El
plan de Dios es edificar, fortalecer y proteger a la familia. El plan de
Satanás es minarla, debilitarla y destruirla. No hay error: Satanás ha
declarado la guerra a la FAMILIA. Trágicamente, muchos de nosotros hemos sido
cómplices de él. ¿Por qué? Porque la mayoría de los problemas de nuestra
cultura hoy se deben a la ruptura de la familia o de los hogares donde los
principios Bíblicos se ignoran o se desobedecen.
Esto
no sólo incluye a parejas que se separan, sino también las llamadas parejas
alternativas que son parejas de homosexuales, lesbianas y amantes que viven
juntos. Tales relaciones no serán NUNCA bendecidas u honradas por Dios, porque
están fuera de sus normas y sus leyes. Bien se ha dicho: “Una familia puede
sobrevivir sin un país, pero un país no sobrevive sin la familia”.
Afortunadamente,
hay ESPERANZA. La Biblia nos da instrucciones específicas sobre el tema de la
crianza de los hijos. Si los ponemos en práctica veremos resultados asombrosos.
Veamos lo que la Biblia dice respecto a la crianza de los hijos que aman y
reverencian a Dios, en un mundo que es a menudo hostil a Dios y sus valores.
1. Los hijos son muy pequeños para aprender
acerca de Dios. Enseñar a los hijos a amar a Dios en sus primeros años los
ayuda a permanecer fieles por el resto de sus vidas (Gálatas. 6:7-8)
7No
se engañen, de Dios nadie puede burlarse, porque lo que el hombre siembre, eso
mismo cosechará.
8El
que siembre para la carne, de la carne cosechará corrupción, pero el que
siembre para el Espíritu, del Espíritu cosechará vida eterna.
2. Asegúrate de que tus hijos oigan el mensaje
del evangelio. El evangelio debe empezar a predicarse en el hogar (Hechos.
16:29-34
29Entonces
él, encendiendo una lámpara, se precipitó hacia adentro, y temblando, se postro
a los pies de Pablo y de Silas, 30y habiéndolos sacado les dijo: Señores míos,
¿qué tengo que hacer para ser salvo? 31Entonces ellos le dijeron: Cree en el
Señor Jesucristo, y serás salvo tú y tu casa, 32y les hablaron la palabra del
Señora él y a todos los de su casa. 33Y él los tomó en ese mismo momento
durante la noche, y les lavo las heridas de los azotes, y después fueron
bautizados él y todos los de su familia, 34y los llevó y los hizo subir a su
casa y puso mesa delante de ellos, y él y toda su familia se regocijaban en la
fe de Dios.
En
esta maravillosa historia vemos cómo un hombre busco el bienestar espiritual de
toda su familia. Aprovecho la oportunidad para que escucharan el mensaje de
Cristo a través del testimonio de Pablo
y Silas.
Nosotros
también debemos aprovechar toda oportunidad que se nos presente para que
nuestra familia pueda escuchar el evangelio, principalmente nuestros hijos.
Nunca
se es demasiado viejo o joven para ser enseñado acerca de las cosas de Dios.
Aquí hay cuatro sugerencias para ayudarte a compartir el evangelio con tu
familia.
a. Aparta tiempo para los devocionales
familiares. Estudie la Biblia, oren juntos, háblales de cómo Dios está actuando
en tu vida.,
b. Invita a otros creyentes a tu hogar. Este
carcelero invito a Pablo y a Silas a comer a su casa, y leemos que todos se
regocijaron cuando se hicieron creyentes. Este tipo de comunión puede ser un
tiempo enriquecedor para tu familia.
c. Trae a tus hijos a la iglesia contigo.
Probablemente aprenderán lecciones que permanecerán con ellos por el resto de
sus vidas. Si todavía son pequeños, tráelos. Si ya son mayores, anímalos a que
te acompañen.
d. Ora por tus hijos a diario. Como padre, no
puedes “hacer” cristianos a tus hijos, pero puedes orar para que sus corazones
sean sensibles y estén abiertos al mensaje del evangelio.
3. Alienta el crecimiento espiritual de tus
hijos. Como lo sugiere el apóstol Pablo, un padre amoroso anima a sus hijos a
vivir una vida agradable a Dios (1 Tesalonisenses.2:11-12)
11De
modo que ustedes saben cómo los alentábamos y les suplicábamos a cada uno de
ustedes como un padre a sus hijos, 12y les dábamos testimonio para que se
condujeran como es apropiado delante de Dios, que los llamo a su reino y a su
gloria.
