Libro de 1, 2 y 3 Juan
1
Juan. El estilo de expresión y su
precio textual con el relato del evangelio de Juan, hacen que los eruditos
atribuyan la autoría de esta epístola al apóstol Juan. Se cree que fue escrita
alrededor de 90 d.C. probablemente desde Asia Menor.
2
Juan. Su autoría se atribuye también
al apóstol Juan. Escrita alrededor del 90 d.C. desde Asia Menor.
3
Juan. Esta Epístola se atribuye al
apóstol Juan. Al igual que la 1ª y 2ª epístola, también fue escrita alrededor
del 90 d.C., desde Asia Menor.
1 Juan
AMOR
EXPLICACIÓN:
Cristo nos manda amar a otros como Él lo hizo. Ese amor es prueba de que de
veras somos salvos. Dios es el Creador del amor y le interesa que sus hijos se
amen.
IMPORTANCIA:
Amar significa poner a los demás en primer lugar, es decir, no ser egoístas. El
amor es acción, es muestra de que los demás nos interesan; no es simplemente
decirlo. Para mostrar nuestro amor debemos dar como sacrificio nuestro tiempo y
dinero a fin de suplir las necesidades de los demás.
FAMILIA
DE DIOS
EXPLICACIÓN:
Venimos a ser hijos de Dios por creer en Cristo. La vida de Dios en nosotros
nos capacita para amar a los miembros de nuestra familia.
IMPORTANCIA:
La forma en que tratamos a los demás muestra quién es nuestro Padre. Viva como
un fiel y amoroso miembro de la familia.
PECADO
EXPLICACIÓN:
Hasta los cristianos pecan. El pecado requiere el perdón de Dios y la muerte de
Cristo nos proporciona ese perdón. Determinar vivir de acuerdo con las normas
de Dios en la Biblia muestra que se está transformando nuestra vida.
IMPORTANCIA:
No podemos negar nuestra naturaleza pecaminosa, sostener que estamos «encima»
del pecado ni minimizar las consecuencias del pecado en nuestra relación con
Dios. Debemos resistir la atracción del pecado; no obstante, debemos confesar
cuando pecamos.
SEGURIDAD
EXPLICACIÓN:
Dios está en control de los cielos y la tierra. Al ser verdad su Palabra,
podemos tener la seguridad de vida eterna y victoria sobre el pecado. Por la fe
podemos tener la certeza de nuestro destino eterno con Él.
IMPORTANCIA:
La seguridad de nuestra relación con Dios es una promesa, pero también es una
forma de vida. Establecemos nuestra confianza al obedecer la Palabra de Dios y
depender de la provisión de Cristo para nuestro pecado.
VERDAD
Y ERROR
EXPLICACIÓN:
La enseñanza de que el cuerpo no importa, impartida por los falsos maestros,
estimuló a los creyentes a poner a un lado las restricciones morales. También
les enseñaron que Cristo no era en realidad un hombre y que debemos ser salvos
por tener algunos conocimientos místicos especiales. El resultado fue que la
gente llegó a ser indiferente al pecado.
IMPORTANCIA:
Dios es verdad y luz; por lo tanto, cuanto más lleguemos a conocerlo, tanto más
fácil nos resultará el enfocar la verdad. No permita ser desviado por cualquier
enseñanza que niega la deidad o humanidad de Cristo. Considere el mensaje;
pruebe las afirmaciones.
2 Juan
AMOR
EXPLICACIÓN:
El mandato de Cristo es que los cristianos se amen unos a otros. Este es el
elemento fundamental del verdadero cristianismo.
IMPORTANCIA:
Para obedecer plenamente a Cristo, debemos creer en su mandato de amar a los
demás. El ayudar, dar y suplir las necesidades es poner en práctica el amor.
FALSOS
LÍDERES
EXPLICACIÓN:
Debemos actuar con cautela frente a los líderes religiosos que distorsionan las
enseñanzas de Cristo. No debemos darles una plataforma para difundir sus
enseñanzas falsas.
IMPORTANCIA:
No anime a los que son contrarios a Cristo. Evite cortésmente asociarse con los
falsos maestros. Esté atento a lo que se está enseñando en la iglesia.
VERDAD
EXPLICACIÓN:
Es esencial el obedecer la Palabra de Dios, la Biblia, para la vida cristiana
porque Dios es verdad. Los seguidores de la verdad de Cristo obedecen
consecuentemente su verdad.
