viernes, 25 de septiembre de 2020

(INTRODUCCIÓN CONCISA) NEHEMÍAS.


El libro de Nehemías es un libro del Antiguo Testamento escrito en un formato de recuento en primera persona. El libro relata la historia de la reconstrucción de Jerusalén por parte de Nehemías, un oficial Judío que forma parte de la alta corte de Persia. Este libro también narra cómo la ciudad de Jerusalén fue dedicada a las leyes de Dios.

Los períodos de prueba necesitan de líderes inspirados divinamente. Este libro es, principalmente, la historia de un talentoso líder en la persona de Nehemías. Aunque enfrentó críticas y oposición, Nehemías resueltamente dirigió a la pequeña comunidad israelita mientras reconstruían los muros de Jerusalén para su defensa. Mientras Esdras era el líder religioso en Jerusalén, Nehemías fue el líder laico, el gobernador oficial de la provincia persa de Judá (Neh 5:14). Su gran preocupación fue el estado ruinoso de la ciudad, que quedó sin sus muros desde que Artajerjes I detuvo los trabajos de reconstrucción.

Al usar su posición como servidor de confianza en el interior de la corte de Artajerjes, Nehemías obtuvo el permiso para reanudar los trabajos y completar los muros de Jerusalén. Pero Nehemías tampoco vaciló en guiar espiritualmente a los israelitas. Al exigir que los israelitas obedecieran la Ley de Dios, Nehemías perseguía su desarrollo espiritual tanto como el material.

El entorno histórico de Nehemías es el de la segunda mitad del libro hebreo Esdras-Nehemías (458-420 a.C.). Durante este período el Emperador persa Artajerjes I Longimano permitió a los judíos regresar a sus tierras y reconstruir Jerusalén. En ese período Nehemías ocupó una posición prominente en la corte del emperador: él era el copero de confianza de Artajerjes I. En el vigésimo año de Artajerjes en el trono (444 a.C.), permitió a Nehemías ir a Jerusalén y reconstruir sus muros.

Nehemías permaneció en Jerusalén por doce años y regresó a Persia en el año treinta y dos de Artajerjes (432 a.C.). Alrededor del 425 a.C., Nehemías abandonó Persia y regresó a Jerusalén por última vez (13:6). Las memorias de Nehemías no se pudieron completar hasta después de su segunda visita a Jerusalén. Por eso, lo más temprano que el libro de Nehemías se pudo completar sería alrededor del 425 a.C.

Se discutió considerablemente acerca del orden de los retornos de Esdras y Nehemías a Jerusalén. La Biblia presenta claramente que el retorno de Esdras precedió al de Nehemías: Esdras regresó en el séptimo año del reinado de Artajerjes (Esd 7:8) y Nehemías regresó en el año vigésimo (2:1). Sin embargo, basados en la forma en que el avivamiento de Esdras aparece en el centro de la historia de Nehemías (capítulos 8-10), muchos argumentan que Nehemías regresó antes que Esdras.

Los argumentos para revertir el orden de Esdras y Nehemías generalmente no son muy convincentes. No obstante, la incorporación de parte de la historia de Esdras en medio de las memorias de Nehemías, aún necesita explicación. Podría ser que la reconstrucción de los muros de la ciudad por parte de Nehemías era sólo parte de la reconstrucción necesaria entre el pueblo de Dios. Aún más necesaria era la re institución de la Ley. Ciertamente Esdras usó la Ley en su relación con el pueblo, pero en este período el sumo sacerdote y el escriba Esdras se unían con Nehemías para enseñar completamente la Ley de Dios al pueblo (8:9). Aparentemente, el compilador de Nehemías necesitaba demostrar que los muros de la ciudad no tenían sentido si los muros de la Ley no rodeaban al pueblo.

