosotros le hemos visto hacer milagros y maravillas. Hemos presenciado cuando Él ha levantado paralíticos y ellos han caminado, corrido y saltado. En muchas oportunidades, hemos sido testigos del milagro de dar vista a los ciegos, y oídos nuevos a los sordos. Además hemos visto cómo Jesús ha soltado la lengua de los mudos.

Jesús dijo: TODA POTESTAD ME ES DADA EN EL CIELO Y EN LA TIERRA (Mateo 28:18). Su palabra declara: SI ALGO PIDES EN MI NOMBRE YO LO HARÉ (Juan 14:14). Así mismo la Biblia afirma: EL CIELO Y LA TIERRA PASARÁN, PERO MIS PALABRAS NO PASARÁN (Mateo 24:35). Jesucristo es el mismo ayer, hoy y por siempre (Hebreos 13:8).

Hemos observado con nuestros ojos al Señor hacer milagros miles de veces durante cinco décadas de campañas evangelísticas en más de 70 naciones. Por lo tanto, nadie puede decirme que Jesucristo está muerto ni que Él ha cambiado. La gente cambia, las tradiciones y las religiones se reevaluan, las naciones y los gobiernos varían, los templos y los sistemas eclesiásticos se modifican. Pero Jesucristo es el mismo ayer, hoy y por siempre (Hebreos 13:8).

CRISTO EL SANADOR.

La Biblia dice: Y RECORRIÓ JESÚS TODA GALILEA, ENSEÑANDO EN LAS SINAGOGAS DE ELLOS, Y PREDICANDO EL EVANGELIO DEL REINO, Y SANANDO TODA ENFERMEDAD Y TODA DOLENCIA EN EL PUEBLO. (Mateo 4:23).

La Biblia dice: DIOS UNGIÓ CON EL ESPÍRITU SANTO Y CON PODER A JESÚS DE NAZARETH Y... ÉSTE ANDUVO HACIENDO BIENES Y SANANDO A TODOS LOS OPRIMIDOS POR EL DIABLO. (Hechos 10:38).

Gracias a Dios Él todavía esta haciendo estos milagros de misericordia y compasión actualmente. La Biblia relata una de las reuniones donde Jesús estaba predicando y ministrando. Dice: LOS CIEGOS VEN, LOS COJOS ANDAN, LOS LEPROSOS SON LIMPIADOS, LOS SORDOS OYEN, MUERTOS SON RESUCITADOS, Y A LOS POBRES ES ANUNCIADO EL EVANGELIO. (Mateo 11:5).

Si Él hizo esas cosas en aquel entonces, las hara hoy también. ¿Qué hacia la gente cuando Jesús estaba visiblemente entre ellos? Si nosotros queremos que Jesús haga por nosotros lo que hacia por las personas en el tiempo Bíblico, tenemos que hacer lo que la gente hacía en aquel entonces. Debemos ir a él como ellos iban a él. Oír su palabra como lo hacían, creer en él llamarle y seguirle.

La Biblia dice: Y RECORRIENDO TODA LA TIERRA DE ALREDEDOR, COMENZARON A TRAER DE TODAS PARTES ENFERMOS EN LECHOS, A DONDE OÍAN QUE ESTABA. Y DONDEQUIERA QUE ENTRABA, EN ALDEAS, CIUDADES O CAMPOS, PONÍAN EN LAS CALLES A LOS QUE ESTABAN ENFERMOS, Y LE  ROGABAN QUE LES DEJASE TOCAR SIQUIERA EL BORDE DE SU MANTO; Y TODOS LOS QUE LE TOCABAN QUEDABAN SANADOS. (Marcos 6:55-56).

Amigos, eso puede suceder hoy así como sucedió entonces. Todos los que le toquen ahora serán sanados, de la misma forma en que ellos le tocaban y recibían sanidad.

LA MUERTE NO PUDO DETENERLO.

Durante tres años, Jesús camino entre la gente aquí en la tierra. Siempre estuvo sanando, bendiciendo o perdonando a la humanidad. (Mateo 12:15; 14:14; 15:30-31; 191:2;
Marcos 1:32-34; 10:13-16; Juan 6:2). Pero a pesar de su misericordia, su amor y sus milagros, Él fue despreciado por las personas religiosas, rechazado y finalmente crucificado. (Mateo 27:26-38; Marcos 15:20-38; Lucas 23:33-34; Juan 19:16-18).

Sin embargo, una vez que lo pusieron en el sepulcro, (Lucas 23:52-53) tres días después Dios lo resucito de la muerte de acuerdo con las Escrituras. (Mateo 28:1-6; Lucas 24:1-12; Hechos 1:2-3; 3:13-16).

