Nombre
basado en la pregunta hecha por los israelitas en hebreo. “¿Man ju?” (¿Qué es
esto?) Éx 16:15, cuando vieron por primera vez el “pan del celo” (Éx 16:4) que
Yahweh les proveyó durante toda la peregrinación en el desierto (v.35 compare Jos 5:12). El salmista lo llama
“Pan del cielo” (Sal 78:24) y “Pan de ángeles” (v.25) porque la palabra hebrea
aquí se basa en el verbo “volar”. En señal de desprecio, los mismos israelitas
llamaron al Maná “pan ligero” (Nm 21:5). El apóstol Pablo lo llamó “alimento
espiritual” (1Co 10:3) por su origen divino y por su significado como tipo del
Cristo. Jesús se identificó como “el verdadero Pan de Cielo… Pan de vida” (Jn
6: 25-69) también prometió que “el que venciere” se alimentará de este “Maná
escondido” la misma vida espiritual del Redentor (Ap 2:17).
La
biblia da la siguiente descripción del Maná:
1. Forma:
Una cosa menuda, redonda, menuda como una escarcha sobre la Tierra. (Éx 16:14).
Como semilla de cilantro (Nm v. 31)
2. Color:
Blanco. Como es aspecto de una perla (Éx 16:31; Nm 11:7).
3. Sabor:
“Como de hojuelas de miel” (Éx 16:31) “Como de pan amasado con aceite” (Nm
11:8).
4. Características:
Criaba gusanos al guardarlo para el día siguiente (Éx 16:20) el hecho de que
esto no sucedía con el que se guardaba para el día de reposo señala un acto
milagroso de Dios.
5. Preparación:
Molido o mojado y luego cocido en caldera o servido en tortas (Nm 11:8).
Se
ha tratado de identificar el Maná con varias sustancias naturales que se
observan hasta hoy en la península de Sinaí. Estas sustancias son excretadas
por incestos que se alimentan de la sabia del tamarisco: los carbohidratos de
la sabia se transforman en res tipos de azúcar, que resultan en una materia
dulce y pegajosa como miel. Este producto se ha identificado como el Maná de la
Biblia a lo menos del tipo desde el tiempo de los monjes griegos del Sinaí, tal
identificación es dudosa por varias razones.
1. Pasa
por alto el hecho que éstas sustancias no se conforman suficientemente a la descripción
bel maná de la Biblia.
2. No
explica como tales procesos naturales pudieron proveer las cantidades enormes
que se necesitaban para toda la multitud de los israelitas durante tantos años.
3. No
explica como un gomer de esta sustancia podría sostener a un hombre en un día (Éx
16:16).
4. Aún
más importante, no toma en cuenta los factores milagrosos de la historia Bíblica.
A
toda luz, es preferible aceptar que el Maná, fue una provisión especial
milagrosamente hecha para una necesidad particular. Las posibles semejanzas,
sin embargo, no dejan de indicar algo del elemento físico utilizado por Dios en
la provisión milagrosa.
En
memoria del milagro en el desierto, se guarda un gomer del Maná en el arca del
pacto (Éx 16:33; Heb 9:4) pero luego seguramente se perdió (1R 8:9)Por eso, es dudoso el testimonio del
historiador Josefo, según el cual todavía en la era romana seguía descendiendo
Maná en la península del Sinaí.
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