viernes, 17 de enero de 2020

Escuela 12. El poder del Reino contristado



Hechos (23.31–26.32)

Era el primer viaje real de Stan afuera de los Estados Unidos. Había volado hasta Guatemala durante las Navidades de 1979 para ayudar a su hermana a trasladar la mayor parte de sus posesiones de vuelta a casa. La inestabilidad en el país requería que los misioneros de otras naciones estuviesen preparados para partir sin previo aviso.

Stan se encontraba sereno mientras descansaba en el salón de Cathy aquella tarde y se daba cuenta de que a veces ella había estado agazapada en el suelo mientras el fuego de las armas de mano de la guerrilla crepitaba en las calles. Sabía que la batalla por Guatemala era tanto física como espiritual, y estaba contento de que el gobierno, por muy corrupto que fuera, protegiese a los misioneros que se abstenían de la oposición política.

Stan y Cathy habían cargado con anterioridad la plataforma cubierta de su camioneta y hecho retroceder a ésta contra el edificio de la iglesia a fin de que nadie pudiera abrir la lona.

A la mañana siguiente, temprano, partieron hacia Ohio, un agotador viaje de siete días en automóvil. La madrugada resultó fresca y radiante en las montañas, pero para cuando hubieron descendido hasta la carretera que bordea la costa del Pacífico hacía una tarde tórrida y pegajosa.

La frontera para entrar en México era un perezoso río cruzado a través de un terreno de aluvión por un puente de largos accesos. Cathy dejó que Stan vigilase el camión y diera de beber al perro mientras ella pasaba la aduana. El tiempo empezó a transcurrir lentamente para Stan a la vez que el sol caía implacable y las moscas zumbaban a su alrededor. Algo andaba mal.

Entonces apareció Cathy dando largas zancadas y con un belicoso entrecejo que Stan conocía bien. Nunca había sido una buena idea enfadar a su hermana.

—No quieren sellarme mis papeles de salida hasta que las autoridades mexicanas den el visto bueno a mis documentos de entrada —dijo Cathy con irritación.

¿Quéee? —Respondió Stan, pensando automáticamente en todas las películas americanas del oeste que presentan a los latinos como bufones—. ¡Eso no tiene sentido!

—Bah —replicó Cathy tan irritada con la torpeza de su hermano como con la codicia de los guardias–, es que quieren una propina. Voy a ir hasta la parte mexicana y hacer que me sellen estos papeles —añadió saltando del camión—. Les ganaré en su propio terreno.

Stan gruñó y se dejó caer hacia atrás en el asiento para sudar mientras esperaba de nuevo. ¿Por qué no podía Cathy simplemente pagar unos pocos dólares? ¿Cómo sería tan terca?

Luego esbozó una sonrisa y se rió suavemente. En realidad no constituía ningún secreto el por qué Cathy era la misionera de la familia. Dios la había preparado para que tuviese el brío necesario para acurrucarse en el suelo bajo un tiroteo y resistir firmemente a los burócratas mezquinos. El sistema podía contristar al Espíritu de Dios, pero también es posible que servidores como Cathy le hicieran sonreír.

Por lo general el sistema romano ayudaba a la joven iglesia cristiana, pero había individuos dentro de la burocracia imperial que eran egoístas y corruptos. Durante más de dos años Pablo tuvo que languidecer en la cárcel porque a algunos funcionarios les faltaba valor o esperaban ser sobornados.

Declarado culpable de blasfemia

Claudio Lisias, jefe de la guarnición romana de Jerusalén había escrito una carta a Félix, gobernador de la provincia de Judea, respecto al asalto sufrido por Pablo a manos de los judíos (Hch 23.26–30), la mandó junto con una gran escolta de soldados y con el apóstol a Cesarea, la capital (vv. 23, 24), para alejar a Pablo de los cuarenta zelotes judíos que se habían juramentado hasta la muerte por hambre si no lo asesinaban (vv. 12, 13).

