martes, 15 de abril de 2014

Conozcamos la Biblia 2 de Crónicas

LIBRO DE 2˚ DE CRÓNICAS


Arameo., Sipra d΄ Dabayamín. Libro dos de los anales o de los hechos de los días. Su autoría es atribuida al escriba Esdras, y la fecha más aceptada para su redacción es entre el 400 y el 350 a.C. el nombre de Cronicas se lo asigno Jerónimo, el autor de la traducción bíblica Vulgata Latina


TEMPLO

EXPLICACIÓN: El templo era el símbolo de la presencia de Dios y el lugar separado para la adoración y la oración. Construido por Salomón a partir de los planos que Dios dio a David, el templo fue el centro espiritual de la nación.
IMPORTANCIA: Cuando los cristianos se reúnen para adorar a Dios, experimentan su presencia de una forma tal que ningún creyente en forma individual podría hacerlo. Para la morada de Dios es el pueblo de Dios. El cuerpo de Cristo es el templo de Dios.


COLAPSO NACIONAL

EXPLICACIÓN: En 586 a.C. los babilonios destruyeron completamente el hermoso templo de Salomón. Se terminó la adoración formal de Dios. Los israelitas habían abandonado a Dios. Como resultado, Él trajo juicio sobre su pueblo y fue llevado al cautiverio.
IMPORTANCIA: Aun cuando nuestra desobediencia no sea tan evidente como la de Israel, muy a menudo nuestro compromiso con Dios no es sincero y es casual. Cuando nos olvidamos de que todo nuestro poder, sabiduría y riqueza provienen de Dios, estamos en peligro de tener el mismo colapso espiritual y moral que experimentó Israel.

ORACIÓN

EXPLICACIÓN: Después de que Salomón murió, el reino de David se dividió. Cuando un rey guiaba a los israelitas a la idolatría, la nación sufría. Cuando el rey y su pueblo oraban a Dios para que los liberara y se volvían de sus malos caminos, Dios los liberaba.
IMPORTANCIA: Aún hoy Dios contesta a las oraciones. Tenemos su promesa de que si nos humillamos, lo buscamos, nos volvemos de nuestros malos caminos y oramos, Dios nos escuchará, nos sanará y nos perdonará. Si estamos alerta, podemos orar por la guía de Dios antes de meternos en problemas.

PAZ

EXPLICACIÓN: Cuando Salomón y sus descendientes fueron fieles a Dios, experimentaron la victoria en batalla, éxito en el gobierno y paz con otras naciones. La paz fue el resultado de la lealtad a Dios y a su ley.
IMPORTANCIA: Sólo Dios puede dar la paz verdadera. Dios es mayor que cualquier enemigo, ejército o nación. Del mismo modo que la respuesta fiel de Israel fue la clave para la paz y su supervivencia como nación, así nuestra obediencia a Dios como individuos y como nación es vital para la paz en la actualidad.

REFORMA

EXPLICACIÓN: A pesar de que la idolatría y la injusticia eran comunes, algunos reyes se volvieron a Dios y guiaron a su pueblo a un avivamiento espiritual, renovando así su compromiso con Él y reformando su sociedad. El avivamiento incluyó la destrucción de ídolos, la obediencia a la ley y la restauración del sacerdocio.
IMPORTANCIA: Debemos comprometernos constantemente a obedecer a Dios. Nunca estaremos seguros de lo que otros han hecho antes de nosotros. Cada generación de creyentes debe volver a dedicarse a la tarea de llevar a cabo la voluntad de Dios en su propia vida así como en la sociedad.

CUANDO SE ESCRIBIÓ POR PRIMERA VEZ, EL SEGUNDO LIBRO DE CRÓNICAS trajo una luz de esperanza a la gente que necesitaba desesperadamente un poco de aliento. La comunidad israelita, reducida a una pequeña minoría en el cautiverio entre los babilonios, luchaba para comprender cuál era su lugar. ¿Se revocaron las promesas que Dios les hizo a Abraham y a David debido a los pecados de la nación? ¿Había una posibilidad de revivir la dinastía de David? ¿Podría el judaísmo sobrevivir sin el Templo? El segundo libro de Crónicas aborda preguntas como estas. Las respuestas se encuentran en una revisión histórica de la lealtad de Dios hacia los israelitas. Si bien es cierto que la nación disminuyó constantemente con el correr de los siglos, Dios siempre fue leal a aquellos que se mantuvieron fieles a Él. El bien que Dios hizo en el pasado sería el modelo para sus actos futuros. Dios mantendría sus promesas gloriosas a los israelitas.

Los detalles de la historia de Israel y Judá en el segundo libro de Crónicas comunican el gran mensaje de la redención, especialmente de la bendición de Dios a David y sus sucesores. El primer libro de Crónicas se centra en el pacto davídico durante el tiempo de David; el segundo libro de Crónicas sigue con ese tema en el período posterior a la muerte de David. Aun cuando el segundo libro de Crónicas relata las experiencias de Salomón y sus sucesores, aún recalca la promesa de Dios de una dinastía eterna para David. Los sucesores de David iban y venían. Algunos eran fieles a los requerimientos del pacto, «anduvieron en los primeros caminos de David su padre» (17.3), otros no. Pero el compromiso de Dios con la familia de David se mantuvo, aún después del cautiverio a Babilonia.

Debido a este énfasis en el pacto, el segundo libro de Crónicas menciona con frecuencia a los sacerdotes, levitas, el Templo y otros elementos de la vida religiosa de Israel. Cuenta cómo se construyó y adornó el templo de Salomón (2.1-8.16) e incluye una detallada descripción del Templo y su ministerio (20.5-13, 24-30; 23.12-21; 24.4-14; 29.2-31.21; 34.2-35.19).

La posición central del pacto davídico también explica por qué el segundo libro de Crónicas presta mayor atención a Judá que a Israel. Desde la división en los reinos del norte y del sur (10.16-19; 1 R 11.9-13), Judá se transformó en heredera de las promesas de Dios. Si bien los sucesores de David gobernaron sólo el pequeño reino de Judá, Dios permaneció leal a su pacto incondicional con David. Judá era el núcleo a través del cual Dios llevaría a cabo su obra de redención.

Primero y Segundo de Crónicas en un principio eran un sólo libro (ver la introducción a 1 Crónicas). El libro en sí no establece quién lo escribió, pero la coherencia general de punto de vista y estilo indica que probablemente era el trabajo de una sola persona. La mayoría de los comentaristas se refieren a esta persona como el «cronista». Una tradición judía lo identifica como Esdras (ca. 460-430 a.C.), debido a que Crónicas y Esdras comparten temas comunes como extensas listas, los levitas y el Templo.


El cronista tenía acceso a muchos documentos oficiales, los que generalmente menciona por su nombre. Estos incluyen (1) el Libro de los reyes de Israel y Judá (27.7; 35.27; 36.8); (2) el Libro de los reyes de Judá e Israel (16.11; 25.26; 28.26; 32.32); (3) el Libro de los reyes de Israel (20.34; 33.18); (4) la historia (comentario) del Libro de los reyes (24.27); (5) el Libro de Natán, la profecía de Ahías y las visiones de Iddo (9.29); (6) la historia de Semaías (12.15); (7) la historia de Iddo (13.22); (8) los escritos del profeta Isaías (26.22); (9) las palabras de los videntes (33.19); y (10) el libro de los Lamentos (35.25). El cronista también cita los libros canónicos de 1 y 2 Reyes.

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