(Col 2.1–23)
Hans se preocupaba enormemente. ¿Cómo debería actuar
al ver al rey? Cuando el maestro de la escuela lo escogió para representar a
los nifios de la aldea en la celebración del quincuagésimo quinto aniversario
del reino, danzó de júbilo, pero ahora todo lo que podía hacer era preocuparse.
Hans les preguntó a los ancianos en la plaza: «¿Cómo
debo actuar al ver al rey?» Uno dijo que debía hacer una venia hasta el suelo
cada tres metros al acercarse al trono. Otro le dijo que debía mantener sus
ojos fijos en el suelo y besar la mano del monarca cuando se la extendiera. Un
tercero le indicó que necesitaba aprender la manera oficial de dirigirse al
rey, lo cual el anciano no podía recordar, pero que tal vez el párroco lo
sabría.
El sacerdote, enfundado en sus hábitos, se quedó
perplejo cuando Hans llegó corriendo por la sacristía y se tropezó con él. «Por
favor, padre Gruber, dígame cómo debo dirigirme al rey cuando represente a los
niños en el festival», pidió Hans jadeando.
El padre Gruber copió un extenso saludo en una forma
de lenguaje que nadie usaba, excepto algunas personas de monte adentro. Hans se
lo llevó a casa y lo practicó hasta que lo supo de memoria, aunque no comprendía
algunas partes.
Cuando llegó el gran día, Hans estaba en la procesión
de dignatarios esperando su turno para la audiencia ante del rey. Se sentía
insignificante entre nobles, caballeros y hermosas damas, de modo que cerró sus
ojos y se imaginó una vez tras otra la manera en que andaría, se inclinaría, se
arrodillaría y le besaría y cómo se dirigiría solemnemente al rey.
Después de larga espera, pero de súbito, las
gigantescas puertas se abrieron sin ningún ruido, para revelar al rey sentado
en un trono al final del más hermoso salón que Hans jamás había visto. Un
centenar de pares de ojos que lo miraban le hicieron olvidarse de lo practicado
mil veces. Hans nunca antes había visto al rey, sino sólo en retratos. No podía
apartar su mirada de aquel rostro grave y noble cuyos ojos lo miraban
fijamente.
Como tropezando, Hans empezó a avanzar. Estaba
boquiabierto y arrastraba, a su costado, el ramo de flores que llevaba. No pudo
apartar su vista de los ojos del rey en todo el trayecto hasta estar al pie del
trono y una vez allí, no recordó nada de lo que debía decir.
Hans le extendió el ramo de flores al rey y abrió su
boca. Su voz chilló: «Todos los niños lo quieren, su majestad», y bajó su
cabeza avergonzado para llorar, mientras los dignatarios aplaudían y el rey
sonreía.
La batalla de las edades
¿Adoramos a Dios gustosamente por guardar reglas y
observar ritos o lo adoramos con amor y devoción de corazón puro? Siempre hay
quienes quieren establecer su idea como la manera de acercarse a Dios, y
sustituir sus tradiciones en lugar del sencillo evangelio del Nuevo Testamento.
Eso ocurrió entonces y allí, en Colosas; eso ocurre aquí y ahora.
Describa, en base a Colosenses 2.1–3, el resultado que Pablo deseaba del conflicto que
tenía por los cristianos en Colosas y Laodicea.
En unidad
En entendimiento espiritual
Cómo intentaban los oponentes del verdadero evangelio
seducir a los colosenses? (vv. 4, 8)
¿Qué recomendó Pablo a los cristianos colosenses como
manera de resistir la falsedad y permanecer en la verdad? (vv. 6, 7, 9, 10)
Según Pablo, ¿quién estaba finalmente detrás de los
intentos de pervertir el evangelio de Cristo? (vv. 10, 15)
¿Qué de las sectas del control de la mente o la
ciencia de la mente? (Col 2.8). Esas sectas se centran en el concepto de una «conciencia universal»
que hace a los seres humanos: 1) parte de una conciencia infinita y eterna; 2)
divinos, en esencia; 3) inmortales a través de varias formas (reencarnación y
otras cosas por el estilo); 4) capaces de comunicarse con los muertos y otros
espíritus; y 5) capaces de recibir energía por medio de ejercicios psíquicos o
físicos a fin de trascender la naturaleza, descifrar misterios, e influir sobre
sus propios destinos o la vida de quienes los rodean.