IMPORTANCIA:
Para ser leales a las enseñanzas de Cristo debemos conocer la Biblia y nunca
torcer su mensaje según nuestras necesidades o propósitos, ni tampoco animar a
otros a que le den un mal uso.
3 Juan.
ORGULLO
EXPLICACIÓN:
Diótrefes no solo se negó a brindar hospitalidad, sino que impuso su autoridad
de jefe de iglesia. El orgullo lo descalificó como un verdadero líder.
IMPORTANCIA:
Los líderes cristianos deben evitar el orgullo y sus efectos. Cuídese de no
aprovecharse de su condición de líder.
FIDELIDAD
EXPLICACIÓN:
Gayo y Demetrio fueron alabados por su obra fiel en la iglesia. Se les puso
como ejemplo de fidelidad, siervos desprendidos.
IMPORTANCIA:
No pase por alto a los obreros cristianos que sirven fielmente. Asegúrese de
animarlos para evitar que se cansen de servir.
HOSPITALIDAD
EXPLICACIÓN:
Juan escribió para animar a los que eran bondadosos con los demás. La
hospitalidad genuina que se brinda a los obreros cristianos itinerantes fue
necesaria en ese entonces y lo sigue siendo.
IMPORTANCIA:
Los maestros cristianos fieles y los misioneros necesitan nuestro apoyo. Dondequiera
que pueda brindarles hospitalidad a los demás, lo convertirá a usted en parte
de su ministerio.
1 Juan
Autor y destinatarios
Aunque esta epístola es
anónima, su estilo y vocabulario claramente indican que fue escrita por el
autor del Evangelio de Juan. La evidencia interna también apunta hacia Juan
como el autor, y el testimonio antiguo se la atribuye unánimemente.
La falta de una dedicatoria o
saludo especial sugiere que la carta era una circular, enviada probablemente a
las iglesias de las cercanías de Éfeso, donde Juan pasó sus últimos años.
Fecha
El peso de una tradición
cristiana fuerte y temprana en la cual Juan pasó sus últimos años en Éfeso,
junto al hecho de que el tono de sus escritos sugiere que salieron de la pluma
de un creyente maduro que había experimentado una profunda experiencia
espiritual, apunta a una fecha cerca al fin del primer siglo. Además, el
carácter de la herejía que se combate en la carta apunta a la misma época,
alrededor del año 90 d.C.
Ocasión y propósito
Juan enfatiza que escribió para
dar seguridad sobre la vida eterna a aquellos «que creéis en el nombre del Hijo
de Dios» (5.13). La incertidumbre de sus lectores acerca de su condición
espiritual tenía su origen en un conflicto no solucionado con los maestros de
una falsa doctrina. Juan se refiere a esas enseñanzas como un engaño (2.26;
3.7) y a sus maestros como «falsos profetas» (4.1), mentirosos (2.22) y
anticristos (2.18, 22; 4.3). Alguna vez habían pertenecido a la iglesia, pero
se habían retirado (2.19) y habían «salido por el mundo» (4.1) a propagar su
peligrosa herejía.
La herejía aludida era una
doctrina precursora de lo que sería el gnosticismo del siglo II, que enseñaba
que la materia era esencialmente mala y el espíritu esencialmente bueno. El punto
de vista dualista hacía que los falsos maestros negaran la encarnación de
Cristo y, por lo tanto, la resurrección. El verdadero Dios, enseñaban ellos, no
podía vivir dentro de un cuerpo material de carne y hueso. Por lo tanto, el
cuerpo humano que Jesús poseía no era real, sino sólo aparente. Juan escribió
vigorosamente contra ese error (véanse 2.22, 23; 4.3).
También enseñaban que debido a
que el cuerpo humano era sólo una envoltura del espíritu, y debido a que nada
de lo que el cuerpo podía hacer afectaba al espíritu, las distinciones éticas
dejaban de ser relevantes. Por lo tanto, no pecaban. Juan refutó estos errores
con indignación (véanse 2.4, 6, 15–17; 3.3, 7, 9, 10; 5.18).
«Gnosticismo» es una palabra
derivada del griego gnosis, que significa «conocimiento». Los gnósticos más
tarde enseñaron que la salvación se alcanzaba por medio de la iluminación
mental, la cual descendía sólo sobre un grupo selecto de iniciados en las cosas
espirituales, y no sobre los cristianos ordinarios. Por lo tanto, sustituían la
fe por propósitos intelectuales y colocaban la especulación por encima de los
principios básicos del evangelio. Ante estas enseñanzas, Juan reaccionó
vigorosamente: Declaró que no existe revelación alguna reservada a unos pocos
intelectuales, y que todo el cuerpo de los creyentes es poseedor de las
enseñanzas apostólicas (Véase 2.20, 27).
