jueves, 17 de abril de 2014

Conozcamos la Biblia Job

LIBRO DE JOB

Arameo., Ketava d΄Yob. Se traduce Libro de Job. El nombre de Yob significa odiado o enemistado. De autor desconocido. La fecha de redacción de este libro algunos eruditos la sitúan en la época patriarcal, alrededor de 1460 a.C., lo cual lo convertiría en el libro más antiguo de la Biblia.


ATAQUES DE SATANÁS

EXPLICACIÓN: Satanás intentó sembrar cizaña entre Job y Dios al intentar que Job creyera que la forma de Dios de gobernar al mundo no era justa ni buena. Satanás tuvo que pedirle permiso a Dios para quitarle a Job su riqueza, sus hijos y su salud. Estaba limitado en su actuar a lo que Dios le permitiera.
IMPORTANCIA: Debemos aprender a reconocer y a no temer a los ataques de Satanás ya que no puede exceder los límites que Dios establece. No permita que ninguna experiencia abra una brecha entre usted y Dios. Si bien no puede controlar la forma en la que Satanás ataca, siempre puede elegir la forma en la que responderá cuando esto suceda.


BONDAD DE DIOS

EXPLICACIÓN: Dios es omnisciente y omnipotente. Su voluntad es perfecta aun cuando no siempre actúe en una forma que podamos comprender. El sufrimiento de Job no tenía sentido debido a que todos pensaban que la gente buena debía prosperar. Cuando Job estaba al borde de la desesperación, Dios le habló, mostrándole su gran poder y sabiduría.
IMPORTANCIA: Aunque Dios está presente en todas partes, en momentos nos puede parecer muy distante. Esto puede hacer que nos sintamos solos y dudar de que se interese en nosotros. Debemos servir a Dios por quién es Él, no por lo que sintamos. Nunca es insensible a nuestro sufrimiento. Porque Dios es suficiente debemos asirnos de Él.

CONFIANZA

EXPLICACIÓN: Sólo Dios sabía el propósito detrás del sufrimiento de Job, y aun así nunca se lo explicó a él. A pesar de eso, Job nunca renunció a Dios, aun en medio del sufrimiento. Nunca depositó su esperanza en su sabiduría, experiencia, en sus amigos o en su riqueza. Siempre se centró en Dios.
IMPORTANCIA: Job mostró la clase de confianza que debemos tener. Cuando perdamos todas las cosas, debemos reconocer que Dios es todo lo que realmente tenemos. No debemos pretender que Dios nos explique todo. Él se nos da a sí mismo, pero no nos da todos los detalles de sus planes. Debemos recordar que esta vida, con todo su sufrimiento, no es nuestro destino final.

ORGULLO

EXPLICACIÓN: Los amigos de Job tenían la certeza de que su juicio hacia Job era correcto. Dios los reprendió por su soberbia y arrogancia. La sabiduría del hombre siempre es parcial y temporal, por lo tanto, la indebida soberbia respecto de nuestras propias conclusiones es pecado.
IMPORTANCIA: Debemos tener cuidado de no juzgar a los que sufren. Podremos estar demostrando el pecado del orgullo. Debemos ser cautos en mantener la certeza de nuestras propias conclusiones acerca de la forma en la que Dios nos trata. Cuando nos felicitamos a nosotros mismos por tener razón, nos volvemos orgullosos.

SUFRIMIENTO

EXPLICACIÓN: Sin ninguna razón atribuible a él, Job perdió su riqueza, sus hijos y su salud. Hasta sus amigos estaban convencidos de que los sufrimientos se los había acarreado él mismo. Para Job, la prueba más grande no fue el dolor o la pérdida, sino no poder ser capaz de comprender por qué Dios le había permitido sufrir.
IMPORTANCIA: El sufrimiento puede ser un castigo por el pecado, aunque no siempre es así. De la misma forma, la prosperidad no siempre es una recompensa por ser bueno. Aquellos que aman a Dios no están exentos de problemas. Aunque quizás no podamos comprender completamente el dolor que experimentamos, nos puede llevar a redescubrir a Dios.

JOB
I.                    El personaje

Todo cuanto sabemos de  Job nos llega por el libro que lleva su nombre y por otras dos referencias que de él encontramos en la Biblia: Ez. 14:14, donde se le menciona con Noé y Daniel, y Stg. 5:11, donde se alude a su paciencia. Si el Daniel de la cita coincide con el de la literatura de Ugarit, los tres personajes podrían situarse en una fecha bastante antigua. De Uz, su lugar de procedencia, tampoco podemos decir nada con precisión. Lo que sí es claro acerca de Job es que su nombre es proverbial y legendario entre los pueblos del oriente y especialmente entre los árabes.

