Libro del Antiguo Testamento en el que se relata un episodio de la vida de Jonás. Es probable que Jonás no haya sido el autor del libro. El concepto principal del libro es que Jehová reina en todas partes y no limita Su amor a una sola nación o pueblo.
El
libro de Jonás se describe como parábola alegoría y sátira. La famosa historia
del «gran pez» (que por error se
pensaba que era una ballena) ha llevado a muchos a descartar el libro como
meramente la historia bíblica de un «pez». Es un error (basado en parte en la
dificultad que tienen algunos lectores para aceptar el carácter milagroso de la
historia) asumir que los sucesos y hechos del libro no son históricos en
naturaleza. Aunque el relato es poco común, la historia se presenta como
normal. Además, Jesús usó la historia de Jonás como una analogía de su inminente
muerte y resurrección (Mt 12:39-41). La analogía de Jesús depende de la
aceptación de dos realidades históricas: (1) la experiencia histórica de Jonás
en el vientre del gran pez, y (2) la experiencia histórica del arrepentimiento
del pueblo de Nínive basado en la predicación de Jonás (Lc 11:29-32). En efecto,
la frase «la señal del profeta Jonás»
debe haber sido una frase reiterativa en la enseñanza de Jesús, porque se
encuentra en más de una ocasión en la narración de Mateo sobre el ministerio del
Cristo (Mt 16:4). Por lo tanto, cualquier perspectiva del libro de Jonás que no
acepte lo que describen los eventos históricos está obligada a explicar las
claras palabras de Jesús.
Por
el tiempo del ministerio de Jonás, Asiria estaba preocupada con las tribus
montañesas de Urartu y no continuó sus campañas hacia el oeste hasta que
Tiglat-Pileser III comenzó a gobernar en el año 745 a.C. Israel se regocijó con
esta preocupación de Asiria y, agresivamente, persiguió un sistema de defensa
para consolidar sus ciudades fortificadas, aumentar su ejército y desarrollar relaciones
internacionales.
El
libro de Jonás desafía al pueblo de Dios a no exaltarse sobre otros. Jehová, el
gran Rey, es libre para bendecir, para ser benevolente y para ser paciente con
todas las naciones de la tierra. Más que eso, Él puede mostrar compasión
incluso con los malvados. En verdad, aun su misericordia se extiende hacia los
animales (4:11).
La
visión que tenía Jonás de Dios era demasiado restrictiva. Él creía que Dios era
el creador de todas las cosas, pero que solamente tenía compasión hacia los
escogidos de Israel. Jonás creyó que, puesto que Dios había escogido a Israel
de entre las naciones malvadas, Él debía mostrar misericordia a Israel, aun si
el pueblo era rebelde. Jonás había fallado al no apreciar que Jehová puede ser
paciente con otras naciones al igual que lo era con Israel.
El
libro de Jonás afirma la libertad, soberanía y poder de Dios. Dios es soberano
porque Él es el Creador de todas las cosas (1:9). Su poder se extiende sobre
toda la creación (la tempestad, el pez, la enredadera, el gusano). Dios es
libre y no puede estar atado por conceptos humanos erróneos.
Los
que se creen justos y buenos en su propia opinión cometen el grave error de
regocijarse solamente en su propia salvación (2:9) y en las respuestas de Dios
a la oración (4:6). Ellos fallan al limitar la gracia y misericordia de Dios a
ellos mismos. Como Jonás, ellos no pueden tener parte en los deleites de Dios
en salvar a los marineros y la ciudad de Nínive, incluyendo niños y aun
animales (4:11). Ellos confiesan que Dios es el Creador y Rey de todo el
cosmos, pero restringen su envolvimiento a juicio, justicia y retribución. De
esta manera, ellos no ven las obras de compasión, rectitud y paciencia de Dios.
La proclamación final de Jehová para Jonás (4:10, 11) resume el mensaje
profético del libro: Dios es libre para conceder su misericordia a quien quiera
y en dondequiera que Él desee. Su preocupación y misericordia se extienden a
toda su creación.
La
historia de Jonás contiene una fuerte advertencia para todas las personas
piadosas. Los elegidos pueden perder la bendición de ver la gracia de Dios
extenderse más allá de sus propias esferas debido a que le imponen límites a
Dios. Mientras Jonás oraba ansiosamente por su salvación personal, los
marineros ya habían estado experimentando el amor de Dios por tres días. Del
mismo modo, el pueblo de Nínive que se arrepintió de sus pecados se regocijó en
que el inminente juicio no había llegado. Jonás, sin embargo, fue miserable. Al
reírnos de él, puede ser que necesitemos retroceder. El tonto pecado de Jonás
finalmente no es motivo para reír. Estamos condenados junto con él si
participamos en su insensatez provincial.
Como
ya notamos, la forma literaria del libro de Jonás difiere de otros libros
proféticos.
No
tiene profecías. En cambio, el libro es ampliamente narrativo. El capítulo 2 es
una canción de liberación, una oración hermosa, vibrante y lírica como muchas
en el libro de Salmos.
Es
mejor entender el libro como una parábola profética. Los eventos en el libro
son históricos, pero su lugar entre los profetas nos lleva a interpretarlo como
un escrito profético. Como libro profético, es único porque el mensaje del
libro se centra en la interacción negativas entre Jehová y su profeta. Como
parábola, el libro llama la atención a la gracia de Dios y la insensatez de
Jonás. La insensatez del profeta alienta a los lectores piadosos a evitar el
ejemplo negativo de Jonás y a ser un mensajero de la misericordia y juicio de
Dios a las naciones.
El
libro no especifica quién lo escribió. Pero la tradición de que Jonás lo
escribió como un informe de su necio comportamiento y su declaración final de
aceptar la voluntad divina es una posibilidad.
El
profeta Jonás vivió en el siglo VIII a.C., pero sabemos poco de él aparte de
este libro. Se le menciona solamente en otro pasaje del AT aparte del libro que
lleva su nombre. Segundo de Reyes 14:25 anuncia el cumplimiento de una profecía
del Dios viviente que vino a través de «Jonás hijo de Amitai, profeta que fue
de Gat-hefer». Este pasaje ubica el ministerio de Jonás en el reino del noreste
de Israel durante el reinado del Rey Jeroboam II (792-753 a.C.). El texto
sugiere que, a través del ministerio de Jonás, Jehová alentó a Israel y dio a
la nación un período de prosperidad bajo Jeroboam. Sin embargo, sabemos también
que durante este período de expansión política, geográfica y económica Israel
olvidó sus problemas pasados, no se volvió a Jehová y no se preocupó por el
aumento del poder de Asiria. Claramente, el pasaje histórico presenta a Jonás
en una manera positiva. El libro de Jonás, sin embargo, presenta al profeta
negativamente realzando su desobediencia a Jehová, guiando al lector a rechazar
las actitudes y acciones de Jonás.
El
profeta Jonás provenía de Gat-hefer, un pueblo en el territorio de Zabulón (Jos
19:10, 13; 2 R 14:25), a muchas millas al noreste de Nazaret. Nada se sabe de
su padre Amitai. El nombre de Jonás significa «paloma». Asociamos a la paloma
con paz y pureza; sin embargo, este sentido positivo no es la única posible
asociación. Una «paloma» podría ser también un símbolo de insensatez (Os 7:11),
una descripción que tristemente se aplica a este tragicómico profeta.
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