Hechos (16.6–17.34)
Julio
César fue nombrado gobernador de Galia por el Senado romano en el año 58 a.C.
Por aquel entonces esa región comprendía lo que ahora es el norte de Italia y
el sur de Francia. César no estaba conforme con que las tribus bárbaras
controlaran la feroz campiña al norte de sus dominios, de modo que se lanzó a
la guerra de las Galias, y como era demasiado engorroso esperar a que llegara
la aprobación del Senado, comenzó bajo su propia autoridad y a sus propias
expensas.
Los
diarios de César acerca de sus campañas para conquistar el territorio que hoy
es Francia, y para consolidar su dominio contra poderosos y astutos
adversarios, han sido un modelo de estrategia para las tácticas militares desde
entonces. La primera fase de su conquista consistió en avanzar a través del
territorio galo, de sur a norte, siguiendo el camino de menor resistencia; lo
cual rompió con las pautas establecidas de gobierno, comercio y suministro de
aquella confusa multitud de tribus que habitaban la Galia central y
septentrional.
César
estableció campamentos militares importantes, múltiples puestos de avanzada y
una red logística para el aprovisionamiento de sus fuerzas ocupantes. Todo ello
constituía el preludio del duro trabajo que supondría echar por completo a los
enemigos parapetados dentro de sus fortalezas, pero fueron esos primeros
embates los que descubrieron las zonas receptivas, los futuros aliados y la
forma primitiva de lo que habría de ser luego la provincia de la Galia mayor.
También
el Espíritu Santo envía destacamentos para abrir la senda de la evangelización
misionera, descubrir a los pueblos receptivos y trazar los límites de lo que
llegará a ser la iglesia establecida. Más tarde habrá fortalezas que conquistar
e iglesias locales que multiplicar y fortalecer.
Los
volitivamente receptivos
Cuando
Pablo y Silas salieron de sus ciudades conocidas del sur de Galacia, no sabían
adónde quería el Espíritu Santo que fueran. Tenían claro a qué lugares parecía
lógico ir, pero no que Dios estuviese pensando en un área donde había gente
dispuesta a creer voluntariamente.
A medida que se tope
con ellos haga un círculo en los sitios que visitaron Pablo y Silas.
¿Dónde no permitió el
Espíritu Santo que Pablo y Silas predicasen la Palabra? (Hch
16.6,
7)
Aunque la Biblia no lo
dice, ¿de qué manera pudo el Espíritu comunicar a Pablo y Silas que no debían
predicar en esos lugares?
Asia
y Bitinia eran provincias del Imperio Romano, puede usted verlas en el mapa. Asia
constituía la provincia más densamente poblada e importante de aquella parte
del mundo, por lo que era lógica la elección de Pablo y Silas si querían
alcanzar a la gente y los sitios más significativos que tenían a su alrededor.
La
siguiente provincia en importancia era Bitinia, puesto que incluía los
principales centros de comercio de la costa sur del mar Negro. Pablo y Silas
debieron sentirse bastante confundidos de que el Espíritu les hiciera pasar por
allí apresuradamente hasta Troas (Hch
16.8),
el puerto más al oeste de Asia Menor.
¿Cómo les dio el Señor
una guía segura en cuanto a dónde debían predicar el evangelio? (Hch
16.9)
Sueños
y visiones. En su viaje misionero, Pablo planeó un viaje hacia el norte, a
Bitinia. Pero esa noche soñó con un hombre que le decía. «Pasa a Macedonia y
ayúdanos» (v. 9).
A causa de este sueño o visión, el Apóstol cambió su ruta. Ello puso de
manifiesto un rasgo del carácter de los líderes que se guían por el Espíritu
Santo. Los dirigentes impíos del mundo consultan el horóscopo y a los adivinos,
en busca de directivas para sus vidas, pero los líderes cristianos piadosos
buscan la dirección del Señor 1) a través de la Palabra escrita, la Biblia, y
2) a través de sueños y visiones (2.17).
Sus
mentes están limpias de impureza (2
Co 10.5);
no se conforman con las normas de este mundo, sino que son transformados por la
renovación de la mente (Ro 12.2).
Tienen puesta su mira y sus afectos en las cosas de arriba y no en las de la
tierra (Col
3.2).
Por esto, cuando el Espíritu Santo les habla por medio de visiones (imágenes
diurnas mentales) y sueños (revelaciones durante el sueño), escuchan el mensaje
sin dificultad (véanse también Sal 16.7;
Hch
9.10;
10.3,
17;
18.9).
