Romanos
1: 18-20.
18.
Pero la ira de Dios se manifiesta desde el Cielo contra toda iniquidad y maldad
de los hombres que refrenan la verdad con injusticia, 19. porque lo que de Dios
puede ser conocido les es evidente, pues Dios se los hizo evidente, 20. y las
cosas invisibles de Dios, su eterno poder y Deidad, son hechos evidentes desde
que el mundo fue establecido, siendo entendidas en las creaciones de Él, para
que no tengan excusa,
Algunas
veces, las personas que hacen esta pregunta no tienen verdadero interés en
aquellos que nunca han oído el evangelio, sino que quieren echar una “cortina
de humo” para impedirte a ti, como cristiano, que le muestres su necesidad de
Dios. Podemos decirles a esas personas que Dios es bueno y compasivo, y que
trata justa e imparcialmente a todos aquellos que nunca escucharon el
evangelio. Pero la persona que hace esta pregunta debe reconocer que el
conocimiento supone responsabilidad. Por lo tanto, aquellos que conocen la
verdad del evangelio darán cuenta de lo que saben.
La
Biblia nos hace saber que Dios juzgará a cada uno conforme a lo que la persona
conoce de Él (Lucas 12: 47-48 “Porque le
siervo que sabe cuál es la voluntad de su amo, pero no se prepara conforme a la
voluntad de él, recibirá muchos azotes, 48. pero el que no supo cuál era y hace
algo digno de azotes, recibirá pocos azotes. Porque a todo aquel a quien le ha
sido dado mucho, mucho se le exigirá, y a quien se le haya confiado mucho, más
se exigirá de su parte”). No seremos responsables por lo que no sabemos.
Pero, aun así, esto no nos exime de toda responsabilidad, de otro modo
podríamos decir: “La ignorancia es una
bendición”. Tampoco se puede asegurar que la persona que no ha escuchado de
Jesús, nunca sabrá de Él.
Los seres humanos, no importa donde vivamos en
esta Tierra de Dios, hemos nacido con un alma, un vacío, un sentido de la vida
tiene que tener significado y propósito. A pesar de ese profundo anhelo
espiritual, hemos menospreciado a Dios y su palabra. Pero si buscamos realmente
a Dios, Él se manifestará a nosotros. Tenemos prueba de esto en Hechos 10: 1-48. Allí un hombre llamado
Cornelio, un religioso que oraba constantemente le pidió a Dios que se
manifestara a él. Quizás había oído de Jesús, pero todavía no conocía el plan
de salvación. Sin embargo, eso no evitó que Dios contestara sus oraciones y
enviara al apóstol Pedro a explicarle a su casa. Cuando Cornelio escuchó el
maravilloso mensaje, ¡creyó!
La
Biblia dice que Dios nunca cambia (Malaquías 3:6 “Porque yo Jehová no cambio; por esto, hijos de Jacob, no habéis sido
consumidos”).
(Santiago
1:17 “Toda dádiva buena y perfecta
procede de lo alto, desciende del Padre de las luces, en quien no hay cambio
alguno, ni sombra de variación”). Él es el mismo ayer, hoy y mañana. Si Dios
oyó las oraciones de Cornelio, también oirá las oraciones de aquellos que
todavía no lo conocen, pero desean hacerlo.
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