domingo, 18 de noviembre de 2018

010- Sacrificios transformados



Romanos (12.1–21)

• Procure ser el número uno.

• La vida es corta, por eso aproveche todo el placer que pueda.

• Lo puede tener todo en el aquí y el ahora.

• No se deje pisotear por nadie.

• Si alguien lo tumba, levántese y péguele más fuerte.

• Lo principal es ganar.

• La gente sólo recuerda a los que llegan primero, de modo que no se conforme con el segundo.


Podría continuar la lista, pero creo que usted comprenderá. Se ve a diario, en televisión, en el cine, en los eventos deportivos, en los diarios, en innumerables libros, lo escuchamos de los amigos, de la familia. Alcanzar lo que quiere, cuando lo quiere, tantas veces como lo quiera y de la manera que lo quiera es el mensaje que nos llega de la sociedad. Es lo que se supone que debemos procurar hacer, el modelo a seguir. Se presenta como la clave para vivir feliz para siempre. ¿Pero es verdad? ¿Puede en realidad proporcionarnos lo que nos promete?

La Biblia dice que no. El servicio centrado en el yo jamás podrá proporcionar felicidad duradera. Por supuesto, nos puede hacer sentir bien durante un lapso breve. Es más, podemos incluso sentirnos como si mereciéramos que nuestras necesidades y exigencias fueran atendidas antes que las de otros. Pero si vivimos con la máxima de ser el centro de todo, perderemos el gozo genuino y duradero. Perderemos de vista la vida cristiana y todas las bendiciones que la acompañan, porque la vida que hemos de vivir por medio de Cristo comienza con el servido a los demás, que no es más que otra forma de definir el autosacrificio.

Pero no interprete mal lo que digo. Este no es el tipo de sacrificio en el que uno se flagela hasta que otros se sientan mejor o logren lo que desean. No. Esto es vida sacrificial transformada. Cambia nuestro carácter, nuestra mente, nuestro corazón, hasta que el impulso fundamental de nuestra vida consista en ayudar a otros, servirlos de toda forma posible, para que ellos a su vez no sólo vean, sino deseen, y hasta comiencen a vivir y disfrutar la vida en Cristo, centrada en otros.

«¿Cómo puede lograrse esto? Se ve demasiado retrógrado, muy contrario a la manera en que nuestra sociedad desea que vivamos». Esta es precisamente la cuestión. La perspectiva de Dios está centrada de manera correcta, mientras que la nuestra está invertida. Pensamos que nuestro punto de vista es normal, pero no lo es. Nuestra perspectiva está distorsionada y confundida; es irracional. La de Dios es perfecta, clara y eminentemente racional. De modo que si es preciso, estudie esta lección parado sobre su cabeza, es decir, intelectual y prácticamente. Pablo está a punto de reorientar nuestra manera de pensar para que se parezca a la de Dios.

La clave de la vida cristiana

Los primeros once capítulos de Romanos, aunque jalonados con aplicaciones para la vida, son doctrinales en su mayor parte. Pablo sienta la base teológica y el alcance del evangelio, a la vez que lo defiende frente a malos entendidos y objeciones. Pero una vez que llega al capítulo 12, su enfoque cambia dramáticamente. «Así que, hermanos, os ruego», son palabras que miran atrás y edifican sobre todo el fundamento que Pablo ha venido colocando. «Con todo eso en mente», parece decir Pablo, «os ruego, hermanos en la fe, que…» ¿Comó? ¿Qué es lo que quiere que hagamos a la luz del mensaje del evangelio? Comienza, pero a la vez está sintetizado en los primeros tres versículos del capítulo 12. Trate de reformular dichos versículos con sus propias palabras.

versículo 1

versículo 2

versículo 3

Analicemos estos versículos con mas detenimiento. Contienen cuatro mandatos, y cada uno de ellos está conectado a cada uno de los demás, formando un lazo que vincula al resto de los consejos prácticos que siguen en Romanos. Estas cuatro directivas constituyen la clave para la vida cristiana. Liberan el poder práctico del evangelio en las vidas de los que han sido salvados por nuestro Señor Jesucristo, en los cuales mora el Espíritu Santo.

