domingo, 19 de enero de 2020

¡OH PADRE, ETERNO DIOS!



Autor desconocido

LOS PRESIDENTES, reyes y otros gobernantes deben ser honrados y debemos orar por ellos. Así lo plantearon los apóstoles Pedro y Pablo en sus escritos, y ellos vivían bajo el gobierno del Imperio Romano. Pero nunca debemos olvidar que el único que merece nuestro absoluto honor y completa alianza es el Rey de reyes y Señor de señores.

Este himno apareció publicado de manera anónima en 1757 en el himnario de George Whitefield. Generalmente se le atribuye a Carlos Wesley, pero posiblemente fue publicado anónimamente por alguna buena razón. Los estudiosos piensan que Wesley este himno como una imitación al himno nacional «Dios salve a nuestro honorable rey». Este himno nacional había sido escrito recientemente y se había popularizado a través de Inglaterra. Podría ser que este himno era la forma de Wesley de mantener las prioridades en orden.

Sea que el autor estaba tratando de recordarnos que hay un Rey todopoderoso que es más grande que todo rey humano, o sea que solo estaba escribiendo un himno especial para el domingo de la Trinidad, este es un gran himno que noblemente alaba a nuestro Señor soberano.


¡OH PADRE, ETERNO DIOS!

¡Oh, Padre, eterno Dios!
Alzamos nuestra voz,
En gratitud
De cuanto tú nos das,
Con sin igual amor,
Hallando nuestra paz,
En ti, Señor.
¡Bendito Salvador!
Te damos con amor,
El corazón;
Y tú nos puedes ver,
Que humildes a tu altar,
Venimos a ofrecer,
Preciso don.
¡Espíritu de Dios!
Escucha nuestra voz,
Y tu bondad
Derrame en nuestro ser,
Divina claridad,
Para poder vivir
En santidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario