domingo, 24 de noviembre de 2019

CONOZCAMOS LA BIBLIA “EL DILUVIO”



HISTORIA BÍBLICA

         Una vez que el pecado entró en la humanidad, la maldad se multiplicó a medida que los hombres se multiplicaron. Con dolor Dios decidió aniquilar al hombre, pero no sin antes señalar un plan de salvación. Noé, quien fue la excepción en medio de la generación corrupta, llegó a ser el personaje redentor de este juicio (Gn 6:1-8; Lc 17:27).


         Dios dio a Noé instrucciones para construir una enorme embarcación (133 metros de largo 23 de ancho y 14 de alto aproximadamente) y para acabarla éste necesito 100 años.

A la vez que este trabajó como constructor, Noé predicaba un mensaje de arrepentimiento (1P 3:20), que desafortunadamente nadie creyó en aquella ocasión.

Concluido su trabajo, y según la orden divina, Noé metió en el arca ejemplares de todo animal de la Tierra: siete parejas de cada uno de los animales limpios y uno de los inmundos. Entraron también Noé, su esposa, sus tres hijos y las esposas de éstos, y luego “fueron rotas todas las fuentes del gran abismo, y las cataratas de los cielos fueron abiertas” (Gn 7:11).

Al cabo de ciento cincuenta días la lluvia cesó (Gn 8:2) y Dios se acordó de Noé. El patriarca había sido salvo por gracia, y en muestra de gratitud ofreció a Dios un sacrificio sobre un altar (Gn 8:20). Dios prometió, entonces, que nunca más destruiría la Tierra con agua, y como señal de esta promesa puso un arco en el cielo (Gn 8:20-22; 9:12-17).

Aunque la historia bíblica no es un relato netamente científico según nuestro moderno entendimiento, de sus detalles algunos creen entender que el diluvio fue algo más que una magra inundación. Las edades de los hombres cambiaron una vez pasado el diluvio, posiblemente por un cambio en la órbita del mundo; Gn 7:11 parece implicar un fenómeno cósmico, y la afirmación de que “las aguas crecieron” y luego permanecieron sobre la Tierra (Gn 7:24; 8:11) para recordar al mundo primitivo completamente liquido (Gn 1:1,9).

II LA ARQUEOLOGÍA Y EL DILUVIO.
        
         Wooley descubrió en Ur un depósito de arena de tres metros de profundidad en el nivel que corresponde a 4000 a.C., y se han encontrado depósitos semejantes en Kris, Fara y Ninive, pero debido a que las edades de estos hallazgos no concuerdan entre si no pueden considerarse como pruebas del diluvio de Noé.

En Mesopotamia se han encontrado versiones del diluvio tales como las epopeyas del Gilgamès, Atrahasis y Ziusudra, pero las diferencias entre estas y la historia bíblica son mayores que las semejanzas. El diluvio mismo, por ejemplo, es resultado del capricho de los dioses, los cuales son numerosos “como las moscas”. De esta manera, en vez de pensar que el autor bíblico copió de la tradición mesopotámica, sería mejor postular un origen común que se refleje más correctamente en la Biblia.
        
III LA ANTROPOLOGÍA Y EL DILUVIO.

         Además de las historias antiguas de los sumerios y los babilónicos, existen en muchas partes del mundo leyendas acerca de un diluvio: trece en Asia, cuatro en Europa, nueve en Australia y Polinesia y treinta y siete en las Américas. Las cuentan entre los esquimales, en Tierra del Fuego, en el Perú, Brasil y América Central; en Grecia, India, Tibet y China. Se cree que debido a las proporciones de estas catástrofes no se ha podido borrar de la memoria de la humanidad y que a medida que la humanidad ha aumentado, esta historia se ha difundido.

IV DIFICULTADES EN EL RELATO DEL DILUVIO.

         No es de extrañar que haya dificultades textuales. Cuando se compara la historia bíblica con la babilónica. O con las otras, no se puede menos que admirar el alto tono moral y espiritual de aquella y la claridad de los detalles del relato acerca de Noé.

         Muchos conjeturan un texto compuesto de dos tradiciones, pues hay muchas repeticiones y algunas discrepancias. Sin embargo, esta explicación confronta muchas dificultades (Pentateuco). La aparente discrepancia en los datos cronológicos del diluvio desaparecen si entendemos que el final del capítulo 7 de Génesis resume los resultados de los cuarenta días de lluvia mencionando los ciento cincuenta días, y el capítulo 8 empieza inmediatamente después de los cuarenta días, mencionando de nuevo los ciento cincuenta días. Así, el año (mes de 30 días) y diez días se dividen como sigue.

Días
Llueve por 40 días (7:12)
40
Aguas crecen y prevalecen (24)
110
Bajan hasta encallar el arca (8:5)
74
Noé espera 40 días, suelta un cuervo (6)
40
Espera una semana, suelta la una paloma (10)
7
Suelta la paloma por segunda vez (10)
7
Esta vez la paloma no vuelve (12)
7
Noé quita la cubierta del arca (13)
29
Desembarcan (14)
57
Total de días en el arca
371

 
 Diferentes opiniones se contraponen en cuanto al alcance del diluvio y muchos factores científicos hacen difícil pensar en el diluvio universal. La superficie de la Tierra no aguantaría tanta agua, hay falta de evidencias geológicas, muchos fósiles humanos antiguos se han hallado muy esparcidos, y algunas especies de animales solo se han encontrado en áreas remotas como Australia. Además, el lenguaje bíblico bien puede interpretarse en sentido relativo indicando un diluvio local o limitado.

Por lo tanto, algunos creen que la existencia de mastodontes congelados en los hielos de Siberia y Alaska comprueba que hubo una inundación repentina con un trastorno catastrófico del clima. Ven la posibilidad de un diluvio universal en la edad postglacial cuaternaria o aun en las edades glaciales. Además, las universales tradiciones del diluvio tenían en común la destrucción total de la humanidad y el reinicio de la cultura. Esta idea se puede asociar con un diluvio local si la humanidad no se había extendido, o si la edad de hielo reconcentró a la población en un área. Sin embargo, no existen suficientes datos para asumir una actitud dogmática sobre el alcance geográfico del diluvio.

V CONCLUCION.

         Las lecciones espirituales no dependen de pruebas científicas. La historia del diluvio sirve como prototipo del juicio final del mundo y la aparición de un nuevo mundo (2P 3:5-7). Lo ineludible y repentino del juicio, lo duradero de la fe, la solidaridad familiar, la obediencia, la paciencia de Dios y la acción de gracia se ven gráficamente ilustradas en la historia del diluvio.

La única mención del termino diluvio del A.T., aparte de Gn 6:11 se encuentra en Sal 29:10 (comparece Is 54:9). Sin embargo, las referencias del diluvio son numerosas en el N.T. Mt 24:37; Lc 17:26; Heb 11:7; 1P 3:20; 2P 2;5.        

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