II.                  EL LIBRO

A.      Autor y fecha

El libro no da indicaciones ni del autor ni de la fecha de su escritura. Por no mencionar nada de la historia de Israel ni de sus ritos religiosos, algunos lo han fechado en el tiempo de Moisés o los patriarcas. Sin embargo, aunque la base histórica de la narración sea tan antigua, probablemente el libro fue escrito posteriormente. Se han sugerido muchas fechas entre el tiempo de Salomón (950 a.C.) y 250 a.C. Muchos prefieren la última parte de este período, pero ciertos paralelos con la poesía de Ugarit sugieren una fecha entre 950 y 500 a.C.

B.      Análisis
Lo primero que llama la atención al intentar analizar el libro, es que los dos primeros caps., y el ultimo, a partir del v. 7, están escritos en prosa y parecen servir únicamente de punto de partica y de conclusión, respectivamente, al cuerpo mismo del libro (3:1-42:6) que esta todo escrito en verso. Este fenómeno se trata ampliamente en los comentarios. Muchos lo ven como indicación de diferentes autores. Sin embargo, se debe tomar en cuenta que este estilo, A.B.C., es conocida en otras literaturas antiguas. Un ejemplo es el código de Hamurabi que tiene un prólogo en poesía, las leyes en prosa y en epílogo en poesía.

La opción poética consta de cuatro partes bien definidas. La primera constituye el dialogo con Job que entablaba Elifáz, Bildad y Zofar. Este dialogo a su vez tiene tres ciclos de discursos en que hay una intervención de cada amigo y la respuesta de Job. El primer ciclo va del cap. 3 al 14, el segundo del 15 al 21 y el último del 22 al27.

La segunda parte de la sección poética la constituyen los caps. 28-31, de los cuales el 28 es un bello elogio de la sabiduría, y los caps. 29-31 son un resumen que Job hace de todo el debate anterior.

La tercera está formada por el largo discurso der Eliú en los caps. 32-37. Este personaje no se ha mencionado antes en el libro. Parece ser un joven sabio que ha llegado cuando el debate estaba ya en marcha y que, después que los tres amigos de Job no tienen ya nada que añadir, resuelve también intervenir. Su discurso repite en gran parte lo que ya se ha dicho, pero con la novedad de que su intervención establece un giro distintamente teológico. La última palabra en el asunto la tiene Jehová (38:1-42:6), y esta constituye la cuarta y última parte de la sección poética. Es la parte culminante de todo el poema.

C.      El problema de Job


El problema y la terminología del poema sugieren un tribunal en el cual Job ocupa el banquillo de los acusados. Nótese que aunque la magnitud de los sufrimientos y la paciencia en el caso de Job se han vuelto proverbiales, no es esto lo que constituye el meollo del poema. A Job le preocupan intensamente sus relaciones directas y personales con Dios. Su gran querella consiste en saber por qué Dios lo ha abandonado.

 Las contestaciones de sus amigos fatigan e impacientan a Job porque representan las respuestas prefabricadas de personas, que a base de un concepto individualista de Dios, juzgan por igual todas las situaciones y a todas las personas. El los oye con atención pero, aunque entiende la lógica de los argumentos de ellos, sospecha que las bases de su razonamiento no son firmes; que la explicación de su problema no puede ser tan simple, tan automática ni tan final. Poco a poco va impacientándose con sus interlocutores porque ve en su actitud y en sus conceptos su enorme muro que se interpone entre él y su Dios. En varias ocasiones expresa el deseo de ir directamente a Dios y de ser juzgado por él. Expresa la certeza de que su Vindicador vive y de que él sí le responderá en forma adecuada.

Insistentemente Job aboga por un acceso personal y directo con Dios, y en sus interlocutores sólo ve a intermediarios que le impiden este acceso. Ellos le ofrecen conceptos estereotipados imposibles de aceptar. Por eso ninguno, ni siquiera Eliú, que se jacta de su sabiduría y de tener en su haber todas las respuestas, puede responder satisfactoriamente a la querella de Job. No obstante, la paz y la alegría regresan al alma de Job cuando directamente oye la voz de Jehová (38-42).

El poema llega a su clímax en 42:5 con las palabras de Job: “De oídas te había oído; más ahora mis ojos te ven”, y en el repudio que Dios hace de los interlocutores de Job y el respaldo que da a éste en 42:7. Nótese que, cuando Job pronuncia sus palabras de satisfacción en 42:5, su enfermedad había llegado a extremos espantosos; no obstante, esto no preocupa a Job ante el gozo de haber podido, al final, pasar por encima de sus intermediarios y haber llegado al tribunal divino. Por eso el libro de Job va más allá del problema del sufrimiento y de todos los otros problemas que se tocan de paso en el diálogo; llega hondamente al problema de las relaciones personales del hombre con Dios, que, al final de cuentas, no son un asunto de explicaciones sino de experiencia.     

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