Resuma la liberación del apóstol de Jerusalén y su recibimiento por parte de Félix, el gobernador (Hch 23.31–35).

«Había alrededor de cien kilómetros desde Jerusalén hasta Cesarea, y Antípatris estaba a otros cuarenta de dicha ciudad. Hasta llegar a Antípatris el territorio era peligroso y estaba poblado por judíos; de allí en adelante se trataba de campo abierto y llano, bastante poco apropiado para una emboscada, y sus habitantes eran en su mayoría gentiles. De modo que al llegar a Antípatris el grueso de la tropa volvió atrás dejando como escolta suficiente sólo a la caballería.

«El gobernador a quien fue llevado Pablo era Félix, y su nombre constituía todo un refrán… Había comenzado su vida como esclavo. Su hermano Pallas era el favorito de Nerón, y gracias a la influencia de aquel Félix había ascendido, primero hasta la condición de hombre libre y, luego, al puesto de gobernador. Era el primer esclavo de la historia que había llegado jamás a convertirse en gobernador de una provincia de Roma. Tácito, el historiador romano, dijo que «ejercía las prerrogativas de un rey con el espíritu de un esclavo»… No tenía escrúpulo alguno, y era capaz de contratar a malhechores para que asesinasen a sus más íntimos partidarios. Pablo fue a Cesarea para enfrentarse a esa clase de hombre».

¿Qué nos sugiere el tiempo transcurrido hasta que llegó el grupo de judíos, y la composición de dicho grupo, en cuanto a la miportancia que para ellos tenía este juicio? (Hch 24.1)

¿Cuál era el propósito de los comentarios iniciales que le hizo a Félix el orador Tértulo? (Hch 24.2–4)

¿Qué acusaciones pronuncio Tertulo contra Pablo? (Hch 24.5, 6)

¿Cómo sostuvo el orador que los judíos habían sido agraviados por el jefe romano de la guarnición de Jerusalén? (Hch 24.6b–8a)

¿Qué le pidió Tértulo a Félix que hiciese como juez de la causa judía contra Pablo? (Hch 24.8b)

¿Cómo podemos comparar el primer discurso de Pablo ante Félix con el de Tértulo? (Hch 24.10; véanse vv. 2–4)

¿Cuál fue la respuesta inicial de Pablo a las tres acusaciones del orador? (Hch 24.11–13)

¿Qué cosas admitió el apóstol ante su juez? (Hch 24.14–16)

¿Cuál fue el relato de Pablo acerca de lo que había sucedido en el templo y dado lugar a su arresto? (Hch 24.17–19)

¿A qué debían limitar su testimonio, según sostenía Pablo, sus presentes acusadores? (Hch 24.20, 21)

Hubiera sido fácil, pero desastroso, para el apóstol haberse sentido abrumado o indignado por los acontecimientos que le llevaron a dar en una burocracia encabezada por aquel dirigente corrupto y depravado. ¿Por qué resulta importante mantener la confianza en el control de Dios sobre todos los acontecimientos y prepararse para desempeñar el propio papel en los mismos?

Cuando Pablo respondió a los cargos que había contra él, se enfrentó a las acusaciones sin atacar a sus sanguinarios acusadores. ¿Por qué es importante guardarse de entrar en el terreno de lo personal cuando se reacciona a la persecución? ¿Qué sucede si se toman represalias a nivel personal?

Retraso por soborno

¿Cuáles fueron las razones por las que Félix pospuso el juzgar inmediatamente la causa contra Pablo? (Hch 24.22)

¿En qué situación estaba el apóstol mientras esperaba la resolución de dicha causa? (Hch 24.23)

Describa el siguiente encuentro de Pablo con Félix (Hch 24.24, 25).

