Cuando era niño, lo que menos me gustaba al ir a
visitar a mis abuelos era que mi hermano y yo dormíamos en el sótano. Aunque
era grande, con piso, y hacía mucho tiempo que lo habían acondicionado para
usarlo como una parte más de la casa, aun así daba la sensación de ser un mundo
infinitamente separado de las habitaciones del piso superior donde se alojaba
el resto de la familia. Como era el menor de los varones, siempre me tocaba
acostarme antes que los demás, recuerdo que una noche en particular sentí mucho
miedo.
Mi abuela había bajado a arroparme bien, sabía que
pronto volvería a subir y que me dejaría solo para que me durmiera. Temía estar
solo. Aunque nadie lo sabía, ni yo lo decía, me sentía aislado en este remoto
rincón del mundo, donde la oscuridad y los ruidos de una casa antigua
constituían mi única compañía hasta que conciliara el sueño. Ni siquiera la
lamparilla que quedaba encendida era suficiente para hacerme sentir seguro.
Así fue hasta aquella noche especial, en la que mi
abuela me relató un testimonio acerca de la forma en que se envían los ángeles
de Dios para protegernos. Me contó de una ocasión en que a un miembro de nuestra
familia le habían sido abiertos los ojos espirituales para que pudiera ver a un
ángel vigilando su hogar. Conocía la promesa del Salmo 91.9–12, pero me conmovió mucho ese testimonio. Todavía
recuerdo el relato y cómo sirvió para apaciguar mis temores durante muchas
noches siguientes. A pesar de estar solo, me sentía seguro hasta que me dormía,
porque sabía que los ángeles de Dios en realidad estaban allí, como dice la
promesa, para protegerme.
A través de los años he escuchado muchos relatos de
creyentes que han visto o percibido la presencia de ángeles brindándoles
auxilio, aliento y protegiéndolos en tiempos difíciles, como así también en la
vida cotidiana normal. Estas narraciones parecen despertar interés entre los
cristianos en la actualidad porque a muchos les recuerdan que los ángeles son
tan reales y están tan activos ahora como en los tiempos antiguos. Con
frecuencia nos impactan más los relatos de acontecimientos personales y
actuales que los de aquellos sucesos que han ocurrido largo tiempo atrás y de
los que no tenemos experiencia personal alguna.
Al iniciar este estudio sobre los ángeles, tenga
presente que las cosas que va a leer en la Biblia son tan ciertas hoy como lo
eran entonces. Los ángeles están presentes y, sin lugar a dudas, ministran hoy
en día tal como lo han venido haciendo desde que Dios los creó.
En el Salmo 103.20–21 se hace referencia a cinco ministerios de los
ángeles, que se enumeran a continuación. Al leer los siguientes versículos,
anote cualquier otra descripción de la actividad angelical que se mencione
allí, tales como los métodos de que se valen, su aspecto, los nombres generales
y específicos que se usan con referencia a los ángeles, etc.
«Bendecid a Jehová»
Nehemías 9.6
Hebreos 1.6
«Elecutáis su nalabra»
Mateo 13.41–42
Mateo 26.52–54
«Obedeciendo a la voz de su precepto [el de Dios»
Daniel 9.21–23; 10.5–14
Lucas 1.26–38
«Ministros suyos»
1 Reyes 19.5–8
Hebreos 1.13–14
«Hacéis su voluntad»
Lucas 16.22
Hechos 12.5–11
Antes de seguir adelante con este estudio, deténgase y
responda las siguientes preguntas que le ayudarán a definir lo que cree sobre
los ángeles. Ore y pídale a Dios que le ayude a ver toda la verdad acerca de
estos seres que Él creó, y acerca de cómo pueden impactar su vida.
¿Qué relatos o testimonios recuerda haber oído acerca
de los ángeles? ¿Eran historias reales o de ficción, sencillas o complicadas,
emocionantes o aburridas? Describalas en pocas palabras.
¿Cómo cree que esos relatos influyeron en el desarrollo
de sus propios conceptos acerca de los ángeles y de lo que realizan?
¿Cómo podría afectar su vida una comprensión biblica
acerca de los ángeles?
¿Ha obtenido nociones nuevas acerca del mundo de los
ángeles en lo que va de este estudio? ¿Se ha modificado de alguna manera su
punto de vista? ¿Qué aplicaciones prácticas encuentra en este tema en lo que se
refiere a la guerra espiritual?
El ministerio de los ángeles
A lo largo de la Biblia se afirma claramente que los
que pertenecen al pueblo de Dios están llamados a un servicio mutuo. Cada uno
de nosotros ha sido llamado a servir a la familia de Dios como expresión de
nuestro servicio al Señor. Al igual que los padres se ocupan de atender las
necesidades de los recién nacidos, dándoles la alimentación y el cuidado
necesarios sin dejarse dominar por ellos, no se espera que estemos sometidos,
como siervos en el cuerpo de Cristo, al dominio de aquellos a los que servimos.
Más bien decidimos servirnos unos a otros como una manera de ministrar a
nuestro Señor.
