Sherlock
Holmes no planeó ser detective. Cuando aún era un joven sin proyectos reales,
asistió a una universidad, y allí vivió como un estudiante retraído y arisco,
cada vez más aislado de los contactos sociales a causa de su interés por
ejercitar sus propias facultades de observación y razonamiento deductivo.
De
un modo bastante fortuito, Holmes se encontró con otro estudiante que también
tenía pocos amigos, Víctor Trevor. Mientras estaba de vacaciones en la finca de
Víctor, el padre de éste se quedó asombrado de que el amigo de su hijo pudiera
hacer deducciones sobre su pasado simplemente con observarlo a él y sus
posesiones. Fue él quien, medio en broma, sugirió al joven Holmes que se
hiciese detective.
No
había pasado mucho tiempo cuando surgió en la propiedad de la familia Trevor un
misterio que tenía como centro un extraño mensaje. Después de algunos esfuerzos
por descifrar aquella comunicación, el joven Holmes descubrió que al leer una
palabra de cada tres, obtenía un mensaje que explicaba el misterio.
Antes
de que empiece usted a estudiar los Hechos de los Apóstoles, sección por
sección, hay mucho que puede aprender examinando el mensaje completo. Busque
indicios de lo que pretendían su autor humano y el divino, el Espíritu Santo,
al colaborar en este relato maravilloso de la propagación del evangelio de
Cristo por el mundo antiguo.
¿Estás listo, Watson?
¡Comienza el juego!
Pistas en cuanto a la
composición de Hechos
El libro de los Hechos
es consecuencia de una obra anterior. ¿Cuál era el contenido de dicha obra? (Hch
1.1–3).
Aunque
la obra en cuestión no se mencione en los Hechos de los Apóstoles, es posible
identificarla como el evangelio de Lucas, gracias a la dedicatoria de ambos
libros a la persona de Teófilo (Lc
1.3;
Hch
1.1).
¿Qué puede aprender usted acerca de Lucas, el autor del libro de los Hechos,
basándose en los siguientes pasajes?
Colosenses
4.14
¿Qué nos sugiere la
declaración que hace Pablo en Colosenses 4.11
acerca de la identidad étnica de Lucas (v. 14)
y de todos los demás mencionados después de dicho versículo?
Filemón
24
(compárense Hechos 16.10;
21.12;
27.6;
28.16
en los que el autor está presente).
2
Timoteo 4.11 (léase vv. 6–11).
Puede
usted descubrir más de Lucas y de su obra consultando cualquier buen comentario
sobre el evangelio del mismo nombre o el libro de los Hechos que posea o que le
recomiende su pastor. Una relación eficaz y fácil de entender se halla en la
introducción de William Barclay, Nuevo Testamento (Tomo 7: Hechos), Editorial
Aurora, Argentina. Para un tratamiento más profundo del tema puede consultarse
The Gospel According to Luke [El evangelio según Lucas], de Leon Morris, pp.
14–22, en The Tyndale New Testament Commentaries [Comentario del Nuevo
Testamento de Tyndale]
El
nombre griego Teófilo significaba «amado de Dios», y en Lucas
1.3
se llama a éste «excelentísimo Teófilo», un título formal de respeto (cf. Hch.
23.26).
A menudo, en el Imperio Romano, los médicos como Lucas eran esclavos. Tal vez
Teófilo había sido el amo anterior del evangelista.
Hechos 1.1–13
es un prólogo que reanuda la narración comenzada en Lucas, y Lucas
1.1–4
es otro que declara el propósito de la obra combinada Lucas-Hechos. ¿Cuál era
la finalidad de ambos libros? (Lc 1.3,
4)
El
Evangelio de Lucas cuenta la vida, muerte y resurrección de Jesús. ¿De qué tema
enseñado por Cristo a sus apóstoles antes de su ascensión trata el libro de los
Hechos? (Hch 1.3).
El
«reino» se refiere al gobierno soberano de Dios en el universo. Él es el Rey de
los cielos. (véase Gn 1.1)
Pero aquí se refiere, más específicamente, a la entrada del tan esperado
Ungido. El Mesías profetizado, el prometido Hijo de David quien sería no
solamente el Salvador, el Libertador y el Rey de Israel, sino de toda la
humanidad. A «los gentiles» (o todas las naciones) se les prometió que serían
recipientes de esta esperanza (Is 9.6,
7;
11.10;
40.5).
Al declarar que el reino «se ha acercado», Juan anunciaba que el gobierno de
Dios derrocaría el poder y el gobierno del mal, tanto humano como infernal.
Como Rey y Señor, Jesús ofrece la bendición del gobierno de Dios, ahora
disponible para traer vida a toda experiencia humana, así como libertad del
dominio de la carne o del diablo.