¿Qué frase usa Pablo para resumir la actividad de Dios por la cual nos da el evangelio de Cristo Jesús y lo hace fructificar en nosotros? (v. 1)

El primer mandato de Pablo comprende algo que debemos hacer con nuestros cuerpos. Pero la palabra que usa para cuerpo no sólo significa el cuerpo físico. La palabra cuerpos es una metáfora que representa todo lo que somos, ya sea físico, espiritual, emocional o mental. Por lo tanto, ¿qué significa presentar nuestros cuerpos a Dios en «sacrificio vivo»? (v. 1) ¿Qué implicaciones encontramos aquí en cuanto a nuestras prácticas de adoración?

¿Es nuestra ofrenda sacrificial un acto a cumplir una vez para siempre, ocasional, frecuente o diario? ¿Cómo lo sabe?

En el versículo 1, ¿cuáles son las cuatro descripciones que nos dicen acerca del tipo de sacrificio que debemos hacer?

¿Qué nos dicen estas descripciones acerca de la naturaleza de Dios, su carácter y sus expectativas?

Después de llamarnos a la consagración, Pablo nos dice: "No os conforméis a este siglo [mundo]» (v. 2). La Biblia habla acerca del «mundo» y sus peligros en varios lugares. Busque los siguientes pasajes y resuma lo que dicen acerca de la condición del mundo y sus atracciones, y cómo debemos encararlas, especialmente a la luz del mandato de Pablo en Romanos 12.2.

Mateo 13.22

Gálatas 1.4

1 Pedro 1.14

1 Juan 2.15–17

El siguiente mandato de Pablo es positivo, y aparece en contraste con su mandato anterior de no conformarnos. Mientras que conformarse tiene que ver con el moldeamos de acuerdo a una apariencia o tipo exterior, transformarnos se refiere a los cambios internos que llevan a expresiones externas de esos cambios internos. ¿Cómo se opera esta transformación? (Ro 12.2)

¿Cuál es la meta del proceso de transformación?(v.2)

El cuarto mandato de Pablo se encuentra en el versículo 3 y tiene dos aspectos: uno negativo y otro positivo. ¿Cuáles son?

El negativo:

El positivo:

Antes de continuar, repase estas cuatro claves para la vida cristiana, y considere el papel que cumplen en su vida. ¿Está obedeciéndolas activamente? Si no es así, ¿qué medidas puede comenzar a adoptar en esta semana para obedecerlas de manera muy concreta? Sea específico.

Sed consagrados

No os conforméis

Transformaos

Mantened un concepto adecuado de vosotros mismos

Dones de servicio

La consagración, el no conformarse, la transformación, la evaluación, son actos de individuos que miran su propia vida interior para evaluarse y reorientarse por el poder del Espíritu de Dios, en busca de un carácter, un modo de ver las cosas y un estilo de vida santos. Sin embargo, una vez que estamos activamente ocupados de este modo tendremos que trasladamos al exterior, hacia la tarea de servir a otros. La vida cristiana nunca tuvo como objetivo vivirla apartada de la comunidad. No podemos ser personas solitarias dedicadas a Cristo, es decir, individuos descomedidos que se ocupan nada más que de sí mismos. Cualquier tarea centrada en uno mismo debe con el tiempo orientarse hacia tareas dirigidas a otros. Del mismo modo en que Cristo vino para salvar y servir a otros, así El nos pide a nosotros, sus hijos adoptivos, que vayamos a otros con su mensaje de salvación y que les ayudemos a crecer en la familia de la fe.

Ahora bien, Dios no se limita a llamarnos para luego dejarnos a la merced de nosotros mismos. Nunca nos deja plantados. Cualquiera sea la tarea que nos llame a hacer, nos capacita a la vez para cumplirla. Como lo expresa Pablo, Dios lo hace «conforme a la medida de fe que… repartió a cada uno» (v. 3). La «fe» aquí mencionada «no alude a la fe de la salvación, sino a la fe que acompaña el recibir y usar los dones que Dios nos da».1 Dios nos da los dones y la fe que necesitamos para utilizar esos dones. Percatándonos de esto, volvamos nuestra atención a los versículos 4–8.

Antes de mencionar cada uno de los dones por su nombre, Pablo habla acerca de la Iglesia, el cuerpo de Cristo. ¿Qué es lo que dice de ella? (vv. 4, 5)

¿Cuál es el sentido de esta descripción de la Iglesia? Tal vez usted quiera consultar dos pasajes paralelos: 1 Corintios 12.4–27 y Efesios 4.11–16.

En Romanos 12.6–8 se mencionan siete dones. ¿Cuáles son y cómo se han de usar?

DONES ESPIRITUALES DE SERVICIO

LOS DONES
CÓMO USARLOS
1)
2)
3)
4)
5)
6)
7)


Básicamente, en este pasaje se sostienen dos interpretaciones concernientes a los dones. Una de ellas sostiene que esta serie de dones indica dones creacionales, es decir, «inclinaciones inherentes a cada persona, según las cualidades que les concedió el Creador desde su nacimiento».2 Si la consideramos de esta forma, esta lista de dones es diferente a las listas que aparecen en otras partes del Nuevo Testamento. Los dones mencionados en Romanos provienen del Padre y constituyen nuestra «nuestras cualidades innatas en la vida y en el servicio a Dios», mientras que la lista de dones de Efesios 4 emana del Hijo y describe cargos eclesiásticos, y la lista de dones de 1 Corintios 12 procede del Espíritu y describe las capacidades que nos han sido dadas con poder para «edificar la Iglesia y evangelizar el mundo».

La segunda interpretación considera los dones mencionados en Romanos «como una repetición o complemento de muchos otros mencionados en 1 Corintios 12.12–29 o Efesios 4.11».

Representaré ambas posiciones en las definiciones que siguen, colocando la interpretación de los dones de creación en primer lugar.

Profecía (v. 6): Ya sea (1) la habilidad de aquellos que se les «permite ver la vida desde una perspectiva profética especial, independientemente de la función pública que desempeñen o del uso especial que haga de ellos el Espíritu para proclamar abiertamente una profecía»; o (2) «a la manifestación de una profecía hecha pública diciendo algo que Dios haya puesto en su mente (1 Co 12.10)».

Servicio (v. 7): Ya sea (1) la habilidad de aquellos «cuyos dones especiales los capacita mejor para atender al cuerpo [de Cristo] en sus necesidades materiales», o (2) «a aquellos que prestan cualquier tipo de servicio a los demás en la iglesia».

Enseña (v. 7): Ya sea (1) el don de «aquellos especialmente dotados para escudriñar e instruir en la verdad revelada de la Palabra de Dios, independientemente de la función pública que ejerzan», o (2) «como a los maestros profesionales (Ef 4.11 )».

Exhorta (v. 8): Ya sea (1) la habilidad de «aquellas personas cuyos dones innatos los califican para aplicar las verdades de Dios a situaciones particulares alentando a otros» o (2) «a aquellos (como los ministros) que han sido llamados para dedicarse por completo a la atención de la iglesia».

Reparte (v. 8): Ya sea (1) «quienes están dotados para contribuir al sostén emocional o material de otros», o (2) «a los dotados de abundantes medios financieros para apoyar la obra del evangelio».

Preside (v. 8): Ya sea (1) «quien está dotado para orientar en todas las esferas de la vida», o (2) «a aquellos que tienen a su cargo funciones administrativas (1 Co. 12.28)».

El que hace misericordia (v. 8): Define tanto a (1) «quienes poseen el don de una fuerte sensibilidad», o (2) «a aquellos llamados a desempeñar funciones especiales en organismos cristianos de asistencia y ayuda».

Sin importar cuál sea el don o la combinación de dones que haya recibido de Dios, ¿cómo está usando lo que tiene? ¿Está usando las capacidades de que ha sido dotado de la manera en que Dios desea, o las está usando para su propio beneficio? Considere este asunto con cuidado, pidiéndole a Dios que te revele las cosas ocultas del corazón, para que de veras pueda ser su fiel siervo para su Iglesia.

Las exhortaciones del amor

El amor está en el centro de la vida sacrificial transformada. Es mas, una vida sin amor de esa clase es imposible. Aunque la palabra amor no aparece en los versículos 9–21, el amor es decididamente el principio orientador (v. 9), el faro que ilumina y dirige nuestras vidas personales (vv. 9, 11, 12), así como también nuestras relaciones con los demás cristianos y con nuestros adversarios (vv. 10, 13–21).

Pablo menciona tres características del amor en el versículo 9. ¿Cuáles son?

Revise cada una de las características del amor, luego examínese a la luz de cada una de ellas. ¿Es sincero y consecuente su amor? ¿Se retrae frente a la maldad a la vez que se alegra frente al bien? ¿Está comprometiendo su amor en alguna forma, ya sea flirteando con lo que usted sabe que está mal, o dejando de defender lo que es correcto? Sea transparente delante del Señor. Permítale reorientar cualquiera de sus pasos equivocados y purificar su amor por el amor a su nombre.
Los versículos 9–21 nos ofrecen veinte exhortaciones. Reformule cada una de ellas con sus propias palabras, luego elija las que le resultan más difíciles de obedecer, y anote una o dos cosas que usted puede hacer con la ayuda de la gracia de Dios para que sean parte de su estilo de vida transformado.


EXHORTACIONES DEL AMOR
MIS COMPROMISOS
1.
2.
3.
4.
5.
6.
7.
8.
9.
10.
11.
12.
13.
14.
15.
16.
17.
18.
19.
20.


El versículo 20 requiere explicación. A primera vista, aparenta presentar una manera solapada de vengarnos de nuestros enemigos. Todo lo que tenemos que hacer, parece decir el versículo, es mostrarnos particularmente corteses con ellos y a su vez nuestras acciones aumentarán el nivel de la condenación que nuestros enemigos experimentarán a manos de Dios. Si el versículo 20 realmente enseñara esto, estaría contradiciendo el espíritu del contexto total donde aparece. Más bien lo que pretende trasmitir es que debemos proporcionar a nuestros enemigos una oportunidad para arrepentirse y hallar perdón. En otras palabras, al devolver bien por mal, es posible vencer el mal en lugar de perpetuarlo mediante actos de venganza. Después de todo, ¿qué mejor manera de vencer el mal que amando a los que lo practican para que se alejen de él y se entreguen al bien? ¿No es eso lo que Dios el Padre está procurando hacer por medio de su supremo acto de sacrificio y amor, la entrega de su Hijo a nuestro favor, incluso hasta el punto de llegar a la crucifixión?

Vida transformada. Al mundo les parece que los que practican esto son seres de otro planeta. ¿Quién en su sano juicio devolvería bien por un mal cometido contra ellos, o serviría a los demás más que a sí mismo, o pasaría por alto las atracciones del mundo a cambio de unas alegrías intangibles? ¡No tiene sentido! ¿Correcto? Equivocado. Sí que tiene sentido y mucho. Una vez que nos percatamos de que este mundo está perdido, de modo que no puede representar la regla para determinar lo que es correcto y razonable, y una vez que recordamos que sólo Dios es la norma perfecta e inamovible de todo lo bueno y racional, entonces los que siguen su camino son aquellos a los que hay que buscar para saber lo que tiene sentido.

¿Qué camino sigue usted? ¿El del mundo o el de Dios? Seguir a la multitud, conformándose a lo que hacen los demás es fácil. Pero es destructivo, también. Dios tiene una senda que es mucho mejor y más sana para que sigamos. Sí, es más difícil, pero Dios siempre le dará lo que necesite para vivir la vida de la manera que Él quiere.

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