En esta epístola, Pedro quería recordarles a los creyentes ciertas verdades espirituales de importancia. También les advirtió acerca de los falsos maestros y les habló de la esperanza del regreso del Señor.
Enseñar
y aprender es importante porque involucra la verdad y el error. Lo que un
estudiante aprende queda engastado en el corazón y en el alma. Él establece un
apego a lo que aprendió. Si dicho «conocimiento» es falso (si el estudiante
llega a creer que algo falso es la verdad) es mucho peor. Será difícil
convencer a la persona de otra cosa. Y si la verdad o el error afectan nuestro
destino eterno, lo que está en juego es verdaderamente importante. Por esto Pedro
escribe su segunda epístola.
La
fe cristiana que Pedro había predicado fielmente de ningún modo era sólo una
cuestión de filosofía. Era una cuestión de vida y muerte eterna. Sin embargo,
había quienes sólo se interesaban en hacer oír su propaganda, falsedades que
contradecían la verdad. Pedro tenía que decir algo: tenía que confrontar las
falsedades para que no se confundieran con la verdad.
Con
su énfasis en la vida santa y sus esfuerzos por refutar las falsas enseñanzas,
2 Pedro enfatiza la santificación. En un último análisis Pedro atribuye la
motivación para una vida santa al inminente retorno del Cristo y al castigo y
las recompensas que Jesús iba a traer consigo. La carta agrupa estas enseñanzas
en cinco temas diferentes:
(1)
Inicialmente afirma su autoridad y la de las enseñanzas de los apóstoles. La
instrucción de los lectores de 2 Pedro les ayudaría a discernir la verdad del
error.
(2)
Evidentemente los receptores de esta carta tenían problemas para establecer una
conexión entre seguir al Cristo y llevar una vida santa. Pedro les reitera que
el discipulado del Cristo significa dejar de lado toda inmoralidad.
(3)
Además, Pedro les advierte que no imiten la arrogancia de los falsos maestros
que insultaban a los seres espirituales.
(4)
Para estimularles a perseverar y permanecer fieles a las verdades de la fe,
Pedro describe el día del Señor que traería consigo un nuevo cielo y una tierra
nueva.
(5)
Hacia el final de la carta, Pedro exhorta a sus lectores para que sean
pacientes. Dios tenía buenas razones para demorar la venida del Cristo y para
dar cumplimiento a su programa profético. El día del Señor había tardado. Pero
todavía era inminente. Por esta razón ellos deberían velar atentamente su
creencia y su práctica para no ser engañados por la falsedad.
Las
obvias similitudes entre 2 Pedro y Judas requieren una explicación (cf. el cap.
2 con Jud 4–18). Algunos sugieren que Pedro se apoyó en Judas, mientras otros
sostienen lo contrario. Además algunos sugirieron que ambos autores se apoyaron
en otra fuente anónima. Esto era común en el primer siglo. Por ejemplo, es
evidente que Lucas usó otras fuentes cuando escribió su Evangelio (Lc 1:1–4).
La
mayoría de los especialistas concuerdan en que las declaraciones más completas
y precisas de Judas indican que Pedro se apoyó en él. El hecho de que la
iglesia primitiva tratara a Santiago, medio hermano de Jesús, con respeto (Hch
12:17; 15:13; 21:18; Gá 1:19) podría ayudar a explicar por qué Pedro se apoyó
en la carta de otro medio hermano de Jesús, a saber, Judas.
La
segunda carta de Pedro es uno de los libros del NT que tuvo más larga lucha
para permanecer en el canon del NT. Autoridades de la iglesia como Orígenes
(alrededor del año 240 d.C.) lo aceptaban como canónico, pero reconocían que
era un libro discutido. Los primeros críticos creen que lo escribo un discípulo
de Pedro en el siglo segundo que usó el nombre del Apóstol. Basaron su creencia
en las diferencias de lenguaje y de estilo entre 1 y 2 Pedro, como también en la
diferencia de tema y de enfoque. Además destacan las similitudes entre 2 Pedro
y Judas, afirmando que un autor desconocido de 2 Pedro se apoyó en Judas, cosa
que Pedro nunca hubiera hecho.
Sin
embargo, hacia el cuarto siglo, los concilios de la iglesia aceptaban 2 Pedro
como una de sus cartas auténticas. Estudios modernos muestran que las
diferencias con 1 Pedro no son tan grandes como pretenden los críticos, y que
las diferencias de estilo se pueden atribuir a la diferencia de secretarios.
Primera de Pedro quizás se escribió con la ayuda de Silvano (1 P 5:12). Es muy
probable que la segunda epístola la escribiera Pedro directamente o empleara a
otro escriba, posiblemente Marcos. Aunque 2 Pedro no refiere tantos hechos de
la vida del Cristo como 1 Pedro, describe en forma precisa la transfiguración,
la profecía de la muerte de Pedro, el día de la venida del Cristo como ladrón
en la noche, y el anuncio de la aparición de falsos profetas. Todas son claras
alusiones a la vida de Jesús como se registra en los Evangelios.
Hay
clara evidencia desde los primeros siglos de que la Iglesia no toleraba a los
que escribían en el nombre de un apóstol. En un caso (específicamente Los
hechos de Pablo y Tecla), el autor de este trabajo fue disciplinado por
hacerlo. Pablo también condena esa práctica en las epístolas a los
tesalonicenses (2 Ts 3:17). Por la evidencia precedente es razonable sostener
que Simón Pedro escribió la carta, como ella misma afirma (1:1).
La
fecha de 2 Pedro se puede ubicar entre los años 64 y 68 d.C. Probablemente se
escribiera desde Roma, donde la tradición de la iglesia primitiva sostiene que
el apóstol pasó los últimos años de su vida. Pedro sufrió el martirio en el año
68, y la epístola se escribió poco antes (1:14, 15).
Pedro
dirige su carta «a los que habían
alcanzado… una fe igualmente preciosa que la nuestra» (1:1), una manera de
decir «a todos los creyentes en todo
lugar». Dirigió 1 Pedro a los creyentes dispersos por las provincias de
Asia Menor, Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia. Cuando escribe 2 Pedro,
ellos estaban aún más dispersos. Algunos destacan que 2 Pedro parece dirigirse
a un grupo al que Pedro conocía bien y que enfrentaba la amenaza de las
enseñanzas falsas. Aun cuando este fuera el caso, parece que sus lectores eran
principalmente gentiles (debido a las múltiples referencias al estilo de vida
licencioso, característico entre los gentiles) o un grupo mixto de judíos y
gentiles que probablemente vivía en una de las provincias mencionadas.
Las
noticias de sus dificultades con falsos maestros llegaron a Pedro en Roma, y él
despachó esta carta para animarlos y advertirles los peligros que enfrentaban.
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