Es uno de los libros de la Biblia y del Tanaj. Libro severamente criticado por su lenguaje sensual. Su derecho a estar en La Biblia ha sido defendido por personas religiosas de todas las épocas. Muchos lo han mirado como una alegoría espiritual que representa el afecto que existe entre el Dios Yahweh y su pueblo escogido, o entre el Cristo y su Iglesia.
El
Cantar de los Cantares es una conmovedora historia de amor entre una joven
campesina y el rey Salomón. En una delicada poesía, los amantes se expresan su
intensa pasión y profundo anhelo. La joven compara su amor por su esposo con la
anticipación de una búsqueda frenética, mientras que Salomón asemeja la belleza
de su novia con jardines pintorescos y fruta deliciosa. Sin embargo, aun en
esta elocuente expresión de pasión entre el novio y la novia, hay una
exhortación a mantenerse sexualmente puro antes del matrimonio (Cnt 2:7). En
este sentido, el libro celebra la sexualidad humana dentro del contexto del
matrimonio.
Sin
embargo, el libro no se ha entendido siempre de este modo. Eruditos judíos del
tiempo del nacimiento del Cristo lo interpretaron alegóricamente, declarando
que describe el amor de Dios por Israel. De manera similar, ciertos cristianos
han enseñado que el libro muestra la relación mística que existe entre el Señor
Jesucristo y su novia, la Iglesia.
No
obstante, no se necesita entrar en significados alegóricos para entender este
libro.
El
Cantar de los Cantares celebra la belleza e intimidad del amor matrimonial en un
poema narrativo. Enseña que un matrimonio duradero requiere dedicación,
compromiso y una sólida lealtad entre el esposo y su esposa. Cantares presenta
también un retrato idealizado de cómo expresar el amor humano bajo la bendición
de Dios. Este es un asunto muy importante.
Algunos críticos han afirmado que las
normas cristianas para el matrimonio ignoran o subestiman las relaciones
sexuales. Pero Cantares refuta esto. Aunque reitera la advertencia en contra de
las relaciones sexuales fuera del matrimonio, también confirma que Dios no sólo
aprueba, sino que además anima a sentir placer sexual entre esposos.
Quizás
en ninguna otra parte de la Biblia sea más clara la cultura del Oriente Medio
como en este libro. El género o estilo literario de Cantar de los Cantares es
único en la Biblia. Es un idilio lírico, una típica canción de amor. Como en el
caso del libro de Job, Cantares revela sus tesoros al lector paciente que
enfoca el libro de la manera correcta y que busca su significado y medita en
él. La forma del idilio lírico manifiesta dos características. La primera es
que sus diálogos y sucesos no siguen necesariamente un orden cronológico. Por
momentos la línea histórica se suspende mientras el auditorio ve escenas de
incidentes anteriores o que no se han contado.
Una
segunda característica del idilio lírico es el uso de coros. Además de los dos
personajes que aparecen en la historia, la sulamita y el rey Salomón, un grupo
de mujeres interrumpe ciertas escenas con breves diálogos o advertencias
musicales. Salomón usa el coro para hacer transición entre una escena y otra,
así como para añadir énfasis a temas importantes.
El
Cantar de los Cantares recuenta el romance entre el rey Salomón, el hombre más
rico que jamás gobernó Israel, y su amada novia, que vino de una pequeña aldea
de la región de Galilea. Salomón poseía viñas por toda la nación. Una de ellas
estaba cerca de Baa-hamón en la parte más al norte de Galilea cerca de las
laderas de las montañas del Líbano. Salomón conoció a la joven en una de sus visitas
a esta viña, la que simplemente recibe el nombre de sulamita. Por cierto tiempo
Salomón la buscó y visitó periódicamente su aldea natal para verla. Finalmente,
se le declaró. La sulamita consideró detenidamente si amaba en realidad a
Salomón y si sería feliz en el palacio del rey. Al fin ella aceptó.
Si
la Biblia es el libro sobre Dios, uno hace bien en preguntarse qué relación
tiene una narración sobre la sexualidad humana con la teología. Esta es una
pregunta aún más potente cuando vemos que Dios no se menciona en todo el texto
(excepto quizás en 8:6), ni hay referencias a la oración, adoración ni
devoción. En este aspecto se parece al libro de Ester que tampoco menciona a
Dios. Sin embargo, Ester es una historia sobre la redención del pueblo de Dios
e incluye episodios de oración, ayuno y acción de gracias. Estos temas están
notablemente ausentes en la historia poética de Salomón, haciéndolo único entre
los libros de la Biblia.
Para
resolver esta dificultad es importante recordar que la Biblia no sólo describe
quién es Dios y qué hace, también nos cuenta qué desea para su pueblo. El
Cantar de los Cantares proporciona un ejemplo de cómo creó Dios al hombre y la
mujer para vivir en felicidad y satisfacción. Los seres humanos fueron creados
como seres sexuales. Sería equivocado indicar que la experiencia total de
nuestra humanidad es imposible aparte de la unión sexual en el matrimonio, ya
que descalificaría la viudez, el divorcio y el celibato, incluso a nuestro
Salvador, que fue célibe. Al mismo tiempo, Dios dispuso el matrimonio desde el
principio de la creación: hombre y mujer serían una sola carne (Gn 2:25).
Este
libro presenta una extraordinaria variedad de expresiones de amor debido a su
énfasis en esta característica humana, tal vez la más rica selección de todas
las escrituras hebreas. Pero dentro de esta celebración del amor, el libro
condena las relaciones lascivas fuera del matrimonio, y en particular, la
experimentación sexual antes de casarse. En efecto, este libro contiene el
argumento más firme de la Biblia para mantenerse casto antes del matrimonio. De
forma irónica, debido a su lenguaje explícito, los sabios judíos de la
antigüedad y los modernos prohibían a los hombres leer el libro antes que
cumplieran los treinta (y al parecer no dejaban que las mujeres lo leyeran
nunca). No podemos ignorar el contenido sexual del libro, pero podemos apreciar
el contexto en el que se ubica: Un matrimonio piadoso. No sólo los casados
deben leer el Cantar de los Cantares, sino también los jóvenes que quieren entender
los propósitos de Dios para el matrimonio.
El
autor de Cantares es Salomón, el hijo de David y el tercer rey de Israel. El
nombre de Salomón aparece siete veces en el libro (Cnt 1:1, 5; 3:7, 9, 11; 8:11,
12). Aun así, algunos afirman que las referencias a Salomón pueden ser sólo un
mecanismo estilístico y que el autor es de un período posterior. No obstante,
los argumentos para esto son poco concluyentes. El hecho que Salomón se
reconociera por su sabiduría y poesía comprueba parcialmente su autoría del
libro (1 R 4:29-34).
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