Partiendo de la
evidencia que supone el uso de la segunda persona del plural, ¿quién hace aquí
su primera aparición en el libro de los Hechos? (16.10)
¿Qué hicieron Pablo y
sus compañeros a consecuencia de la visión del apóstol? (Hch
16.10–12)
El
evangelio se predicó en Europa por primera vez en Filipos, ciudad llamada así
en honor de Filipo de Macedonia, padre de Alejandro el Magno. Filipos era una
colonia romana (Hch 16.12),
o sea, establecida en las provincias por ciudadanos de Roma, generalmente
personal militar retirado que había comprado o ganado la ciudadanía. Las
colonias solían estar orgullosas de su condición de avanzadillas romanas a
través del Imperio. Filipos había sido poblada con veteranos de la batalla de
Filipos en el año 42 a.C., durante la segunda guerra civil en la que Marco
Antonio y Octaviano derrotaron a Bruto y Casio.
¿Cómo se proclamó y se
recibió el evangelio en Filipos? (Hch
16.13–15)
Para
que en una comunidad pudiera formarse una sinagoga, tenía que haber antes diez
varones cabezas de familia. Tan pronto como se contaba con diez hombres así, la
tradición judía exigía que se estableciera la sinagoga. Si no había suficientes
hombres para hacerlo, el grupo hebreo en ciernes debía señalar un lugar de
oración al aire libre, preferiblemente cerca de una masa de agua.
¿Qué sugiere Hechos
16.14
en cuanto al trasfondo étnico y religioso de Lidia?
¿Cuáles fueron los
acontecimientos que dieron lugar al arresto de Pablo y Silas? (Hch
16.16–19)
¿Por qué razón
identificarían acertadamente los malos espíritus a Pablo y Silas como siervos
de Dios y ministros de la salvación? (Hch
16.17)
¿Qué mal podría hacer el diablo con una información así?
¿Cuáles fueron las
acusaciones contra Pablo y Silas, y a través de qué proceso «judicial» los
hallaron culpables? (Hch 16.20–22)
¿Qué castigo se les
impuso a Pablo y Silas, y cómo respondieron a dicho castigo? (Hch
16.22–25)
¿Qué consecuencias tuvo
el terremoto de Filipos? (Hch 16.26,
27)
¿Cómo ayudó Pablo a
salvar la vida y el alma del carcelero? (Hch
16.28–34)
¿Qué casos ha conocido
o ha leído usted referentes a la iglesia actual, en los cuales el poder
demoníaco haya sido quebrado y como resultado de ello se haya producido un
avance del evangelio?
La
alabanza abre las puertas de la cárcel. Azotados y encarcelados, Pablo y Silas
respondieron cantando un himno de alabanza, un cántico directamente de su
corazón a Dios. No podemos dejar que pase inadvertida la relación que hubo
entre sus himnos de alabanza a Dios y su liberación sobrenatural mediante la
ocurrencia de un fuerte temblor de tierra.
¡La
alabanza dirigida a Dios puede abrir las puertas de una prisión! Un hombre se
convirtió al Cristo, su familia fue salva, y un cautiverio satánico fue
derrotado en Filipos. Hoy también, la alabanza romperá toda cadena de opresión.
Cuando estés sirviendo a Dios, y las cosas no ocurran como planeaste, aprende
de este pasaje. ¡La alabanza triunfa gloriosamente!
¿Por qué se negaría
Pablo a marcharse discretamente e insistiría en ser reconocido y tratado como
un ciudadano romano? (Hch 16.35–39)
¿Qué clases de personas
había en la primera iglesia de Europa cuando Pablo y Silas tuvieron que partir
de allí en Hechos 16.40?
Los
moralmente receptivos
En
la siguiente etapa del segundo viaje misionero, Pablo y Silas entraron en
contacto con dos ciudades en las cuales aquellos que respondieron al evangelio
lo hicieron porque eran personas devotas o ecuánimes. Esas iglesias siempre
habrían de estar entre las favoritas de Pablo cuando el apóstol pensara en sus
convertidos.
Tesalónica, situada al
oeste de Filipos, en la misma calzada romana, era la capital de Macedonia.
Describa el proceso y
el resultado de la labor evangelística que realizaron Pablo y Silas en
Tesalónica (Hch 17.1–4).
¿Cómo convencieron los
judíos que habían rechazado el evangelio a los gobernantes de esa ciudad de que
Pablo y Silas eran perjudiciales para Tesalónica? (Hch
17.5–10a;
véase Juan
19.12,
19–22)
Compare y contraste los
ministerios evangelísticos de Pablo y Silas en Tesalónica (Hch
17.1–10a)
y Berea (17.10b–15)
en las siguientes áreas.
