jueves, 16 de enero de 2020

Escuela 8. El poder del Reino sana las divisiones



Hechos (15.1–16.5)

         Hechos 15.1–16.5 habla de un problema y de un par de desacuerdos. Los apóstoles necesitaron toda la sabiduría del Espíritu para descubrir el parecer de Dios en aquella situación.

División en la iglesia

Cuando Pablo y Bernabé volvieron de su primera expedición misionera, contaron como Dios «había abierto la puerta de la fe a los gentiles» (Hch 14.27). No podían estarse refiriendo a los primeros convertidos no judíos, ya que los primeros gentiles cristianos registrados habían sido el eunuco etíope y los de la casa de Cornelio (8.37; 10.44–48). Tampoco podían querer decir la primera conversión de gentiles a gran escala, ya que ésta había tenido lugar en Antioquía (11.20–24). A lo que Pablo y Bernabé se referían sin duda era a la inclusión entre los convertidos del sur de Galacia de gentiles paganos que no eran temerosos de Dios ni casi conversos del judaísmo.

Los creyentes gentiles temerosos de Dios antes de su conversión habrían guardado buena parte de la ley de Moisés. Su estilo de vida hubiera sido aceptable para muchos creyentes judíos, aunque algunos de los más estrictos aún objetaran al contacto con ellos por no haberse circuncidado.

Por su parte los creyentes gentiles que habían sido paganos antes de convertirse suscitaban todo tipo de problemas. Los judíos practicantes no podían tener contacto social con gentiles inmundos. Se trataba de algo más que de un asunto de circuncisión, tenía que ver con todo un modelo de vida (véase Gl 2.11–14).

Había que contestar dos preguntas: La teológica estaba relacionada con la manera en que los gentiles podían ser salvos de sus pecados. La práctica con la manera en que judíos y no judíos podían convivir juntos en la iglesia.

¿Cuáles eran las dos posiciones que había en la disputa de Antioquía y quiénes los discutidores? (Hch 15.1, 2, 5, 24)

¿Por qué fue un paso sabio y espiritualmente adecuado el que la iglesia de Antioquía sometiese la discusión a los apóstoles y a los ancianos de Jerusalén en busca de una decisión vinculante? (Hch 15.2; véase 2.42; 4.13; 6.4; 8.14, 15; 11.22–24)

¿Qué acontecimientos antes del concilio mismo debieron alentar a Pablo y Bernabé? (Hch 15.3, 4)

¿Cómo procuraron argumentar coherentemente Pablo y Bernabé a favor de la aceptación de las incondicionales conversiones gentiles? (Hch 5.3, 4, 12)

La iglesia primitiva estaba dividida en cuanto a la doctrina de la salvación. ¿Sobre qué cuestiones serias y triviales ha visto usted disentir a las iglesias?

La iglesia de Antioquía apeló a la sabiduría de hombres en quienes confiaba para poner los intereses espirituales por encima de las preferencias de cada uno. ¿Por qué hay tantas iglesias hoy en día a las que les cuesta resolver sus disputas? (Véase 1 Co 6.1–8 en relación con un caso que tuvo que enfrentar Pablo.)

La decisión de la iglesia

La iglesia de Jerusalén probablemente no era consciente de que la decisión a la cual llegarían respecto a la conversión de los gentiles era decisiva para el futuro del Reino de Dios. El concilio muy bien hubiera podido desintegrarse en facciones airadas resueltas a salirse con la suya. Observe la forma magistral en que los dirigentes ordenados por Dios forjaron el consenso entre ambas posiciones. ¿Cómo se condujo la primera fase del concilio? (Hch 15.6, 7a)

¿De qué manera enfocó Pedro la atención del concilio? (Hch 15.7–9)

«Ninguna diferencia» significa que no hay discriminación, un sustantivo que implica juicio y que puede aplicarse al buen juicio, por ejemplo, con el que un degustador de café es capaz de distinguir entre las mezclas de diferentes granos. Hoy en día, sin embargo, se utiliza más bien como referencia al juicio parcial: por ejemplo, cuando un patrón discrimina entre sus empleados por razones étnicas o de sexo a la hora de ascenderlos. Dios se niega a discriminar a cualquiera, a hacer distinción entre las personas en lo tocante a la salvación que les ofrece.

¿Qué conclusión había sacado Pedro de su experiencia evangelizando a Cornelio y a la casa de éste? (Hch 15.10, 11).

El silencio que siguió al testimonio de Pedro acerca de la evangelización de los gentiles, hizo que Pablo y Bernabé pudieran lograr ser escuchados respetuosamente. ¿Qué habrá significado el relato de las «grandes señales y maravillas» (Hch 15.12) realizadas por medio de ellos entre los gentiles en cuanto a la validez de su ministerio?

Santiago, quien se hizo cargo del concilio de Jerusalén a partir de Hechos 15.13, era el hermano de Jesús. Había tenido el honor de ser testigo de una de las apariciones del Señor después de la resurrección (1 Co 15.7), surgiendo luego como el dirigente de la iglesia en Jerusalén (Hch 12.17). Pablo llamó apóstol a Santiago poniéndolo en el mismo nivel que Pedro (Gl 1.18, 19), y se refirió a él como uno de los pilares de la iglesia en cuanto a su papel en aquel concilio (2.9).

