domingo, 1 de diciembre de 2019

FALTOS DE FE.




            Para todo ser humano que nace y en el transcurso de toda su vida, enfrentará algún tipo de problema, puede ser menos o más grave, y las personas del mundo antiguo no fueron la excepción.

            Pero Jesús llegó con muchas soluciones simples y con resultados magníficos. Jesús nunca dejo de demostrar su amor por las personas pero tampoco su frustración por ser tan faltos de fe, aun habiendo muchos de ellos visto al Señor hacer milagros en su misma presencia.

            Veamos esta escena de peligro. ”JESUCRISTO REPRENDE UNA VIOLENTA TEMPESTAD Mt 8:25.

            Acercándose luego sus discípulos lo despertaron, y le decían: ¡Señor nuestro sálvanos que perecemos!”.

            En esta situación de peligro en el mar, los hombres que acompañaban a Jesús no vieron otra solución sino llamar al Señor para que los salvara del peligro inminente en el que estaban.

            Muchas veces nos ciega la desesperación, nos frustran ciertas situaciones que nos llevan a cometer muchos errores, como, abandonar nuestra fe reclamándole al Señor, el no responder, hacer cosas  incorrectas como robar o mentir, engañar o defraudar a alguien en señal de rabia por no haber podido solventar nuestra situación, y llevándonos esto a empeorar nuestras vidas.

            Así como pasa con los hombres que iban con Él en la barca el miedo los llevó a pensar que Dios los había abandonado, morirían ahogados y no podrían hacer nada para salvarse por sí mismos, no les quedaba otra cosa que llamar a ese hombre Jesús y ver si Él podía hacer algo, a lo que Jesús les dijo: y al ver que la tempestad se calmaba solo pudieron decir: “¿Quién es este a quien los vientos y el mar obedecen?”.

            Pase lo que pase no abandones tu fe en el Todopoderoso pues todas las cosas nos ayudan a bien.

            Igual andar por la vida con constantes preguntas dándonos vuelta en la cabeza día y noche sin poder encontrar respuestas a muchas de ellas es muy frustrante y malo, pues, la ignorancia o el no entender o saber alguna cosa podría hasta llegar a ser peligroso, Así que la curiosidad por saber es bien vista por Dios y el mismo nos motiva a apreciar el conocimiento y la sabiduría.

            A los discípulos de Jesús les intrigaban muchas cosas de las que hacía el Señor, y como todos, querían entenderlo y saber el ¿porque? De esas señales, veamos… Dinos: ¿Cuándo acontecerá esto? ¿Y cuál será la señal de tu venida y del fin del mundo? (Mt 24:3). Esta es una pregunta que aun hoy nos hacemos, aunque Jesús les dio respuestas y pistas, sigue en nuestra mente ¿Cuándo será esto? Como todo debemos entender que el dueño de todas las cosas es el Padre, Él toma las decisiones y dice cuándo serán los tiempos, por más que queramos saber, solo Él tiene la última palabra, pues, aun su Hijo no sabe cuál será el momento (Mt 24:36) por lo cual lo mejor es pedirle a Dios por medio de su Hijo que nos de sabiduría y entendimiento para poder revelar a la iglesia lo que Él dice en su Palabra “EL QUE LEA ENTIENDA” (Mt 24:15), para que todos estemos lo mejor preparados posible y no nos tome nada por sorpresa.

Al entender todo lo que Dios nos enseña nos muestra su amor y misericordia y a veces nos llegan pruebas y aflicciones que una vez más no logramos entender. Así como sucedió con Job, dice la palabra de Dios de él así: “Luego dijo Yahweh a satanás: ¿Has considerado a mi siervo Job, que no hay otro como él en la Tierra, varón íntegro y recto, reverente ante Dios y apartado del mal?”. (Job 1:8). Un hombre íntegro y recto, palabras dichas por el Dios mismo y luego podemos ver todas las calamidades que le acontecieron a Job.

ENFERMEDAD.

Casi siempre se piensa que las enfermedades vienen por el pecado cometido por nosotros esto nos acarrea alguna calamidad bien se a nosotros o a nuestra familia y en algunos casos trasciende a los hijos de los hijos.

En los tiempos Bíblicos las enfermedades eran sanadas, los ciegos recibían la vista, los sordos oían, el paralitico caminaba, el que tenía lepra era limpiado, y toda clase de enfermedad era curada por el poder de Dios su creador.

Jesús dijo: “llamando, pues, a sus discípulos, les dio poder sobre los espíritus inmundos para que los expulsaran, y para que sanarán toda enfermedad y aflicción… (Mt 10:1)”.

No siempre será por el pecado o por nuestra herencia genética sino por el pecado que mora en cada uno de nosotros o para glorificar al Dios Poderoso de Israel así lo vemos en (Mr 1:30) “Y la suegra de Simón yacía enferma con fiebre, y le hablaron acerca de ella”. La suegra de Pedro estaba enferma con fiebre en cama, bastó con que Jesús la tocara para que la fiebre la dejara y así ella continuara con sus quehaceres diarios, solo necesito que el Maestro estuviera allí para que ella fuera sanada. Dios recibió la gloria de aquella sanidad al igual que con Job al ser librado por Dios de todas sus aflicciones no habiendo él atribuido a Dios ninguna responsabilidad por su condición sino reconociendo que si recibe el bien de parte de Dios por qué no habría de recibir el mal. (Job 2:10).

(Job 42:10) Entonces restauró Yahweh de su cautividad a Job mientras estaba orando por sus amigos, y añadió Yahweh a Job el doble de lo que tenía.

Si es posible que tu aflicción no venga por ningún pecado, pero si satanás te pide para zarandearte y pones tu confianza en Dios como Job Él te librará y saldrás victorioso.

Las dificultades no son fáciles de sobrellevar y menos cuando no hallamos paz en nada de lo que hacemos y no tenemos a nadie que nos ayude a llevar esa carga y podamos contar con el apoyo moral.

El pago de nuestros impuestos, pago de la luz, agua, alquiler, televisión por cable y teléfono etc.  Muchas veces se nos acumulan los gastos y nuestro mal humor nos inunda llevándonos a la desesperación. Pero tan simple como es descansar en Dios que sabe de nuestras necesidades, no digo que sea fácil contar con Él, pues, al final somos seres humanos y vemos más útil que otro humano nos ayude que contar con que Dios lo hará.

Al igual los discípulos de Jesús amaba andar con Él, presenciar sus milagros y aprender de Él, pero llegaban momentos en que tenían que poner en práctica lo aprendido, “haré todo por fe” y esto fue una de las cosas más difíciles para ellos.

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