De la misma forma, los ángeles están al servicio
directo de nuestro Padre celestial. No harán nada que no haya sido dispuesto
por El. Sin embargo, en su servicio a Dios, ayudan a Su pueblo en Su nombre, y,
al hacerlo, es importante recordar que aunque nos sirven, no están sujetos a
nuestro control.
Algunos creyentes no han entendido esto, porque han
escuchado a otro creyente «ordenar» a un ángel que actúe. Aunque quizás parezca
que el cristiano «da órdenes a un ángel», la Biblia nos enseña que sólo actuará
bajo las órdenes directas de Dios. Por lo tanto, podemos estar seguros de que,
en aquellos casos en que los vemos actuar en respuesta a las oraciones humanas,
esas plegarias no expresaban la voluntad de un ser humano, sino que en realidad
eran un reflejo de la Palabra de Dios para esta circunstancia concreta. Dios
usa a los suyos para dar a conocer su Palabra y, por consiguiente, cuando
hablamos de acuerdo a su voluntad, los ángeles que están a su servicio
actuarán. En ese sentido entendemos que no controlamos a los ángeles, sino que
nos han invitado a asociarnos al Señor en la oración y la guerra espiritual,
haciendo que se cumpla su voluntad, que su Reino ensanche su dominio «como en
el cielo, así también en la tierra».
Sin olvidar estos conceptos, use los siguientes
versículos para hacer una lista y definir algunos de los ministerios que los
ángeles nos brindan como pueblo de Dios. Como Señor de los ejércitos, instruye
a Sus ángeles para que intervengan a nuestro favor en los conflictos. Observe
de qué manera participan.
Salmo 34.7; Lucas 4.10–11
Lucas 16.22
Lucas 22.43
Hechos 8.26
Gálatas 1.8
Hebreos 1.14
Muy pocas cosas llegan a formar parte vital de nuestra
vida a menos que podamos definirlas con nuestras propias palabras y en base a
nuestra experiencia. Dedique un momento para repasar lo estudiado en la sección
anterior y reflexione acerca de cómo influyen en su persona. Use las preguntas
de esta sección como ayuda para poner en práctica las verdades que ha
aprendido.
¿Qué aspecto del auxilio que prestan los ángeles a los
creyentes le parece más pertinente a su vida? ¿De qué manera espera
beneficiarse por este servicio?
¿Qué significa para usted que Dios asigne ángeles para
que le sirvan? Describa lo que este hecho le demuestra acerca del amor de Dios
hacia usted.
Escriba con sus propias palabras una nota de
agradecimiento a Dios por su cuidado. Exprésele sus sentimientos respecto a los
seres angelicales que ha designado para que le sirvan. Agradézcale también por
lo que anticipa en el futuro gracias a la provisión que ha hecho por usted.
Los ángeles y la guerra espiritual
Cualquier estudio acerca de la obra de los ángeles
sería incompleto si no se considera el ámbito espiritual y el impacto que
producen los ángeles en la guerra espiritual. Las Escrituras dicen claramente
que ellos ocupan posiciones de poder espiritual que afectan el curso de las
naciones y de los pueblos.
En esta sección vamos a concentrarnos en el impacto
que producen sus acciones en la guerra espiritual del mundo invisible. Las
preguntas le ayudarán a descubrir la acción de las huestes celestiales en la batalla
y la manera en que ello se relaciona con lo que usted hace.
Apocalipsis 12.7–11: ¿Quiénes son los principales combatientes en la
guerra iniciada para arrojar a Satanás del cielo?
Describa el resultado de este combate.
¿Cuáles son los medios utilizados para expulsar a
Satanás del cielo?
Haga una lista de los nombres que se usan en este
pasaje para referirse a Satanás.
¿Qué ha sido sellado en su beneficio como resultado de
esta victoria?
¿Por medio de qué vencen los santos?
Daniel 10.1–4, 12–13: ¿Qué lugar ocupaba Daniel en la guerra que se
describe en este pasaje?
¿Cómo cumplió Daniel su responsabilidad?
¿Cuándo fue enviado el ángel a Daniel? ¿Qué lo detuvo?
¿Qué le permitió a este ángel tener la libertad de
seguir adelante con su misión a favor de Daniel?
¿Qué otros seres espirituales se mencionan aquí y cómo
se les describe?
¿Qué posición de autoridad se atribuye a los seres
angelicales en este pasaje? Relacione esto con la jerarquía de los seres
espirituales que se menciona en Efesios 6.12.
Ahora que ha visto lo que dicen las Escrituras acerca
de la obra y el ministerio de los ángeles, reflexione en las verdades que ha
descubierto. Con las preguntas siguientes, medite en lo que la lección ha
revelado y en cómo poner en práctica estas verdades en su vida cotidiana.
¿De qué forma influye en su propia manera de encarar
la lucha espiritual lo que ahora sabe acerca de la intervención de los ángeles
en esa guerra?
A medida que discernimos más acerca de los propósitos
y la obra del Señor en nuestra vida, nos percatamos que Dios obró en
situaciones pasadas de tal forma que en ese momento no lo veíamos. ¿De qué
maneras ha visto que las cosas aprendidas aquí ya están obrando en su propia
vida?
¿Qué cosas espera que sucedan en su vida como resultado
de las nuevas ideas que ha recibido por medio de este estudio?
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