Después de su resurrección, Jesús se apareció a los discípulos cuando estaban reunidos. Entonces les dio la siguiente orden: ID POR TODO EL MUNDO Y PREDICAD EL EVANGELIO A TODA CRIATURA (Marcos 16:15) después les prometió: EL QUE CREYERE Y FUERE BAUTIZADO, SERÁ SALVO. Y luego les advirtió: MÁS EL QUE NO CREYERE, SERÁ CONDENADO (Marcos 16:16).

Luego hizo una maravillosa promesa: ESTAS SEÑALES SEGUIRÁN A LOS QUE CREEN: EN MI NOMBRE ECHARÁN FUERA DEMONIOS;... SOBRE LOS ENFERMOS PONDRÁN SUS MANOS, Y SANARÁN (Marcos 16:17-18). Después les dijo: HE AQUÍ YO ESTOY CON VOSOTROS TODOS LOS DÍAS, HASTA EL FIN DEL MUNDO (Mateo 28:20).

¡Que maravillosa promesa! Eso significa que el Señor está conmigo mientras yo escribo estas líneas y que le acompaña a usted durante la lectura, allí donde usted se encuentra en este mismo momento. La Biblia dice: Y EL SEÑOR, DESPUÉS QUE LES HABLÓ, FUE RECIBIDO ARRIBA EN EL CIELO, Y SE SENTÓ A LA DIESTRA DE DIOS. Y ELLOS, SALIENDO, PREDICARON EN TODAS PARTES, AYUDÁNDOLAS EL SEÑOR Y CONFIRMANDO LA PALABRA CON SEÑALES QUE LE SEGUÍAN (Marcos 16:19-20). Ese mismo Señor Jesucristo está allí con usted ahora, para confirmarle su evangelio, así como estaba con sus discípulos después de su resurrección, confirmando la palabra con señales que le seguían (Marcos 16:19-20).

Él dijo: SI PUEDES CREER, AL QUE CREE TODO LE ES POSIBLE (Marcos 9:23). Él le acompaña a usted ahora mismo, en su Espíritu, para confirmarle sus promesas, si usted puede creer. Todo lo que Él prometió en su palabra, si usted le pide de veras que lo haga y cree en su corazón que Él ha oído y contestado su oración, Él confirmará su promesa por su poder, y usted recibirá la repuesta a su oración.

CRISTO NO HA CAMBIADO.

Un hombre ciego fue a una de nuestras reuniones. Cuando caminó  sobre el suelo donde estábamos proclamando el evangelio, repentinamente tuvo una visión. Vio una luz más brillante que el sol, y en ese resplandor se le apareció el Señor Jesús. El ciego cayó al piso y la gente pensó que había muerto. Pero después de un rato, el hombre abrió sus ojos. Lloraba mientras contaba cómo el Señor se le había aparecido. Su ceguera se había ido. Había recobrado su vista. El mismo Jesús que se hizo visible a ese hombre esta allí con usted, en este momento, para confirmarle sus promesas. Pero para recibirlas, usted necesita creer.

Una vez estábamos predicando el evangelio en la india. Un señor totalmente incrédulo vino a la reunión. Oyó pero no creyó. Luego, después del mensaje, oramos por la gran multitud. De repente, este hombre vio a Jesús parado frente a él. Él Señor extendió sus brazos y dijo: MIRAD MIS MANOS..., QUE YO MISMO SOY. (Lucas 24:39). Este individuo incrédulo vio las manos de Jesús con las marcas de los clavos y cayó ante Él, clamando misericordia. (Juan 20:27-28; Hechos 9:4-6; 26:13-16). Recibió a Jesucristo en su corazón como su salvador personal. Hemos presenciado maravillas como éstas en todo el mundo, y el Señor está listo para hacer el milagro que usted necesita, justo allí donde usted está, sólo si cree. Cualquier cosa que necesite del Señor, si se lo pide, Él lo hará. Crea que Él escucha y contesta su oración. Entonces lo hará por usted (Marcos 11:24; Juan 14:12-14).

Jesucristo esta vivo. Él nunca ha cambiado. Está allí con usted para confirmar su palabra y bendecirlo. Puede que usted no lo vea, pero igual esta allí. Él dijo: SI PUEDES CREER, AL QUE CREE TODO LE ES POSIBLE (Marcos 9:23). Y usted puede creer. Yo le pido ahora mismo que se acerque al Señor en su corazón. Mientras lee estas líneas. Llamemosle por su nombre en oración; demos la bienvenida a su presencia para que, mientras lee estas lineas, Él esté allí para revelarle su verdad y manifestarle su poder a través de un milagro en su vida. Eso es lo que el quiere hacer por usted.

Jesús dijo: SI ALGO PIDIEREIS EN MI NOMBRE, YO LO HARÉ (Juan 14:14) ¿Que quiere que Jesucristo haga por usted ahora mismo?.

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