Desde
la creación hasta los patriarcas
En
su famosa cronología, el obispo Usher
estimó como fecha de la creación del mundo el año 4000 a.C., basándose para
ello en los patriarcas (Gn 5.3–32; 7.11; 9.28, 29; 11.10–26) según el texto
masorético. Pero si se usa el texto samaritano o el de la LXX, se llega a
resultados distintos. Sin embargo, no debe descartarse la teoría de las
lagunas; es decir, si se afirma en el texto que «A» engendró a «B» esto no
significa exclusivamente que «B» sea el hijo inmediato de «A». Puede tratarse
del nieto o del bisnieto o de descendientes aún más remotos.
Una
tercera teoría interpreta la lista de los patriarcas no como individuos sino
como representantes de dinastías. Al comparar las listas de los patriarcas resulta
preferible el uso del texto masorético porque el texto samaritano y la LXX
aplican su propio criterio y redondean las cifras. Con todo, sin embargo, debe
llegarse a la conclusión de que es imposible calcular la edad del mundo a base
de datos exclusivamente bíblicos. Cabe mencionar que la cronología judía actual
toma el año 3761 a.C. como año de la creación, resultado que obtiene de
distintos datos de la Biblia y del Talmud.
Además,
debe tenerse en cuenta que, a veces, para determinar ciertos acontecimientos se
hace referencia a otros sucesos; por ejemplo, la visión de Amós en el segundo
año después del terremoto, y hoy día no es posible aprovechar con sentido
absoluto tales datos históricos. Y para expresar tiempos más amplios, como la
duración de una generación, de un reinado o de otro oficio, redondeaban la
cifra y decían «40 años» (Jue 3.11; 5.31; 8.28; 13.1; 15.20).
DESDE ABRAHAM HASTA LA MONARQUÍA
Sería
de gran provecho para poder fechar con exactitud la prehistoria de Israel, o
sea el tiempo entre Abraham y el éxodo de Egipto, si pudiéramos señalar como
punto de partida acontecimientos paralelos en la historia profana. Muchos han
creído que en Gn 14 se ofrece tal punto de comparación. El capítulo describe la
lucha de Abraham contra cuatro reyes que invadieron a Israel. Se ha intentado
identificar a estos reyes con algunos conocidos de la historia antigua: Amrafel
con Hammurabi, rey y legislador de Babilonia (1728–1686); Arioc con Arriwuku el
de las cartas de Mari (ca. 1750); y Tidal con Tudhalia, nombre de varios reyes
hititas. Pero en ningún caso es segura la identificación.
El
antecedente cultural reflejado en la historia de los patriarcas sugiere la
primera mitad del segundo milenio a.C. Asimismo la historia de José cuadra con
el período en que los Hicsos dominaron a Egipto (ca. 1710–1570).
Sobre
la permanencia de los israelitas en Egipto existen varias opiniones. Por un
lado, los 430 años de Éx 12.40 parece ser demasiado tiempo si desde Jacob a
Moisés hay solamente cuatro generaciones (Éx 6.16–20). Además, según la LXX,
los 430 años abarcan también la estadía de los patriarcas en Canaán. Sin
embargo, la genealogía de Éx 6.16–20 probablemente es esquemática, ya que
Bezaleel, contemporáneo de Moisés, es la séptima generación de Jacob (1 Cr
2.18–20), y de Jacob a Josué hay doce generaciones (1 Cr 7.23–27). A la luz de
estos datos y los cuatro siglos de Gn 15.13, es preferible aceptar los 430 años
como la duración real de la permanencia en Egipto.
Algunos
fechan el éxodo en el siglo XV a.C. basándose en la cifra de 1 R 6.1 que lo
coloca 480 años antes de la construcción del templo de Salomón. Además,
Garstang, quien excavó parte de Jericó, afirmó que esta ciudad la destruyeron
poco antes de 1400 a.C.
Por
otro lado algunos ven la cifra de 480 como número esquemático que implica doce
generaciones o quizás un error de copista, pues una serie de pruebas indican
que el éxodo cabe mejor en el siglo XIII. Los esclavos israelitas edificaron
las ciudades del delta, Pitón y Ramesés, pertenecientes a los reinados de Seto
I (1302–1290) y Ramsés II (1290–1224). (No hay base para la teoría de que
Ramsés II solo renombró construcciones anteriores.) Las pruebas disponibles
indican que la existencia de poblaciones sedentarias en Edom y Moab (contra las
cuales lucharon los israelitas) cabe mejor en el siglo XIII que en el siglo XV.