El objetivo de Juan al escribir
la epístola era exponer la herejía de los falsos maestros y confirmar la fe de
los verdaderos creyentes.
Características
Hay grandes similitudes entre
el Evangelio de Juan y esta epístola. En esta, el tono es fraternal y paternal,
lo cual refleja la autoridad que dan los años y el apostolado. El estilo es
informal y personal, lo que revela la íntima relación del apóstol con Dios y
con su pueblo.
Contenido
En sus advertencias contra la
herejía, 1 Juan hace énfasis en temas tales como el amor, la luz, el
conocimiento y la vida. Estas ideas principales se repiten a través de toda la
carta; el tema del amor se presenta como nota dominante. Poseer amor es una
clara evidencia de que se es cristiano, y la falta de amor indica que se está
en las tinieblas (2.9–11; 3.10–23; 4.7–21).
Juan afirma que Dios es luz, y
el compañerismo con Él hace que se camine en la luz y en verdadero compañerismo
con los otros creyentes. El compañerismo con Dios y con los creyentes permite
que reconozcamos, mediante la unción de lo alto, las falsas doctrinas y el
espíritu del anticristo.
El compañerismo con Dios
necesariamente camina en la luz y la obediencia de sus mandamientos (1.6, 7;
2.3–5). «El que hace justicia es justo, como él es justo» (3.7), mientras «todo
aquel que no hace justicia... no es de Dios» (3.10). El amor del Padre y el
amor del mundo son totalmente incompatibles (2.15–17), y ninguno nacido de Dios
tiene el hábito de practicar el pecado (3.9; 5.18). Cristo es la antítesis del
pecado, y Él ha aparecido para quitar todos nuestros pecados (3.5).
En el capítulo 4 continúa el
tema de discernir los espíritus; es decir, la identificación de los falsos
profetas que han salido al mundo (v. 1). Para probar a los espíritus debemos
preguntar a quién reconocen como salvador y señor. Todo espíritu que no
reconozca que Jesucristo es Dios encarnado no es de Dios (v. 3).
La epístola termina con el
testimonio de Jesús, el Hijo de Dios. Jesús es el que vino. El título oficial
del Mesías es «Aquel que viene» o «Aquel que ha de venir» (Mt 11.3; 1 Jn 5.6).
Juan lo identifica como Aquel que vino por medio del agua y la sangre, el Dios
que vino a morar con nosotros, el Verbo hecho carne.
Aplicación personal
En 1 Juan es prominente la nota
positiva sobre la seguridad cristiana. Veintidós veces se menciona el verbo
«conocer». La verdad cristiana va más allá de toda especulación, porque está
irrevocablemente anclada en el acontecimiento histórico de Jesucristo, y en el
testimonio apostólico sobre ese acontecimiento. Además, los cristianos han
recibido la unción y el testimonio del Espíritu Santo para confirmarles la
verdad acerca de Dios, Cristo y su propia postura espiritual.
Tres pruebas demuestran lo
genuino del cristianismo: la prueba de la fe (4.2), la prueba de la obediencia
(2.3) y la prueba del amor (4.20). Estas mismas cosas se afirman negativamente.
Aquel que profesa ser cristiano pero que no pasa la prueba de la fe (2.22), la
prueba de la obediencia (1.6) y la prueba del amor (4.20), es un mentiroso.
Juan resume las tres pruebas en 5.1–5, donde indica que una profesión de fe
cristiana es falsa a menos que se caracterice por una creencia verdadera, la obediencia
a Dios y el amor fraternal. La misma prueba es válida en nuestros días.
Cristo revelado
Juan enfatiza tanto la
divinidad como la humanidad de Jesús. En la epístola se declara que Dios entró
por completo en la vida de los seres humanos a través de Cristo. Una prueba del
cristianismo es creer correctamente en la encarnación (4.2, 15; 5.1).
Jesús es nuestro abogado ante
el Padre (2.1). El pecado es incongruente con la vida de un cristiano; sin
embargo, si el creyente peca, Jesús atiende su caso.
Jesús es la ofrenda
propiciatoria por nuestros pecados (2.2; 4.10). Véase la nota a Romanos 3.25.
