jueves, 27 de agosto de 2020

¿POR QUÉ UN DIOS BUENO ENVÍA GENTE AL INFIERNO?

Isaías 14:11-23

Pues tu esplendor descendió al Seol y murió tu arpa; debajo de ti será esparcido polvo y el gusano te cubrirá.” ¡Cómo caíste de los cielos! ¡Laméntate al rayar el alba! Fuiste derribado a la Tierra, insolente de las naciones. “Dijiste en tu corazón: Subiré al Cielo; por encima de las estrellas de Dios levantaré mi trono y me sentaré sobre los altos montes que están en los extremos del norte. Subiré sobre la altura de las nubes, y seré semejante al Altísimo.” “Pero ahora, al Seol serás derribado, a lo más profundo del abismo. Todos los que te vean, te contemplarán a la distancia, y reflexionarán acerca de ti, dirán: ¿Es este aquel que trataba cruelmente a la Tierra, que hacía estremecer a los reinos, que asoló la tierra habitada convirtiéndola en un desierto, que derribó las ciudades y a sus prisioneros nunca libró?” “¡Los reyes de las naciones, todos ellos, yacen con honra, cada uno en su morada. Pero tú fuiste arrojado de tu sepulcro como vástago desechado, como ropa de muertos asesinados a espada que bajan entre las piedras de la fosa, como cadáveres pisoteados.” “No te alegrarás junto con ellos en el sepulcro, pues has corrompido tu propia tierra y mataste a tu pueblo; jamás se levantará la simiente maligna. 

Hebreos 2:2-3.

2. porque si la palabra hablada mediante ángeles fue cierta, y todo el que habiéndola escuchado y cometido transgresión contra ella recibió justa retribución, 3. ¿cómo escaparemos nosotros si somos negligentes en cuanto a las cosas que son nuestra salvación?, las cuales comenzaron a ser declaradas por nuestro Señor y nos fueron confirmadas por quienes las escucharon de Él, 

         Si Dios ama a la gente, ¿Por qué no salva a todos? Quizás te has hecho esta pregunta o conoces a alguien que la hizo. Aunque la pregunta es válida, erróneamente pone la culpa de la condenación de las personas en Dios. Él no desea que alguien pase la eternidad en el infierno sino que todos pasen la eternidad con Él en el Cielo. La Escritura dice claramente: En realidad, no es que el Señor sea lento para cumplir su promesa, como algunos piensan. Al contrario, es paciente por amor a ustedes. No quiere que nadie sea destruido, quiere que todos se arrepientan” (2 Pedro 3: 9). A través de toda la Biblia vemos el amor y la paciente invitación de Dios para que vengamos a Él.

·         Vengan a mí todos los que están cansados y llevan cargas pesadas, y yo les daré descanso” (Mateo 11: 28)

·         El Espíritu y la Esposa dicen “ven” Que todos los que oyen esto, digan: “Ven”. Todos los que tengan sed, que vengan. Todo aquel que quiera, beba gratuitamente del agua de la vida (Apocalipsis 22: 17).

La verdad es que hay algunas cosas que sólo Dios puede hacer, tal como limpiarnos de nuestro pecado, perdonarnos y justificarnos. Al mismo tiempo, hay algunas cosas que sólo nosotros podemos hacer, tales como venir a Él, creer en Él y arrepentirnos de nuestros pecados. Pero es indudable que Dios nos ama (Juan 3: 16 “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que hasta dio a su Hijo Unigénito, para que todo el que crea en Él no se pierda, sino que tenga vida eterna”) (Romanos 5: 8 “ahora Dios muestra su amor para con nosotros, porque si cuando éramos pecadores el Cristo murió por nosotros”) Y nos ha dado un don maravilloso pero peligroso. Este don es llamado: “libre albedrío”. Es la habilidad de escoger entre lo recto y lo incorrecto; entre el bien y el mal; entre Dios y satanás; y entre el cielo y el infierno. Dios no impone su salvación y su perdón sobre nuestras vidas. Es nuestra decisión decir sí o no.

Todo aquel que termina en el infierno, hombre o mujer, es porque de manera voluntaria y deliberada decidió rechazar la oferta del perdón de Dios. El famoso escritor Británico C.S. Lewis dijo: “las puertas del infierno están cerradas por dentro”.

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