En su pacto con Israel, Dios mencionó un lugar donde establecería su nombre. En efecto, Moisés dijo a los israelitas que tenían que «antes bien buscaran el lugar que el Señor su Dios escogiere, de entre todas sus tribus, para poner allí su Nombre» (Dt 12:5). Más tarde, se revelaría que este lugar era Jerusalén. Cuando el Templo se construyó durante el reinado de Salomón, Jerusalén estuvo en la cúspide de su gloria. Su fama ayudó a difundir la gloria del nombre de Dios a través de las naciones.

Pero Dios permitió que destruyeran Jerusalén a causa de la incredulidad de los israelitas. Aunque Jerusalén permaneció en ruinas durante la época de Nehemías, el propósito de Dios de establecer su nombre allí se mantuvo vigente.

El libro de Nehemías registra la restauración de Jerusalén bajo la dirección de Nehemías. En el libro, el retorno de los judíos muestra un letargo espiritual y un corazón frío e indiferente hacia Dios. Este problema continuó, ya que el libro de Malaquías denuncia a los israelitas por las mismas actitudes. Fue necesario un líder resuelto, devoto como Nehemías para motivar al grupo a trabajar sobre las promesas de Dios y reconstruir los muros de Jerusalén.

Sin embargo, la terminación de los muros de Jerusalén es sólo la mitad de la historia de Nehemías. Los muros se reconstruyen por el capítulo seis, pero el libro tiene siete capítulos más. Estos capítulos registran un avivamiento y describen el repoblamiento de la ciudad. El tema del libro no es solamente la reconstrucción de los muros, sino la completa restauración del pueblo de Jerusalén.

El libro de Nehemías deja en claro que Dios no restableció a su pueblo una vez solamente, más bien, repetida y continuamente los restauró. Envió una cantidad de profetas y líderes para enseñar, motivar y guiar al pueblo en la rectitud. Zorobabel guió a un grupo de cautivos a Jerusalén y comenzó a reconstruir el Templo (Esd 1-6). Después Esdras lideró un segundo grupo de cautivos de vuelta a Jerusalén y ayudó a encausar al pueblo en la obediencia a la Ley Mosaica (Esd 7-10). Luego Nehemías regresó y motivó al pueblo a reconstruir los muros de Jerusalén (capítulos 1-6). Finalmente, Nehemías volvió una segunda vez y exhortó al pueblo a adherirse estrechamente a la Ley de Dios (capítulo 13).

El modelo está claro: Dios restauró a su pueblo continuamente. A despecho de sus infidelidades, Dios cumplió con su voluntad. La restauración de los muros de Jerusalén, el repoblamiento de Jerusalén y las repetidas reformas de los israelitas muestran claramente el trabajo de Dios. Al final su nombre se glorificará.

Muchos lectores concluyen naturalmente que el libro fue escrito por Nehemías debido a las palabras del primer versículo: «Las palabras de Nehemías, el hijo de Hacalías». Ciertamente, se acepta ampliamente que Nehemías es el autor de los siguientes pasajes: 1:1-7:5; 12:27-43; 13:4-31. Pero existen dos visiones diferentes sobre la autoría del resto de Nehemías.

Algunos creen que Nehemías escribió el libro completo, basándose en su memoria. Otros creen que el que escribió el libro fue Esdras, bajo el relato de Nehemías, en base a los pasajes que se mencionan. Como evidencia de la segunda posición, es notable que Neh 7:5-73 y Esd 2:1-70 son casi idénticos.

La semejanza de Nehemías y Esdras pueden explicarse parcialmente por el hecho que constituyen solamente un libro en la Biblia hebrea (ver la introducción de Esdras). Por cierto, muchos analistas argumentan que Crónicas, Esdras y Nehemías fueron compilados por la misma persona. Todos estos libros exponen temas similares, tales como un enfoque sobre los levitas, el Templo y las extensas listas. Con semejante interés por el sacerdocio, quien haya compuesto este extenso documento bien podría ser un sacerdote, como Esdras (ver introducción a 1 Cr).

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