domingo, 23 de agosto de 2020

¿QUÉ PASA CON AQUELLOS QUE NUNCA HAN OÍDO EL EVANGELIO?

Romanos 1: 18-20.

18. Pero la ira de Dios se manifiesta desde el Cielo contra toda iniquidad y maldad de los hombres que refrenan la verdad con injusticia, 19. porque lo que de Dios puede ser conocido les es evidente, pues Dios se los hizo evidente, 20. y las cosas invisibles de Dios, su eterno poder y Deidad, son hechos evidentes desde que el mundo fue establecido, siendo entendidas en las creaciones de Él, para que no tengan excusa,

Algunas veces, las personas que hacen esta pregunta no tienen verdadero interés en aquellos que nunca han oído el evangelio, sino que quieren echar una “cortina de humo” para impedirte a ti, como cristiano, que le muestres su necesidad de Dios. Podemos decirles a esas personas que Dios es bueno y compasivo, y que trata justa e imparcialmente a todos aquellos que nunca escucharon el evangelio. Pero la persona que hace esta pregunta debe reconocer que el conocimiento supone responsabilidad. Por lo tanto, aquellos que conocen la verdad del evangelio darán cuenta de lo que saben.

La Biblia nos hace saber que Dios juzgará a cada uno conforme a lo que la persona conoce de Él (Lucas 12: 47-48 “Porque le siervo que sabe cuál es la voluntad de su amo, pero no se prepara conforme a la voluntad de él, recibirá muchos azotes, 48. pero el que no supo cuál era y hace algo digno de azotes, recibirá pocos azotes. Porque a todo aquel a quien le ha sido dado mucho, mucho se le exigirá, y a quien se le haya confiado mucho, más se exigirá de su parte”). No seremos responsables por lo que no sabemos. Pero, aun así, esto no nos exime de toda responsabilidad, de otro modo podríamos decir: “La ignorancia es una bendición”. Tampoco se puede asegurar que la persona que no ha escuchado de Jesús, nunca sabrá de Él.

 Los seres humanos, no importa donde vivamos en esta Tierra de Dios, hemos nacido con un alma, un vacío, un sentido de la vida tiene que tener significado y propósito. A pesar de ese profundo anhelo espiritual, hemos menospreciado a Dios y su palabra. Pero si buscamos realmente a Dios, Él se manifestará a nosotros. Tenemos prueba de esto en Hechos 10: 1-48. Allí un hombre llamado Cornelio, un religioso que oraba constantemente le pidió a Dios que se manifestara a él. Quizás había oído de Jesús, pero todavía no conocía el plan de salvación. Sin embargo, eso no evitó que Dios contestara sus oraciones y enviara al apóstol Pedro a explicarle a su casa. Cuando Cornelio escuchó el maravilloso mensaje, ¡creyó!

La Biblia dice que Dios nunca cambia (Malaquías 3:6 “Porque yo Jehová no cambio; por esto, hijos de Jacob, no habéis sido consumidos”).

(Santiago 1:17 “Toda dádiva buena y perfecta procede de lo alto, desciende del Padre de las luces, en quien no hay cambio alguno, ni sombra de variación”). Él es el mismo ayer, hoy y mañana. Si Dios oyó las oraciones de Cornelio, también oirá las oraciones de aquellos que todavía no lo conocen, pero desean hacerlo.

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