La arqueóloga K.M. Kenyon afirma que la destrucción de Jericó, que Garstang
fechó ca. 1400, fue más bien una etapa de la civilización ocurrida mucho antes.
Además, la arqueología muestra que varias ciudades de Canaán (Laquis, Bet-el,
Hazor, etc.) fueron destruidas a finales del siglo XIII, lo cual pareciera
tratarse de la conquista de Josué.
La
estela de Merenptah (rey egipcio), fechada 1220 a.C., indica que Israel ya
estaba establecido en Canaán por aquel entonces. Este rey afirma que derrotó a
Israel y destruyó sus cosechas, de modo que el éxodo debe fecharse por lo menos
40 años antes. Considerando todos los datos, la mejor fecha para el éxodo sería
ca. 1280 a.C. Aunque las cifras de Jueces parecen contradecir esto, debemos
recordar las costumbres y modos de calcular el tiempo en el mundo antiguo. A
cada juez correspondía el gobierno de una sola tribu, pero en ocasiones varios
de ellos deben haber gobernado simultáneamente una tribu.
LA MONARQUÍA
Para
la cronología de este tiempo se cuenta con muchas más fuentes y documentos que
para la del período anterior: los datos paralelos de la antigua historia
oriental y especialmente los datos cuneiformes de los asirios y babilonios son
de gran valor, pues estos pueblos conocían ya el calendario del sol. Con estos
datos, astrónomos modernos sugieren que la mención de un eclipse de sol en el
año de Ber-segale corresponde al 15 de junio de 763; también permitió confirmar
la lista de los reyes asirios. Por otra parte, como los reyes asirios y
babilonios se relacionaron con los reyes de Israel y Judá, de sus historias
pueden obtenerse datos que aporten a una recopilación de la historia de Israel
y Judá.
Pueden
considerarse como seguras las siguientes fechas: Batalla de Qarqar, durante el
reinado de Acab en Israel, 853; conquista de Samaria por Sargón en el año de su
ascensión al trono, 722; sitio de Jerusalén por Senaquerib (705–681) en su
cuarto año, 701; batalla de Carquemis en el año 21 de Nabopolasar, 605;
conquista de Jerusalén por Nabucodonosor II (605–592), 597; destrucción de
Jerusalén por Nabucodonosor, 587–86.
Para
fechar el período de la monarquía, los dos sistemas más aceptables son los de
Albright y de Thiele, que difieren poco entre sí. En el sistema de Albright se
supone que existen algunos errores (quizás de copista) en los datos bíblicos,
los cuales hacen necesarios ciertos ajustes. Thiele se ocupa en armonizar los
datos por medio de un análisis de los cómputos usados por los autores.
En
primer lugar hay que suponer varias corregencias simultáneas en un mismo
reinado, cuando el sucesor iniciaba su gobierno mientras el titular aún vivía
(cf. 2 R 15.5).
Además,
existe el problema de determinar cuándo comienza el nuevo año. En Judá, este se
contaba desde el 1° de tisri (septiembre-octubre), pero en Israel festejaban el
comienzo del año en el mes de nisán; había años de nisán para Israel y años de
tisri para Judá. También hubo dos sistemas para fechar el inicio de un reinado:
tomando en cuenta el año de la entronización del rey (en tal caso un mismo año
fue contado como el último del antiguo rey y el primero del nuevo rey), o
anotando el año que seguía a la entronización. Se cree que Israel y Judá usaron
diferentes sistemas, por lo menos en algunas épocas.
Aunque
todavía algunas fechas son discutibles, el cuadro siguiente (del reino
dividido), con pocos ajustes, utiliza las conclusiones de Thiele, ya que este
armoniza mejor los datos bíblicos y toma en cuenta los datos y la metodología
del Cercano Oriente Antiguo.
DESPUÉS DEL CAUTIVERIO
Las
fechas de los reyes babilonios y persas mencionadas en esta época se pueden
fijar con certeza, aunque el Antiguo Testamento da pocos datos cronológicos
después del cautiverio. Se ha discutido la fecha de Esdras en relación con la
de Nehemías. Existe cierta prueba (pero no conclusiva) de que Esdras no
precedió a Nehemías en Jerusalén. Por tanto, algunos creen que Esdras llegó en
el séptimo año de Artajerjes II (397) o en el año 37 de Artajerjes I (428) en
vez de la fecha tradicional de 458 que es el séptimo año de Artajerjes I
(Esdras 7.7).
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