sábado, 26 de septiembre de 2020

(INTRODUCCIÓN CONCISA) CANTARES.

Es uno de los libros de la Biblia y del Tanaj. Libro severamente criticado por su lenguaje sensual. Su derecho a estar en La Biblia ha sido defendido por personas religiosas de todas las épocas. Muchos lo han mirado como una alegoría espiritual que representa el afecto que existe entre el Dios Yahweh y su pueblo escogido, o entre el Cristo y su Iglesia.

El Cantar de los Cantares es una conmovedora historia de amor entre una joven campesina y el rey Salomón. En una delicada poesía, los amantes se expresan su intensa pasión y profundo anhelo. La joven compara su amor por su esposo con la anticipación de una búsqueda frenética, mientras que Salomón asemeja la belleza de su novia con jardines pintorescos y fruta deliciosa. Sin embargo, aun en esta elocuente expresión de pasión entre el novio y la novia, hay una exhortación a mantenerse sexualmente puro antes del matrimonio (Cnt 2:7). En este sentido, el libro celebra la sexualidad humana dentro del contexto del matrimonio.

Sin embargo, el libro no se ha entendido siempre de este modo. Eruditos judíos del tiempo del nacimiento del Cristo lo interpretaron alegóricamente, declarando que describe el amor de Dios por Israel. De manera similar, ciertos cristianos han enseñado que el libro muestra la relación mística que existe entre el Señor Jesucristo y su novia, la Iglesia.

No obstante, no se necesita entrar en significados alegóricos para entender este libro.

El Cantar de los Cantares celebra la belleza e intimidad del amor matrimonial en un poema narrativo. Enseña que un matrimonio duradero requiere dedicación, compromiso y una sólida lealtad entre el esposo y su esposa. Cantares presenta también un retrato idealizado de cómo expresar el amor humano bajo la bendición de Dios. Este es un asunto muy importante.

Algunos críticos han afirmado que las normas cristianas para el matrimonio ignoran o subestiman las relaciones sexuales. Pero Cantares refuta esto. Aunque reitera la advertencia en contra de las relaciones sexuales fuera del matrimonio, también confirma que Dios no sólo aprueba, sino que además anima a sentir placer sexual entre esposos.

Quizás en ninguna otra parte de la Biblia sea más clara la cultura del Oriente Medio como en este libro. El género o estilo literario de Cantar de los Cantares es único en la Biblia. Es un idilio lírico, una típica canción de amor. Como en el caso del libro de Job, Cantares revela sus tesoros al lector paciente que enfoca el libro de la manera correcta y que busca su significado y medita en él. La forma del idilio lírico manifiesta dos características. La primera es que sus diálogos y sucesos no siguen necesariamente un orden cronológico. Por momentos la línea histórica se suspende mientras el auditorio ve escenas de incidentes anteriores o que no se han contado.

Una segunda característica del idilio lírico es el uso de coros. Además de los dos personajes que aparecen en la historia, la sulamita y el rey Salomón, un grupo de mujeres interrumpe ciertas escenas con breves diálogos o advertencias musicales. Salomón usa el coro para hacer transición entre una escena y otra, así como para añadir énfasis a temas importantes.

El Cantar de los Cantares recuenta el romance entre el rey Salomón, el hombre más rico que jamás gobernó Israel, y su amada novia, que vino de una pequeña aldea de la región de Galilea. Salomón poseía viñas por toda la nación. Una de ellas estaba cerca de Baa-hamón en la parte más al norte de Galilea cerca de las laderas de las montañas del Líbano. Salomón conoció a la joven en una de sus visitas a esta viña, la que simplemente recibe el nombre de sulamita. Por cierto tiempo Salomón la buscó y visitó periódicamente su aldea natal para verla. Finalmente, se le declaró. La sulamita consideró detenidamente si amaba en realidad a Salomón y si sería feliz en el palacio del rey. Al fin ella aceptó.

Si la Biblia es el libro sobre Dios, uno hace bien en preguntarse qué relación tiene una narración sobre la sexualidad humana con la teología. Esta es una pregunta aún más potente cuando vemos que Dios no se menciona en todo el texto (excepto quizás en 8:6), ni hay referencias a la oración, adoración ni devoción. En este aspecto se parece al libro de Ester que tampoco menciona a Dios. Sin embargo, Ester es una historia sobre la redención del pueblo de Dios e incluye episodios de oración, ayuno y acción de gracias. Estos temas están notablemente ausentes en la historia poética de Salomón, haciéndolo único entre los libros de la Biblia.

Para resolver esta dificultad es importante recordar que la Biblia no sólo describe quién es Dios y qué hace, también nos cuenta qué desea para su pueblo. El Cantar de los Cantares proporciona un ejemplo de cómo creó Dios al hombre y la mujer para vivir en felicidad y satisfacción. Los seres humanos fueron creados como seres sexuales. Sería equivocado indicar que la experiencia total de nuestra humanidad es imposible aparte de la unión sexual en el matrimonio, ya que descalificaría la viudez, el divorcio y el celibato, incluso a nuestro Salvador, que fue célibe. Al mismo tiempo, Dios dispuso el matrimonio desde el principio de la creación: hombre y mujer serían una sola carne (Gn 2:25).

Este libro presenta una extraordinaria variedad de expresiones de amor debido a su énfasis en esta característica humana, tal vez la más rica selección de todas las escrituras hebreas. Pero dentro de esta celebración del amor, el libro condena las relaciones lascivas fuera del matrimonio, y en particular, la experimentación sexual antes de casarse. En efecto, este libro contiene el argumento más firme de la Biblia para mantenerse casto antes del matrimonio. De forma irónica, debido a su lenguaje explícito, los sabios judíos de la antigüedad y los modernos prohibían a los hombres leer el libro antes que cumplieran los treinta (y al parecer no dejaban que las mujeres lo leyeran nunca). No podemos ignorar el contenido sexual del libro, pero podemos apreciar el contexto en el que se ubica: Un matrimonio piadoso. No sólo los casados deben leer el Cantar de los Cantares, sino también los jóvenes que quieren entender los propósitos de Dios para el matrimonio.

El autor de Cantares es Salomón, el hijo de David y el tercer rey de Israel. El nombre de Salomón aparece siete veces en el libro (Cnt 1:1, 5; 3:7, 9, 11; 8:11, 12). Aun así, algunos afirman que las referencias a Salomón pueden ser sólo un mecanismo estilístico y que el autor es de un período posterior. No obstante, los argumentos para esto son poco concluyentes. El hecho que Salomón se reconociera por su sabiduría y poesía comprueba parcialmente su autoría del libro (1 R 4:29-34).

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