jueves, 28 de noviembre de 2019

La Gran Aflicción ¿Estaremos allí?



Apocalipsis 3:10

Puesto que has guardado la palabra de mi perseverancia, yo también te guardaré durante el tiempo de la prueba que esta preparada para ir sobre todo lo habitado para probar a los que moran sobre la Tierra.
Este versículo casi no tiene variantes entre las diferentes versiones y el sentido es esencialmente el mismo: hay quienes serán protegidos por su perseverancia en la palabra del Señor y quiénes no. La diferencia que se encuentra en estas versiones y la del texto Peshitta es la que se refiere a la preposición que en arameo es min, la cual es, no obstante lo anterior, muy importante, porque es precisamente esta partícula gramatical la que determina el sentido de aquellos a quienes está dirigido el versículo. Algunas versiones del griego traducen “yo te protegeré de la hora de la prueba”, indicando así que no habrá de pasar por la prueba; pero otras traducen “yo te protegeré a la hora de la prueba”, o también “en la hora”, dicen otras, dando a entender de esta manera que pasaran por la hora de la prueba pero bajo una protección especial del Señor. Esta partícula min se puede traducir de cuando se refiere a objeto, razón o motivo, pero tratándose de tiempo como es el caso, la traducción debe ser en o durante, tal como aparece en la obra mencionada. Como se podrá ver a partir de la información que antecede, la traducción correcta de esta preposición, tanto en griego como en arameo, indica claramente que aquellos a quienes se dirige el texto serán protegidos pero inmersos en la prueba, no quedando fuera de ella. La traducción de esto es que el Señor sellará a los suyos que hayan guardado su Palabra para que pasen inmunes durante La Gran Aflicción, en tanto que los que no guardaron su Palabra, siendo cristianos, entraran a La Gran Aflicción en su cuerpo natural con la posibilidad de ser finalmente salvos por la sangre del Cordero, como lo dice.


 Apocalipsis 7:14.  

Yo le contesté: Señor mío, tú lo sabes. luego él me dijo: Éstos son los que salieron de la Gran Aflicción, que lavaron sus sus vestiduras y las emblanquecieron en la sangre del Cordero.  

  

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