Libro de Judas
La mayoría de los
eruditos concuerda en que se trata del hermano de Jacobo (Santiago), y por
tanto, hermano de nuestro Señor Jesucristo (Mt. 13:55; Mr. 6:3). A él se
atribuye la autoría de esta epístola universal, escrita alrededor del 70 d.C.
APOSTASÍA
EXPLICACIÓN:
Judas también advierte en contra de la apostasía, el apartarse de Cristo. Es
necesario recordar que Dios castiga la rebeldía en contra de Él. Debemos tener
mucho cuidado para no desviarnos de una entrega fiel a Cristo.
IMPORTANCIA:
Los que no tratan de conocer la verdad en la Palabra de Dios corren el peligro
de la apostasía. Los cristianos deben guardarse de cualquier falsa enseñanza
que pueda distraerlos de la verdad predicada por los apóstoles y escrita en la
Palabra de Dios.
FALSOS
MAESTROS
EXPLICACIÓN:
Judas advierte en contra de los falsos maestros y de los líderes que rechazan
el señorío de Cristo, socavan la fe de otros y los descarrían. Serán castigados
esos líderes y cualquiera que los siga.
IMPORTANCIA:
Debemos defender con vigor la verdad cristiana. Esté seguro de evitar líderes y
maestros que tergiversen la Biblia para respaldar sus propios propósitos. Los
verdaderos siervos de Dios reflejarán con fidelidad a Cristo mediante sus
palabras y su conducta.
JUDAS.
Carta dirigida a un grupo de
creyentes judíos en Siria que tendían a descuidar la enseñanza de la realidad
de los juicios divinos, a causa de un énfasis desmedido sobre la gracia divina.
I.
AUTOR
Y FECHA
A
Judas se le menciona entre los hermanos de Jesús (Mr. 6:3; Lc. 6:16) al igual
que a Jacobo, dirigente durante muchos años de la iglesia de Jerusalén (Hch. 15:13;
Gá. 2:9s.). Sin embargo, es significante que el autor no afirma tener autoridad
apostólica a pesar de su parentesco con Jesús y con un dirigente en Jerusalén.
Puesto
que, según la tradición, Judas murió antes del 81 d.C., el tiempo de la redacción
de su carta puede fijarse por conjeturas hacia 75 d.C. las condiciones con 2 Pedro
suelen explicarse suponiendo que Jud. se escribió primero. Sin embargo, el v.
17 presupone que los apóstoles (tal vez con la excepción de Juan) habían
muerto. Jud. fue aceptada en el canon entre 200 y 397 d.C. a pesar de varias objeciones
que en parte tenían que ver con dos citas de libros apócrifos (el v.9 alude a La asunción de Moisés y el v.
14 a Enoc).
II.
CONTENIDO
La
epístola destaca un violento grito de guerra santa cuyo tema, la gracia de Dios
y la soberanía del Señor Jesucristo, se formula en el v. 4. Tras una salutación
(vv.1s.) y una explicación de móvil de la epístola (vv. 3s.), la primera sección
principal (vv. 5-16) anuncia el juicio
sobre “éstos” que provocan desordenes típicos de los que, al igual que los israelitas
en el desierto, “los ángeles que no guardan su dignidad” sobrestima la
seguridad de su salvación. Éstos no respetan el juicio de Dios, rechazan
autoridades y normas, e invocan su experiencia con el espíritu para actuar
irresponsablemente en lo sensual.
La
segunda sección proclama misericordia para los desorientados. Las predicciones
apostólicas y el amor de Dios, que salva aun a los desordenados, inspiran a
luchar en pro de la fe. Jud. distingue entre los vacilantes, los medio perdidos
y los totalmente corrompidos (cp. 1 Jn. 5:16s.).
Al
denunciar los abusos que se cometen egoístamente
dentro del cristianismo, Judas se declara como uno de los autores antisectarios
del NT. La epístola concluye con una de las más hermosas alabanzas
cristológicas de la Biblia.
¿QUIÉNES
ERAN LOS PERTURBADORES?
Judas no se ocupa de detallar qué
enseñaban los perturbadores (versículo 4) quizás ni siquiera quiso honrar las
ideas de estos dándoles tratamiento. Pero el modo en el que se conducían no
goza de tal restricción: él abre fuego contra su hipocresía, su actitud
divisiva y su moral libertina. Los llama espías e insta a los creyentes a
luchar por la verdadera fe. En algún arranque casi poético, toma vividas imágenes
de la naturaleza para describir a esa gente
(12-13).
Breve vigorosa, la carta de Judas nos
trae a la mente la imagen de algún fogoso profeta del Antiguo Testamento. Judas,
sin embargo, tiene esperanzas acerca de sus lectores. Los creyentes sinceros
pueden mantenerse en el amor de Dios y algunas almas vacilantes pueden todavía ser
“arrebatadas del fuego” (21-23). (aun en el fragor de su batalla contra los
herejes, Judas no insinúa persecución alguna de los ofensores ¡nada hay en este
libro acerca de quemar a nadie en la pira!)
Judas se despide con una doxología
conocida y llena de alegría; ésta es la parte de su carta que todavía es citada
con frecuencia en las iglesias de hoy en día.
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