Drusila era la tercera esposa de Félix, y todas ellas habían sido princesas. Se trataba de la hija de Herodes Agripa 1, el que había ejecutado al apóstol Santiago, encarcelado a Pedro y muerto por mano del Señor a causa de su orgullo arrogante (Hch. 12). Con la ayuda de un mago, Félix había seducido a Drusila apartándola de su primer marido.

A Félix y Drusila Pablo les pareció todo menos un interesante maestro judío. Su mensaje acerca de la fe en el Cristo incluyó una disertación acerca «de la justicia, del dominio propio y del juicio venidero» (Hch 24.25), razón por la que pronto lo despidieron.

¿Cuáles fueron las causas de que Félix mantuviera a Pablo confinado durante el resto de los dos años que duró su mandato? (Hch 24.26, 27)

            La caída de Félix se debió a su forma equivocada de tratar un brote de disturbios entre los judíos y los gentiles de Cesarea. Félix soltó allí a soldados sirios que iniciaron una escalada de violencia y pillaje, y los dirigentes de la comunidad judía notificaron a Roma las acciones del gobernador. Félix fue depuesto y se le perdonó la vida únicamente gracias a los lazos que unían a su hermano con Nerón.

¿Por qué iría tan rápidamente el nuevo gobernador de Judea a Jerusalén para encontrarse con el sumo sacerdote y otros dirigentes judíos? (Hch 25.1)

Ahora, pasados dos años, ¿qué pensaban hacer los judíos con Pablo? (Hch 25.2, 3)

¿Cuál fue la contrapropuesta de Festo? (Hch 25.4, 5)

¿Qué sucedió en Cesarea cuando los dirigentes judíos y Pablo presentaron sus argumentos delante de Festo? ¿Cuáles parecen haber sido las tres áreas de acusación? (Hch 25.6–8)

¿Qué le propuso Festo a Pablo para resolver su caso? (Hch 25.9)

«Festo era un tipo distinto a Félix. Sabemos muy poco de él, pero lo que conocemos demuestra que era un hombre justo y recto. Murió sólo dos años después de ocupar el cargo, sin embargo lo hizo sin mancha alguna. Los judíos intentaron aprovecharse de él… Pero Festo era un romano, con el instinto típico de éstos para la justicia, y les dijo que fuesen a Cesarea y defendieran allí su causa…

»Festo no tenía ningún deseo de encarar a los judíos en los primeros días de su mandato, y propuso un compromiso. ¿Estaba Pablo dispuesto a ir a Jerusalén y someterse allí a juicio, mientras él velaba para que se respetaran las reglas del juego? El apóstol, sin embargo, sabía que para él no existiría tal cosa como un respeto a las reglas del juego en Jerusalén, por lo que tomó su importante determinación».

¿Qué le pidió Pablo a Festo como una forma de resolver su caso? ¿Cuáles fueron las razones del apóstol para aquella apelación? (Hch 25.10–12)

«Si algún ciudadano romano pensaba que no se le estaba haciendo justicia en un tribunal de las provincias, podía apelar directamente al Emperador. Sólo cuando se trataba de un asesino, un pirata o un bandido descubierto en el acto delictivo mismo, no era válida dicha apelación. En todos los demás casos el procedimiento local tenía que ser visto [suspendido o mantenido] y el reclamante enviado a Roma para esperar la decisión personal del Emperador… Así Pablo, en unas circunstancias muy diferentes de aquellas con las que había soñado, acababa de dar su primer paso en el camino hacia Roma».

El paso del tiempo puede agravar una venganza irracional. ¿Ha visto usted alguna situación que empeorase con el transcurso del tiempo a pesar de no haber habido ningún contacto entre las partes implicadas?

Pablo sabía que no podía existir la reconciliación con los dirigentes judíos, puesto que el repudio del evangelio y de su mensajero por parte de las autoridades de Judea había sido definitivo (Hch 21.30). En la situación que ha citado usted como respuesta a la pregunta anterior, ¿qué hubiera tenido que hacer Dios por medio de su Espíritu para reconciliar a la gente implicada?

