El único libro del Antiguo Testamento que designa a Belén como el lugar del esperado nacimiento del Mesías. En este libro, el Señor aconsejó a Su pueblo y le recordó la bondad que le había mostrado en el pasado; les pide que sean justos, misericordiosos y humildes.
Uno
de los llamados “Profetas Menores”. Era
judío, originario de Moreset, Gat (1:14), al Oeste de Hebrón a unos 45 km al
suroeste de Jerusalén. No debe confundirse con “Micaías hijo de Imla” que vivió
en el reinado de Acab (1 R 22:8). No sabemos las circunstancias en que recibió
su llamamiento. Efectuó su tarea profética en una época particularmente dramática
por causa de las invasiones de Asiria. Actuó bajo los reinados de Jotam, Acaz y
Ezequías (1:1), o sea durante los períodos (740-686 a.C.) antes y después de la
toma de Samaria por los asirios (721).
Fue
contemporáneo de Amós, Oseas e Isaías, aunque nada sabemos de sus posibles
relaciones. Su vigorosa personalidad (3:8) se asemeja a la de Amós. Como otros
profetas, condenó la injusticia social en Samaria y en Jerusalén. Estos abusos
indignaba intensamente al profeta por cuanto él mismo descendía de una humilde
familia campesina. Sus sermones fueron dirigidos principalmente contra
Jerusalén, por lo que probablemente predicó poco tiempo contra Samaria.
En
cuanto al contenido del libro, se distinguen cuatro partes bien definidas, en
las cuales se entrelazan amenazas de juicio contra Judá e Israel, por un lado,
y esperanzas de restauración mesiánica por otro.
1.
El
proceso de Israel, 1-3.
2.
Promesas
de Sion, 4 y 5.
3.
Reproches
y amenazas contra Israel, 6:1; 7:7.
4.
Promesas
de Sion, 7:8-20.
Este
ordenamiento de contenido del libro ha hecho pensar que responde a un esquema
literario; o sea que en el libro se da unidad a algunos discursos pronunciados
en épocas y circunstancias diversas. En cierto modo el libro consta de dos
esquemas idénticos y continuados. El primero se refiere a Judá e Israel y el
segundo a Israel y Samaria. Por otra parte, el libro se destaca por su estilo
vehemente, sus juegos de palabras, su lenguaje concreto y directo, y su
vivacidad dramática.
Miqueas
es sobre todo un profeta de juicio. Dios aparece como el juez universal. Por lo
demás, sólo se acentúan aquellos atributos que constituyen el complemento de su
predicación profética: la grandeza de Dios, su santidad, su ira y su gran
misericordia. Miqueas como los otros profetas, abunda en grandes enseñanzas
morales. Sólo concede valor a la religión en cuanto ella es capaz de producir
la justicia en el individuo y en la sociedad. En 6:8 resume admirablemente todo
el contenido de la predicación de sus predecesores o contemporáneos: “practica la justicia [Amós] amar la
misericordia [Oseas] y caminar humildemente con Dios [Isaías]”.
Sobre
todo el libro ha tenido especial interés por su profecía sobre el origen del
Mesías, una de las más concretas del Antiguo Testamento, y con la cual el libro
culmina sus ideas escatológicas: “Más tú,
Belén Efrata, aunque menor entre las familias de Judá, de ti ha de salir aquel que
ha de dominar en Israel” (5:1-5). En el Nuevo Testamento los evangelistas
reconocen en Belén Efrata la designación del lugar de nacimiento del Mesías. La
profecía se cumple en Jesús, nacido en Belén de Judea en tiempos del rey
Herodes (Mt 2:1-6; Jn 7:42).
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