lunes, 28 de septiembre de 2020

(INTRODUCCIÓN CONCISA) MIQUEAS.

El único libro del Antiguo Testamento que designa a Belén como el lugar del esperado nacimiento del Mesías. En este libro, el Señor aconsejó a Su pueblo y le recordó la bondad que le había mostrado en el pasado; les pide que sean justos, misericordiosos y humildes.

Uno de los llamados “Profetas Menores”. Era judío, originario de Moreset, Gat (1:14), al Oeste de Hebrón a unos 45 km al suroeste de Jerusalén. No debe confundirse con “Micaías hijo de Imla” que vivió en el reinado de Acab (1 R 22:8). No sabemos las circunstancias en que recibió su llamamiento. Efectuó su tarea profética en una época particularmente dramática por causa de las invasiones de Asiria. Actuó bajo los reinados de Jotam, Acaz y Ezequías (1:1), o sea durante los períodos (740-686 a.C.) antes y después de la toma de Samaria por los asirios (721).

Fue contemporáneo de Amós, Oseas e Isaías, aunque nada sabemos de sus posibles relaciones. Su vigorosa personalidad (3:8) se asemeja a la de Amós. Como otros profetas, condenó la injusticia social en Samaria y en Jerusalén. Estos abusos indignaba intensamente al profeta por cuanto él mismo descendía de una humilde familia campesina. Sus sermones fueron dirigidos principalmente contra Jerusalén, por lo que probablemente predicó poco tiempo contra Samaria.

En cuanto al contenido del libro, se distinguen cuatro partes bien definidas, en las cuales se entrelazan amenazas de juicio contra Judá e Israel, por un lado, y esperanzas de restauración mesiánica por otro.

1.   El proceso de Israel, 1-3.

2.   Promesas de Sion, 4 y 5.

3.   Reproches y amenazas contra Israel, 6:1; 7:7.

4.   Promesas de Sion, 7:8-20.

Este ordenamiento de contenido del libro ha hecho pensar que responde a un esquema literario; o sea que en el libro se da unidad a algunos discursos pronunciados en épocas y circunstancias diversas. En cierto modo el libro consta de dos esquemas idénticos y continuados. El primero se refiere a Judá e Israel y el segundo a Israel y Samaria. Por otra parte, el libro se destaca por su estilo vehemente, sus juegos de palabras, su lenguaje concreto y directo, y su vivacidad dramática.

Miqueas es sobre todo un profeta de juicio. Dios aparece como el juez universal. Por lo demás, sólo se acentúan aquellos atributos que constituyen el complemento de su predicación profética: la grandeza de Dios, su santidad, su ira y su gran misericordia. Miqueas como los otros profetas, abunda en grandes enseñanzas morales. Sólo concede valor a la religión en cuanto ella es capaz de producir la justicia en el individuo y en la sociedad. En 6:8 resume admirablemente todo el contenido de la predicación de sus predecesores o contemporáneos: “practica la justicia [Amós] amar la misericordia [Oseas] y caminar humildemente con Dios [Isaías]”.

Sobre todo el libro ha tenido especial interés por su profecía sobre el origen del Mesías, una de las más concretas del Antiguo Testamento, y con la cual el libro culmina sus ideas escatológicas: “Más tú, Belén Efrata, aunque menor entre las familias de Judá, de ti ha de salir aquel que ha de dominar en Israel” (5:1-5). En el Nuevo Testamento los evangelistas reconocen en Belén Efrata la designación del lugar de nacimiento del Mesías. La profecía se cumple en Jesús, nacido en Belén de Judea en tiempos del rey Herodes (Mt 2:1-6; Jn 7:42).

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