Jesús también es Salvador,
enviado por Dios para rescatarnos de nuestros pecados (1.7; 3.5; 4.14). Sólo a
través de Él podemos tener vida eterna (5.11, 12).
Juan presenta la Segunda Venida
de Jesús como un incentivo para permanecer firmes en la fe (2.28), y da
seguridad de que nuestra completa transformación a imagen de Cristo ocurrirá a
su regreso.
El Espíritu Santo en acción
Juan describe en su epístola el
triple ministerio del Espíritu Santo. Primero, Dios da el Espíritu para
fortalecer nuestra relación con Cristo, ya sea que Él more en nosotros (3.24),
o que nosotros moremos en Él (4.13). Segundo, el Espíritu Santo testifica de la
realidad de la encarnación de Cristo (4.2; 5.6–8). Tercero, el Espíritu guía a
los verdaderos creyentes a la plena realización de la verdad concerniente a
Jesús, para que puedan oponerse exitosamente a los herejes que niegan esa
verdad (2.20; 4.4).
2 Juan
Autor y destinatarios
Aunque los primeros testimonios
sobre la autoría de 2 y 3 Juan no son tan fuertes como en el caso de 1 Juan,
estas epístolas están, sin embargo, ligadas al apóstol por el vocabulario y la
temática general. Juan dirige su segunda epístola «a la señora elegida y a sus
hijos», lo cual indica que el destinatario era una respetable madre cristiana,
cuyos hijos perseveraban en la fe (v. 4). El autor además incluye saludos de
las sobrinas y sobrinos (v. 13). Por la forma como la designa en el primer
versículo (en griego: eklekte kyria), muchos comentaristas han especulado sobre
su nombre personal, sugiriendo «la elegida Kyria», «la señora Electa» y «Electa
Kyria». Otros sugieren que esa designación no señala a individuo alguno, sino
que es la personificación de la iglesia local. «Sus hijos» serían los miembros
de esa iglesia, y «los hijos» de su «hermana elegida» serían los miembros de la
iglesia local en el lugar desde el cual Juan escribe. No parece posible una
conclusión definitiva, por lo que la cuestión permanece abierta.
Fecha
El peso de la evidencia apunta
a que Juan escribió las tres epístolas que llevan su nombre alrededor del año
90 d.C., poco después de que fue escrita 1 Juan.
Ocasión y propósito
La segunda epístola de Juan
está dedicada a la relación entre la verdad cristiana y la hospitalidad
ofrecida a los maestros que viajaban de iglesia en iglesia. A veces se abusaba
de esa hospitalidad. Falsos maestros, probablemente del mismo grupo de que se
habla en 1 Juan, estaban confundiendo a la comunidad de creyentes. De ahí que
Juan impartiera instrucciones sobre a cuáles maestros itinerantes debían
recibir y a cuáles rechazar. Los cristianos genuinos, quienes podían ser
reconocidos por la ortodoxia de su mensaje (v. 10), eran dignos de ayuda; pero
los maestros de herejías, especialmente aquellos que negaban la encarnación (v.
7), debían ser rechazados. Juan también elogia a la «señora elegida» por andar
en la verdad.
Contenido
Juan alienta a la «señora
elegida» a continuar mostrando hospitalidad, pero le advierte contra el abuso
del compañerismo cristiano. A lo largo de la epístola se destaca la verdad como
la base y la prueba de la fraternidad entre los creyentes. Insiste en
particular sobre la correcta creencia respecto a la encarnación de Cristo, y
afirma que todos los que rechacen esta realidad se han separado de la doctrina
de Cristo (v. 9). Urge a los lectores de la carta a que se mantengan cerca de
Cristo permaneciendo en la verdad.
Aplicación personal
El mensaje de Juan no está
circunscrito a su época, debido a que esas seductivas enseñanzas continúan
amenazando la estabilidad de la Iglesia. La epístola nos recuerda que debemos
recibir a Jesús como el Hijo de Dios, no como un hijo de Dios o como un Dios
poderoso. Juan advierte sobre aquellos que van más allá de la doctrina de
Cristo al aceptar nuevas enseñanzas y dejar atrás la doctrina apostólica (v.
9). Recibir a tales personas es identificarse con sus malas obras (v. 11) y
correr el riesgo de perder la fe (v. 8).
Cristo revelado
Juan presenta tanto la deidad
de Cristo (v. 3) como su humanidad (v. 7). Todo el que niega la verdad
fundamental sobre la persona divina y humana de Cristo no tiene a Dios (v. 9).
Juan ve el compañerismo como un rasgo distintivo de la vida cristiana, pero
insiste que la fraternidad bíblica no es posible allí donde se niega o
compromete la doctrina apostólica sobre la persona y la obra de Cristo.
El Espíritu Santo en acción
Aunque la epístola no menciona
el Espíritu Santo de forma específica, su ministerio es evidente,
particularmente al dar testimonio sobre la verdad concerniente a la persona de
Cristo. El Espíritu pone al verdadero creyente en condiciones de distinguir las
falsas doctrinas y «permanece en la doctrina de Cristo».
3 juan
Autor y destinatarios
Tanto en segunda como en
tercera de Juan quien escribe se identifica como «el anciano», sugiriendo que
él era mayor que otros cristianos y que su conocimiento personal de la fe era
más antiguo que el de ellos. La evidencia más fuerte apunta a que estas tres
epístolas fueron escritas por la misma persona. Véase introducción a 2 Juan:
«Autor y destinatarios».
En torno al «amado Gayo» se
conoce únicamente el cálido tributo que le brinda Juan en la dedicatoria de
esta carta. El nombre Gayo era común en el mundo romano, y el Nuevo Testamento
menciona a personas con ese nombre en Corinto (Ro 16.23; 1 Co 1.14), en
Macedonia (Hch 19.29) y en Derbe (Hch 20.4). No hay nada que permita asociar a
este Gayo de 3 Juan con ninguna de esas personas. Evidentemente, se trataba de
un líder de alguna iglesia de Asia.
Fecha
Juan era un anciano con mucha
experiencia cuando escribió esta carta, junto a la segunda que lleva su nombre,
al final de su vida, alrededor del año 90 a.C.
Ocasión y propósito
Mientras que en 2 Juan se alude
a los maestros itinerantes que propagaban herejías y perturbaban la fe de los
cristianos, en esta carta se habla de los genuinos maestros de la verdad que
recorrían las iglesias. En la carta anterior, Juan prohibió ofrecer hospitalidad
a los falsos maestros; aquí, por el contrario, los alienta a la fraternidad. No
obstante, Diótrefes, un líder importante en una de las iglesias, se oponía a la
autoridad de Juan. Además, rehusaba la hospitalidad a los misioneros que por
allí pasaban, y prohibía a otros que los atendieran, excomulgándolos cuando lo
hacían. Juan escribió para alentar a Gayo por su generosidad y para rechazar a
Diótrefes por su falta de caridad.
Contenido
Para llevar a cabo su
propósito, Juan describe la actitud de tres personas. La primera es Gayo, quien
ha demostrado su fe cristiana con su generosa hospitalidad, aun hacia los
extranjeros. El segundo es Diótrefes, cuyo orgullo egoísta estaba perturbando
la armonía de la comunidad. El tercero es Demetrio, cuya vida era ejemplo de
fidelidad cristiana y un modelo para ser imitado. Esas tres personas eran
portadoras de los testimonios positivos y negativos en torno a las relaciones
entre cristianos.
Aplicación personal
Esta carta describe a la
iglesia como una familia unida por lazos de amor, con sus miembros ofreciéndose
hospitalidad unos a otros. Sin embargo, ambiciones egoístas y celos falaces
amenazaban la fraternidad de la iglesia, y sus miembros debían guardarse de
tales actitudes; además, debían esforzarse por mantener relaciones de afecto
entre sí.
Cristo revelado
El apóstol presenta a Jesús
como la Verdad en la cual debemos caminar. La devoción hacia el Señor motiva a
los verdaderos maestros a desarrollar un servicio itinerante (v. 7). Las vidas
de Gayo y Demetrio armonizaban con las enseñanzas de Cristo, y daban un fuerte
testimonio del poder de su amor. Por otro lado, la actitud de Diótrefes muestra
un marcado contraste con la verdadera vida en la que Cristo debe ser el primero
en todas las cosas.
El Espíritu Santo en acción
Esta epístola no se refiere
directamente al Espíritu Santo, pero su ministerio está implícito a través del
mensaje; en particular, permitiendo a los creyentes «caminar en la verdad», y
fortaleciendo a los misioneros itinerantes en su ministerio. Los frutos del
Espíritu son evidentes en las vidas de Gayo y Demetrio.
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