lunes, 18 de junio de 2012

Lo que hay detras de los dibujos animados


Dibujos animados ¿Verdaderamente inofensivos?

Yo solía pensar que las personas que se “dedican” a ver demonios en todos lados, incluso en los dibujos animados (o comiquitas como lo llamamos en Venezuela) eran unos fanáticos.  Tampoco podía siquiera imaginar cómo era posible que en esos dibujos tan jocosos, ingeniosos y dirigidos para el público infantil pudiese habitar alguna maldad.  Yo era fiera defensora de los largometrajes de Walt Disney, pues algunos cristianos de los que yo tildaba de “fanáticos” ó “satanizadores”, afirmaban que detrás de muchas escenas en los clásicos animados más famosos, había mensajes subliminales adorando al diablo.  Yo me preguntaba ¿cómo es posible?, si por ejemplo, en “La bella y la bestia” hay un mensaje tan hermoso como es el de no fijarse en la belleza externa sino en la interna.  Son largometrajes inspirados en novelas escritas hace siglos, con mensajes de lealtad,  amor incondicional, valentía y alto contenido moral, que bien vale la pena imitar… o al menos eso parece.
Pero luego me dediqué a investigar, pues a eso nos manda el Señor en 1ª Tesalonicenses 5:21 “Examinadlo todo; retened lo bueno.”, ¿y cómo sabemos qué es lo bueno dentro de todo lo que investigamos? Eso se responde en Filipenses 4.8  “Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad”, ¿Cómo me puedo cuidar de utilizar el criterio de Dios y no el mío propio cuando investigo? Para responder esto, puedes leer el libro Proverbios, capítulo 2.
Paulatinamente el Espíritu Santo me guió a profundizar en el origen de varios dibujos animados, tanto aquellos que estaban en boga cuando yo era niña, en la década de los ’80s como también aquellos que atraparon mi atención y, por qué no, mi adicción en la adultez.  Con decepción y sorpresa fui entendiendo la artimaña maléfica cuidadosamente urdida en el trasfondo de cada historia de casi todos los dibujos animados famosos.
Hace algunos años, cuando yo era asidua seguidora de las películas de acción, suspenso, terror y drama, me dedicaba a distraerme (o al menos eso pensaba yo que hacía) observando los grandes éxitos de Hollywood y del cine independiente.  En su momento me impactó una frase de uno de los personajes de la película “Sospechosos habituales” (1995, dirigida por Bryan Singer y protagonizada por Kevin Spacey) que dijo: EL MAYOR ÉXITO DEL DIABLO ES HABER CONVENCIDO AL MUNDO DE QUE ÉL NO EXISTE.  Con tristeza escucho como gente sin Cristo así como profesantes de otras religiones aparentemente cristianas apoyan tajantemente esta afirmación.  Con tristeza caí en cuenta como estuve enceguecida al negar categóricamente la existencia de alguna maldad detrás de los dibujos animados aparentemente inofensivos y divertidos.
Entre algunos datos que encontré descubrí que el éxito de la gatica sin boca “Hello Kitty” se debe a un pacto satánico hecho por su creadora, para que el diablo sanara a su hija de cáncer de boca, lo cual en efecto sucedió a cambio de fama y fortuna proveniente de la publicidad de todo tipo de productos con la cara de este dibujo.  Descubrí la muy marcada inclinación e inspiración en el creador de los “Thundercats” (los felinos cósmicos) en la mitología egipcia, sus cultos y sus creencias, las cuales bien sabemos son idolátricas y por supuesto contrarias al único Dios del universo.  Descubrí los significados ocultistas de varios personajes del anime japonés como “Dragon Ball Z”, por ejemplo el tercer ojo que tiene el personaje Ten shin han, cuyo significado es “el ojo que todo lo ve”.  La lista es larga pero la conclusión es la misma.  Estamos ante una peligrosa arma camuflada de diversión inofensiva, para que adoremos el ejército maléfico del diablo y nos dejemos influenciar de sus armas para destruir nuestras vidas.  Esta conclusión puede sonar fatalista, e incluso puede sonarte fanática o exagerada.  Pero te aseguro, amigo lector, que yo misma fui la primera sorprendida y hasta cierto punto incrédula ante la muy astuta distorsión de los valores morales, creados por Dios para la humanidad, pero que los dibujos animados desprecian y tuercen astutamente.
Una amiga cristiana me prestó un video de una entrevista realizada a una joven ecuatoriana que el Señor usó para mostrar la condición espiritual de la humanidad el día de hoy.  El Señor llevó en visiones a la joven Angélica Zambrano, al infierno y luego al cielo.  En el infierno ella vio niños sufriendo el tormento eterno, que no fue hecho para la humanidad, sino para el diablo y para los ángeles rebeldes que le siguieron antes que la humanidad existiera.  ¿Por qué niños? ¿Qué no todos los niños son de Dios? Muchas veces nos aferramos a lo que Jesucristo dijo en Marcos 10:14 “Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de Dios.”  Pero se nos olvida lo que nos dice Jesucristo en el versículo siguiente: “De cierto os digo, que el que no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él.” ¿Qué significa esto? Significa que al reino de Dios, que es básicamente justicia, paz y gozo, puede entrar un niño confiado e ingenuo (Mt 18:3); de hecho, sólo alguien que sea como un niño.  El llamado de Jesucristo es a ser humildes como un niño y a servir de corazón (Juan 13:1 – 17).  Pero preferimos pensar que automáticamente el hecho de ser niño, cronológicamente hablando, ya se es acreedor de la salvación del alma y futuro habitante del cielo.
El Señor en la visión, mostró a Angélica Zambrano que desde el momento en que un niño sabe la diferencia entre el bien y el mal, ya es responsable por sus decisiones, y por ende a escoger entre seguir a Jesucristo o seguir a Satanás.  No hay posibilidad de asumir posiciones neutrales, Dios no lo diseñó así.  Son muchos los dibujos animados y en especial, los exitosos animes japoneses, los que incitan a la rebeldía, desobediencia, idolatría y demás comportamientos aborrecibles para Dios.  Los adultos simpatizantes de estas series animadas no están exentos de tales influencias, no mientras se nieguen a entender la cortina de oscuridad que se cierne tras los inofensivos muñequitos.
Concluyo esta reflexión invitándote que tú también, con la guía del Espíritu Santo,  puedas investigar aquellos dibujos animados que te inspiran, te apasionan o que siguen siendo tus favoritos porque te recuerdan a tu niñez.  Te invito a adquirir un documental investigativo sobre el famoso “Mazinger Z”, una serie animada que tuvo mucho éxito en Latinoamérica en la década de los ‘80s y que en algunos sitios como Venezuela, están retransmitiendo.  Este video fue realizado por Tobías Sarcos Maurice, su dirección es randolphtobias@gmail.com. También te invito a descargar el video testimonial de Angélica Zambrano, disponible en muchos sitios de internet, se titula “23 horas muerta”.  Aclaro que no estamos cobrando nada por esta publicidad, ni tampoco es nuestra intención hacerlo.  Sólo damos de gracia lo que recibimos de gracia, tal como Dios nos inspira en Mateo 10:8.  Dios te continúe bendiciendo.
Yenny de Torres.

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