Muchos
de nosotros pensamos que el amor es un sentimiento que va y viene. Sin embargo,
este pasaje sugiere que nuestro amor no sólo debe permanecer estable sino que
también debe crecer. Parece una tarea imposible de lograr por nuestra cuenta, y
lo es. Por esta razón el apóstol Pablo dice: «Que el Señor haga crecer y
sobreabundar el amor que tienen unos por otros y por toda la gente». No puedes
fabricar el amor sincero. El amor de Cristo debe controlarte (2 Corintios. 5:14
“pues el amor de Cristo nos compele a meditar esto: que uno murió por todos, y
consiguientemente todos murieron”) este amor te ayudará a fortalecer tu
corazón, te guardará del pecado y te santificará para que puedas estar libre de
culpa hasta la venida de Cristo.
Si
tu amor a Dios y a otros parece estar estancado, es posible que te hayas
apartado de la fuente de ese amor. Regresa al Señor y pídele que te llene y
renueve tu amor hacia él. Luego busca maneras de compartir ese amor con
otros.
4. Vigila la herencia que dejas. Tu devoción a
Dios, o la falta de ella, hará un tremendo efecto en la generación siguiente
(Hechos. 21:5)
5Después
de esos días, partimos a fin de continuar el viaje. Todos ellos nos acompañaron
hasta las afueras de la ciudad, juntamente con sus esposas e hijos, y puestos
todos de rodillas en la playa oraron.
5. Disciplina a tus hijos. Los padres que aman
a sus hijos y desean verlos convertirse en hombres y mujeres de carácter, los
disciplinaran. (Hebreos. 12:5-11)
5Y
han olvidado la instrucción que como a hijos se les dio. HIJOS MÍO, NO
MENOSPRECIES LA DISCIPLINA DE YAHWEH, NI DESMAYES CUANDO SEAS AMONESTADOPOR ÉL,
6PORQUE YAHWEH AL QUE AMA DISCIPLINA, y azota a los hijos en quienes se
complace.7Soporten, entonces, la disciplina, porque Dios los trata como a
hijos, porque, ¿qué hijo es aquel a quien su padre no disciplina? 8porque si
están sin disciplina, con la cual cada quien es corregido, son ustedes
bastardos y no hijos, 9pues si nuestros padres en la carne nos disciplinaban y los respetábamos, ¿con cuánta más razón,
pues, debemos nosotros sujetarnos al Padre de los espíritus y ser salvos?
10Porque ellos nos disciplinaban por breve tiempo, como a ellos les parecía
bien, pero Dios nos disciplina para nuestro beneficio, para que seamos
participes de su santidad. 11No obstante, ninguna disciplina se considera causa
de gozo en su momento, sino de tristeza, pero al final produce fruto de paz y
de justicia a los que en ella han sido ejercitados.
6. Evita exasperar a tus hijos. Tu disciplina
tiene que estar suavizada con amor. Así tus hijos no estarán resentidos contigo
(Colosenses. 3:20-21)
20Hijos,
sean obedientes a sus padres en todo, porque así es agradable delante de
nuestro Señor. 21Padres, no exasperen a
sus hijos para que no se desalienten.
Aunque
la disciplina es necesaria en la vida de os hijos, es igualmente necesario
suavizarla con amor. Esto significa que los padres no deben ofender ni humillar
a sus hijos, en especial cuando los disciplinan.
Otros
términos que se emplean para describir la actitud inadecuada de los padres son
exasperación y agravio. La palabra agravio significa irritar, enfurecer, enojar
y agrega combustible al fuego.
Cuando
la disciplina se aplica de una manera ofensiva, las consecuencias pueden ser
devastadoras. Los hijos no sólo podrían resentirse y enojarse con los padres,
sino también faltarles el respeto y deshonrarlos. Lo peor es que un día los
hijos tal vez terminen su relación con los padres y actúen violentamente contra
ellos.
Si
deseas que tus hijos te honren como padre, debes disciplinarlos con amor,
felicitarlos cuando obedecen e instruirlos en las cosas del Señor.
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