Romanos
13: 1-2.
1. Sométase toda persona a las autoridades superiores, porque no hay autoridad que no provenga de Dios, y las autoridades que hay son constituidas por Dios. 2. Así que el que se oponga a la autoridad, a lo ordenado por Dios se opone, y los que se opongan recibirán juicio,
Cuando
tratamos con el asunto de la autoridad, en particular cómo actuar ante el
gobierno de nuestro país, la Biblia nos da algunos asuntos importantes para
considerar.
DIOS
ESTABLECE A LOS GOBERNANTES.
Es
cierto que no todo gobierno oficial es obediente a Dios. Muchos gobiernos
violan la Palabra de Dios. Pero Dios ha permitido ciertos gobiernos con un
propósito divino. En el Antiguo Testamento, muchas veces Dios permitió que
algunos “malos” países fueran
poderosos, para castigar a Israel por su mal proceder y recordarles que debían
retornar a Dios. Por lo tanto, debemos respetar a las autoridades, ya que Dios
tiene propósitos específicos al permitir ciertos gobiernos.
DIOS
USA A LOS GOBERNANTES QUE TIENEN TEMOR DE ÉL.
Aunque
Dios, en definitiva, tiene control de todo lo que ocurre y de cada suceso que
hay en el mundo, Él usa a sus seguidores en posiciones estratégicas de poder. Cuando
la reina Ester, una judía, vio la posibilidad de que su pueblo fuera destruido,
su tío Mardoqueo la desafió con estas palabras: “Si callas en este tiempo, de otra parte vendrá auxilio y alivió para
los judíos, pero tú y tus parientes morirán. ¿Quién sabe si no llegaste a ser
reina precisamente para un momento como este?” (Ester 4:14). Ciertamente,
Dios no nos prohíbe ser parte de los procesos políticos y aun usa a cristianos
en el gobierno para cumplir sus propósitos.
TENEMOS
QUE SER TESTIGOS PARA LOS QUE ESTÁN EN AUTORIDAD.
Tu
obediencia a las leyes del país es usada como un testimonio que exalta al Dios
que sirves. Pedro, dirigiéndose a los primeros cristianos que estaban sufriendo
crueles persecuciones bajo la tiranía de Nerón,
los desafió a ser buenos ciudadanos (1 Pedro 2: 13-15 “Sométanse a todos los hombres por causa de Dios: a los reyes, por razón
de su autoridad, 14. y a los jueces, porque ellos son enviados por Él a fin de
castigar a los malhechores y honrar a los que hacen lo bueno. 15. Porque ésta
es la voluntad de Dios: que con sus buenas obras callen la boca de los insensatos
que no conocen a Dios”).
NUESTRA
FIDELIDAD A DIOS SIEMPRE DEBE ESTAR PRIMERO.
¿Qué
hacer cuando la ley o el gobierno contradicen directamente la ley de Dios?
Nosotros somos responsables ante una autoridad mayor. En el Antiguo Testamento
leemos que Daniel desafió el decreto
del rey que prohibía a la gente a orar por otros dioses que no fuera él (Daniel
6: 1-28). Daniel sabía que Dios había dicho que sólo lo adorara a Él, así que obedeció
la ley de Dios antes que la ley de los hombres. Como recordarás, Daniel fue
echado al foso de los leones, pero Dios preservó su vida cerrando la boca de
las bestias. En el Nuevo Testamento, cuando el sacerdote les ordeno que no
hablarán en el nombre de Jesús, Pedro respondió: (Hechos 5: 29 “Simón contestó junto con los apóstoles, y
les dijo: Debemos obedecer a Dios antes que a los hombres”). En tiempos más
recientes, los cristianos que vivían en países comunistas o musulmanes,
continúan hablando del Cristo y repartiendo Biblias, a pesar de las leyes que
lo prohíben.
Quizás
lo mejor que podamos hacer respecto a las autoridades es seguir el consejo de 1
Pedro 2: 17 “Honren a todos, amen a sus hermanos,
reverencien a Dios, honren a los reyes”. Aquí tenemos un perfecto equilibrio,
porque si tememos a Dios, viviremos por encima de cualquier crítica y seremos
ejemplo para aquellos que están en autoridad. Al mismo tiempo, seremos capaces
de discernir cuando las leyes humanas contradicen las leyes divinas establecidas
por Dios.
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