sábado, 18 de julio de 2015

Conozcamos la Biblia 1, 2 y 3 Juan


Libro de 1, 2 y 3 Juan

1 Juan. El estilo de expresión y su precio textual con el relato del evangelio de Juan, hacen que los eruditos atribuyan la autoría de esta epístola al apóstol Juan. Se cree que fue escrita alrededor de 90 d.C. probablemente desde Asia Menor.

2 Juan. Su autoría se atribuye también al apóstol Juan. Escrita alrededor del 90 d.C. desde Asia Menor.

3 Juan. Esta Epístola se atribuye al apóstol Juan. Al igual que la 1ª y 2ª epístola, también fue escrita alrededor del 90 d.C., desde Asia Menor.

1 Juan

AMOR

EXPLICACIÓN: Cristo nos manda amar a otros como Él lo hizo. Ese amor es prueba de que de veras somos salvos. Dios es el Creador del amor y le interesa que sus hijos se amen.
IMPORTANCIA: Amar significa poner a los demás en primer lugar, es decir, no ser egoístas. El amor es acción, es muestra de que los demás nos interesan; no es simplemente decirlo. Para mostrar nuestro amor debemos dar como sacrificio nuestro tiempo y dinero a fin de suplir las necesidades de los demás.

FAMILIA DE DIOS

EXPLICACIÓN: Venimos a ser hijos de Dios por creer en Cristo. La vida de Dios en nosotros nos capacita para amar a los miembros de nuestra familia.
IMPORTANCIA: La forma en que tratamos a los demás muestra quién es nuestro Padre. Viva como un fiel y amoroso miembro de la familia.

PECADO

EXPLICACIÓN: Hasta los cristianos pecan. El pecado requiere el perdón de Dios y la muerte de Cristo nos proporciona ese perdón. Determinar vivir de acuerdo con las normas de Dios en la Biblia muestra que se está transformando nuestra vida.
IMPORTANCIA: No podemos negar nuestra naturaleza pecaminosa, sostener que estamos «encima» del pecado ni minimizar las consecuencias del pecado en nuestra relación con Dios. Debemos resistir la atracción del pecado; no obstante, debemos confesar cuando pecamos.

SEGURIDAD

EXPLICACIÓN: Dios está en control de los cielos y la tierra. Al ser verdad su Palabra, podemos tener la seguridad de vida eterna y victoria sobre el pecado. Por la fe podemos tener la certeza de nuestro destino eterno con Él.
IMPORTANCIA: La seguridad de nuestra relación con Dios es una promesa, pero también es una forma de vida. Establecemos nuestra confianza al obedecer la Palabra de Dios y depender de la provisión de Cristo para nuestro pecado.

VERDAD Y ERROR

EXPLICACIÓN: La enseñanza de que el cuerpo no importa, impartida por los falsos maestros, estimuló a los creyentes a poner a un lado las restricciones morales. También les enseñaron que Cristo no era en realidad un hombre y que debemos ser salvos por tener algunos conocimientos místicos especiales. El resultado fue que la gente llegó a ser indiferente al pecado.
IMPORTANCIA: Dios es verdad y luz; por lo tanto, cuanto más lleguemos a conocerlo, tanto más fácil nos resultará el enfocar la verdad. No permita ser desviado por cualquier enseñanza que niega la deidad o humanidad de Cristo. Considere el mensaje; pruebe las afirmaciones.



2 Juan

AMOR

EXPLICACIÓN: El mandato de Cristo es que los cristianos se amen unos a otros. Este es el elemento fundamental del verdadero cristianismo.
IMPORTANCIA: Para obedecer plenamente a Cristo, debemos creer en su mandato de amar a los demás. El ayudar, dar y suplir las necesidades es poner en práctica el amor.

FALSOS LÍDERES

EXPLICACIÓN: Debemos actuar con cautela frente a los líderes religiosos que distorsionan las enseñanzas de Cristo. No debemos darles una plataforma para difundir sus enseñanzas falsas.
IMPORTANCIA: No anime a los que son contrarios a Cristo. Evite cortésmente asociarse con los falsos maestros. Esté atento a lo que se está enseñando en la iglesia.

