martes, 22 de septiembre de 2020

(INTRODUCCIÓN CONCISA) 1 DE SAMUEL.


Aram., Ketava Kadmaya d´Shemuel, se traduce “Primer Libro de Samuel”, se atribuye la autoría de éste libro a Samuel, Natán y Gad, la fecha de su escritura podemos situarla en el siglo X a.C. originalmente 1° y 2° de Samuel era un solo libro.

El primer libro de Samuel relata el levantamiento extraordinario del rey Saúl hasta el poder y la influencia y las trágicas consecuencias de su caída. En este sentido, el libro se lee como una clásica tragedia griega o como el libro Muerte de un vendedor de Arthur Miller. La apariencia atrayente de Saúl, su talla física, y sus logros en la guerra hicieron de él una opción obvia para ser el primer rey de Israel.

Pero el autor de 1 Samuel destaca el defecto trágico de Saúl, la desobediencia a los mandamientos de Dios (13:7-12; 15:10-26). Debido a su desobediencia, Dios lo abandonó. Saúl rápidamente perdió su valor, llegó a sentir celos del éxito de David, y al final perdió su mente. Desde las cenizas de esta tragedia, Dios levantó otro rey quien obedecería las directrices del verdadero Rey, el Dios de Israel.

Primera de Samuel luego es llamada apropiadamente Samuel, el personaje principal de las primeras narrativas y quien ungió a los dos primeros reyes de Israel. Primero y Segundo de Samuel eran originalmente un libro, «El libro de Samuel» en las escrituras hebreas. Cuando esas Escrituras fueron traducidas al griego, hacia el 150 a.C., Samuel y Reyes se unieron dentro de una historia completa de la monarquía hebrea. Esta unidad de las Escrituras fue dividida en cuatro secciones: Primero, Segundo, Tercero y Cuarto de Reyes. Samuel y Reyes más tarde fueron separadas nuevamente, pero la división de las traducciones griegas persistió. El resultado fue 1 y 2 de Samuel y 1 y 2 de Reyes.

En los comienzos de 1 Samuel, la nación de Israel estaba en un punto religioso bajo. Aun los sacerdotes eran corruptos (2:12–17). Hacían las cosas peores, los hijos de Samuel, quienes servían como jueces en Beerseba, eran también deshonestos (8:2, 3). Con tales líderes malvados como modelos, el pueblo de Israel mostró abierto desprecio por la Palabra de Dios y rehusó escuchar a su profeta Samuel (8:19).

Aún en el medio de la abierta corrupción y apostasía, hubo un remanente recto de israelitas, quienes fielmente adoraron a Dios (1:3). El centro de adoración de Israel en este tiempo estaba localizado en Silo, donde estaba puesto el tabernáculo (1:3; Jos 18:1). Sin embargo, incluso las luchas del tabernáculo no se dejaron durante aquellos tumultuosos y malos tiempos. El arca del pacto fue capturada por los filisteos (4:11), y luego pasó una temporada de siete meses entre las ciudades filisteas (5:1-6:16), esta fue devuelta a Bet-semes (6:19) y luego a Quiriat-jearim (7:1) hasta que David la llevó a Jerusalén (2 Samuel 6:1-17).

Durante este tiempo, los israelitas estaban insatisfechos con las abusivas reglas de los jueces (8:3). El pueblo deseó la gloria de una monarquía tal como ellos veían en las naciones vecinas. De modo que Jehová se los concedió, les dio un rey como las otras naciones: el buen mozo y alto rey Saúl (10:1). Aunque Saúl apareció para guiar una nación, su reinado terminó en tragedia porque él ignoró la Palabra de Dios.

Muchos de los hechos de 1 Samuel están asociados con la vida tumultuosa, reinado y decadencia de Saúl, en contraste con el rápido ascenso del joven y fiel David.