El
Evangelio de Lucas es el libro más largo del Nuevo Testamento, y los Hechos de
los Apóstoles el tercero en longitud. Juntos, Lucas y Hechos, forman
aproximadamente el treinta por ciento del Nuevo Testamento. Esto significa que
el Espíritu Santo inspiró a Lucas, el gentil, para que compusiese más Escritura
que Pablo, Juan o cualquier otro autor neotestamentario.
Pistas en cuanto a la
composición de Hechos
El libro de los Hechos
no se compuso al azar. Lucas demostró su inteligencia y educación organizando
el material que poseía. Lea Hechos 1.8
y enumere las tres áreas geográficas principales en las que los apóstoles iban
a ser testigos de Cristo.
Examine rápidamente los
Hechos de los Apóstoles y divida el libro en tres partes correspondientes a la
propagación del evangelio en las tres regiones identificadas en Hechos
1.8.
A
estas alturas no se preocupe si ha acertado con exactitud. Sólo está empezando
a explorar el libro de los Hechos. Lograr confianza en la propia comprensión de
una parte de la Palabra de Dios lleva tiempo. Más tarde podrá usted volver
sobre esta pregunta, si es necesario, y cambiar su respuesta a medida que
aumente su comprensión de los Hechos de los Apóstoles.
Hace
años, C. H. Turner comparó el libro de los Hechos con un mural de la difusión
del evangelio. Turner pensaba que Lucas había seleccionado seis grandes escenas
de la vida de la iglesia primitiva para pintar su «mural» con palabras.
Cada panel de dicho «mural» concluye con una declaración resumen que sirve como
informe de progreso. Busque dichos informes en Hechos
6.7;
9.31;
12.24;
16.5;
19.20;
y 28.30,
31.
Según estos pasajes, ¿cuáles consideraba Lucas que eran las características
normales de una iglesia llena del Espíritu?
Si
intenta usted alinear su división geográfica tripartita de los Hechos con las
seis divisiones señaladas anteriormente, quizás los puntos de separación no
coincidirán. Tal vez Lucas no pretendía que estuviesen perfectamente alineadas.
Si tal era su propósito, el primer punto geográfico abarca el panel número uno,
el segundo los paneles dos y tres, y el tercero los números cuatro al seis.
Puede
seguir leyendo acerca de la estructura del libro de los Hechos en cualquier
buen comentario. En The Daily Bible Study Series, el volumen Hechos de los
apóstoles de William Barclay contiene un tratamiento competente de dicha
estructura (pp. 3–7 del original en inglés). Y en la sección del mismo título
de Richard Longenecker, en el Volumen 9 de The Expositor’s Bible Commentary,
pp. 231–235, encontramos un estudio más detallado de la misma.
Los
eruditos no están de acuerdo en cómo bosquejar el libro de los Hechos, de modo
que no se sienta frustrado al enfrentarse a los mismos problemas con los que
tienen que forcejear todos aquellos que estudian los Hechos de los Apóstoles.
Por el momento, considere esta información simplemente como sus primeras pistas
en cuanto a la estructura de dicho libro. Cuando el Espíritu Santo movió a los
escritores bíblicos a consignar los Hechos de los Apóstoles, se produjo una
buena dosis de creatividad humana y divina. Regocíjese de que Dios haya
provisto a su pueblo de esta obra maestra, con toda su complejidad, para la
edificación espiritual de ellos.
Pistas en cuanto al
carácter de Hechos
El
título completo del libro de los Hechos en castellano es Hechos de los Apóstoles,
pero en el griego no lleva artículo determinado delante de la palabra
Apóstoles, de modo que dicho título es más bien Hechos de Apóstoles. William
Barclay sugirió llamar al libro Hechos de Hombres Apostólicos, ya que muchos de
los héroes que aparecen en el mismo no se contaban entre los doce originales. Esta
observación erudita resulta importante hoy en día porque ayuda a disipar la
preocupación casi idolátrica que se tiene con los doce fundadores; una
tendencia inclinada a mermar el potencial de ministerio de todos los dones
apostólicos para la iglesia, entonces y ahora.
El
personaje principal de los. Hechos de los Apóstoles, que aparecía más de
cincuenta veces de principio a fin, no era ningún apóstol. Identifíquelo
partiendo de los siguientes pasajes. Hechos
2.4;
4.8,
31;
5.3,
32;
8.29;
11.28;
13.2;
15.28;
16.6,
7;
y 20.28.
¿A qué clases de
actividades se entregaba dicho personaje en los textos seleccionados?
Había
un apóstol que figuraba de un modo destacado en los primeros capítulos de los
Hechos. ¿Quién era? (Hch 1.15–22;
2.14–41;
3.1–4.23;
5.3–10;
8.14–25;
9.32–11.18;
12.3–17;
15.6–11,
14)
¿Qué clases de
actividades realizaba dicho apóstol en esos pasajes?
