domingo, 12 de julio de 2015

Conozcamos la Biblia Santiago

LIBRO DE SANTIAGO

Aram., Yacob. El actual nombre Santiago es la contracción en español derivada de la expresión latina “Sanct lacob”. Se atribuye la autoría de esta epístola a Jacobo, el hermano de nuestro Señor Jesucristo (Gá. 1:19). Se considera el escrito más antiguo del Nuevo Testamento, ya que su fecha se fija alrededor del 45 d.C.  

PALABRA SABIA

EXPLICACIÓN: La sabiduría se manifiesta cuando se habla. Somos responsables por los resultados destructivos de nuestras palabras. La sabiduría de Dios que ayuda a controlar la lengua puede también ayudarnos a dominar nuestra conducta.
IMPORTANCIA: La aceptación de la sabiduría de Dios afectará su forma de hablar. Sus palabras expresarán genuina humildad y lo conducirán a la paz. Piense antes de hablar y permita que Dios le dé dominio propio.


PRUEBAS

EXPLICACIÓN: En la vida cristiana hay pruebas y tentaciones. Sobreponerse con éxito a esas adversidades produce madurez y carácter firme.
IMPORTANCIA: No se amargue cuando vengan los problemas. Pida sabiduría; Dios suplirá todo lo que usted necesita para enfrentarse a la persecución o a la adversidad. Él le dará paciencia y lo mantendrá firme en el tiempo de la prueba.

FE VIVA

EXPLICACIÓN: Santiago quiere que los creyentes no solo oigan la verdad, sino que también la pongan en práctica. Hace una comparación entre la fe vacía (afirmaciones sin conducta) y la fe que da resultados. La dedicación a amar y a servir a los demás es prueba de verdadera fe.
IMPORTANCIA: Es muy importante la fe viva. Asegúrese de que su fe sea más que una simple declaración; también debe traducirse en acción. Esté atento a las posibilidades de poner su fe en acción.

RIQUEZA

EXPLICACIÓN: Santiago les enseñó a los cristianos que no debían transigir con actitudes mundanas relacionadas con la riqueza. Como la gloria de la riqueza se desvanece, los cristianos deben almacenar los tesoros de Dios mediante el servicio desinteresado. Los cristianos no deben mostrar parcialidad con los ricos, ni tampoco actuar con prejuicios en contra de los pobres.
IMPORTANCIA: Todos somos responsables por la manera en que usamos lo que tenemos. No debemos atesorar riqueza sino ser generosos con los demás. Además, no debemos sentirnos impresionados por el rico ni menospreciar a los pobres.

LEY DEL AMOR

EXPLICACIÓN: Somos salvados por la misericordia de Dios, no por guardar la ley. Pero Cristo nos dio un mandato especial: «Amarás a tu prójimo como a ti mismo» (Mateo 19.19). Debemos amar y servir a quienes nos rodean.
IMPORTANCIA: Al guardar la ley del amor se muestra que nuestra fe es fundamental y genuina. Cuando mostramos amor a los demás, vencemos nuestro propio egoísmo.

SANTIAGO:

         Primera de las epístolas generales, así clasificadas por estar dirigida a “las doce tribus que están en la dispersión”, siendo ésta una probable expresión simbólica para referirse a las congregaciones cristianas dispersas en todo el mundo.

I.             PATERNIDAD LITERARIA.

Hasta el siglo IV esta carta no recibió la aceptación de la iglesia. La reserva se debía a la incertidumbre acerca de la identidad de su autor, que se describe (Stg. 1:1) meramente como “Santiago siervo de Dios y del Señor Jesucristo”. Reconociendo que Jacobo, hijo de Zebedeo, murió demasiado prematuramente para ser autor de epístola alguna, la iglesia atribuyó la E. de S. a Jacobo de Jerusalén, el hermano del Señor.

Aparentemente llevaba el título de “apóstol” (Gá. 1:19) y así se satisfizo el requisito de paternidad apostólica que era imprescindible para la aceptación de cualquier escrito en el canon.

