Libro del Antiguo Testamento, profeta de Judá. Se desconoce la época exacta en la cual vivió; pudo haber sido en el período comprendido entre el reinado de Joás, antes del año 850 a.C., y el regreso de la tribu de Judá de su cautiverio en Babilonia.
Desastres
naturales, desde inundaciones hasta violentos terremotos, provocan temor y
espanto. Con todo su ingenio, la gente aún no puede controlar estas poderosas y
destructivas fuerzas. Solamente pueden observar estos fenómenos con pavor. Joel
comienza su libro con la descripción de un desastre natural semejante: una
plaga de voraces langostas. En manos del profeta, lo destructivo de esta plaga
se convirtió en una clara advertencia del poder del juicio venidero de Dios y
una clara apelación a acudir al Señor por misericordia.
Otros
piensan que el libro de Joel se asemeja tanto en tono e idea al libro de
Sofonías que es probable que los dos profetas fuesen contemporáneos. La primera
evidencia de esto es el hecho de que ambos libros hacen resaltar en forma
notable el concepto del inminente «día de
Yahweh» (cf. 2:2 con Sof 1:14-16). Como el libro de Sofonías data de
alrededor del año 627 a.C., un grupo de eruditos asigna una fecha cercana al
año 600 a.C. para el libro de Joel.
Si
asumimos que el libro se escribió a principios del reinado de Joás, podemos
referirnos a 2 R 11:1-12:21 como antecedente para este período de la historia
judía. Joás recibe el trono de Judá cuando era niño. Sobrevivió a los
asesinatos, ordenados por Atalía, de todos los posibles aspirantes al trono
solamente mediante los esfuerzos heroicos de su tía Josaba, quien lo ocultó en
el Templo. Joás fue coronado rey a la edad de siete años por Joiada, el sumo
sacerdote, quien había reclutado a los capitanes de la guardia real para deshacerse
de la malvada Atalía. Joiada aconsejó al joven rey durante los primeros años de
su reinado. Es posible que durante este tiempo la nación de Judá fuese
devastada por un gran enjambre de langostas. Esta catástrofe habría dado la
ocasión al profeta Joel para llamar al pueblo al arrepentimiento en vista del
mayor juicio que venía: el día de Yahweh.
Sin
embargo, no es irracional colocar el ministerio de Joel 2:5 años antes que
Babilonia destruyera Jerusalén en el 586 a.C. Si Joel fue contemporáneo de Sofonías,
su mensaje de un inminente desastre nacional, usando la calamidad natural de
una reciente invasión de langostas, debía ser un poderoso anuncio de los
horribles hechos que pronto vendrían sobre Jerusalén.
La
profecía de Joel tenía dos propósitos. Primero, Joel escribió llamando a la
nación al arrepentimiento (2:12) basándose en su experiencia de la reciente
plaga de langostas. El desastre reciente era solamente un adelanto de un juicio
devastador venidero. Sin embargo, este juicio podía ser evitado con un arrepentimiento
sincero y humilde (2:13, 14). En esto, Joel comparte un mensaje común con otros
profetas. A la luz de un inminente juicio, siempre hay un mensaje de esperanza
para quienes se vuelvan en fe a Dios. Segundo, la profecía se propone confortar
al piadoso con promesas de bendición y salvación futura (2:28-32; 3:18-21). En
caso de que ocurriera el desastre natural, Joel ofreció a los verdaderos
creyentes la esperanza de que no todo hubiera terminado. Dios guardaría su
promesa; el Salvador algún día reinaría.
El
autor del libro es Joel, hijo de Petuel (1:1). Poco se conoce acerca de la vida
del autor y sus circunstancias. Su nombre significa: «el Señor es Dios», sugiriendo que él fue criado en una casa donde
se honraba a Dios. Las referencias a Sion, Judá y Jerusalén (2:15, 23, 32; 3:1)
indican que el profeta vivió y profetizó en Judá y Jerusalén. Sus frecuentes
referencias al trabajo de los sacerdotes en el Templo (1:9, 13, 14; 2:17)
llevan a algunos a concluir que él era un sacerdote. Pero, Joel también
demuestra un interés considerable por la agricultura en todas sus formas. Como
profeta del Señor, pudo haber estado bien informado acerca del Templo de
Jerusalén sin haber sido un sacerdote.
Los
eruditos han dado varias fechas para la escritura del libro de Joel, desde los
primeros tiempos antes del exilio hasta después del 350 a.C. Algunos creen que
las evidencias internas indican que el libro se escribió durante el reinado de
Joás, rey de Judá (835-796 a.C.), y en la época del sumo sacerdote Joiada. Esta
visión se basa en las siguientes consideraciones: (1) La ubicación del libro
entre Oseas y Amós en el canon hebreo sugiere una fecha de escritura antes del
exilio. (2) La alusión a las naciones aledañas como enemigas de Judá, en lugar
de nombrarlas como Asiria, Babilonia o Persia, apuntan a una fecha más temprana
para el libro. (3) El texto no menciona ningún monarca reinando, lo cual puede
sugerir el tiempo en que la responsabilidad por gobernar recaía sobre los
sacerdotes y ancianos, como sucedió a principios del reinado del joven rey Joás
(2 R 11:4-12:21).
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