VERDAD

EXPLICACIÓN: Es esencial el obedecer la Palabra de Dios, la Biblia, para la vida cristiana porque Dios es verdad. Los seguidores de la verdad de Cristo obedecen consecuentemente su verdad.
IMPORTANCIA: Para ser leales a las enseñanzas de Cristo debemos conocer la Biblia y nunca torcer su mensaje según nuestras necesidades o propósitos, ni tampoco animar a otros a que le den un mal uso.


3 Juan.


ORGULLO

EXPLICACIÓN: Diótrefes no solo se negó a brindar hospitalidad, sino que impuso su autoridad de jefe de iglesia. El orgullo lo descalificó como un verdadero líder.
IMPORTANCIA: Los líderes cristianos deben evitar el orgullo y sus efectos. Cuídese de no aprovecharse de su condición de líder.

FIDELIDAD

EXPLICACIÓN: Gayo y Demetrio fueron alabados por su obra fiel en la iglesia. Se les puso como ejemplo de fidelidad, siervos desprendidos.
IMPORTANCIA: No pase por alto a los obreros cristianos que sirven fielmente. Asegúrese de animarlos para evitar que se cansen de servir.

HOSPITALIDAD

EXPLICACIÓN: Juan escribió para animar a los que eran bondadosos con los demás. La hospitalidad genuina que se brinda a los obreros cristianos itinerantes fue necesaria en ese entonces y lo sigue siendo.
IMPORTANCIA: Los maestros cristianos fieles y los misioneros necesitan nuestro apoyo. Dondequiera que pueda brindarles hospitalidad a los demás, lo convertirá a usted en parte de su ministerio.

1 Juan


Autor y destinatarios


Aunque esta epístola es anónima, su estilo y vocabulario claramente indican que fue escrita por el autor del Evangelio de Juan. La evidencia interna también apunta hacia Juan como el autor, y el testimonio antiguo se la atribuye unánimemente.
La falta de una dedicatoria o saludo especial sugiere que la carta era una circular, enviada probablemente a las iglesias de las cercanías de Éfeso, donde Juan pasó sus últimos años.

Fecha


El peso de una tradición cristiana fuerte y temprana en la cual Juan pasó sus últimos años en Éfeso, junto al hecho de que el tono de sus escritos sugiere que salieron de la pluma de un creyente maduro que había experimentado una profunda experiencia espiritual, apunta a una fecha cerca al fin del primer siglo. Además, el carácter de la herejía que se combate en la carta apunta a la misma época, alrededor del año 90 d.C.

Ocasión y propósito


Juan enfatiza que escribió para dar seguridad sobre la vida eterna a aquellos «que creéis en el nombre del Hijo de Dios» (5.13). La incertidumbre de sus lectores acerca de su condición espiritual tenía su origen en un conflicto no solucionado con los maestros de una falsa doctrina. Juan se refiere a esas enseñanzas como un engaño (2.26; 3.7) y a sus maestros como «falsos profetas» (4.1), mentirosos (2.22) y anticristos (2.18, 22; 4.3). Alguna vez habían pertenecido a la iglesia, pero se habían retirado (2.19) y habían «salido por el mundo» (4.1) a propagar su peligrosa herejía.

La herejía aludida era una doctrina precursora de lo que sería el gnosticismo del siglo II, que enseñaba que la materia era esencialmente mala y el espíritu esencialmente bueno. El punto de vista dualista hacía que los falsos maestros negaran la encarnación de Cristo y, por lo tanto, la resurrección. El verdadero Dios, enseñaban ellos, no podía vivir dentro de un cuerpo material de carne y hueso. Por lo tanto, el cuerpo humano que Jesús poseía no era real, sino sólo aparente. Juan escribió vigorosamente contra ese error (véanse 2.22, 23; 4.3).

También enseñaban que debido a que el cuerpo humano era sólo una envoltura del espíritu, y debido a que nada de lo que el cuerpo podía hacer afectaba al espíritu, las distinciones éticas dejaban de ser relevantes. Por lo tanto, no pecaban. Juan refutó estos errores con indignación (véanse 2.4, 6, 15–17; 3.3, 7, 9, 10; 5.18).