Hay varios factores que apoyan a Jacobo de Jerusalén como autor: la sencillez con la que el autor se designa a sí mismo (1:1): el tono de autoridad con que escribe, el carácter homilético de la epístola, su sabor judeocristiano y sus ecos de la literatura sapiencial (sobre la palabra clave “sabiduría”, cp. 1:5; 3:17) y de los dichos de Jesús consagrados en el Sermón del Monte (v.g., cp. 2:13 con Mt. 5:7; 3:12 con Mt. 7:16;3:18 con Mt. 7:20; 5:2 con Mt. 6:19). Además, a pesar de ciertas frases de corte helenista (cp. 1:17,23; 3:6), la epístola muestra rasgos hebraicos y usa preguntas retóricas, símiles vívidos, diálogos imaginarios, y aforismos didácticos que tienden a señalar a Jacobo como autor, judío cristiano bilingüe. Residió continuamente (se supone) en Jerusalén, desde el día de  Pentecostés hasta su martirio 32 años después, según lo relata el historiador Josefo. Jacobo tuvo contactos, Gracias a su posición de liderazgo, con judíos y cristianos en todas partes del mundo.

Otras pruebas son las semejanzas entre esta epístola y el discurso de Jacobo en el Concilio de Jerusalén  (cp. 1:1 con Hch. 15:23; 1:27 con Hch. 15:14; 2:5 con Hch. 15:13; 2:7 con Hch. 15:17).

Por otra parte, hay varios factores que han convencido a algunos eruditos parta que le atribuyan una paternidad diferente: p,e., la falta casi completa de doctrinas específicamente cristiana y nombre de Jesucristo (aparece únicamente en 1:1; 2:1), el lenguaje elegante que indicaría un autor cuyo idioma materno quizá fuese el gr., y la demora en la aceptación de la epístola en el canon. Según esta teoría “Santiago” es un Jacobo desconocido o un escritor que procura dar autoridad a su carta (una homilía judía cristianizada por ciertos retoques) utilizando el nombre del primer obispo de Jerusalén. En tal caso, la fecha de composición no sería 40-60, sino 70-110. A pesar de estos criterios, la paternidad literaria tradicional de Jacobo el hermano de Jesús sigue en pie como la más probable.

II.            SU ENSEÑANZA

La carta parece ser una colección de aforismos y homilías, organizados según la costumbre judía de asociar palabras claves. Esto hace inútil tratar de confeccionar un bosquejo lógico, pero a continuación se ofrece una lista de temas tratados:

A.   Salutación epistolar, 1:1.
B.   Sobre ciertas realidades religiosas 1:2-2:26.
1.    En la formación de carácter 1:2-18.
2.    En la instrucción religiosa y el culto público 1:19-2:26.
C.   Sobre la vocación al magisterio 3:1-18.
D.   La mundanalidad en contraste con la conducta cristiana 4:1-5:20.
1.    La mundanalidad como rival de Dios 4:1-5:6.
2.    Consejos para la conducta cristiana 5:7-20.


Martín Lutero juzgó la epístola como muy inferior (“bastante pajosa”) a los demás libros canónicos, debido a la supuesta contradicción entre ella y la doctrina de la justificación. S. utiliza el término “fue justificado” en 2:21 con referencia al relato  de Gn. 22 (donde Abraham se dispuso a sacrificar a Isaac) y afirma que así “demostró públicamente su fe”, mientras Pablo, refiriéndose a la relación íntima entre Abraham y Dios (Gn. 15:6), define la justicia imputada en términos no de obras, sino exclusivamente de fe (Ro. 4:1-5; Gá. 3:6-9).

S. hace hincapié en el Dios que no cambia, el Creador (1:17s.), el Padre (1:27; 3:9), el Soberano (4:15) exento de toda influencia maligna (1:13), el Legislador, Juez, Salvador y destructor (4:11s.) que no tolera rivales (4:4s.), el dador de la sabiduría (1:5) gracia (4:6) y galardones (1:12). La justicia de Dios requiere del creyente (1:20) es una piedad no fingida, sin tesis de la perseverancia  (1:2-18), la obediencia (1:19-27), la imparcialidad (2:1-13), la integridad (2:14-26), la disciplina (3:1;-4:10), la humildad (4:11-5:6), la paciencia (5:7-11), la persistencia en oración (5:12-18)  y el amor (5:19s.). 

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