Arameo., Sipra
Kadmaya d΄Malke. Se traduce Primer Libro de los Reyes. Escrito en el siglo VI
a.C. Autor desconocido. Este libro es originalmente uno solo con 2˚ de Reyes.
EL
REY
EXPLICACIÓN:
La sabiduría, el poder y los logros de Salomón trajeron honra a la nación
israelita y a Dios. A todos los reyes de Israel y de Judá se les dijo que
obedecieran a Dios y que gobernaran de acuerdo con sus leyes. Pero su tendencia
a abandonar los mandamientos de Dios y adorar a otros dioses los llevó a
cambiar su religión y su gobierno para cumplir sus deseos personales. Este
rechazo de la ley de Dios fue lo que los llevó a su caída.
IMPORTANCIA:
La sabiduría, el poder y los logros finalmente no vienen de ninguna fuente
humana. Provienen de Dios. Sin importar lo que dirijamos o gobernemos, no
podemos hacerlo bien cuando ignoramos los principios de Dios. Ya sea que seamos
líderes o no, la eficacia depende en escuchar y obedecer la Palabra de Dios. No
permita que sus deseos personales distorsionen la Palabra de Dios.
PECADO
Y ARREPENTIMIENTO
EXPLICACIÓN:
Cada rey tenía los mandamientos de Dios, un sacerdote o profeta, y las
lecciones del pasado para hacerlo volver a Él. Todas las personas tenían los
mismos recursos. Cada vez que se arrepentían y regresaban a Dios, Él escuchaba
sus oraciones y los perdonaba.
IMPORTANCIA:
Dios nos escucha y nos perdona cuando oramos, si estamos dispuestos a confiar
en Él y a abandonar el pecado. Nuestro deseo de abandonar nuestro pecado debe
ser sincero. Luego, nos dará un fresco comienzo y un nuevo deseo de vivir para
Él.
EL
TEMPLO
EXPLICACIÓN:
El templo de Salomón era un lugar hermoso para rendir culto y orar. Este
santuario era el centro de la religión judía. Era el lugar de la presencia
especial de Dios y albergaba el arca del pacto que contenía los Diez
Mandamientos.
IMPORTANCIA:
Una hermosa casa de adoración no siempre indica que la gente que ahí se reúne
está rindiendo culto a Dios con todo su corazón. El proporcionar oportunidades
para una adoración verdadera no garantiza que esta sucederá. Dios quiere vivir
en nuestros corazones, no sólo encontrarse con nosotros en un santuario.
EL
MENSAJE DEL PROFETA
EXPLICACIÓN:
La responsabilidad del profeta era confrontar y corregir cualquier desviación
de la ley de Dios. Elías era un instrumento de juicio contra Israel. Sus
mensajes y milagros fueron una advertencia para los reyes y pueblos rebeldes e
inicuos.
IMPORTANCIA:
La Biblia, la verdad en sermones, y el consejo sabio de los creyentes son
advertencias para nosotros. Cualquiera que nos señale cómo nos estamos
desviando de la obediencia a la Palabra de Dios es una bendición. El hacer
cambios en nuestra vida para obedecer a Dios y volvernos al camino, a menudo
requiere de una disciplina dolorosa y de un trabajo arduo.
OTROS
DIOSES
EXPLICACIÓN:
A pesar de que los israelitas tenían la ley de Dios y experimentaban su
presencia entre ellos, se vieron atraídos hacia otros dioses. Cuando sucedió
esto, sus corazones se volvieron fríos a la ley de Dios, lo que ocasionó la
ruina de las familias y del gobierno, y a la larga los llevó a la destrucción
de la nación misma.
IMPORTANCIA:
A través de los años, el pueblo adoptó las falsas cualidades de los dioses
falsos que adoraban. Se volvieron crueles, hambrientos de poder y sexualmente
perversos. Tenemos la tendencia a convertirnos en los que adoramos. A menos que
sirvamos al Dios Verdadero, nos volveremos esclavos de cualquier cosa que tome
su lugar.
1˚
DE REYES
1˚
y 2˚. En el canon hebreo estos libros son uno solo y se les llama Melaquim (Reyes). Fue en la LXX donde se
hizo la división en dos libros y estos fueron llamados “3˚y 4˚de Reyes” (en la
LXX 1 y 2 Samuel se llamaban 1 y 2 Reyes).
I.
CONTENIDO
La
historia de R. abarca unos 4oo años, desde los últimos días de David (917 a.C.)
hasta el año 37 del cautiverio babilónico (561 a.C.). Puede dividirse en tres
partes: (1) la muerte de David y los tiempos de Salomón (1 R. 1-11); (2) los
dos reinos hasta la caída de Israel en 722 a.C. (1 R. 12-2 R. 17) y (3) Judá
hasta la caída de Jerusalén en 586 a.C. (2 R. 18-25).
Durante
el período de dos reinos, la historia de cada rey tiene, con algunas
variaciones, la siguiente estructura: (1) una sincronización del momento del
ascenso de los respectivos reyes en ambos reinos; (2) la duración de cada
reinado; (3) un juicio sobre el rey; (4) una alusión a la fuente de información,
y (5) una mención de la muerte del rey del nombre del sucesor. Se pueden ver
tres distintos períodos con respecto a las relaciones entre dos de los reinos:
(1) hostilidad, desde Jeroboam hasta Omri (1 R. 12-16); (2) amistad, desde Asa
y Omri hasta Ocozías y Joram (1 R. 16-2 R. 8), y (3) relaciones tirantes, desde
Atalía y Jehú hasta la caída de Samaria, 722 a.C.
