lunes, 14 de abril de 2014

Conozcamos la Biblia 1 y 2 de Reyes

 LIBRO 1˚ y 2˚ DE REYES

Arameo., Sipra Kadmaya d΄Malke. Se traduce Primer Libro de los Reyes. Escrito en el siglo VI a.C. Autor desconocido. Este libro es originalmente uno solo con 2˚ de Reyes.

EL REY

EXPLICACIÓN: La sabiduría, el poder y los logros de Salomón trajeron honra a la nación israelita y a Dios. A todos los reyes de Israel y de Judá se les dijo que obedecieran a Dios y que gobernaran de acuerdo con sus leyes. Pero su tendencia a abandonar los mandamientos de Dios y adorar a otros dioses los llevó a cambiar su religión y su gobierno para cumplir sus deseos personales. Este rechazo de la ley de Dios fue lo que los llevó a su caída.
IMPORTANCIA: La sabiduría, el poder y los logros finalmente no vienen de ninguna fuente humana. Provienen de Dios. Sin importar lo que dirijamos o gobernemos, no podemos hacerlo bien cuando ignoramos los principios de Dios. Ya sea que seamos líderes o no, la eficacia depende en escuchar y obedecer la Palabra de Dios. No permita que sus deseos personales distorsionen la Palabra de Dios.


PECADO Y ARREPENTIMIENTO

EXPLICACIÓN: Cada rey tenía los mandamientos de Dios, un sacerdote o profeta, y las lecciones del pasado para hacerlo volver a Él. Todas las personas tenían los mismos recursos. Cada vez que se arrepentían y regresaban a Dios, Él escuchaba sus oraciones y los perdonaba.
IMPORTANCIA: Dios nos escucha y nos perdona cuando oramos, si estamos dispuestos a confiar en Él y a abandonar el pecado. Nuestro deseo de abandonar nuestro pecado debe ser sincero. Luego, nos dará un fresco comienzo y un nuevo deseo de vivir para Él.

EL TEMPLO

EXPLICACIÓN: El templo de Salomón era un lugar hermoso para rendir culto y orar. Este santuario era el centro de la religión judía. Era el lugar de la presencia especial de Dios y albergaba el arca del pacto que contenía los Diez Mandamientos.
IMPORTANCIA: Una hermosa casa de adoración no siempre indica que la gente que ahí se reúne está rindiendo culto a Dios con todo su corazón. El proporcionar oportunidades para una adoración verdadera no garantiza que esta sucederá. Dios quiere vivir en nuestros corazones, no sólo encontrarse con nosotros en un santuario.

EL MENSAJE DEL PROFETA

EXPLICACIÓN: La responsabilidad del profeta era confrontar y corregir cualquier desviación de la ley de Dios. Elías era un instrumento de juicio contra Israel. Sus mensajes y milagros fueron una advertencia para los reyes y pueblos rebeldes e inicuos.
IMPORTANCIA: La Biblia, la verdad en sermones, y el consejo sabio de los creyentes son advertencias para nosotros. Cualquiera que nos señale cómo nos estamos desviando de la obediencia a la Palabra de Dios es una bendición. El hacer cambios en nuestra vida para obedecer a Dios y volvernos al camino, a menudo requiere de una disciplina dolorosa y de un trabajo arduo.

OTROS DIOSES

EXPLICACIÓN: A pesar de que los israelitas tenían la ley de Dios y experimentaban su presencia entre ellos, se vieron atraídos hacia otros dioses. Cuando sucedió esto, sus corazones se volvieron fríos a la ley de Dios, lo que ocasionó la ruina de las familias y del gobierno, y a la larga los llevó a la destrucción de la nación misma.
IMPORTANCIA: A través de los años, el pueblo adoptó las falsas cualidades de los dioses falsos que adoraban. Se volvieron crueles, hambrientos de poder y sexualmente perversos. Tenemos la tendencia a convertirnos en los que adoramos. A menos que sirvamos al Dios Verdadero, nos volveremos esclavos de cualquier cosa que tome su lugar.

1˚ DE REYES

1˚ y 2˚. En el canon hebreo estos libros son uno solo y se les llama Melaquim (Reyes). Fue en la LXX donde se hizo la división en dos libros y estos fueron llamados “3˚y 4˚de Reyes” (en la LXX 1 y 2 Samuel se llamaban 1 y 2 Reyes).

I.             CONTENIDO

La historia de R. abarca unos 4oo años, desde los últimos días de David (917 a.C.) hasta el año 37 del cautiverio babilónico (561 a.C.). Puede dividirse en tres partes: (1) la muerte de David y los tiempos de Salomón (1 R. 1-11); (2) los dos reinos hasta la caída de Israel en 722 a.C. (1 R. 12-2 R. 17) y (3) Judá hasta la caída de Jerusalén en 586 a.C. (2 R. 18-25).

Durante el período de dos reinos, la historia de cada rey tiene, con algunas variaciones, la siguiente estructura: (1) una sincronización del momento del ascenso de los respectivos reyes en ambos reinos; (2) la duración de cada reinado; (3) un juicio sobre el rey; (4) una alusión a la fuente de información, y (5) una mención de la muerte del rey del nombre del sucesor. Se pueden ver tres distintos períodos con respecto a las relaciones entre dos de los reinos: (1) hostilidad, desde Jeroboam hasta Omri (1 R. 12-16); (2) amistad, desde Asa y Omri hasta Ocozías y Joram (1 R. 16-2 R. 8), y (3) relaciones tirantes, desde Atalía y Jehú hasta la caída de Samaria, 722 a.C.