Hay otro apóstol que
figura en Hechos 3.1–4,
11;
4.1–4,
13–22;
8.14–17,
25.
Identifíquelo, y refiera las clases de cosas que hacía.
Un tercer apóstol que
realizó cierto «papel breve» pero destacado en Hechos
12.1–3,
fue…
Se trata del primer apóstol
que…
En
Hechos
6.5–7.60
aparece el primer «hombre apostólico», un líder que surgió del ministerio de
los apóstoles llegando a figurar prominentemente en la iglesia primitiva. ¿De
quién se trataba y qué fue lo que hizo?
El
segundo hombre apostólico lo tenemos en Hechos
6.5;
8.5–13,
26–40;
21.8–14.
¿Quién era y qué cosas llevó a cabo?
Los
ministerios de esos dos hombres apostólicos ayudan a hacer la transición, en
los Hechos, del ministerio del primer apóstol que usted ha identificado antes al
de la persona que domina las dos terceras partes finales del libro. ¿Quién era?
(Hch
9.1–30;
11.25–30;
12.25–28.31).
Un
apóstol es alguien a quien se le ha encomendado una tarea o un papel
particular, al que se envía con un mensaje. En el Nuevo Testamento la palabra
indica principalmente a los doce discípulos originales y en segundo lugar a
otros líderes prominentes, aparte de los doce. Marvin Vincent registra tres
cualidades de un apóstol. 1) Uno que ha tenido un encuentro visible con la
resurrección de Cristo 2) uno que planta o establece iglesias; 3) uno cuyo
ministerio está acompañado de señales, maravillas y milagros.
Naturalmente esto define a los doce fundadores, pero no era cierto de cada una
de las personalidades novotestamentarias a las que se hace referencia como
apóstoles.
Era
muy común que la gente de los tiempos bíblicos tuviera más de un nombre. Muchos
judíos contaban con un segundo nombre que utilizaban en los círculos gentiles.
¿Qué cambio de nombre experimentó el personaje en cuestión al iniciar su
ministerio en tierras no judías? (Hch
13.9).
¿Dónde se produjo el
cambio? (Hch 13.4)
¿Qué clases de
actividades caracterizaron el ministerio de esta figura dominante en los dos
tercios posteriores de los Hechos?
Dos hombres sirvieron
en momentos diferentes como compañeros de viaje y colaboradores del apóstol de
los gentiles. ¿Quién fue el primero de ellos? (Hch
13.1–3;
14.11–15;
15.12,
36–39).
¿Qué clase de cosas
hacía?
Este hombre ya había
figurado anteriormente en los Hechos de los Apóstoles. ¿Cómo era? (Hch
4.34–37;
9.26–28;
11.22–26).
¿Quién fue el segundo
compañero de viaje y colaborador? (Hch
15.22,
32–34,
40–41;
16.16–40;
17.10-15;
18.5)
¿Qué nombre alternativo
utilizaba aquel hombre entre los gentiles? (2
Co 1.19;
1
Ts 1.1;
2
Ts 1.1;
1
P 5.12).
¿Cuáles eran las cosas
que caracterizaban el ministerio de dicho hombre en los Hechos de los
Apóstoles?
Jesús
parecía preferir que sus seguidores ministraran por parejas cuando se exponían
a las presiones del mundo y del diablo. Fue así como los envió durante su vida
en la tierra para proclamar el Reino (Mc
6.7–13;
Lc
10.1–16).
Esa es la norma general de los apóstoles en el libro de los Hechos. Pedro y
Juan forman un equipo en los primeros capítulos (Hch
3),
Bernabé fue a Tarso en busca de Saulo para que le ayudara a ministrar en
Antioquia (Hch 11.22–26).
Los
grandes viajes misioneros de los Hechos de los Apóstoles fueron realizados por
Bernabé y Saulo (más tarde identificados como Pablo y Bernabé), así como por
Pablo y Silas. En los periplos posteriores de Pablo, varios compañeros viajaron
con él como aprendices (véase, por ejemplo, Hechos
20.4).
Y una vez que Bernabé y Pablo se separaron, el primero ministró en compañía de
Juan Marcos (Hch 15.37–39).
Todavía
hoy, la iglesia de Jesús se ve con frecuencia perjudicada cuando ministros
piadosos se enfrentan a las presiones del ministerio sin el apoyo de un
colaborador. El ministerio en equipo puede proporcionar una relación espiritual
dentro de la cual se dan tanto el estímulo como la responsabilidad mutua.
Apoye
a los líderes de su iglesia procurando que tengan amigos espiritualmente
maduros para ayudarlos y corregirlos. No permita que se aíslen haciéndose
vulnerables al diablo.
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