Durante este período de la monarquía de Israel (1050-970 a.C.), los grandes imperios del antiguo Medio Oriente estaban en un débil estado. Los ititas de Asia Menor habían pasado a ser insignificantes. Asiria estaba en un estado de declinación, y Egipto estaba debilitado por conflictos internos. Los filisteos constituyeron la fundamental amenaza de Israel durante este período. Sus habilidades en el trabajo del hierro les dieron una decidida ventaja militar y económica sobre Israel. Aun la amenaza de los filisteos tenía un impacto positivo sobre la situación política de Israel. Esto motivó a la naciente nación a unirse bajo el mando de sus primeros reyes, Saúl y David.

El propósito de 1 Samuel es proveer un recuento oficial del surgimiento de la monarquía durante el tiempo de Samuel y el desarrollo de esta bajo Saúl y David. El libro particularmente se enfoca sobre el surgimiento de David durante este período. Por cierto, la segunda mitad del libro y la primera mitad de 2 Samuel equivalen a una apología de la llegada de David al trono. Las similitudes de esta sección a la Apología de Hattusili, un escrito del siglo treinta a.C. son remarcables. En este antiguo documento, un rey itita resumió las razones para la legitimidad de su gobierno. Semejante a una apología, fue particularmente importante en el caso de un rey (como David) que fundaba una nueva dinastía. La defensa de la dinastía de Hattusili incluía los siguientes elementos:

1. Una descripción detallada de las descalificaciones de las normas precedentes (cf. 1 S 15:1-35).

2. Una extendida historia de los fundamentales eventos de la nueva ascensión del rey (cf. 1 S 16:1-2 S 5:17).

3. Una defensa de las habilidades del nuevo rey para gobernar, como evidenció a través de los logros militares (cf. 1 S 17:1-58).

4. Un registro de la indulgencia del nuevo rey sobre los enemigos políticos, en contraste a los usurpadores, quienes asesinaron al antiguo rey (cf. 24:1-10; 26:1-9).

5. Un reporte del interés del nuevo rey en la religión (cf. 2 S 6:1-19; 7:1-29).

6. Una conclusión que incluía un resumen del reinado, lo que demuestra la bendición divina sobre su gobernante, evidenciada a través de la expansión de su reinado y del establecimiento de la paz con las naciones vecinas (cf. 2 S 8:1-18).

Las similitudes entre la Apología de Hattusili y 1 Samuel 15.1 hasta 2 Samuel 8.18 ilustran claramente como esa parte de primera y segunda de Samuel sirve como una apología para el reinado de David. Parte de la apología es la irrefutable evidencia de que Dios escogió a David para el trono (16:1-13). Inicialmente, David era una elección sorpresiva, un miembro poco distinguido de una familia rural. Sin embargo, su admirable fidelidad a Jehová distinguió a David de entre sus amigos y Saúl (17:1-51).

Dios formó el carácter de David mientras que trataba de escapar de la ira y volubilidad de Saúl. En aquel angustioso tiempo, David aprendió a esperar en Dios para salvación. Aunque cometió errores, siempre se volvió a Dios por misericordia. Por esta razón, a David se le llamó como un hombre con el corazón conforme a Dios (13:14).

La tradición judía sugiere que Samuel era el autor de la primera parte del libro (1-24), y que el profeta Natán y el vidente Gad eran los autores del resto, incluso de 2 de Samuel. Otro editor más tarde pudo tomar las memorias de Samuel, Natán, Gad y otros y unirlas con la guía del Espíritu Santo.

Un número de críticos eruditos han fechado el libro en la mitad del siglo sexto, mucho más tarde que las vidas de Samuel y Natán (1100-1010 a.C.). Es obvio que algunas partes del libro fueron escritas después de la muerte de Samuel (25:1; 28:3), y quizás aun después de la división de la monarquía (27:6). Sin embargo, no hay referencias de la caída de Samaria ante los asirios (722 a.C.), y es razonable asumir que el libro se completó a través del último cuarto del siglo octavo antes del Cristo. El autor usó documentos fechados hacia el reinado de David o un poco después (1025-900 a.C.). También incluyó resúmenes de testigos presenciales, y la antigüedad de algunos rasgos lingüísticos indica que partes del libro fueron escritas en un comienzo del período.

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