TESALÓNICA
BEREA
LUGAR
OYENTES
CONVERTIDOS
OPOSICIÓN
SALIDA
Pablo
y Silas ministraron en Filipos un solo sábado, y en Tesalónica tres. ¿Qué
cambios espirituales importantes ha efectuado el Señor en su vida en cortos
períodos de tiempo?
¿Qué puede aprender
usted de los nuevos creyentes de Berea en cuanto a la forma de tratar
cuestiones difíciles?
Los
intelectualmente receptivos
La
oposición al evangelio en Berea parece haberse centrado en Pablo hasta tal
punto que Silas y Timoteo pudieron quedarse allí y enseñar a la iglesia sin
impedimento en ausencia del apóstol. Cuando Pablo llegó a Atenas no vio ninguna
forma de ministrar, e inmediatamente envió por Silas y Timoteo a fin de seguir
hacia otra ciudad (Hch 17.14,
15).
¿Cómo reaccionó Pablo
ante la ciudad de Atenas, el gran centro cultural del mundo grecorromano? (Hch
17.16)
¿De qué manera llevó a
cabo su imprevista evangelización en ese lugar? (Hch
17.17)
¿En qué difirió su
enfoque del que había estado utilizando en otras ciudades? (Hch
17.17;
véanse 13.5,
14;
14.1;
16.13;
17.1,
10)
Explique cómo fue
invitado Pablo a dirigirse a los filósofos atenienses en el Areópago (Hch
17.18–21)
La
gente del Imperio Romano se caracterizaba por una gran diversidad de creencias
religiosas. El epicureísmo (que buscaba la tranquilidad por encima de todas las
cosas) y el estoicismo (que deseaba liberarse de las pasiones y aceptar todo en
la vida como inevitable resultado del destino) eran filosofías populares. El
politeísmo (la creencia en múltiples dioses) era común.
Estos
filósofos pensaban que Pablo estaba propagando una religión de dos nuevos
dioses: Jesús y la resurrección. Otros, sin embargo, acusaron a Pablo de
palabrero. La palabra describía originalmente a alguien que recogía los
desperdicios en el mercado. Más tarde; designó a quien seleccionaba fragmentos
de doctrina de aquí y de allá y los mezclaba.
¿Cómo empezó Pablo
desde donde se encontraban sus oyentes y los llevó hasta su posición en lo
tocante a las ideas religiosas? (Hch
17.22,
23)
¿Qué afirmó el apóstol
acerca de Dios en las siguientes secciones de su mensaje?
Hechos
17.24,
25
Hechos
17.26–28
Hechos
17.29
Hechos
17.30,
31
¿Cuál fue la respuesta
pública a la enseñanza de Pablo acerca del carácter de las relaciones
humano-divinas y de Aquel a quien Dios había levantado de los muertos? (Hch
17.32)
Las
diferentes escuelas de pensamiento griegas estaban de acuerdo en que el
espíritu del hombre era noble y su cuerpo innoble, vil. El hecho de que la
resurrección del cuerpo ocupara un lugar central en lo que Pablo estaba
presentando como la forma nueva y definitiva de conocer a Dios les parecía un
disparate a aquellos epicúreos y estoicos del Areópago.
¿Cómo podemos comparar
el papel de los intelectualmente receptivos con el desempeñado por los volitiva
y moralmente receptivos? (Hechos 17.34;
véanse 16.14,
15,
27–34;
17.4,
12)
¿Y el mensaje de Pablo
a los filósofos paganos (Hch 17.22–31)
respecto a su forma de razonar con los idólatras de Listra? (14.15–17)
¿Por qué resulta a
menudo más aterrador intentar dar testimonio a los inconversos intelectuales
que a otra clase de gente?
¿Por qué son ellos con
frecuencia los más ciegos en cuanto a la verdad acerca de Dios?
¿Cuál es el tipo de
rechazo que a usted le resulta más difícil encajar: los golpes físicos de tipos
como el carcelero de Filipos, las exageraciones de la gente religiosa como los
judíos de Tesalónica, o la burla sarcástica de personas intelectuales como los
atenienses? ¿Por qué?
¿Qué clases de
individuos han resultado más receptivos al evangelio del Cristo para su
iglesia? ¿Cómo ha adaptado ésta su proclamación de las buenas nuevas a fin de
alcanzar más eficazmente a tales personas?
Continuará...
No hay comentarios:
Publicar un comentario