Estos grupos, en nombre de la «investigación y la
ilustración», «las investigaciones síquicas», la «meditación trascendental», el
«yoga», y otras prácticas, no están estableciendo contacto con la «conciencia
de Dios», ni con los poderes síquicos, sino con Satanás y los demonios.
La palabra griega psuche se traduce «alma», y de ahí
deriva el término psique. Muchos de estos grupos se ocupan de los fenómenos
síquicos o del alma. Primera de Corintios 2.14 dice que la persona psuchikos, dominada por el alma
(«hombre natural»), no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque
le son locura. Las enseñanzas sobre el control de la mente o del Movimiento de
la Nueva Era apelan todas al hombre síquico, porque no requieren que este se
arrepienta o nazca de nuevo (Jn 3.3, 5). Un concepto prevaleciente en el seno de estos
grupos es que, si una persona alcanza suficientes conocimientos, puede dominar
o controlar los acontecimientos, porque forma parte de Dios, o es dios.
Debemos recordar que el mundo del alma es el ámbito de
los demonios. Los demonios pueden entrar, y a menudo lo hacen, en la esfera de
la psique. La gente que mantiene contacto con los muertos o «el más allá» no
están escuchando los mensajes de conciencia universal alguna, sino de los
demonios. Los demonios se mueven por detrás de ciertas religiones orientales,
así como se ocultan tras este tipo de doctrinas sobre el control de la mente.
El pequeño Hans buscó todas las
tradiciones y conocimientos respecto a cómo acercarse al rey, pero le fue mucho
mejor respondiéndole de manera directa. Concéntrese en cómo el Rey se le ha
revelado más que en los subterfugios humanos o diabólicos que tratan de
reemplazar o «suplementar» la Palabra de Dios.
¿En qué sentido «están escondidos» en Cristo «todos
los tesoros de la sabiduría y del conocimiento»? (Col 2.3)
¿Cuáles filosofías humanas, sectas y religiones no
cristianas, ha encontrado atractivas en el pasado? ¿Qué le atraía de ellas?
¿En qué manera encuentra «la plenitud de la Deidad» y
la satisfacción espiritual en Cristo, antes que en las filosofías, sectas y
religiones no cristianas?
Victoria en la batalla
El conflicto entre la verdad que está en Jesús y las
filosofías y tradiciones de la humanidad es un asunto espiritual que debe tener
una solución espiritual. Todas las discusiones intelectuales en cuanto a la
verdad del cristianismo son decisiones preliminares que deben conducir a
decisiones espirituales. ¿Qué condiciones espirituales representó Pablo con los
términos «circuncisión» e «incircuncisión»? (Col 2.11–13)
Incircuncisión
Circuncisión
¿Cómo se relaciona el bautismo con la condición
espiritual que describió Pablo como «circuncisión»? (vv. 11, 12)
De acuerdo a Colosenses 2.13–15, ¿cómo hicieron la crucifixión y la resurrección de
Cristo que este emergiera victorioso en el conflicto espiritual?
Sobre el pecado
Sobre las demandas de la ley
Sobre las enseñanzas falsas
Riqueza
literaria
El acta, cheirographos (Col 2.14). «Una palabra que generalmente se usa cuando se
habla de una obligación monetaria reconocida por un deudor. Alude al
reconocimiento escrito de una deuda, una obligación o una sentencia de
culpabilidad. En Efesios 2.15 se aplica a la Ley Mosaica».
¿En qué modo son la crucifixión y la resurrección de
Jesús un triunfo público sobre los poderes de las tinieblas? (2.15)
Bases de la autoridad [Col 2.13–15]. El triunfo de Cristo Jesús sobre el pecado y los
poderes del mal se obtuvo en la cruz. Este texto, estudiándolo junto a otros (Ef 2.13–16; Gl 3.13, 14; 2 Co 5.14–17; Ro 5.6–15 y Ap 12.10, 11), establece firmemente que el sufrimiento de Jesús,
su sangre derramada, su muerte sacrificial y su resurrección triunfal,
constituyen las únicas bases legítimas y disponibles para librarnos del pecado,
reconciliarnos con Dios, redimirnos de la esclavitud y restaurarnos. La cruz es
la única esperanza y el único medio para el completo restablecimiento de la
relación con Dios (Ro 5.17).
