lunes, 26 de octubre de 2020

EL ATRIO.

Éxodo 27:9-19.

9También harás el atrio del tabernáculo. En el lado sur tendrás cortinas de lino torcido para el atrio, de cien codos de largo por el lado.

10Tendrán veinte columnas, con sus veinte bases de bronce; y los capiteles de las columnas y su recubrimiento serán de plata.

11Del mismo modo, tendrán cortinas de cien codos de largo en el lado norte, con sus veinte columnas y sus veinte bases de bronce; y los capiteles de las columnas y su recubrimiento serán de plata.

12Por el ancho del atrio en el lado occidental, tendrán cortinas de cincuenta codos con sus diez columnas y sus diez bases.

13El ancho de atrio en el lado oriental será de cincuenta codos.

14Para un lado del acceso, las cortinas serán de quince codos, con sus tres columnas y sus tres bases.

15Para el otro lado tendrá cortinas de quince codos, con sus tres columnas y sus tres bases.

16La puerta del atrio tendrá una cortina de veinte codos, de tela teñida de azul, púrpura y escarlata, y de lino fino torcido, obra de tejedor, con sus cuatro columnas y sus cuatro bases.

17Todas las columnas alrededor del atrio estarán recubiertas de plata; sus ganchos serán de plata y sus bases de bronce.

18El atrio será de cien codos de longitud, su anchura de cincuenta codos en cada lado, y de cinco codos de altura; sus cortinas serán de lino fino torcido, y sus bases de bronce.

19Todos los utensilios del tabernáculo para todo su servicio ritual, y todas sus estacas junto con las estacas del atrio, serán de bronce.

 

ATRIO

Patio que rodeaba el tabernáculo (Éxodo 27:9–19) y el templo (1 Reyes 6:36; 7:12), dentro del cual se hallaban el altar del holocausto (Éxodo 29:42), el lavatorio (Éxodo 30:18) o «mar» de bronce (1 Reyes 7:23–29; 2 Crónicas 4:6) y el altar del incienso (Éxodo 30:1–10).

En el templo de Salomón había dos atrios: el interior (1 Reyes 6:36), donde estaba el altar y el «mar», y el gran atrio (1 Reyes 7:12), donde se encontraban el templo y el palacio de Salomón.

En el atrio se hacían los sacrificios cotidianos y allí se daba asilo a los prófugos (1 Reyes 1:50–53; 2:28–30).

El templo de Herodes tenía varios atrios: el de los sacerdotes, el de los hombres israelitas, el de las mujeres israelitas y el de los gentiles.

 

ATRIO, CAMPAMENTO

Jatser, «atrio; recinto». Este vocablo está relacionado con un verbo semítico común que tiene dos significados: «estar presente», en el sentido de morar en un lugar determinado (campamento, asentamiento, residencia), y «encerrar, rodear, apretar». En el hebreo veterotestamentario, jatser aparece unas 190 veces bien distribuidas por todo el texto, excepto en los profetas menores. En algunos diccionarios hebreos el uso de jatser como «morada permanente», «poblado» o «aldea» se trata aparte de «atrio». Sin embargo, la mayoría de los diccionarios modernos identifican solo una raíz con dos significados relacionados.

Jatser aparece por primera vez en la Biblia en Génesis 25:16: «Estos fueron los hijos de Ismael y sus nombres según sus aldeas y campamentos: doce jefes según sus naciones». Aquí jatser se refiere al primer significado del radical hebreo, que aparece con menor frecuencia que «atrio». El jatser («asentamiento») era un lugar en el que moraba el pueblo sin un recinto que le protegiera. En Levíticos 25:31 se explica el término: «Mas las casas de las aldeas que no tienen muro alrededor, serán consideradas como campo abierto; tienen derechos de redención, y son recuperadas en el jubileo».

Jatser significa «asentamientos» de pueblos seminómadas: ismaelitas (Génesis 25:15), aveos (Deuteronomio 2:23) y Cedar (Iaías 42:11). Jatser también denota un «asentamiento» extramuros. Las ciudades de Canaán eran relativamente pequeñas y no tenían capacidad para toda la población. En tiempos de paz, los residentes de la ciudad podían construir sus casas y talleres formando un sector aparte. Si la población aumentaba, el rey o gobernador a menudo decidía encerrar el nuevo barrio con un muro y así lo incorporaba a la ciudad existente a fin de proteger la población de bandidos y guerreros. Jerusalén fue creciendo paulatinamente hacia el oeste; en tiempos de Ezequías llegó a ser una ciudad grande. Hulda la profetiza moraba en un asentamiento como este, conocido en hebreo como misneh: «En el Segundo Barrio de Jerusalén» (2 Reyes 22:14).

El libro de Josué incluye las victorias de Israel sobre las ciudades principales de Canaán, con sus suburbios: «Ayin, Rimón, Eter y Asán; cuatro ciudades con sus aldeas» (19:7; 15:45, 47; 21:12).

La acepción principal de jatser es «atrio», ya sea de una casa, un palacio o un templo. Por lo general, cada casa tenía un «atrio» o patio rodeado por un muro o varias casas compartían uno: «Pero un muchacho los vio e informó a Absalón. Por tanto, los dos se dieron prisa y llegaron a la casa de un hombre en Bajurim, quien tenía un pozo en su patio, y se metieron dentro de él» (2 Samuel 17:18 ). El palacio de Salomón tenía varios «atrios»: un «atrio» exterior, un «atrio» que rodeaba el palacio y un «atrio interior» en medio del palacio. En forma similar, el templo tenía varios atrios. El salmista expresa su gozo por estar en los «atrios» del templo, donde las aves construían sus nidos (Salmos 84:3); «Porque mejor es un día en tus atrios que mil fuera de ellos: Escogería antes estar a la puerta de la casa de mi Dios, que habitar en las moradas de maldad» (Salmos 84:10). El pueblo de Dios anhelaba la reunión de todo el pueblo en los «atrios» de Dios: «En los atrios de la casa de Jehová, en medio de ti, oh Jerusalén. ¡Aleluya!» (Salmos 116:19).

Las traducciones en la Septuaginta son: aule («patio; granja; casa; atrio exterior; palacio»), epaulis («granja; estancia; residencia») y kome («aldea; pueblo pequeño»). En la rv encontramos «atrio; aldea; pueblo».

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