II.
FUENTES
El
autor de R. usa varias fuentes: “el libro de los hechos de Salomón” (1 R. 11-41),
“las crónicas de los reyes de Israel” (1:4-19), “las crónicas de los reyes de
Judá” (1 R. 14:29), y otras más que aparecen implícitas. Algunas eran registros
o anales oficiales de los reyes, pero el juicio negativo sobre muchos reyes, el
énfasis profético y la posición de R. entre los “Profetas Anteriores” en la
Biblia hebrea sugieren que la recolección de datos y la selección de fuentes
eran obra de profetas (INSPIRACION; cp.
Lc. 1:1-4.)
III.
AUTOR
Y FECHA
No
hay indicios de la paternidad literaria de R. Referencias como 1 R. 8:8; 9:21;
12:19; 2 R. 8:22; 16:6 indican una fecha anterior a la destrucción del templo (586
a.C.), pero el relato de la libertad de Joaquín (562 a.C., 2 R. 25:27-30), y
los comentarios sobre la destrucción de Jerusalén indican el tiempo del
cautiverio. Por eso muchos postulan dos o más ediciones de R.; una por un autor
deuteronomista ca. 621 a.C., otra ca. 562, y otro retoque posterior.
Una
tradición Judía atribuye R. a Jeremías, basada en las semejanzas que hay entre
R. y la profecía de Jeremías: p.e., la frecuencia de la fase “La palabra de
Jehová”. Y aunque la mayoría de las tradiciones Judías afirman que Jeremías murió
en Egipto, hay una tradición rabínica que asegura que, cuando Nabucodonosor
conquistó a Egipto (568), llevó al profeta a Babilonia. En tal caso, Jeremías
habría tenido casi 100 años de edad al escribir R. el autor del libro, tal como
lo tenemos hoy, podría haber sido un contemporáneo de Jeremías, que tenía la
misma preocupación por la desobediencia de Israel.
IV.
PROPOSITO
En
R. se ve un fenómeno extraordinario: una preocupación por los datos históricos exactos,
que hace que esta obra sea quizás la mejor historiografía de aquellos remotos
tiempos. Los datos tienen un propósito didáctico: demostrar la acción de Dios
en la historia y la relación que Dios tiene con su pueblo. El autor demuestra
que el destino de la nación hebrea depende de su fidelidad a Dios y que todos
los males que han venido sobre Israel y Judá son efecto de su infidelidad (2 R.
23:27). Con un enfoque semejante al de Dt., enseña que el camino de prosperidad
y bendición es la obediencia a la ley de Yahveh. Juzga a cada rey según su
fidelidad a la ley mosaica o al culto de Jerusalén.
El
libro de R. es una interpretación teológica de la historia de Israel y Judá. El
autor no intenta tocar las actividades políticas como tales, sino le interesa
la función de la palabra de Dios en la historia. La historia del pueblo
escogido consiste de una serie de profecías y su respectivo cumplimiento. La
palabra de Dios es palabra de juicio y de salvación. Israel y Judá sufrieron
castigo por su infidelidad al pacto de Yahveh con Israel. Pero Dios no permitirá
su aniquilación completa. Según el pacto davídico, la línea real seguirá (MESÍAS).
Habrá una salvación gloriosa, aunque en algunos pasajes esta esperanza reside
en un remanente. (Esto se ve aun en las narraciones de Elías y Eliseo). Para disfrutar
de esta salvación, Israel tiene que volver a Yahveh.
V.
CRONOLOGÍA
En
R. abundan los datos cronológicos. El autor se reocupa especialmente por
sincronizar la historia de los dos reinos. Aparecen muchas discrepancias; p.e.,
la suma de los años de Atalía al año seis del reinado de Ezequías es 165 años,
pero la suma de los años indicados para el mismo período en Israel es 143 años.
Anteriormente muchos críticos las señalaban como como indicación del carácter ficticio
de R. Otros más cautelosos han sugerido que, si se conocieran los sistemas de
cómputo usados, podrían resolver muchas de las discrepancias. Estudios
recientes indican los diferentes sistemas de cálculos y sincronizaciones que se
emplearon. Había dos sistemas para calcular el año; uno partía desde el mes tishri (set.), y el otro desde nisán (mar.). Además, había dos sistemas
para contar los años de un reinado: uno llamaba primer año del rey al año de
advenimiento, y el otro empezaba a contar los años desde los años desde el
segundo año nuevo. Si se toma en cuenta que los que llevaban los registros (probablemente
círculos proféticos) en Israel y en Judá usaban diferentes sistemas y aun
cambiaban sistemas durante su historia, y que hubo varios casos de
corregencias, se puede ver cuán difícil es sincronizarlos datos. Hoy día se
reconocen, más bien, que lo sorprendente no es el desorden de los datos sino la
gran exactitud con que se han conservado.
Todavía
falta la solución de unos pocos problemas cronológicos, pero cada vez existe
más ayuda de parte de la arqueología. Los anales de Asiria, Babilonia y Egipto mencionan
mucho de los nombres y sucesos de R. y establecen sincronizaciones exactas con
l historia secular (CRONOLOGÍA, ARQUEOLOGÍA).
No hay comentarios:
Publicar un comentario