Exhibido como algo curioso

Lucas registra cinco alegatos del apóstol Pablo a partir del altercado que condujo a su viaje a Roma. La defensa más larga y detallada fue la última, que el apóstol llevó a cabo delante del rey Agripa y de su hermana Berenice (Hch 25.23–26.32). Las otras cuatro las realizó ante el pueblo fuera del templo (21.37–22.22), ante el Sanedrín (22.30–23.11), ante Félix (24.1–27) y ante el propio Festo (25.1–12).

¿Cómo describió el gobernador Festo la situación de Pablo al rey Agripa y a Berenice? ¿Cree usted que la presentación que hizo fue objetiva? (Hch 25.13–21)

Este rey Agripa era Herodes Agripa II, hijo del Herodes que aparece en Hechos 12, el cual había matado al apóstol Santiago, encarcelado a Pedro y sido muerto por el Señor a causa de su orgullo y arrogancia. Agripa era entonces demasiado joven para suceder a su padre, de modo que Judea se convirtió en una provincia romana. El rey fue educado en Roma y era un favorito del emperador Claudio.

Tanto Claudio como Nerón pusieron bajo el control de Agripa, después de que éste volviera a Palestina, ciertos reinos subordinados; de tal manera que cuando Festo se convirtió en el gobernador de Judea, el rey Agripa administraba el territorio que estaba justo al norte. Berenice era la hermana menor de Agripa, y ya fuese en Roma o en Palestina se rumoreaba que hacía tiempo que ambos mantenían una relación incestuosa.

¿De qué manera presentó Festo oficialmente la causa de Pablo al rey Agripa y a su comitiva? (Hch 25.22–27)

¿Cómo se dirigió Pablo al rey Agripa? (Hch 26.1–3)

¿Qué le dijo el apóstol a Agripa acerca de la primera parte de su vida? (Hch 26.4–11)

¿Qué le contó sobre su conversión a la fe en Jesús como Mesías? (Hch 26.12–18)

¿De qué manera relacionó Pablo la revelación que había recibido de Dios en el momento de su conversión con las acusaciones que luego presentaron contra él los dirigentes judíos? (Hch 26.19–23)

            Pablo estaba totalmente dedicado a la tarea de esparcir el evangelio y establecer iglesias en todo el mundo entonces conocido. Vivió lo que escribió, «porque irrevocables son los dones y el llamamiento de Dios» (Ro 11.29). Su vida encarnó tres conceptos básicos del liderazgo: 1) estaba dedicado a las metas y al espíritu de su llamamiento (Flp 3.7, 8); 2) comunicó a otros sus convicciones (2 Ti 2.1, 2) y soportó todas las dificultades necesarias para alcanzar ese fin (2 Co 4.8–11; 11.23–33); 3) se mantuvo alerta a los cambios. El apóstol se adaptó a los cambios culturales, sociales y políticos y, de esta manera, nunca perdió su relevante posición (1 Co 9.19–22).

¿Cómo resistió el rey Agripa a los apremios del testimonio de Pablo en cuanto al evangelio? (Hch 26.24, 28)

¿De qué manera instó el apóstol a Agripa con esos apremios evangélicos? (Hch 26.25–27, 29)

¿Cómo condujeron Festo y Agripa su audiencia de la defensa de Pablo? (Hch 26.30–32)

¿Cree usted que el apóstol hubiera sido puesto en libertad en caso de no haber apelado al César en Roma? ¿Por qué?

¿Qué dirigentes políticos actuales se han visto expuestos al evangelio del Cristo mediante entrevistas con evangelistas o líderes cristianos?

¿Por qué dirigentes debería usted orar para que sean tocados y transformados por el evangelio?
¿Qué líderes cristianos que dan testimonio a dirigentes políticos debería usted apoyar con oraciones regulares?


Continuará…

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