LIBRO 2˚ DE
SAMUEL
Arameo., Ketava
Trayana d΄Shamuel. Se traduce Segundo Libro de Samuel. Originalmente 1˚ y 2˚ de
Samuel eran un solo libro. Su fecha de escritura data del siglo X a.C., y su
autoría se atribuye al profeta Natán y al profeta Gad, debido a que Samuel ya había
muerto para la época de los acontecimientos descrito desde 1˚ S. 25:1 hasta 2˚
S. 24:25.
CONSECUENCIAS
DEL PECADO
EXPLICACIÓN:
David abandonó su objetivo como líder y rey en tiempos de guerra. Su deseo de
prosperidad y holgura lo llevaron del triunfo a los problemas. Debido a que
David cometió adulterio con Betsabé, experimentó las consecuencias de su pecado
que arruinó tanto a su familia como a la nación.
IMPORTANCIA:
Muy a menudo surge la tentación cuando la vida de una persona no tiene
propósito. A veces pensamos que los placeres pecaminosos, y la libertad de la
sujeción de Dios nos dará un sentimiento de vitalidad; pero el pecado origina
un ciclo de sufrimiento que no se compara con los placeres efímeros que ofrece.
CRECIMIENTO
DEL REINO
EXPLICACIÓN:
Bajo el liderazgo de David, el reino de Israel creció rápidamente. Con este
crecimiento surgieron muchos cambios: de la independencia tribal a un gobierno
centralizado, del liderazgo de jueces a una monarquía, de un culto
descentralizado a un culto en Jerusalén.
IMPORTANCIA:
No importa cuánto crecimiento o cuántos cambios experimentemos. Dios nos
bendecirá si lo amamos y observamos sus principios. La Obra de Dios hecha a su
manera nunca carecerá de su bendición, sabiduría y energía.
GRANDEZA
PERSONAL
EXPLICACIÓN:
La popularidad de David y su influencia crecieron en gran manera. Él sabía que
Jehová estaba detrás de su éxito porque quería derramar su bondad en Israel.
David consideró más importante los intereses de Dios que los suyos propios.
IMPORTANCIA:
Dios benignamente derrama su gracia en nosotros por lo que Cristo ha hecho.
Dios no ve la grandeza personal como algo que se use con egoísmo, sino como un
instrumento para llevar a cabo su obra en su pueblo. La grandeza que debemos
desear es amar a otros como Dios nos ama.
JUSTICIA
EXPLICACIÓN:
El rey David mostró justicia, misericordia y equidad tanto a la familia de
Saúl, como hacia sus enemigos, hacia los rebeldes, aliados y amigos cercanos.
Su gobierno justo estuvo basado en la fe, y el conocimiento de Dios. La
naturaleza perfecta y moral de Dios es la norma para la justicia.
IMPORTANCIA:
A pesar de que David fue el rey más justo de Israel, seguía siendo imperfecto.
Su manera de impartir justicia ofrecía la esperanza de un reino, divino e
ideal. Este deseo nunca se verá satisfecho en el corazón del hombre hasta que
Cristo, el Hijo de David, venga a reinar en justicia perfecta por siempre.
PIES
DE ARCILLA
EXPLICACIÓN:
David no sólo pecó con Betsabé, asesinó a un hombre inocente. No disciplinó a
sus hijos cuando se vieron envueltos en la violación y el asesinato. Este gran
héroe mostró falta de carácter en muchas de sus decisiones personales. El
hombre de acero tenía pies de arcilla.
IMPORTANCIA:
Nunca debe considerarse el pecado como una mera debilidad o defecto. El pecado
es fatal y debe ser erradicado de nuestras vidas. La vida de David nos enseña a
tener compasión de todos los hombres, incluyendo aquellos cuya naturaleza
pecaminosa los lleve a pecar. Nos sirve como advertencia para no disculpar el
pecado en nuestras propias vidas, aun en tiempos de éxito.
SAMUEL
Líder
de Israel durante el crítico periodo de transición de los jueces y la monarquía,
y primer reformador religioso después de Moisés. Se le llama el último de los
jueces (1 S. 7:15; Hch. 13:20) y el
primero de los profetas (Hch.3:24). Fue hijo de Elcana, levita (1 Cr. 6:23ss.)
que vivía en el monte de Efraín (No en Jerusalén), y de Ana, quien había pedido
fervientemente a Dios un hijo. A tierna edad fue llevado al tabernáculo en Silo
y presentado al sacerdote Elí, quien lo crío (1 S. 1 y 2).
Aunque
S. se relacionó de cerca con los malvados hijos de Elí, estos no influyeron en
él y siguió fielmente a Dios. Seguramente la fe y las visitas anuales de su
madre tuvieron un efecto profundo en su vida espiritual. Tal era la diferencia
entre la conducta de S. y la de los hijos de Elí, que el pueblo se
escandalizaba cuando iban a sacrificar en Silo. Más tarde Dios estableció a S. como
su profeta y el pueblo lo reconoció como tal (1 S. 3).
S.
vivió durante un periodo de dura crisis en Israel. Los jueces eran cada vez más
incapaces de unir a la nación, y cuando Elí y sus hijos murieron S. Samuel todavía
era demasiado joven para dirigir al pueblo. Los filisteos capturaron el arca,
destruyeron Silo y dominaron la parte sur de Israel. No fue sino 20 años más
tarde que Dios levanto a S. para encabezar un gran avivamiento religioso (1 S.
7:2-6). Dios le concedió la victoria sobre los filisteos (1 S. 7:5-14) y desde
entonces fue líder del pueblo (1 S. 7:15-17).
S.
Desempeñó un papel importante en el establecimiento de la monarquía. Él estaba
viejo, sus hijos andaban mal y el pueblo clamaba por un gobierno más fuerte. Aunque
la petición no agradó al principio a S. (1 S. 8:6ss.), Dios le pidió que
ungiera a Saúl como “príncipe” (1 S. 9:17ss.). Se ha sugerido al respecto que
el uso de nagid (príncipe) en vez de melec (rey) indica que S. no miraba a
Saúl a un rey al estilo de las demás naciones, sino a un líder militar que habría
de unir al pueblo y salvarlo de los filisteos. S. entristeció, por tanto,
cuando Dios rechazo a Saúl a causa de su desobediencia. El respeto del pueblo
por S. se puso de manifiesto cuando todo Israel lamentó su muerte (1 S. 28:3).
También
fue S. el que estableció el movimiento profético. De acuerdo con 1 S. 19:20-22
presidía un grupo de profetas. Fue fundador de las escuelas de profetas que ejercieron
mucha influencia religiosa y educativa durante la monarquía. Su énfasis en la
obediencia del corazón en vez de ritmos exteriores (1 S. 15:22ss.) presagia el
mensaje de los grandes profetas más tarde.
La
importancia de S. se reconoce en Sal. 99:6, donde se le compara con Moisés y
Aarón; en Jer. 15:1, donde se le reconoce como intercesor y en Heb. 11:32 donde
se le elogia por su fe.
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