«Gnosticismo» es una palabra derivada del griego gnosis, que significa «conocimiento». Los gnósticos más tarde enseñaron que la salvación se alcanzaba por medio de la iluminación mental, la cual descendía sólo sobre un grupo selecto de iniciados en las cosas espirituales, y no sobre los cristianos ordinarios. Por lo tanto, sustituían la fe por propósitos intelectuales y colocaban la especulación por encima de los principios básicos del evangelio. Ante estas enseñanzas, Juan reaccionó vigorosamente: Declaró que no existe revelación alguna reservada a unos pocos intelectuales, y que todo el cuerpo de los creyentes es poseedor de las enseñanzas apostólicas (Véase 2.20, 27).

El objetivo de Juan al escribir la epístola era exponer la herejía de los falsos maestros y confirmar la fe de los verdaderos creyentes.

Características


Hay grandes similitudes entre el Evangelio de Juan y esta epístola. En esta, el tono es fraternal y paternal, lo cual refleja la autoridad que dan los años y el apostolado. El estilo es informal y personal, lo que revela la íntima relación del apóstol con Dios y con su pueblo.

Contenido


En sus advertencias contra la herejía, 1 Juan hace énfasis en temas tales como el amor, la luz, el conocimiento y la vida. Estas ideas principales se repiten a través de toda la carta; el tema del amor se presenta como nota dominante. Poseer amor es una clara evidencia de que se es cristiano, y la falta de amor indica que se está en las tinieblas (2.9–11; 3.10–23; 4.7–21).

Juan afirma que Dios es luz, y el compañerismo con Él hace que se camine en la luz y en verdadero compañerismo con los otros creyentes. El compañerismo con Dios y con los creyentes permite que reconozcamos, mediante la unción de lo alto, las falsas doctrinas y el espíritu del anticristo.

El compañerismo con Dios necesariamente camina en la luz y la obediencia de sus mandamientos (1.6, 7; 2.3–5). «El que hace justicia es justo, como él es justo» (3.7), mientras «todo aquel que no hace justicia... no es de Dios» (3.10). El amor del Padre y el amor del mundo son totalmente incompatibles (2.15–17), y ninguno nacido de Dios tiene el hábito de practicar el pecado (3.9; 5.18). Cristo es la antítesis del pecado, y Él ha aparecido para quitar todos nuestros pecados (3.5).

En el capítulo 4 continúa el tema de discernir los espíritus; es decir, la identificación de los falsos profetas que han salido al mundo (v. 1). Para probar a los espíritus debemos preguntar a quién reconocen como salvador y señor. Todo espíritu que no reconozca que Jesucristo es Dios encarnado no es de Dios (v. 3).

La epístola termina con el testimonio de Jesús, el Hijo de Dios. Jesús es el que vino. El título oficial del Mesías es «Aquel que viene» o «Aquel que ha de venir» (Mt 11.3; 1 Jn 5.6). Juan lo identifica como Aquel que vino por medio del agua y la sangre, el Dios que vino a morar con nosotros, el Verbo hecho carne.

Aplicación personal


En 1 Juan es prominente la nota positiva sobre la seguridad cristiana. Veintidós veces se menciona el verbo «conocer». La verdad cristiana va más allá de toda especulación, porque está irrevocablemente anclada en el acontecimiento histórico de Jesucristo, y en el testimonio apostólico sobre ese acontecimiento. Además, los cristianos han recibido la unción y el testimonio del Espíritu Santo para confirmarles la verdad acerca de Dios, Cristo y su propia postura espiritual.

Tres pruebas demuestran lo genuino del cristianismo: la prueba de la fe (4.2), la prueba de la obediencia (2.3) y la prueba del amor (4.20). Estas mismas cosas se afirman negativamente. Aquel que profesa ser cristiano pero que no pasa la prueba de la fe (2.22), la prueba de la obediencia (1.6) y la prueba del amor (4.20), es un mentiroso. Juan resume las tres pruebas en 5.1–5, donde indica que una profesión de fe cristiana es falsa a menos que se caracterice por una creencia verdadera, la obediencia a Dios y el amor fraternal. La misma prueba es válida en nuestros días.

Cristo revelado


Juan enfatiza tanto la divinidad como la humanidad de Jesús. En la epístola se declara que Dios entró por completo en la vida de los seres humanos a través de Cristo. Una prueba del cristianismo es creer correctamente en la encarnación (4.2, 15; 5.1).

Jesús es nuestro abogado ante el Padre (2.1). El pecado es incongruente con la vida de un cristiano; sin embargo, si el creyente peca, Jesús atiende su caso.

