viernes, 9 de octubre de 2020

(INTRODUCCIÓN CONCISA) 2 DE PERDO.

En esta epístola, Pedro quería recordarles a los creyentes ciertas verdades espirituales de importancia. También les advirtió acerca de los falsos maestros y les habló de la esperanza del regreso del Señor.

Enseñar y aprender es importante porque involucra la verdad y el error. Lo que un estudiante aprende queda engastado en el corazón y en el alma. Él establece un apego a lo que aprendió. Si dicho «conocimiento» es falso (si el estudiante llega a creer que algo falso es la verdad) es mucho peor. Será difícil convencer a la persona de otra cosa. Y si la verdad o el error afectan nuestro destino eterno, lo que está en juego es verdaderamente importante. Por esto Pedro escribe su segunda epístola.

La fe cristiana que Pedro había predicado fielmente de ningún modo era sólo una cuestión de filosofía. Era una cuestión de vida y muerte eterna. Sin embargo, había quienes sólo se interesaban en hacer oír su propaganda, falsedades que contradecían la verdad. Pedro tenía que decir algo: tenía que confrontar las falsedades para que no se confundieran con la verdad.

Con su énfasis en la vida santa y sus esfuerzos por refutar las falsas enseñanzas, 2 Pedro enfatiza la santificación. En un último análisis Pedro atribuye la motivación para una vida santa al inminente retorno del Cristo y al castigo y las recompensas que Jesús iba a traer consigo. La carta agrupa estas enseñanzas en cinco temas diferentes:

(1) Inicialmente afirma su autoridad y la de las enseñanzas de los apóstoles. La instrucción de los lectores de 2 Pedro les ayudaría a discernir la verdad del error.

(2) Evidentemente los receptores de esta carta tenían problemas para establecer una conexión entre seguir al Cristo y llevar una vida santa. Pedro les reitera que el discipulado del Cristo significa dejar de lado toda inmoralidad.

(3) Además, Pedro les advierte que no imiten la arrogancia de los falsos maestros que insultaban a los seres espirituales.

(4) Para estimularles a perseverar y permanecer fieles a las verdades de la fe, Pedro describe el día del Señor que traería consigo un nuevo cielo y una tierra nueva.

(5) Hacia el final de la carta, Pedro exhorta a sus lectores para que sean pacientes. Dios tenía buenas razones para demorar la venida del Cristo y para dar cumplimiento a su programa profético. El día del Señor había tardado. Pero todavía era inminente. Por esta razón ellos deberían velar atentamente su creencia y su práctica para no ser engañados por la falsedad.

Las obvias similitudes entre 2 Pedro y Judas requieren una explicación (cf. el cap. 2 con Jud 4–18). Algunos sugieren que Pedro se apoyó en Judas, mientras otros sostienen lo contrario. Además algunos sugirieron que ambos autores se apoyaron en otra fuente anónima. Esto era común en el primer siglo. Por ejemplo, es evidente que Lucas usó otras fuentes cuando escribió su Evangelio (Lc 1:1–4).

La mayoría de los especialistas concuerdan en que las declaraciones más completas y precisas de Judas indican que Pedro se apoyó en él. El hecho de que la iglesia primitiva tratara a Santiago, medio hermano de Jesús, con respeto (Hch 12:17; 15:13; 21:18; Gá 1:19) podría ayudar a explicar por qué Pedro se apoyó en la carta de otro medio hermano de Jesús, a saber, Judas.

La segunda carta de Pedro es uno de los libros del NT que tuvo más larga lucha para permanecer en el canon del NT. Autoridades de la iglesia como Orígenes (alrededor del año 240 d.C.) lo aceptaban como canónico, pero reconocían que era un libro discutido. Los primeros críticos creen que lo escribo un discípulo de Pedro en el siglo segundo que usó el nombre del Apóstol. Basaron su creencia en las diferencias de lenguaje y de estilo entre 1 y 2 Pedro, como también en la diferencia de tema y de enfoque. Además destacan las similitudes entre 2 Pedro y Judas, afirmando que un autor desconocido de 2 Pedro se apoyó en Judas, cosa que Pedro nunca hubiera hecho.

Sin embargo, hacia el cuarto siglo, los concilios de la iglesia aceptaban 2 Pedro como una de sus cartas auténticas. Estudios modernos muestran que las diferencias con 1 Pedro no son tan grandes como pretenden los críticos, y que las diferencias de estilo se pueden atribuir a la diferencia de secretarios. Primera de Pedro quizás se escribió con la ayuda de Silvano (1 P 5:12). Es muy probable que la segunda epístola la escribiera Pedro directamente o empleara a otro escriba, posiblemente Marcos. Aunque 2 Pedro no refiere tantos hechos de la vida del Cristo como 1 Pedro, describe en forma precisa la transfiguración, la profecía de la muerte de Pedro, el día de la venida del Cristo como ladrón en la noche, y el anuncio de la aparición de falsos profetas. Todas son claras alusiones a la vida de Jesús como se registra en los Evangelios.

Hay clara evidencia desde los primeros siglos de que la Iglesia no toleraba a los que escribían en el nombre de un apóstol. En un caso (específicamente Los hechos de Pablo y Tecla), el autor de este trabajo fue disciplinado por hacerlo. Pablo también condena esa práctica en las epístolas a los tesalonicenses (2 Ts 3:17). Por la evidencia precedente es razonable sostener que Simón Pedro escribió la carta, como ella misma afirma (1:1).

La fecha de 2 Pedro se puede ubicar entre los años 64 y 68 d.C. Probablemente se escribiera desde Roma, donde la tradición de la iglesia primitiva sostiene que el apóstol pasó los últimos años de su vida. Pedro sufrió el martirio en el año 68, y la epístola se escribió poco antes (1:14, 15).

Pedro dirige su carta «a los que habían alcanzado… una fe igualmente preciosa que la nuestra» (1:1), una manera de decir «a todos los creyentes en todo lugar». Dirigió 1 Pedro a los creyentes dispersos por las provincias de Asia Menor, Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia. Cuando escribe 2 Pedro, ellos estaban aún más dispersos. Algunos destacan que 2 Pedro parece dirigirse a un grupo al que Pedro conocía bien y que enfrentaba la amenaza de las enseñanzas falsas. Aun cuando este fuera el caso, parece que sus lectores eran principalmente gentiles (debido a las múltiples referencias al estilo de vida licencioso, característico entre los gentiles) o un grupo mixto de judíos y gentiles que probablemente vivía en una de las provincias mencionadas.

Las noticias de sus dificultades con falsos maestros llegaron a Pedro en Roma, y él despachó esta carta para animarlos y advertirles los peligros que enfrentaban.

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