Para evitar presunción o un desequilibrio respecto al
mensaje y al ministerio del poder presente en el reino de Dios, debemos prestar
atención y recordar regularmente dos cosas: la fuente y las bases para la
delegación de tal autoridad y poder. 1) La autoridad soberana y el gran poder
de Dios son la fuente de donde la humanidad deriva cualquier habilidad para
compartir el ejercicio del poder de Dios; 2) Pero, más importante aún, en vista
de que el hombre caído en pecado perdió todo derecho a reclamar su antiguo
privilegio de compartir el gobierno de la creación, recordemos las bases sobre
las cuales puede ser restaurado todo privilegio o poder del reino, y gracias a
las cuales tal ministerio espiritual podría ser ejercido con autoridad.
En todos los conflictos espirituales que jamás ha
conocido, el Señor Jesús, entre bastidores, ha luchado contra los poderes
espirituales de las tinieblas para derrotarlos. Él ha vigorizado su espíritu
por medio de su Espíritu para que salga victorioso.
¿En qué punto en su vida ha visto evidencias vitales
dadas por Cristo donde antes había señales de pecado y muerte?
Escriba una oración de gratitud al Señor Jesús por
eliminar el acta de su culpa pagando la deuda de su pecado en la cruz.
Hable de alguna ocasión en la que presenciara que las
fuerzas de las tinieblas estaban siendo públicamente humilladas por la verdad
de Cristo.
Vivir como vencedores
Una vez que se hace claro que la verdad espiritual se
halla sólo en Jesús, antes que en la filosofía o tradición humanas, debería ser
obvio que la vida espiritual también se desarrolla alrededor de El más que
alrededor de códigos humanos de conducta. Es más, estos códigos deberían ser
vistos con escepticismo como estorbos para asemejarse a Cristo.
¿Qué clase de ritos veterotestamentarios presentan
como en sombra las realidades espirituales que se hallan en Cristo? (Col 2.16, 17)
¿Qué piensa usted que estos ritos predecían respecto a
Cristo? (vv. 16, 17)
¿A qué peligros se exponían los cristianos colosenses
si permitían que otros evaluaran sus vidas espirituales con las normas del
antiguo pacto? (v. 18)
¿Qué comparaciones refirió Pablo a la situación
colosense de la analogía de Cristo como cabeza del cuerpo que es la Iglesia?
(v. 19)
La victoria cristiana sobre el pecado procede de la
muerte de Cristo como sacrificio por el pecado y la participación de los
cristianos en esa muerte (v. 12; véase Ro 6.4–11). ¿Qué implicaciones tiene morir con Cristo para la
vida de victoria sobre el pecado? (vv. 20–23)
¿Cuán eficaces son las reglas humanas para controlar
los deseos de la carne, y por qué cree que es esto así? (v. 23)
¿Qué logran en realidad las reglas establecidas para
mitigar los deseos de la carne? (v. 23)
Claves para una vida sabia [Col 2.8, 18, 23]. Muchos creyentes no avanzan lo suficientemente
rápido en su vida espiritual por falta de sabiduría. A veces los creyentes
aceptan con entusiasmo enseñanzas que retardan su crecimiento espiritual,
porque no conocen las Escrituras. Debemos prestar atención a las advertencias
de Pablo contra el poner oídos a quienes halagan las bajas pasiones, antes que
edificar en la verdad.
Cuídate de la filosofía humana y las falsas
tradiciones religiosas que son contrarias a Cristo. No seas engañado.
Manténte firme junto a Cristo y hónrale para agradar
al Padre. Sé sabio al evaluar las «experiencias espirituales», sabiendo que no
deben dar lugar a la arrogancia o al elitismo. Conoce la importancia de la
dedicación a la iglesia local y de la sumisión a la legítima autoridad
espiritual.
La vida cristiana victoriosa consiste en el uso
responsable de la libertad regida por el amor a Cristo y a los demás (Gl 5.1, 13). Es el Espíritu Santo quien produce el fruto del
carácter y la conducta semejantes a los de Cristo (vv. 16, 22–25). Las reglas y las regulaciones no resultan en
semejanza a Cristo.
¿Cuál es la diferencia espiritual entre abstenerse de
una práctica como el uso de un principio bíblico, y abstenerse de otra porque
alguien lo diga?
¿Cómo cree que pueden los principios de la muerte y la
resurrección con Cristo controlar los deseos de la carne en donde las reglas y
regulaciones no pueden hacerlo?
Si está batallando sin éxito contra un pecado habitual
de la carne, busque ayuda espiritual de su pastor u otro líder cristiano
maduro. No es la voluntad del Padre que sea derrotado por la carne. Permita que
su asesor le ayude a hallar la capacitación del Espíritu Santo en su conflicto.
El Señor tal vez nos permita bregar por un tiempo, pero el conflicto es parte
de la victoria, no parte de la derrota.
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