Jesús es la ofrenda propiciatoria por nuestros pecados (2.2; 4.10). Véase la nota a Romanos 3.25.

Jesús también es Salvador, enviado por Dios para rescatarnos de nuestros pecados (1.7; 3.5; 4.14). Sólo a través de Él podemos tener vida eterna (5.11, 12).

Juan presenta la Segunda Venida de Jesús como un incentivo para permanecer firmes en la fe (2.28), y da seguridad de que nuestra completa transformación a imagen de Cristo ocurrirá a su regreso.

El Espíritu Santo en acción


Juan describe en su epístola el triple ministerio del Espíritu Santo. Primero, Dios da el Espíritu para fortalecer nuestra relación con Cristo, ya sea que Él more en nosotros (3.24), o que nosotros moremos en Él (4.13). Segundo, el Espíritu Santo testifica de la realidad de la encarnación de Cristo (4.2; 5.6–8). Tercero, el Espíritu guía a los verdaderos creyentes a la plena realización de la verdad concerniente a Jesús, para que puedan oponerse exitosamente a los herejes que niegan esa verdad (2.20; 4.4).

2 Juan


Autor y destinatarios


Aunque los primeros testimonios sobre la autoría de 2 y 3 Juan no son tan fuertes como en el caso de 1 Juan, estas epístolas están, sin embargo, ligadas al apóstol por el vocabulario y la temática general. Juan dirige su segunda epístola «a la señora elegida y a sus hijos», lo cual indica que el destinatario era una respetable madre cristiana, cuyos hijos perseveraban en la fe (v. 4). El autor además incluye saludos de las sobrinas y sobrinos (v. 13). Por la forma como la designa en el primer versículo (en griego: eklekte kyria), muchos comentaristas han especulado sobre su nombre personal, sugiriendo «la elegida Kyria», «la señora Electa» y «Electa Kyria». Otros sugieren que esa designación no señala a individuo alguno, sino que es la personificación de la iglesia local. «Sus hijos» serían los miembros de esa iglesia, y «los hijos» de su «hermana elegida» serían los miembros de la iglesia local en el lugar desde el cual Juan escribe. No parece posible una conclusión definitiva, por lo que la cuestión permanece abierta.

Fecha


El peso de la evidencia apunta a que Juan escribió las tres epístolas que llevan su nombre alrededor del año 90 d.C., poco después de que fue escrita 1 Juan.

Ocasión y propósito


La segunda epístola de Juan está dedicada a la relación entre la verdad cristiana y la hospitalidad ofrecida a los maestros que viajaban de iglesia en iglesia. A veces se abusaba de esa hospitalidad. Falsos maestros, probablemente del mismo grupo de que se habla en 1 Juan, estaban confundiendo a la comunidad de creyentes. De ahí que Juan impartiera instrucciones sobre a cuáles maestros itinerantes debían recibir y a cuáles rechazar. Los cristianos genuinos, quienes podían ser reconocidos por la ortodoxia de su mensaje (v. 10), eran dignos de ayuda; pero los maestros de herejías, especialmente aquellos que negaban la encarnación (v. 7), debían ser rechazados. Juan también elogia a la «señora elegida» por andar en la verdad.

Contenido


Juan alienta a la «señora elegida» a continuar mostrando hospitalidad, pero le advierte contra el abuso del compañerismo cristiano. A lo largo de la epístola se destaca la verdad como la base y la prueba de la fraternidad entre los creyentes. Insiste en particular sobre la correcta creencia respecto a la encarnación de Cristo, y afirma que todos los que rechacen esta realidad se han separado de la doctrina de Cristo (v. 9). Urge a los lectores de la carta a que se mantengan cerca de Cristo permaneciendo en la verdad.

Aplicación personal


El mensaje de Juan no está circunscrito a su época, debido a que esas seductivas enseñanzas continúan amenazando la estabilidad de la Iglesia. La epístola nos recuerda que debemos recibir a Jesús como el Hijo de Dios, no como un hijo de Dios o como un Dios poderoso. Juan advierte sobre aquellos que van más allá de la doctrina de Cristo al aceptar nuevas enseñanzas y dejar atrás la doctrina apostólica (v. 9). Recibir a tales personas es identificarse con sus malas obras (v. 11) y correr el riesgo de perder la fe (v. 8).

Cristo revelado


Juan presenta tanto la deidad de Cristo (v. 3) como su humanidad (v. 7). Todo el que niega la verdad fundamental sobre la persona divina y humana de Cristo no tiene a Dios (v. 9). Juan ve el compañerismo como un rasgo distintivo de la vida cristiana, pero insiste que la fraternidad bíblica no es posible allí donde se niega o compromete la doctrina apostólica sobre la persona y la obra de Cristo.

El Espíritu Santo en acción


Aunque la epístola no menciona el Espíritu Santo de forma específica, su ministerio es evidente, particularmente al dar testimonio sobre la verdad concerniente a la persona de Cristo. El Espíritu pone al verdadero creyente en condiciones de distinguir las falsas doctrinas y «permanece en la doctrina de Cristo».

3 juan


Autor y destinatarios


Tanto en segunda como en tercera de Juan quien escribe se identifica como «el anciano», sugiriendo que él era mayor que otros cristianos y que su conocimiento personal de la fe era más antiguo que el de ellos. La evidencia más fuerte apunta a que estas tres epístolas fueron escritas por la misma persona. Véase introducción a 2 Juan: «Autor y destinatarios».

En torno al «amado Gayo» se conoce únicamente el cálido tributo que le brinda Juan en la dedicatoria de esta carta. El nombre Gayo era común en el mundo romano, y el Nuevo Testamento menciona a personas con ese nombre en Corinto (Ro 16.23; 1 Co 1.14), en Macedonia (Hch 19.29) y en Derbe (Hch 20.4). No hay nada que permita asociar a este Gayo de 3 Juan con ninguna de esas personas. Evidentemente, se trataba de un líder de alguna iglesia de Asia.

Fecha

Juan era un anciano con mucha experiencia cuando escribió esta carta, junto a la segunda que lleva su nombre, al final de su vida, alrededor del año 90 a.C.

Ocasión y propósito


Mientras que en 2 Juan se alude a los maestros itinerantes que propagaban herejías y perturbaban la fe de los cristianos, en esta carta se habla de los genuinos maestros de la verdad que recorrían las iglesias. En la carta anterior, Juan prohibió ofrecer hospitalidad a los falsos maestros; aquí, por el contrario, los alienta a la fraternidad. No obstante, Diótrefes, un líder importante en una de las iglesias, se oponía a la autoridad de Juan. Además, rehusaba la hospitalidad a los misioneros que por allí pasaban, y prohibía a otros que los atendieran, excomulgándolos cuando lo hacían. Juan escribió para alentar a Gayo por su generosidad y para rechazar a Diótrefes por su falta de caridad.

Contenido


Para llevar a cabo su propósito, Juan describe la actitud de tres personas. La primera es Gayo, quien ha demostrado su fe cristiana con su generosa hospitalidad, aun hacia los extranjeros. El segundo es Diótrefes, cuyo orgullo egoísta estaba perturbando la armonía de la comunidad. El tercero es Demetrio, cuya vida era ejemplo de fidelidad cristiana y un modelo para ser imitado. Esas tres personas eran portadoras de los testimonios positivos y negativos en torno a las relaciones entre cristianos.

Aplicación personal


Esta carta describe a la iglesia como una familia unida por lazos de amor, con sus miembros ofreciéndose hospitalidad unos a otros. Sin embargo, ambiciones egoístas y celos falaces amenazaban la fraternidad de la iglesia, y sus miembros debían guardarse de tales actitudes; además, debían esforzarse por mantener relaciones de afecto entre sí.

Cristo revelado


El apóstol presenta a Jesús como la Verdad en la cual debemos caminar. La devoción hacia el Señor motiva a los verdaderos maestros a desarrollar un servicio itinerante (v. 7). Las vidas de Gayo y Demetrio armonizaban con las enseñanzas de Cristo, y daban un fuerte testimonio del poder de su amor. Por otro lado, la actitud de Diótrefes muestra un marcado contraste con la verdadera vida en la que Cristo debe ser el primero en todas las cosas.

El Espíritu Santo en acción



Esta epístola no se refiere directamente al Espíritu Santo, pero su ministerio está implícito a través del mensaje; en particular, permitiendo a los creyentes «caminar en la verdad», y fortaleciendo a los misioneros itinerantes en su ministerio. Los frutos del Espíritu son evidentes en las vidas de Gayo y Demetrio.

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