¿Qué pasaje de la Escritura utilizó Santiago para apoyar el relato de Simón Pedro acerca de la conversión de los gentiles? (Hch 15.14–18)

¿Qué dice esta profecía del Antiguo Testamento sobre la relación entre los creyentes judíos y los gentiles? (Hch 15.16, 17)

¿Cuál fue la recomendación que hizo Santiago al concilio? (Hch 15.19–21)

¿De qué grupos partió la carta que anunciaba la decisión tomada por el concilio? (Hch 15.23)

¿A quién iba dirigida dicha carta? (Localice las áreas en el mapa de la lección 7.)

¿Cómo se envió la carta? (Hch 15.22, 30)

¿Qué elementos apaciguadores había en el planteamiento del problema por parte del concilio que debieron alentar a los destinatarios gentiles? (Hch 15.24)

¿Cuál fue la decisión por la que el concilio aceptó plena responsabilidad? (Hch 15.25–27)

¿Qué decisión atribuyeron los reunidos a la operación del Espíritu Santo por medio de ellos? (Hch 15.28, 29)

Unidad y armonía. Estar «unánimes» o de acuerdo es un rasgo dominante en el liderazgo del Nuevo Testamento. Siempre que los líderes de la iglesia primitiva se reunían en Jerusalén, se nos dice que estaban unidos y en armonía unos con otros y con Dios (2.46; 4.24; 5.12; 15.25). La unanimidad era espiritual y práctica, no solamente teológica, pues vemos que compartían sus vidas y posesiones.

         Hechos 2.42–47 nos da una descripción del liderazgo en la época del NT: se reunían, estudiaban juntos, compartían sus posesiones materiales (2.45; 4.32–37; 6.1). A menudo se reunían para orar, con lo cual ponían de manifiesto no solamente las buenas relaciones existentes entre ellos, sino también su total confianza en Dios (2.42; 4.31; 12.5; 13.3).

Las tres partes de la decisión del concilio referentes a la comida hicieron posible que los creyentes judíos y gentiles compartiesen las relaciones sociales. ¿Qué importancia tiene la comunión para lograr la unidad entre las partes de una disputa?

¿Cuán importante es el contacto personal y la comunicación escrita cuando se trata de expresar ideas altamente complejas?

Declaración de la Iglesia

La decisión tomada por el concilio de Jerusalén constituyó una fuente de gran gozo en las iglesias gentiles y un estímulo para que Pablo y Bernabé acometieran otra empresa misionera. Pero el hecho de haber resuelto aquel grave problema de la iglesia no impidió que surgieran algunos desacuerdos.

¿Cuál fue el ministerio de Judas y Silas a los gentiles de Antioquía? (Hch 15.30–33)

Consolación (Hch 15.31) es una palabra importante de la Biblia. Cuando se hace referencia al Espíritu Santo como el Paracleto, se le está llamando con el sustantivo griego que se traduce por «Consolador» o «Alentador» (véase 9.31). Cuando apodaron a Bernabé «Hijo de Consolación» (4.36) por la forma en que ayudaba a los miembros necesitados de la iglesia, lo hicieron porque estaba actuando, como el Espíritu Santo, a modo de una presencia vigorizante. La carta del concilio de Jerusalén constituyó asimismo un canal para la consolación y el aliento del Espíritu de Dios.

¿Cómo llegó Silas a ser colaborador de Pablo y Bernabé? (Hch 15.34, 35)

¿Cuál fue el objetivo del segundo viaje misionero? (Hch 15.36)

¿En qué se basó el desacuerdo entre Pablo y Bernabé? (Hch 15.37, 38; véase 13.13)

¿Cuál fue el resultado de dicho desacuerdo? (Hch 15.39–41)

¿Deberían haber apelado Pablo y Bernabé a los apóstoles de Jerusalén como árbitros externos para resolver su problema, o hicieron mejor en separarse? ¿Por qué piensa usted de esa manera?

¿Supuso la separación de Pablo y Bernabé un duro golpe para la reciente unidad de la iglesia inspirada por el Espíritu o fue algo necesario para el crecimiento de la iglesia y el ministerio de ambos apóstoles?

Marque en el mapa de la lección 9 los comienzos de los nuevos viajes de Bernabé y Juan Marcos, así como los de Pablo y Silas (Hch 15.39–16.5). ¿A quién encontró Pablo en Listra y qué se dice de él? (Hch 16.1, 2)

¿Por qué circuncidaría Pablo a alguien por un lado mientras que por otro entregaba la decisión del concilio liberando a los gentiles creyentes de la ley judía? (Hch 16.3, 4)

         Hechos 16.5 resume todo el material desde el comienzo del capítulo 13. ¿Qué cosas habían sucedido que fortalecieron a las iglesias y dieron como resultado un aumento numérico diario?

¿Cuándo piensa usted que los cristianos deberían mantenerse firmes y en qué ocasiones deberían avenirse en desacuerdos no doctrinales?

¿Por qué es importante el seguimiento de los nuevos creyentes y de las iglesias recién establecidas?

¿De qué clase de seguimiento fue objeto usted después de convertirse? ¿Le hubiera venido bien recibir un poco más? En tal caso, ¿qué tipo de seguimiento le hubiera gustado tener?



Continuará…

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