II.           FUENTES

El autor de R. usa varias fuentes: “el libro de los hechos de Salomón” (1 R. 11-41), “las crónicas de los reyes de Israel” (1:4-19), “las crónicas de los reyes de Judá” (1 R. 14:29), y otras más que aparecen implícitas. Algunas eran registros o anales oficiales de los reyes, pero el juicio negativo sobre muchos reyes, el énfasis profético y la posición de R. entre los “Profetas Anteriores” en la Biblia hebrea sugieren que la recolección de datos y la selección de fuentes eran obra de profetas  (INSPIRACION; cp. Lc. 1:1-4.)

III.          AUTOR Y FECHA

No hay indicios de la paternidad literaria de R. Referencias como 1 R. 8:8; 9:21; 12:19; 2 R. 8:22; 16:6 indican una fecha anterior a la destrucción del templo (586 a.C.), pero el relato de la libertad de Joaquín (562 a.C., 2 R. 25:27-30), y los comentarios sobre la destrucción de Jerusalén indican el tiempo del cautiverio. Por eso muchos postulan dos o más ediciones de R.; una por un autor deuteronomista ca. 621 a.C., otra ca. 562, y otro retoque posterior.

Una tradición Judía atribuye R. a Jeremías, basada en las semejanzas que hay entre R. y la profecía de Jeremías: p.e., la frecuencia de la fase “La palabra de Jehová”. Y aunque la mayoría de las tradiciones Judías afirman que Jeremías murió en Egipto, hay una tradición rabínica que asegura que, cuando Nabucodonosor conquistó a Egipto (568), llevó al profeta a Babilonia. En tal caso, Jeremías habría tenido casi 100 años de edad al escribir R. el autor del libro, tal como lo tenemos hoy, podría haber sido un contemporáneo de Jeremías, que tenía la misma preocupación por la desobediencia de Israel.

IV.         PROPOSITO

En R. se ve un fenómeno extraordinario: una preocupación por los datos históricos exactos, que hace que esta obra sea quizás la mejor historiografía de aquellos remotos tiempos. Los datos tienen un propósito didáctico: demostrar la acción de Dios en la historia y la relación que Dios tiene con su pueblo. El autor demuestra que el destino de la nación hebrea depende de su fidelidad a Dios y que todos los males que han venido sobre Israel y Judá son efecto de su infidelidad (2 R. 23:27). Con un enfoque semejante al de Dt., enseña que el camino de prosperidad y bendición es la obediencia a la ley de Yahveh. Juzga a cada rey según su fidelidad a la ley mosaica o al culto de Jerusalén.

El libro de R. es una interpretación teológica de la historia de Israel y Judá. El autor no intenta tocar las actividades políticas como tales, sino le interesa la función de la palabra de Dios en la historia. La historia del pueblo escogido consiste de una serie de profecías y su respectivo cumplimiento. La palabra de Dios es palabra de juicio y de salvación. Israel y Judá sufrieron castigo por su infidelidad al pacto de Yahveh con Israel. Pero Dios no permitirá su aniquilación completa. Según el pacto davídico, la línea real seguirá (MESÍAS). Habrá una salvación gloriosa, aunque en algunos pasajes esta esperanza reside en un remanente. (Esto se ve aun en las narraciones de Elías y Eliseo). Para disfrutar de esta salvación, Israel tiene que volver a Yahveh.

V.           CRONOLOGÍA

En R. abundan los datos cronológicos. El autor se reocupa especialmente por sincronizar la historia de los dos reinos. Aparecen muchas discrepancias; p.e., la suma de los años de Atalía al año seis del reinado de Ezequías es 165 años, pero la suma de los años indicados para el mismo período en Israel es 143 años. Anteriormente muchos críticos las señalaban como como indicación del carácter ficticio de R. Otros más cautelosos han sugerido que, si se conocieran los sistemas de cómputo usados, podrían resolver muchas de las discrepancias. Estudios recientes indican los diferentes sistemas de cálculos y sincronizaciones que se emplearon. Había dos sistemas para calcular el año; uno partía desde el mes tishri (set.), y el otro desde nisán (mar.). Además, había dos sistemas para contar los años de un reinado: uno llamaba primer año del rey al año de advenimiento, y el otro empezaba a contar los años desde los años desde el segundo año nuevo. Si se toma en cuenta que los que llevaban los registros (probablemente círculos proféticos) en Israel y en Judá usaban diferentes sistemas y aun cambiaban sistemas durante su historia, y que hubo varios casos de corregencias, se puede ver cuán difícil es sincronizarlos datos. Hoy día se reconocen, más bien, que lo sorprendente no es el desorden de los datos sino la gran exactitud con que se han conservado.

Todavía falta la solución de unos pocos problemas cronológicos, pero cada vez existe más ayuda de parte de la arqueología. Los anales de Asiria, Babilonia y Egipto mencionan mucho de los nombres y sucesos de R. y establecen sincronizaciones exactas con l historia secular (CRONOLOGÍA, ARQUEOLOGÍA).           

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