I SU USO.
Las parábolas es un método llamativo de enseñanza
indirecta que provoca el pensamiento; es de fácil asimilación y las implicaciones
hechas por el oyente resultan inolvidables. La discusión de Jesús y los discípulos
en (Mt 13:10), revela el propósito del método. El fin de Jesús no es esconder
sino revelar (Mt4:33), pero los misterios solo puedes percibirse cuando la
mente está abierta a Dios (Mt 11:25) David comprendió su falta cuando Natán le
contó un mashal (2S 12:1-3). Siempre en
la parábola hay un elemento sorpresivo y novedoso que llama a la reflexión e
inspira la decisión. Muchas parábolas se proponen entablar la discusión.
II SU INTERPRETACIÓN.
A partir de Crisótomo, se acepta que cada parábola, tiene una verdad central y un propósito definido.
Nuestra tarea es discernir esa verdad y ese propósito, y no tratar de encontrar
un significado especial para cada circunstancia, detalle o incidente parabólico.
Generalmente la verdad central se hace evidente en la aplicación final de la parábola
(Lc 12:35-48) en la motivación (Lc 13:1-19, 20, 21). O en ambas (Mt 18:10-14,
21, 35) aunque reconocemos que muchas parábolas se han desprendido de su
contexto originario y se hayan insertados en contextos escogidos por los
evangelistas (EVANGELIOS).
Las siguientes observaciones nos ayudarán a lograr una
interpretación correcta:
1. La analogía (comparación) debe ser real,
sugerida por el contexto, y no arbitraria.
2. Las parábolas deben verse como un todo y la
interpretación de una no debe entorpecer la enseñanza dada por otros.
3. La enseñanza directa del Cristo presento
la norma a la cual toda interpretación nuestra debe aceptarse
.
La parábola no
debe convertirse en la base principal de una doctrina ya fundamentada de otra
manera.
4. A pesar de no ser de una alegoría, la parábola
a veces exhibe cierta alegorización de detalles secundarios. (Mr 12:1-11).
III SU MENSAJE.
Como parte integral de la proclamación de Jesús, las parábolas
enfocan en general el reino de Dios, con cierto énfasis en el aspecto
escatológico (Mr 1:15). Hay por lo menos en el desarrollo de este tema:
1. La
inminencia del reino provocando una crisis en la vida del pueblo de Dios: el
destino eterno de los hombres está por decidirse, y Jesús conocedor de lo
ineludible del inminente juicio, previene sobre el momento crucial que vive su nación
(Lc 12:16-20; 12:57-59; 14:16-24; 16:1-8; 16:31) etc.
2. Sin
minimizar la suerte de los que reúsan ser participantes del reino, Jesús
subraya el gozo escatológico que la venida del reino trae para los tristes y
oprimidos (Lc 15:1-32) claramente explica que la misericordia de Dios en favor
de los hombres no descansa en las buenas acciones de estos (Lc 17:7-10), sino
en la naturaleza divina (Mt 20:1-16).
3. La
inminencia del reino demanda que los hombres se arrepientan para entrar en Él (Lc
15:17; 18:9-14) y manifiesten fe (Mt 7:9-11) amor y obediencia (Mt 21:28-30; Lc
19:12-27). La sinceridad de estas
actitudes se expresa en actos concretos (Mt 7:15-20) que muestran una devoción
indivisible (Mt 6:24) y una correcta disposición con el prójimo (Mt 5:38-48;
18:23-35; Lc 10:30-37).
Las
parábolas no solo muestran su extraordinaria creatividad en la enseñanza, sino
que constituyen un permanente desafío de los deberes éticos y cristianos para
los hombres de todo el tiempo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario