1 Corintios 6: 9-10, 15-20
9. ¿O no saben ustedes que
los inicuos no heredarán el reino de Dios? No se engañen: ni los fornicarios,
ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los depravados, ni los que se echan con
varones, 10. ni los avaros, ni los ladrones, ni los borrachos, ni los calumniadores,
ni los estafadores, heredarán el reino de Dios.
15. ¿No saben que sus cuerpos son miembros del Cristo? ¿Quitaré un miembro del Cristo para hacerlo miembro de una prostituta? ¡De ningún modo! 16. ¿O no saben que el que se une a una prostituta se hace una carne con ella? Porque Él dijo: LOS DOS SERÁN UNA CARNE. 17. Pero el que se une a nuestro Señor, es un espíritu con Él. 18. Huyan de la fornicación, porque cualquier pecado que el hombre cometa está fuera de su cuerpo, pero el que fornica peca contra su propio cuerpo. 19. ¿O no saben que su cuerpo es templo del espíritu santo que mora en ustedes, a quien han recibido de Dios, y que no se pertenecen a sí mismos? 20. Por cuanto fueron comprados por precio, glorifiquen pues a Dios con su cuerpo y con su espíritu, los cuales pertenecen a Dios.
En estos tiempos oímos hablar mucho de “estilos de vida alternativos”. Pero, ¿Pero
qué tiene que decir Dios acerca de la homosexualidad, de vivir juntos sin estar
casados o de ser promiscuos? Mientras algunos dicen que Dios acepta cualquier
relación, la Biblia pinta un cuadro muy diferente. Que esas relaciones existan
no quiere decir que sean correctas. Dios las califica claramente como pecados.
ACERCA
DE LA HOMOSEXUALIDAD.
Decir que la homosexualidad es mala no es popular en
nuestra cultura. Pero a Dios no le importa si una cosa es popular o no. A Él le
interesa la salvación de la gente y la obediencia a su Palabra. Sólo porque la
homosexualidad sea vista hoy en día como un estilo de vida alternativo no
significa que no sea pecado. Dios lo declaró cuando dio su ley a los israelitas
(Levítico 18: 22 “No te echarás con varón
como con mujer; es abominación”). Pablo reitera el mandamiento de Dios de
abstenerse del pecado de la homosexualidad (Romanos 1: 26-27 “Por esta razón, Dios los entregó a pasiones
vergonzosas, pues sus mujeres cambiaron la función natural de su sexo e hicieron
lo que es contranatural, 27. y de la misma manera también sus varones, dejando
las relaciones naturales con las mujeres, dieron rienda suelta a la lascivia
unos a otros, porque llevando a cabo actos vergonzosos varones con varones,
recibieron en sí mismos justa retribución por su extravío”), así como en otras
cartas suyas a la iglesia primitiva.
ACERCA DE VIVIR JUNTOS ANTES DE ESTAR CASADOS Y EL SEXO
PREMATRIMONIAL.
¿Has pensado que algo es correcto sólo “porque todos lo hacen”? Hoy en día es
muy aceptable que las parejas vivan juntas sin estar casadas. Además, tal
parece que el sexo prematrimonial es la norma y no la excepción. Pero Dios no
ha dado su aprobación a esta clase de relaciones (Hebreos 13: 4 “Honroso sea en todos el matrimonio, y su lecho sea puro, porque a los
fornicarios y a los adúlteros Dios los juzgará”). Aunque Él creo las
relaciones sexuales, no las dispuso ara antes del matrimonio. Dios creó la relación
sexual como un medio para que marido y mujer profundicen su relación y crezcan
juntos en ella. No para que sea una diversión barata que se disfruta antes del
matrimonio, fuera de los vínculos sagrados, tal como lo hacen quienes practican
el sexo prematrimonial y viven juntos sin estar casados.
ACERCA DE LA PROMISCUIDAD.
Promiscuidad es una
palabra que hoy en día no oímos tanto como en tiempos pasados. El problema con
la promiscuidad es que se tienen relaciones sexuales con diferentes personas.
La Escritura dice que la voluntad de Dios es que cada uno tenga su propio
amante: su esposo o esposa, cuando una persona tiene más de un compañero (con la excepción de un nuevo casamiento
después de la viudez o de un divorcio realizado sobre una sana base Bíblica),
la persona se involucra en inmoralidad sexual si es soltera y en adulterio si
es casada (Mateo 5: 3 “Pero fornicación y
cualquier inmundicia o avaricia, ni siquiera se mencione entre ustedes, como
conviene a santos, y Mateo 5: 27-28. Han
escuchado que se dijo: 'NO COMETERÁS ADULTERIO', 28. pero yo les digo que
cualquiera que mire a una mujer para codiciarla, inmediatamente comete
adulterio con ella en su corazón”).
Algunos se preguntarán
si lo que dice la Palabra de Dios acerca de estos asuntos tiene validez hoy en
día, o si era solamente para la cultura particular de aquellos tiempos. Dios
nos instruye a obedecer todos sus mandamientos sin agregar o quitar nada de
ninguno de ellos (Deuteronomio 12: 32 “Cuidarás
de hacer todo lo que yo te mando; no añadirás a ello, ni de ello quitarás”).
Además, se nos que la Palabra del Señor permanece para siempre (1 Pedro 1: 25 “PERO LA PALABRA DE NUESTRO DIOS PERMANECE
PARA SIEMPRE. Y ésta es la palabra que les ha sido proclamada”). En consecuencia,
estas instrucciones se aplican a nosotros hoy en día, tanto como se aplicaron
siglos atrás.
Dios nos ha dado el deseo sexual para disfrutarlo dentro del matrimonio (1 Corintios 7: 1-5 “Pero acerca de las cosas que ustedes me han escrito, bueno es para el varón no tocar mujer, 2. pero por causa de la fornicación, que el varón tenga su propia esposa, y la mujer tenga su propio marido. 3. El marido confiera el amor debido a su esposa, y del mismo modo la esposa a su marido. 4. La esposa no tiene autoridad sobre su propio cuerpo, sino su marido, e igualmente, tampoco el marido tiene autoridad sobre su propio cuerpo, sino su esposa. 5. Así que no se nieguen el uno al otro, salvo por acuerdo mutuo y por un tiempo, para dedicarse al ayuno y a la oración, y después vuelvan a su intimidad conyugal, no sea que los tiente Satanás a causa del deseo de su carne”). Si uno se opone al plan debidamente instituido y no se arrepiente, pagará las consecuencias, no sólo en esta vida, sino también en la eternidad. No puedes estar cerca de Dios si estas involucrado en algún tipo de comportamiento inmoral. De la misma manera, no estarás involucrado en este tipo de comportamiento si estas verdaderamente cerca de Dios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario