LIBRO DE 2˚ DE
CRÓNICAS
Arameo., Sipra d΄
Dabayamín. Libro dos de los anales o de los hechos de los días. Su autoría es
atribuida al escriba Esdras, y la fecha más aceptada para su redacción es entre
el 400 y el 350 a.C. el nombre de Cronicas se lo asigno Jerónimo, el autor de
la traducción bíblica Vulgata Latina
TEMPLO
EXPLICACIÓN:
El templo era el símbolo de la presencia de Dios y el lugar separado para la
adoración y la oración. Construido por Salomón a partir de los planos que Dios
dio a David, el templo fue el centro espiritual de la nación.
IMPORTANCIA:
Cuando los cristianos se reúnen para adorar a Dios, experimentan su presencia
de una forma tal que ningún creyente en forma individual podría hacerlo. Para
la morada de Dios es el pueblo de Dios. El cuerpo de Cristo es el templo de
Dios.
COLAPSO
NACIONAL
EXPLICACIÓN:
En 586 a.C. los babilonios destruyeron completamente el hermoso templo de
Salomón. Se terminó la adoración formal de Dios. Los israelitas habían
abandonado a Dios. Como resultado, Él trajo juicio sobre su pueblo y fue
llevado al cautiverio.
IMPORTANCIA:
Aun cuando nuestra desobediencia no sea tan evidente como la de Israel, muy a
menudo nuestro compromiso con Dios no es sincero y es casual. Cuando nos
olvidamos de que todo nuestro poder, sabiduría y riqueza provienen de Dios,
estamos en peligro de tener el mismo colapso espiritual y moral que experimentó
Israel.
ORACIÓN
EXPLICACIÓN:
Después de que Salomón murió, el reino de David se dividió. Cuando un rey
guiaba a los israelitas a la idolatría, la nación sufría. Cuando el rey y su
pueblo oraban a Dios para que los liberara y se volvían de sus malos caminos,
Dios los liberaba.
IMPORTANCIA:
Aún hoy Dios contesta a las oraciones. Tenemos su promesa de que si nos humillamos,
lo buscamos, nos volvemos de nuestros malos caminos y oramos, Dios nos
escuchará, nos sanará y nos perdonará. Si estamos alerta, podemos orar por la
guía de Dios antes de meternos en problemas.
PAZ
EXPLICACIÓN:
Cuando Salomón y sus descendientes fueron fieles a Dios, experimentaron la
victoria en batalla, éxito en el gobierno y paz con otras naciones. La paz fue
el resultado de la lealtad a Dios y a su ley.
IMPORTANCIA:
Sólo Dios puede dar la paz verdadera. Dios es mayor que cualquier enemigo, ejército
o nación. Del mismo modo que la respuesta fiel de Israel fue la clave para la
paz y su supervivencia como nación, así nuestra obediencia a Dios como
individuos y como nación es vital para la paz en la actualidad.
REFORMA
EXPLICACIÓN:
A pesar de que la idolatría y la injusticia eran comunes, algunos reyes se
volvieron a Dios y guiaron a su pueblo a un avivamiento espiritual, renovando
así su compromiso con Él y reformando su sociedad. El avivamiento incluyó la
destrucción de ídolos, la obediencia a la ley y la restauración del sacerdocio.
IMPORTANCIA:
Debemos comprometernos constantemente a obedecer a Dios. Nunca estaremos
seguros de lo que otros han hecho antes de nosotros. Cada generación de
creyentes debe volver a dedicarse a la tarea de llevar a cabo la voluntad de
Dios en su propia vida así como en la sociedad.
CUANDO
SE ESCRIBIÓ POR PRIMERA VEZ, EL SEGUNDO LIBRO DE CRÓNICAS trajo una luz de
esperanza a la gente que necesitaba desesperadamente un poco de aliento. La
comunidad israelita, reducida a una pequeña minoría en el cautiverio entre los
babilonios, luchaba para comprender cuál era su lugar. ¿Se revocaron las
promesas que Dios les hizo a Abraham y a David debido a los pecados de la
nación? ¿Había una posibilidad de revivir la dinastía de David? ¿Podría el
judaísmo sobrevivir sin el Templo? El segundo libro de Crónicas aborda
preguntas como estas. Las respuestas se encuentran en una revisión histórica de
la lealtad de Dios hacia los israelitas. Si bien es cierto que la nación
disminuyó constantemente con el correr de los siglos, Dios siempre fue leal a
aquellos que se mantuvieron fieles a Él. El bien que Dios hizo en el pasado
sería el modelo para sus actos futuros. Dios mantendría sus promesas gloriosas
a los israelitas.
Los
detalles de la historia de Israel y Judá en el segundo libro de Crónicas
comunican el gran mensaje de la redención, especialmente de la bendición de
Dios a David y sus sucesores. El primer libro de Crónicas se centra en el pacto
davídico durante el tiempo de David; el segundo libro de Crónicas sigue con ese
tema en el período posterior a la muerte de David. Aun cuando el segundo libro
de Crónicas relata las experiencias de Salomón y sus sucesores, aún recalca la
promesa de Dios de una dinastía eterna para David. Los sucesores de David iban
y venían. Algunos eran fieles a los requerimientos del pacto, «anduvieron en
los primeros caminos de David su padre» (17.3), otros no. Pero el compromiso de
Dios con la familia de David se mantuvo, aún después del cautiverio a
Babilonia.
Debido
a este énfasis en el pacto, el segundo libro de Crónicas menciona con
frecuencia a los sacerdotes, levitas, el Templo y otros elementos de la vida
religiosa de Israel. Cuenta cómo se construyó y adornó el templo de Salomón
(2.1-8.16) e incluye una detallada descripción del Templo y su ministerio
(20.5-13, 24-30; 23.12-21; 24.4-14; 29.2-31.21; 34.2-35.19).
La
posición central del pacto davídico también explica por qué el segundo libro de
Crónicas presta mayor atención a Judá que a Israel. Desde la división en los
reinos del norte y del sur (10.16-19; 1 R 11.9-13), Judá se transformó en
heredera de las promesas de Dios. Si bien los sucesores de David gobernaron
sólo el pequeño reino de Judá, Dios permaneció leal a su pacto incondicional
con David. Judá era el núcleo a través del cual Dios llevaría a cabo su obra de
redención.
Primero
y Segundo de Crónicas en un principio eran un sólo libro (ver la introducción a
1 Crónicas). El libro en sí no establece quién lo escribió, pero la coherencia
general de punto de vista y estilo indica que probablemente era el trabajo de
una sola persona. La mayoría de los comentaristas se refieren a esta persona
como el «cronista». Una tradición judía lo identifica como Esdras (ca. 460-430
a.C.), debido a que Crónicas y Esdras comparten temas comunes como extensas
listas, los levitas y el Templo.
El
cronista tenía acceso a muchos documentos oficiales, los que generalmente
menciona por su nombre. Estos incluyen (1) el Libro de los reyes de Israel y
Judá (27.7; 35.27; 36.8); (2) el Libro de los reyes de Judá e Israel (16.11;
25.26; 28.26; 32.32); (3) el Libro de los reyes de Israel (20.34; 33.18); (4)
la historia (comentario) del Libro de los reyes (24.27); (5) el Libro de Natán,
la profecía de Ahías y las visiones de Iddo (9.29); (6) la historia de Semaías
(12.15); (7) la historia de Iddo (13.22); (8) los escritos del profeta Isaías
(26.22); (9) las palabras de los videntes (33.19); y (10) el libro de los
Lamentos (35.25). El cronista también cita los libros canónicos de 1 y 2 Reyes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario